El cuidado de la arquitectura del aguacate para hacer frente al hongo de madera
Según los datos y pronósticos meteorológicos, las temperaturas continuarán en ascenso debido al Fenómeno El Niño, lo que ocasionará un aumento de los problemas sanitarios, donde el temido hongo de madera crece en proporción a la caída de los rendimientos del cultivo. Para paliar los efectos de este escenario, el manejo integrado surge como la respuesta más propicia.
La agroindustria exportadora probablemente se enfrentará a una de las pruebas más difíciles de los últimos diez años, con el Fenómeno El Niño como protagonista. Así lo advierte el Dr. Walter Apaza, asesor, investigador y director del Departamento de Fitopatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM). El incremento de las temperaturas, en especial, en el norte del país, generará una situación de estrés en los huertos de aguacates, cuya consecuencia más visible será un desarrollo mayor del hongo de madera, conocido como Lasiodiplodia.
Los hongos de madera no son otra cosa que organismos que se han especializado en afectar la madera. ¿Qué es la madera? Es el tejido vegetal compuesto por el xilema, un conjunto de haces vasculares por donde el agua va de las raíces a la parte superior. A través de un conjunto de metabolitos y de enzimas, estos hongos degradan esos haces vasculares. Por lo tanto, una planta o una madera afectada no puede transportar el agua de las raíces a la parte aérea, explica el Dr. Apaza.
El investigador comenta que le costó mucho entender que los hongos de madera no aparecen de la noche a la mañana, sino que son infecciones que avanzan progresivamente. “Las infecciones probablemente vienen de meses o incluso años. Y en los meses de temperaturas altas, el hongo avanza con mayor rapidez sobre los haces vasculares”, destaca.
Lamentablemente, menciona que existe una tendencia natural por buscar todas las respuestas en los fungicidas. “No existe ningún fungicida que reviva la madera. Mejor dicho, no existe un producto que vaya a reconstruir o reparar células de xilema degradadas por los hongos de madera. Lo máximo que puedo hacer es probablemente detener el avance del hongo. Entonces, muchas de las medidas son de tipo preventiva. Para ello el manejo integrado es fundamental”, destaca.
Otro detalle es que el tronco de un aguacate puede no presentar una expresión de la enfermedad en la parte exterior, pues los cancros suelen avanzar en la parte interior, es decir que es una enfermedad silenciosa.
Para hacer frente a esta enfermedad, la arquitectura de un aguacate es fundamental porque se trabaja con un tronco principal y puedo generar varias ramas. “En el norte, hemos acuñado una terminología que es la famosa gestión de la madera. La principal medida en el caso del aguacate es la eliminación de ramas y la regeneración de ramas sanas, porque es de gran importancia tener madera joven”, detalla.
Una gran complejidad es que hay muchas especies de hongos de madera. En la literatura y el internet hay muchas especies, entre ellas, Neofusicoccum luteum, Neofusicoccum australe, Neofusicoccum parvum, Dothiorella ibérica, Dothiorella gregaria, Fusicoccum aesculi, Lasiodiplodia theobromae, Raffaelea lauraicola y otros. “El problema es que muchas de estas son especies crípticas y eso significa que es una especie que morfológicamente es muy idéntica a la otra, es muy difícil de diferenciarlas entre ellas”, explica.
Hoy en día, por tanto, ya no se usa las diferencias morfológicas, sino que es necesaria la identificación molecular. En base a las últimas investigaciones, la especie más común en el Perú sigue siendo Lasiodiplodia theobromae. La fase sexual no la tenemos en el Perú. En su estructura cuenta con una especie de botella que es la picnidia, de donde saldrán las conidias. Lo curioso es que la lasiodiplodia bota esas conidias en un mucílago o cirrus que tiene la característica de que se seca y puede diseminarse por el viento. Muchas otras especies necesitan una salpicadura de agua de lluvia. Por eso, lasiodiplida es un género propio de las condiciones de costa árida del Perú. Inclusive, el Dr. Apaza dice que se tiene la teoría de que el centro de origen de la lasiodiplodia está en nuestras zonas tropicales y subtropicales en diferentes zonas arbóreas con madera.
