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Asumido desde Países Bajos por el Dr. Fernando García Bastidas

El enorme y fascinante reto de ‘reconstruir’ al banano Cavendish

Letal y devastadora. Desde que apareciese por primera vez en Taiwán en 1989, el Fusarium Raza 4 Tropical ha ido aniquilando miles de hectáreas de banano Cavendish en todo el planeta. ¿Métodos de control? Ninguno. ¿Alguna pronta solución? Tampoco. Sin embargo, hay grandes posibilidades de ver la luz al final del túnel gracias al mejoramiento genético. ¿Cómo? ‘reconstruyendo’ a la variedad Cavendish. Ese, precisamente es el trabajo que está realizando el Dr. Fernando García Bastidas, un científico colombiano afincado hace más de una década en Países Bajos, revela en esta entrevista cuál es la línea de investigación para dar con una variedad resistente a este hongo. Un trabajo innovador de un investigador inquieto y famoso, al que la industria de esta fruta lo conoce como el Dr. Banana.

22 de Agosto 2023 Ximena González Vidal/Rodrigo Pizarro
El enorme y fascinante reto de ‘reconstruir’ al banano Cavendish

Cavendish no es un nombre cualquiera. Así fue bautizada la variedad de banana más ‘famosa’ del mundo. En una especie con una amplia variabilidad genética como es el banano, Cavendish surgió como una real alternativa tras la devastación que sufría a manos de la ‘Enfermedad de Panamá’ (causada por el hongo fitopatógeno Fusarium oxysporum f.sp. cubense) a mediados del siglo XX la que, hasta ese entonces, era la variedad reina: Gros Michel. Tras plantarla en los mismos suelos infestados por este hongo, y comprobar que resistía a sus ataques, Cavendish se fue estableciendo como el material genético indiscutido, tanto así que hoy el 99% de las bananas que se exportan en todo el planeta, corresponden a esta variedad.

Plantas con presencia de la enfermedad.
Diversidad genética del banano. En esta foto se observa una banana que produce frutos rojos, la idea es mejorarla y volverla resistente a Fusarium raza 4 tropical.

Al ser una planta triploide, es decir, estéril y que no se puede cruzar con otras variedades, da prácticamente lo mismo donde se plante, ya que Cavendish es muy estable genéticamente ya que se reproduce asexualmente por clones. Entonces, si se establece un huerto en Australia, Colombia o Filipinas, las diferencias serán mínimas, y se atribuyen más a la interacción con el ambiente, haciéndola ideal para su cultivo como producto de exportación.

Pero como en todo, no hay perfección absoluta y Cavendish tiene su ‘Talón de Aquiles’. Si bien esquivó los embates de Fusarium raza 1, también del raza 2 y del raza 3; no pudo hacer lo propio con el Fusarium Raza 4 Tropical, Foc R4T, enfermedad causada por el hongo Fusarium oxysporum f. sp. cubense (Foc) que habita en el suelo con estructuras de resistencia que permiten que sobreviva por más de 30 años y que produce una serie de síntomas hasta la devastación absoluta de la planta e incluso de un huerto completo.

En los Países Bajos hay un científico de origen colombiano que conoce a la perfección lo que es capaz de causar esta Raza 4 Tropical en el banano Cavendish. Como esta variedad, Fernando García Bastidas, no es un científico cualquiera. También como Cavendish, es probablemente el investigador más ‘famoso’ en torno al banano y su trabajo es de total relevancia en tiempos en que el Cavendish podría dejar de existir.

“La susceptibilidad de Cavendish puede deberse a la coevolución que ha logrado desarrollar el hongo. Es decir, el patógeno ha encontrado la forma de burlar todos los mecanismos de resistencia y defensa de la planta”, explica el Dr. García Bastidas.

-¿Hay solución?
-Hoy, ninguna. Pues no existe ninguna planta con un nivel de resistencia similar al de la interacción Cavendish – Raza 1.

-¿Cuándo la habrá?
-Entre unos cuatro a unos ocho años más.

-¿Cuál?
-Tener una nueva variedad, del estilo de Cavendish, pero que pueda resistir la enfermedad.

-¿Es posible?
-Estamos en ello.

