El trabajo nocturno con que se busca una pitahaya de mayor peso
Muchos de los campos de este fruto exótico en Perú no logran calibres aptos para el mercado internacional. Un problema que el Fundo Sacramento de Ica busca resolver con polinizaciones manuales por las noches, con miras a elevar el tamaño de su fruta y poder exportar desde 2023.
Marienella Ortiz
Al contrario del girasol que muestra su esplendor a plena luz del día, la flor de la pitahaya se abre por las noches. Una peculiaridad de esta planta cuyo cultivo empieza popularizarse en Perú y que tiene a algunos de sus productores realizando nuevos procedimientos en el manejo agronómico. Es el caso de los responsables del Fundo Sacramento que tienen 6,5 hectáreas de pitahaya orgánica en Pampas de Villacurí, quienes se organizan para hacer incursiones nocturnas y proceder con polinizaciones manuales a modo de prueba en algunos lotes.
“En la campaña anterior no hicimos polinización manual, todo fue de forma natural, lo que, creemos, tuvo influencia en el tamaño de la fruta”, dice David Hernández Bon, gerente agrícola de Fundo Sacramento, quien cultiva tres variedades de pitahaya: la roja con pulpa blanca, roja con pulpa fucsia y la amarilla. Por ello, calcula que el 71,2% de lo que produjeron el año pasado fue fruta por encima de 375 gramos, aunque lo ideal es que el peso supere los 390 gramos, como lo piden los mercados más exigentes, entre ellos, el europeo.
Con la polinización manual y otras acciones como la aplicación de reguladores de crecimiento, estima que en la siguiente campaña podrán superar los 390 gramos un volumen exportable de hasta 75% de la producción total. Con ello y la certificación orgánica ya emitida desde este año podrán tener su primera exportación de esta fruta en 2023.
LAS OPCIONES PARA EL TRABAJO MANUAL
“La flor de la pitahaya se abre en las tardes noche, cuando el sol baja. Es como un girasol, pero al revés. Una vez que empieza a oscurecerse el día, la flor se abre y permanecerá así unas ocho o nueve horas, lo que puede ocurrir entre las siete de la tarde hasta más o menos las cinco de la mañana”, detalla Hernández, para explicar las razones por las que la polinización manual se hará de noche.
Este cultivo que es autopolinizante tiene una flor redonda cuando se abre, con un pistilo bastante largo y estambres en los que se produce el polen. “Todo el borde redondo de la flor una vez abierta está lleno de polen. Puedes recolectarlo con un hisopo, guante o brocha. Como el pistilo está más alto que el polen, entonces, inmediatamente puedes inocularlo con el hisopo. Esa es una alternativa”, explica.
La otra opción es que se recolecte el polen y luego se eche a una flor distinta que puede ser la que está al costado. “Aplicas el polen al pistilo de la flor contraria y así llevas de una planta a la otra. Pero ahí puede que la gente se maree y pierda el control de la polinización. Entonces, pueden producirse errores”, señala.
Una tercera opción es mezclar el polen recolectado con talco y recién al otro día o dos dias después, cuando abre nuevamente la flor, ir con la brocheta y tocar todos los pistilos. “Claro esta que también se puede hacer la operación sin esperar que pasen dias”, indica Hernández. En todo caso, señala que probarán distintas opciones para observar cuál es la mejor opción para las producción en Villacurí.
Otro punto que evaluarán será el tema de los costos detrás de esta polinización manual, para determinar si será la mejor opción como negocio.