Otra característica de la lasiodiplida que destaca es que en el aguacate tiene un comportamiento endofítico, es decir que el hongo puede estar de la parte interna del tejido sin ocasionar daño. “Lo que se ha encontrado es que cuando el tejido vegetal, la madera que está afectada, sufre un proceso de estrés, especialmente, de estrés hídrico muy severo, hay un mensaje que el hongo recibe para activarse y empieza la desorganización del tejido del aguacate”, señala.
Lamentablemente, considera que todos los aguacates de la costa peruana tienen lasiodiplodia. “Pueden tenerlo en un comportamiento endofitico, está en el ambiente, hasta que la planta se estresa. Esto puede traer serios problemas porque muchas de las yemas pueden estar sanas, pero tener presente el hongo. Si la planta se estresa, el hongo se manifiesta”, apunta. Por tanto, explica que identificar las causas del posible estrés es clave en el manejo integrado. “Me preocupa el estrés que venga con el fenómeno de El Niño. Eso va a ser un tema bastante importante de manejar”, indica.
Mediante diferentes investigaciones de la Unalm con Prohass, refiere que se hizo un muestreo bastante robusto y se han encontrado cuatro especies más presentes en los campos: Lasiodiplodia theobromae, Lasiodiplodia pseudotheobromae, Lasiodiplodia egyptiacae y Lasiodiplodia parva. En especial, las dos primeras son las más presentes en los campos de aguacates. “¿Para qué saber las especies? ¿Para qué saber el color de ratón si lo que quiero es matar al ratón? Si bien es cierto, las especies crípticas son muy parecidas, tienen distinto comportamiento”, menciona.
La primera diferencia en comportamiento es que L. pseudotheobromae es más agresivo. Es una variante que penetra y va avanzando mucho más rápido que L. theobromae. Mediante otra siguiente investigación, refiere que las temperaturas óptimas para que se activen estos hongos fluctúan entre 20 y 30 grados centígrados. Sin embargo, L. pseudotheobromae crece un poco más en frío y es el que está presente especialmente en la costa central.
“Cuando uno pone el hongo en una placa entre 25 y 30 grados centígrados, se empieza a ver cómo se forma y crece en apenas tres días, lo cual muestra que es un hongo de calor. Y me reafirmo que con el fenómeno de El Niño va a ser un problema en los cultivos, que tengan madera”, apunta.
El especialista destaca que la gestión de la madera en aguacate es mucho más sencilla que en arándano. En el árbol de aguacate, uno puede ver los cancros y debajo de esos cancros las lesiones. “Si tengo un ataque a nivel de una rama terciaria, secundaria, una medida de manejo, que en mi opinión es la de mayor impacto, es cortar esa rama y hacer que haya una renovación de la madera. El problema es si el tronco principal es el afectado, el daño es irreversible y el impacto es mayor en el rendimiento. Por eso, es fundamental que se diseñe desde un inicio una plantación que tenga varios brazos o ejes”, señala.
En el norte del Perú, las plantaciones más sostenibles son aquellas en las que se han generado varios ejes o varios brazos. De esta manera, cada año voy podando o eliminando un eje, al siguiente año, otro eje para tener nueva madera. Una de las ventajas en el Perú es que estas ramas en dos años a tres años serán muy productivas porque tienen madera sana y nueva, destaca.
Esto es muy diferente en Chile que también tuvo problemas con este hongo, pues para regenerar una rama productiva les demora de cuatro o cinco años, inclusive tienen que anillar las ramas. “Todo esto para evitar que el hongo que es muy oportunista, entre por una rama seca o por cualquier herida que se presente, desorganizando el tejido sano. Esta es una lucha entre el vigor del árbol y la agresividad que tiene el patógeno. Entonces, es importante también evitar ramas secas que significa dejar una puerta de entrada al hongo. Suelo no darme cuenta de su ingreso, pero va avanzando y al quinto o sexto año recién me doy cuenta que estoy con un problema serio”, dice.