CON LA MISIÓN DE ‘RECONSTRUIR’ CAVENDISH
El objetivo del trabajo que el Dr. García Bastidas está desarrollando en la firma neerlandesa KeyGene, es ‘reconstruir’ a Cavendish. No podemos mejorarla, porque es imposible mejorar algo que es estéril, pero sí reconstruirlo”, sostiene, sobre un proceso que, para realizarlo, están trabajando con sus padres en un mejoramiento clásico o reconstructivo. “Nuestro objetivo número uno es tratar de solucionar el problema que tenemos con el Fusarium Raza 4 y desarrollar una variedad mejorada, con las características de Cavendish. Adicionalmente, queremos obtener muchas más variedades resistentes, al menos diez diferentes”, cuenta sobre un desafío que no es menor. Para ello, utilizan toda la diversidad genética de las musáceas existente.

MANEJAR, SÍ… CONTROLAR, IMPOSIBLE
Controlar totalmente a Fusarium, un hongo que habita en el suelo con estructuras de resistencia que permiten que sobreviva por más de treinta años, es una tarea casi que titánica e imposible. , “Se puede manejar, sí, pero ¿controlar? No”afirma.

Y su propagación ha sido rápida, fulminante y devastadora. En 2012, cuando el Dr. García empezó su trabajo con Fusarium, la enfermedad estaba presente solo en cinco países. Hoy, una década después ya son 25. “Su diseminación es muy difícil de controlar”, afirma.

Y es que una vez establecido en el suelo, es imposible erradicarlo, porque la movilización de maquinaria y de gente en campo puede hacer que se disperse fácilmente. Desde que se reportase por primera vez a fines de los noventa del siglo pasado, el hongo ha ido colonizando diferentes países: Tailandia, indonesia, Malasia, China, Filipinas, Australia, Jordania, Líbano, Pakistán, Laos, Myanmar, Israel, India…

“Fusarium estuvo por muchos años restringido al sudeste asiático, pero las alarmas se prendieron cuando se detectó por primera vez, en 2013, en Jordania, y de ahí en adelante se reportó en Pakistán, Líbano y Mozanbique”, explica sobre una enfermedad que era temida y de la cual se esperaba su arribo a América Latina, en un momento u otro. Hasta que ese día llegó. En 2019 Fusarium Raza 4 hacía su entrada en La Guajira, Colombia y en 2021 ya estaba en algunas zonas productoras de Magdalena. Posterior mente se reportó en Perú y recientemente en Venezuela. ¿Ecuador? Las bananeras del principal productor y exportador del mundo aún están exentas de la enfermedad, aunque ya están reforzando sus medidas de bioseguridad.

Síntomas internos de Fusarium obtenidos en laboratorio. Cormo infectado después de una inoculación.
Banano con semillas obtenido en el programa de mejoramiento después de cruzamientos.
Invernadero donde se realiza el mejoramiento genético.

SECUENCIANDO EL ADN DE MÁS DE 150 TIPOS DE BANANO
El trabajo en el que se ha embarcado este científico colombiano afincado en los Países Bajos no es un asunto sencillo. Para lograrlo, él y su equipo están recurriendo a “todos los poderes de la tecnología del ADN” con los que cuenta en KeyGene. A partir de ahí, han venido secuenciando el ADN de los más de 150 diferentes tipos de bananos, los que han sido evaluados de acuerdo al grado de resistencia a Fusarium y también a otras enfermedades.

“Hemos secuenciado todo, algo así como crear un árbol genealógico. Y con ese árbol genealógico hemos identificado a los ancestros de Cavendish. Es decir, cuáles de ellos en algún momento de la evolución y domesticación pudieron ser los padres de esta variedad. Precisamente esos son los que queremos mejorar ya que estos son fértiles y se pueden cruzar relativamente fácil”, explica.

El siguiente paso es volver triploides a esos hijos de las mezclas que están haciendo y volverlos como Cavendish. “Es lo que llamamos mejoramiento reconstructivo”, subraya sobre un proceso que iniciaron hace cuatro años, pero que ya cuentan con resultados interesantes.

