El reto (y negocio) de preservar las papas nativas del Perú
Uno de los mayores retos en el Perú es hacer no solo que las más de 4,500 variedades de papas nativas se conserven, sino que también se conviertan en una fuente de ingresos para los agricultores; por lo que en los últimos años se han realizado proyectos con la intención de vincular a los agricultores con los mercados. Uno de ellos es el que impulsa la empresa holandesa HZPC, que apoya a agricultores del centro del país.
Como si se tratase de una paleta de colores, las papas nativas peruanas pueden inspirar no tanto a un pintor, pero sí a un chef o a un amante de la cocina a crear platos coloridos, pero también sabrosos y sanos. Eso lo tuvo claro la empresa holandesa HZPC cuando decidió liderar un proyecto que surgió en el marco de su política de responsabilidad social corporativa, para dar soporte a cuatro organizaciones de productores y, de paso, preservar el rico material genético que hay en el Perú.
La papa no era un cultivo desconocido para HZPC, una compañía especializada en este tubérculo y al desarrollo de nuevos conceptos de producto. Y en una de las tantas visitas que los ejecutivos de HZPC hicieron al Perú, se dieron cuenta de la gran diversidad de variedades de papas nativas que existen en las zonas altoandinas del país y el esfuerzo de los agricultores por conservarlas en sus campos. Entonces, decidieron emprender una iniciativa conformando un grupo de apoyo, integrado por el Grupo Yanapai, el INIA, la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) y el CIP.
AGUAPAN, GUARDIANES EN EL CENTRO
De esta manera, el grupo de apoyo sugirió crear una asociación para apoyar a los agricultores conservadores, que se materializó el 10 de julio del 2014 con el nacimiento de la Asociación de Guardianes de Papa Nativa del Centro del Perú (Aguapan), conformada por 43 familias socias, provenientes de igual número de comunidades campesinas pertenecientes a cinco regiones: Junín, Pasco, Huánuco, Huancavelica y Lima.
Uno de los principales criterios de selección para pertencer a Aguapan es tener el reconocimiento de la comunidad como custodios de la diversidad de papas nativas y mantener entre 50 y 500 cultivares. Después de constituir formalmente la asociación y darle nombre, trabajaron en grupos para tomar decisiones sobre los beneficios percibidos, la inversión inicial y la parte legal de la asociación.
Los beneficios percibidos por los agricultores incluyen no solamente ayuda tecnológica para el mejoramiento de la producción (semillas, control de plagas y enfermedades, control de factores climáticos adversos y fertilización), sino también el reconocimiento de los custodios y de las papas nativas como patrimonio por parte del Estado peruano, acceso a más tierras donde cultivar, apoyo económico (créditos, subsidios, becas) para la educación de los niños y jóvenes, y una mejor salud y nutrición familiar.
Según explica el Dr. Oscar Ortiz, director general adjunto interino para la investigación del CIP, el acuerdo entre HZPC y Aguapan es para trabajar por tres años (2014-2016), para ello la compañía holandesa destina US$ 15,000 al año para financiar el proyecto. Y es la asociación la que a través de su junta directiva, decide que las familias reciban dinero para usar en actividades relacionadas con la conservación de papas nativas y en aspectos de salud y educación para el bienestar de los custodios. Posteriormente, cada familia justificará esas inversiones ante la asociación.
“Esa es la idea de la contribución de la empresa, pues es consciente de los esfuerzos que hacen los agricultores por conservar papas nativas. Muchas de ellas no llegan al mercado, y por eso es que esta empresa dio ese fondo”, dice Ortiz y asegura que el CIP solo asesora a la junta directiva de la asoiación en la toma de decisiones y el uso apropiado del fondo para apoyar los esfuerzos de conservación.
Los agricultores que participan de esta iniciativa cuentan con semillas propias, mientras que HZPC vende semillas mejoradas en Eruopa, además de producir las variedades con sus propios recursos genéticos en Holanda desde hace una década. María Scurrah es la directora del Grupo Yanapai y confirma que además del trabajo con HZPC hay interés de otras empresas por apoyar financieramente a Agua pan. Una de ellas es la española Patatas Meléndez, compañía líder en la distribución de papas y que, actualmente selecciona variedades que se producen en Europa, que mejor se adaptan a las distintas especialidades culinarias.
“Pensamos poner un stand con los agricultores en el Congreso Mundial de la Papa 2018, que se realizará en Cusco para tratar de influir a otras compañías semilleristas. Sería un reto que las compañías peruanas puedan apoyar a los agricultores”, sostiene Scurrah y explica que una de las razones porque muchos de los agricultores de Aguapan tienen tantas variedades es porque se dedican a la agricultura de subsistencia y no están ligados a los mercados, pues los intermediarios que compran papas solo compran las variedades nativas comerciales (Huayro y Amarilla), y algunas más que se han puesto en valor con los proyectos de chips de colores.