Entonces, todo tipo de estrés en el aguacate será determinante para el avance del hongo. Menciona una investigación realizada en Chavimochic en el 2018. “Hemos contado ramas viejas de diez centímetros versus ramas nuevas. En promedio, las ramas nuevas tenían 2,29 cancros, diez veces menos que la madera vieja; ergo, la madera nueva definitivamente es la que me ha regenerado el tejido y tiene menos daño”, destaca.
Lo aprendido en estos últimos años es que la madera vieja tendrá menor carga de fruta. “La carga de fruta en madera nueva es mayor y tiene que ver mucho porque es una madera sana. Esto recién se está tomando conciencia. Hace diez años pedir a un técnico que se pode un árbol de aguacate era como pedirle que se corte un brazo, pero ahora se tiene claro que al llegar al quinto año la madera vieja puede estar infectada y hacer caer los rendimientos”, dice.
Al respecto, una técnica muy interesante que realiza la mayoría de palteros es marcar los árboles con colores rojo, amarillo y verde o azul para diferenciar sus rendimientos. Por ejemplo, el rojo es para aquellos que tienen menos de 150 frutas por árbol. Para los productores, este menor rendimiento suele tener una relación directa con los árboles que tiene lasiodiplodia.
¿Cómo la lasiodiplodia reconoce el estrés en árbol? “Me he llegado a cuestionar si en verdad la lasiodiplodia es el problema o el problema es el estrés. Sin embargo, la respuesta correcta es que si solucionas el estrés, empezará a tener una convivencia pacífica con la lasiodiplodia”, señala.
En el norte, menciona que han aparecido ramas muertas que inicialmente no se trata de la lasiodiplodia, sino que en años calientes, en los meses de abril a mayo, esto es propio de plantas que tienen pobres sistemas radiculares. En el aguacate suele observarse algo curioso: parte de su copa se seca para compensar la evapotranspiración. Si bien no es lasiodiplodia, si el árbol tiene el hongo, entonces, en esas condiciones avanzará rápidamente.
Control químico y la prevención
El Dr. Apaza menciona que trabajaron con la investigadora de Prohass, Sharon Tadey, algunas tesis sobre el control químico para el caso de la lasiodiplodia. Al respecto, refiere que dieron cuenta que existe diferentes sensibilidad a los fungicidas por parte de L. theobromas y L. seudotheobremas. Primero, se aplicó en forma preventiva y, luego, se inoculó el hongo en unas porciones de troncos y luego estos se cosecharon. Las pruebas se hicieron con diferentes ingredientes activos presentes en el mercado, como por ejemplo, el fludioxonil o carbendazim. Para el control preventivo también está la opción del Bacillus subtilis, los cobres, entre otros.
También refiere otra tesis muy interesante de monitoreo de conidias en siete zonas productoras de aguacate Hass de Barranca, Ica y Chavimochic, durante dos años, en plena pandemia. “Lo que encontramos fue algo bien curioso porque pensamos que la lasiodiplodia se presentaba cuando había mucha humedad, pero el principal factor es la liberación de conidas en temperaturas altas”, destaca.
Entonces, un manejo integrado del aguacate será la mejor solución frente al hongo de madera. Esto consistirá en evitar el estrés lo más posible, garantizar la calidad de la planta, en renovar la madera, estimular el crecimiento radicular, tener un buen manejo del riego, entre otros puntos. En particular, reiteró que el control químico no es curativo, es preventivo.
“Me preocupa el próximo año con el anuncio de El Niño. Hay que trabajar en la raíz de las plantas. Hay que considerar que el activo en una empresa agrícola son las plantas, por lo tanto hay que cuidarlas. Esperemos que la intensidad de El Niño no sea lo que se espera, pues en el norte va a ser difícil y en el sur será más tranquilo, pero no hay que confiarse”, apunta.