¿Ya se vislumbra una luz al final del túnel? “Se podría decir que sí”, dice el Dr. García Bastidas. Los trabajos adelantados están próximos a dar sus frutos, y se estaría muy cerca de obtener variedades comestibles y resistentes a Fusarium Raza 4. “Si todo sale bien, en los próximos 2 años ya tendríamos unos prototipos de variedades con resistencia que, aunque todavía no son del nivel de Cavendish, se pueden sembrar y dar frutos comestibles con buenas características organolépticas”.

La obtención de una variedad del tipo Cavendish tomará un poco más de tiempo. De acuerdo con los planes, en 2028 se tendría algo más parecido a Cavendish, “pero ya estamos muy cerca de variedades triploides”, remarca.

Una vez obtenidos los prototipos con resistencia, algo que se espera suceda en 2024, según comenta el investigador, el siguiente paso es enviarlos a Filipinas para ser evaluados en condiciones de campo. ¿Por qué Filipinas y no otro país? Sencillo, porque es un gran productor de bananos y porque hay un alto porcentaje de la enfermedad en los huertos. Además, porque KeyGene tiene socios de investigación en ese país.

“Filipinas es perfecto para la evaluación de nuestros materiales. Obviamente nosotros los evaluamos en el laboratorio, y en invernaderos con nuestro gran colaborador la Universidad de Wageningen, hacemos inoculaciones artificiales, pero si vamos a liberar una variedad, tenemos que hacer la validación en el campo, y uno de nuestros socios está en Filipinas”, precisa sobre un trabajo que se podría extender a otros países. De hecho, KeyGene mantiene conversaciones con especialistas en Costa Rica y Colombia, que estarían interesados en probar los híbridos obtenidos.

Pero, ¿qué tan fundamental es contar con una nueva variedad resistente a la enfermedad? “Es la mejor estrategia”, responde el experto de KeyGene. “La mejor solución es la más amigable con el medio ambiente, es decir, el control genético basado en nuevas variedades”, añade. Ya que una variedad mejorada con resistencia a fusarium u otras enfermedades no requiere la aplicación de controles químicos.

Además, aunque suene incluso ‘catastrófico’, si no toman las acciones necesarias el contagio de otras zonas sería inevitable. Su agresividad no da tregua con Cavendish, incluso puede llegar a afectar otras variedades. “Tarde o temprano, el Fusarium Raza 4 arribará a todas partes”, sentencia.

EL PANORAMA DE DISPERSIÓN DEL HONGO EN LATINOAMÉRICA ES PREOCUPANTE
De acuerdo con el Dr. García Bastidas, la situación es realmente preocupante y hacer un análisis claro resulta difícil, pues cada país tiene sus reglas y sus condiciones. “Lo que sí sabemos es que la Raza 4 va a continuar su expansión y yo sospecho que ya está presente en muchos otros países, pero todavía no se ha reportado”, advierte.

Indica que hay unos casos más preocupantes que otros, como es el caso de Ecuador donde casi todas las zonas productoras están conectadas desde el norte hasta el sur. “En Colombia, por ejemplo, lo positivo es que La Guajira está realmente desconectada del Urabá”. Sin embargo, dice el riesgo es inminente.

Pero más allá de esto, resalta que la clave está en hacer evaluaciones a tiempo y diagnóstico de las plantas sospechosas para tomar decisiones rápidas. “Esto evitará que el hongo se siga expandiendo. Además, si comparamos el nivel de preparación de los países ahora, con lo que ocurría hace diez años, es totalmente superior. Todos estamos más preparados para hacerle frente”, indica y dice que habrá que prepararse para vivir con la enfermedad”.

Pero, ante un panorama poco alentador, ¿qué medidas se pueden tomar? “Las acciones que se vienen tomando en Colombia van por buen camino. La construcción de pediluvios, la desinfección del transporte en las carreteras y limitar el acceso de trabajadores de otras zonas ayudan a que la dispersión del hongo sea mucho más lenta”, responde.

¿SE PUEDE PLANTAR EN UN SUELO CONTAMINADO CON FUSARIUM?
Una vez que el hongo está en el suelo, se podría volver a plantar ahí, solo si es que el nivel de inóculo aún permite cosechar, pero se debe empezar con una nueva planta. “Si usáramos la misma planta, no nos daría un ciclo más, porque está tan infectada que va a morir”, advierte. Otra alternativa con el suelo ya infectado, y que tampoco se puede generalizar, es el traslado del cultivo a otros terrenos.