Asimismo, para que los agricultores se puedan vincular al mercado y no reduzcan su agrobiodiversidad, el mercado debe ser innovativo y aceptar las variedades desconocidas y en mezcla ‘chaqru’, que permite que la producción de papa nativa tenga una alta versatilidad eco-geográfica encia). Esto sucede sin problemas cuando no hay intermediarios en sus mercados locales donde venden directo a un público que valora la agrobiodiversidad y esto también ocurre en mercados sofisticados como la feria Mistura y mercados orgánicos.
CHIPS, EL PRODUCTO MÁS RECONOCIDO
Haciendo una retrospectiva del trabajo realizado en el CIP, el Dr. Ortiz señala que el primer proyecto de relativo éxito fue el programa Papa Andina/INCOPA que el CIP emprendió en 2001, con el apoyo financiero de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), y cuyo objetivo era lograr que se formasen cadenas de valor con las papas nativas para beneficiar a los pequeños agricultores de la Sierra, vinculándolos directamente con el mercado interno, mediante acuerdos en asociaciones de productores.
Enfoque Participativo de Cadenas Productivas (EPCP). Para ello convocaron a todos los actores posibles de la cadena, desde la producción hasta el consumo, a fin de discutir qué ideas de negocios podrían surgir usando papas nativas como insumo. Esos años surgieron productos como el ‘Puré Andino’, de exportación; ‘T’ikapapa’ (papa fresca gourmet para supermercados); ‘Jalca Chips’ (hojuelas de papas nativas para exportación). Sobre la base de estas iniciativas se desarrollaron y lanzaron al mercado -entre el 2008 y el 2011- nuevas marcas de snacks hechas con papas nativas. Frito Lay y el Grupo Gloria tomaron la idea y, actualmente, comercializan esos productos.
En el caso de Gloria, la firma llegó a exportar chips al mercado francés. Y desde 2009 mediante contrato de compra -venta de papas nativas suscrito entre Deprodeca, empresa del Grupo Gloria, y los agricultores de la sierra central-, se abastece de papas nativas de Huancayo y Huancavelica para los productos ‘Mr. Chips’. Posteriormente, se han incorporado como proveedores productores de Andahuaylas y Cusco.
acuerdo en compartir el beneficio y que al final eso signifique un mejor precio para los agricultores. “Evaluaciones que hemos hecho de impacto, indican que, efectivamente, los agricultores que participan en este tipo de cadenas incrementan de 10 a 20% el precio de la papa que tienen en los mercados”. El precio de papa nativa en campo en los años 2000/2002 fue de S/. 0,51/kg, mientras que en el periodo 2008/2010 se incrementó en S/. 0,79/kg, y en los últimos años el precio está alrededor de S/. 1,50/kg. Por lo tanto, remarca Ortiz, “el reto es ver cómo esto se hace masivo en todas las comunidades de Los Andes”.
En años recientes han desarrollado otros proyectos, uno importante es el financiado por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), organismo que brinda préstamos al Estado peruano para el desarrollo agrícola rural en varias regiones del país. El FIDA está invirtiendo 55 millones de soles en el proyecto de fortalecimiento de la Sierra y Selva Alta del Perú. “En este proyecto el CIP participa compartiendo toda la experiencia desarrollada en las cadenas de valor de papa nativa y ellos puedan utilizarla” y hasta el momento, según un informe de Agro Rural, organismo que ejecuta la iniciativa, se han cumplido en un 100% las metas físicas. Este proyecto que tendrá cinco años de ejecución, beneficia a más de 50,000 familias rurales en el territorio peruano para fortalecer sus niveles organizativos y capacidad de emprendimiento. No ha sido el único proyecto de este tipo, ya que entre 2012 y 2014 se ejecutó un proyecto de ‘conservación y manejo sostenible del germoplasma de papas nativas, que logró incrementar y el acceso y la disponibilidad de semillas y la inserción al mercado local de papas nativas, producidas por los agricultores que participaron del proyecto. Sin embargo, el reto de preservar las papas nativas del Perú continúa. También para que esto sea un buen negocio, no solo para las grandes empresas, sino para los productores.
“En el Mercado Saludable de La Molina, en Lima, se han vendido a S/. 4.00/ kg y en Mistura a S/. 3.50/kg este año. En sus mercados locales a menos de S/. 0.50/ kg”, precisa y advierte que el desafío está en cómo escalar estas pocas oportunidades, ya que hay personas que abogan por hacer las papas nativas en mezcla con el patrimonio cultural. “Esa es una buena idea para ponerlas en valor”, subraya y explica que las papas nativas son muy nutritivas sobre todo consumidas en mezclas, donde se complementan los diferentes micro y macro nutrientes (hierro, zinc, vitamina C). Sin embargo, no hay ningún estudio sobre los nutrientes de las variedades que cuidan estos guardianes, “ya que los análisis de componentes nutritivos son costosos, por lo que esperamos en un futuro contar con fondos para poder realizar los análisis”, sostiene.