El camino de CAO hacia un fruto de calidad
Con nueve años de presencia en el Proyecto Olmos, Corporación Agrícola Olmos (CAO), subsidiaria de Agrícola Chapi, se congratula de haber aprendido las lecciones en el camino que le han permitido lograr un palto de calidad.
Renán Rafaile, jefe de Producción de Corporación Agrícola Olmos (CAO). Foto: Óscar Miranda
Cuando la agroexportadora iqueña Agrícola Chapi llegó al Proyecto Olmos, en el año 2015, el plan inicial era producir principalmente espárrago y, en segundo lugar, uva y palto. De las 1.000 ha del terreno que adquirieron, dedicaron 212 ha al cultivo de esta hortaliza. Sin embargo, diversos factores hicieron que ese plan cambiara en el camino.
–Fueron varias coyunturas– explica Renán Rafaile, jefe de Producción de Corporación Agrícola Olmos (CAO), la subsidiaria de Agrícola Chapi que explota el fundo de Olmos. –Por un lado, el Covid-19. Nadie quería salir a cosechar, teníamos el campo cortado y perdimos toda la cosecha. El siguiente año vino el paro agrario, toda la convulsión social, que también nos paró la cosecha. Y para procesar el espárrago teníamos que llevarlo hasta Ica, entonces, logísticamente, no nos salía a cuenta.
Mientras reducían sus campos de espárrago, cuenta Rafaile, fueron creciendo en palto. Habían comenzado con 50 ha y hoy en día tienen 116 ha.
CAO también plantó uva. Exactamente, 38 ha, con cinco variedades patentadas de Sun World, probando con cuáles les podía ir mejor. Sin embargo, los planes con ese cultivo no han avanzado demasiado.
–Se han ido cambiando las variedades, por ahora lo hemos dejado allí, estamos viendo si vemos nuevas variedades o se elimina la uva y ponemos palto– dice Rafaile.
–El problema es que en los meses que se empieza a cosechar la uva, llueve– explica Walter Sifuentes, jefe de Sanidad del fundo. –Justo es en octubre, noviembre, cuando empiezan las lluvias acá. Entonces, hay variedades que son muy sensibles al agua y se rajan y se pudren y todo eso. Es por eso que es más complicado.
CRECIMIENTO EN PALTO PARALIZADO POR EL CLIMA
Sobre las diferencias del palto de Olmos con el que produce Agrícola Chapi en su fundo en Ica, Renán Rafaile dice que en la irrigación el desarrollo del fruto es más corto debido a que la mayor temperatura acelera los procesos.
–La palta en Olmos y la palta en el sur pueden florear en la misma fecha, pero mientras que acá empiezas a cosechar desde abril, en Ica empiezas en julio, agosto. Porque los procesos en el norte son más rápidos– dice. –Por eso, en el sur los calibres son más grandes, porque tienes más meses para que la palta crezca.
A pesar de que obtienen un fruto de menor tamaño, y con una mayor rugosidad, Rafaile dice que a la empresa le conviene comercialmente, porque le permite tener dos momentos de producción, de abril a julio en Olmos y de junio a septiembre en Ica.
–Había un poco esta idea de que la calidad del fruto del norte es menor– dice el jefe de Producción de CAO. –Pero este año ha llegado muy bien la fruta y los clientes nos han felicitado. El palto en Olmos tiene máximo nueve años, entonces, nos falta aprender mucho, pero hemos visto que con una buena fertilización, con un buen manejo de riego, podemos llegar a una buena calidad de fruta.
Rafaile dice que les ha costado ese aprendizaje. Después de una campaña 2022/23 con una productividad de 30 toneladas por hectárea, en la última campaña apenas lograron 23 toneladas por hectárea. Sin embargo, en CAO están confiados en que las cifras se recuperarán. “Está viniendo bien la flor”, dicen.
–El año pasado íbamos a hacer 200 ha más de palta– dice –y los fenómenos climáticos nos pararon. Pero creo que eso es bueno. Porque hoy en día nos estamos consolidando con lo que tenemos, con toda la experiencia y el equipo. El plan es retomar esas 200 ha, no sé si el próximo año o cuándo, pero se van a retomar.
*Puede revisar nuestro especial “Olmos, a diez años del ‘milagro agrícola’ en el desierto”.