“Pero no hay que olvidar que el terreno no es ilimitado y va a llegar un momento en el que se va a volver insostenible ese sistema”. Sin embargo, destaca que afortunadamente en el caso de Latinoamérica aún estamos en la época de contención de la enfermedad y el nivel de Inoculó no es tan alto. “Esto va a ayudar a que por muchos más años se pueda seguir sembrando Cavendish hasta que se saquen nuevas variedades”.

En línea con esto, el investigador señala que en muchos casos se dice que un suelo infectado con Raza 4 es inservible y, en cierta manera -recalca- es verdad. “En la medida que se siga plantando banano, lo que vamos a hacer es incrementar la cantidad de inóculo. Por eso, muchas personas lo que hacen es plantar otro cultivo, y eso pasa mucho en Filipinas, donde siembran arroz, por ejemplo, y después vuelven al banano y otra vez las plantas se mueren. Es prácticamente imposible de erradicar”.

Sin embargo, García Bastidas señala que, el optar por plantar otros cultivos, se convierte en un riesgo, pues la entrada y salida de trabajadores y maquinaria va a diseminar aún más la enfermedad.

Pero y si se vuelve a plantar ahí ¿hay productos hoy en día que permitan una desinfección óptima? La respuesta del experto es clara y contundente: “No”. Y esto es algo interesante porque hay muchos productos que de hecho matan Fusarium, pero en condiciones de laboratorio, pero en el suelo es diferente”. Además, según el Dr. García Bastidas, una colega logró encontrar la presencia del hongo a un metro de profundidad, lo que hace aún más difícil su ataque. “Yo mismo he probado muchos productos en el laboratorio y en el invernadero y funcionaron muy bien, pero como se dice, cuando se mueve la tecnología hacia condiciones reales en campo no pasa nada”.

Pese a los trabajos adelantados, el riesgo continúa latente. De ahí que programas de mejoramiento genético como el que lidera este científico sean tan relevantes. Si bien ahora trabajan en encontrar una nueva variedad de Cavendish, resistente a Foc R4T, al mismo tiempo, apuestan por la diversidad para introducir más genes de resistencia que pueden ser de amplio espectro para otras razas e incluso otras enfermedades.

Tatuaje en el antebrazo del Dr. Banana.

Un ‘rockstar’ e ‘influencer’ de la ciencia
El Dr. Fernando García Bastidas es un ‘rockstar’ de la ciencia. También es todo un ‘influencer’, comunicador y divulgador científico. En las más importantes redes sociales suma más de 100.000 seguidores y, si bien en un inicio comenzó a trabajar con el café, su vida profesional dio un giro en 180 grados cuando arribó a los Países Bajos y se metió de lleno en el banano. Literalmente. Porque su vida profesional y personal gira en torno a esta fruta. Fácilmente reconocible por las calles de Wageningen sobre su Volkswagen Beatle de color amarillo, la gente lo para en las esquinas o en las tiendas para saludar al que todos en la ciudad llaman Dr. Banana. “En inicio era raro, casi que me molestaba”, dice. Sin embargo, poco a poco se fue acostumbrando y aprendió a apreciarlo.

En las redes sociales, el objetivo, según cuenta, “es crear un puente entre la ciencia y las personas comunes y corrientes”, mostrando lo que es el día a día en su trabajo en KeyGene, pero también acercando la investigación a sus seguidores, sin dejar de lado un toque de humor, dentro de lo serio y ‘decisivo’ para el futuro del banano que es su trabajo. Amante de lo que hace en su día a día, a tal punto que lo ha plasmado con tinta en su antebrazo, en un tatuaje a todo color de su laboratorio en una hoja de banana. Su vida gira en torno al banano. En sus vestimentas, en su automóvil, en los regalos que le envían sus seguidores.En lo estrictamente científico, se le puede ver mostrando las esporas de Fusarium en el microscopio, el proceso de extracción de semillas de un banano, tejidos ‘in vitro’ o plantas infectadas con la letal enfermedad del Fusarium Raza 4 Tropical.

Una vida entorno al banano.

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