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Claves para una correcto manejo de poscosecha del cultivo

El avellano ya es visto como un frutal

En un invierno que está siendo más lluvioso que los últimos años, para el asesor Andrés Reyes, los manejos de poscosecha deben empezar mucho antes: en otoño, en una época en la que no hay lluvias, ya que así el clima no tendrá una gran incidencia en la aparición de enfermedades. Esa es, según el experto, la estrategia adecuada.

18 de Agosto 2023 Macarena Barriga Guerrero
El avellano ya es visto como un frutal

El avellano europeo cuenta con 32.000 hectáreas (ha) plantadas desde la región del Maule al sur de la región de Los Lagos.

Prevención en el control de enfermedades y poda. Son los principales aspectos queso deben considerar si se quiere realizar un adecuado manejo de poscosecha en un huerto de avellano europeo. Ese tipo de trabajos permitirá aumentar la productividad en los huertos. Así lo aclara, Andrés Reyes, director de Agroreyes , empresa de asesoría técnica, generadora de conocimientos y tecnología para el desarrollo del avellano europeo, un cultivo que hoy cuenta con más de 32.000 hectáreas (ha) plantadas, distribuidas desde la parte sur de la región del Maule hasta la región de Los Lagos.

Andrés Reyes, director de Agroreyes.

“Si los productores quieren aumentar la producción, es fundamental que ejecuten un adecuado manejo de poscosecha del avellano europeo. Otoño es la estación fundamental, porque es un periodo en el que no hay precipitaciones, que incidirán en la aparición de enfermedades. El mensaje principal es la prevención de enfermedades bacterianas y, como segundo, es la poda. Una planta bien podada e iluminada, es una planta que dará mayor producción”, explica.

En el caso del control de enfermedades por bacterias, Pseudomonas syringae que causa el cancro bacterial y tizón bacterial, se sitúan como una las principales amenazas del cultivo en el país. Esta bacteria produce manchas difusas o necróticas, extensas y húmedas. Los cancros en las ramas son superficiales, pero pueden producir una muerte parcial de ramas y síntomas secundarios que incluyen marchitamiento, clorosis y desecamiento del follaje durante el verano.

Según el especialista, las labores en el huerto comienzan con la prevención de estas enfermedades con aplicaciones de cobre que permiten reducir la carga del inocuo. “En el avellano se realizan pocas aplicaciones, si es que lo comparamos con el cerezo o nogal, pero debemos estar preocupados de no contaminar los suelos, sobre todo si es que estamos estamos aplicando un complejo de microorganismos para mejorar la actividad radicular. Debemos tener cuidado con ello, porque estas aplicaciones también van bajando la carga de microorganismos del suelo, lo que no favorece a la planta y por consiguiente su productividad”, detalla el asesor.

PODAS EN OTOÑO

Para el experto, es ideal que los productores realicen la poda en otoño, entre los meses de abril, mayo o más tardar hasta el 15 de junio, ya que después de esas fechas comienza el aumento de lluvias que baja el rendimiento de la planta y aumenta la aparición de enfermedades que afectan al avellano europeo.

“El principal objetivo de la poda es lograr aumentar la producción, lo que es muy importante. Si tenemos una planta con buena iluminación, nos aseguramos que será una buena producción la próxima temporada. Ya no existe el mito que el avellano se poda poco o que no se poda, el avellano hoy es considerado como una fruta, por ende, tiene que haber una iluminación en la parte interna y externa de la planta”, comenta Reyes.

En el caso de los huertos modernos, recomienda aplicar podas mecánicas a través de sierras, que se acoplan al tractor. “Estas sierras van girando a alta velocidad y permiten tener iluminación entre las hileras. Es importante que exista un porcentaje de hojas en la planta, porque si esa poda se realiza en invierno, cuando la planta está en receso invernal, no tendremos los resultados que queremos como una buena iluminación, y una planta con vigor”, comenta.

Cuando finalizan los procesos de poda, comienzan los trabajos del control de maleza a través de la aplicación de herbicidas pre-emergentes que controlan malezas en los primeros estados del ciclo de vida, específicamente durante la germinación de las semillas (aparición de radícula). “Los herbicidas pre-emergentes se aplican en junio, ya que necesitamos tener humedad y lluvias, que favorecen a los ingredientes activos, que son químicos en los productos pesticidas que matan, controlan o repelen plagas”, agrega Reyes.

LA IMPORTANCIA DE LA FERTILIZACIÓN

La fertilización o disponibilidad de nutrientes constituye un tercer factor clave en el manejo de un huerto. Los niveles de nutrientes disponibles para la planta tendrán un efecto en el rendimiento final y también sobre otros factores que lo determinan, como el vigor, características anatómicas, histológicas, reacciones fisiológicas y eficiencia en el uso del agua.

Reyes dice que, en general, la poscosecha se asocia con recoger la fruta del árbol, pero es cuando la fruta adquiere la madurez fisiológica que, en el caso de esta especie, ocurre cerca del 15 de marzo. Por ello, recomienda hacer las aplicaciones de fertilización en estas fechas para lograr un vigor en la planta “Recomendamos aplicar 10% de nitrógeno en los campos, fósforo 30%, 60% de potasio para qué las plantas reciban una nutrición mineral balanceada de acuerdo a sus requerimientos para que la planta tenga una mayor tolerancia a los patógenos e insectos”, destaca.

Fertilizar es clave, porque la planta termina su proceso productivo agotada de nutrientes y estresada por las condiciones climáticas. Cuando empieza a caer la temperatura y humedad cerca del 15 de marzo, es una fecha ideal para qué la planta absorba los nutrientes que integrará en su raíz y los guardará como reserva, para usarla en el momento de la brotación, que ocurrirá en primavera. “Por lo tanto, tenderemos una mejor diferenciación, mejor elongación de brotes y eso ayuda a tener más material productivo”, subraya.

RIEGO SE PARA CON 40 MM DE LLUVIA EN LOS SUELOS

Reyes afirma que actualmente el avellano europeo tiene un requerimiento hídrico entre 7.000 m3/ha/año y 8.000 m3/ha/año, en una temporada de riego que se iniciará en octubre o cuando se tenga un nivel suficiente de humedad en el suelo. De acuerdo con cada temporada, si se logra una lluvia acumulada de 40 milímetros, se dará por finalizada la temporada de riego. “La mayoría de los suelos del avellano se comienzan a saturar con las lluvias”, dice Reyes.

El aporte hídrico tiene que ser cumplido por medio de un sistema de riego tecnificado que, en su mayoría, se trata de goteros, tradicionales o incluso subterráneos. “Actualmente, estamos probando esas mismas líneas con goteros, pero subterráneos. Son goteros especiales y es un sistema que tiene muchas ventajas, como el mejor aprovechamiento del agua, la entrega directa de nutrientes, control de la humedad superficial, un mejor control de la humedad sobre la fruta y, sobre todo, el aprovechamiento hídrico, que es un tema en el cual debemos meternos porque el avellano tiene una huella hídrica bastante alta. Entonces estamos trabajando en diferentes aristas para reducir la carga hídrica”, indica Reyes.

El aporte hídrico tiene que ser cumplido por medio de un sistema de riego, y como principal se encuentra el riego tecnificado a través de líneas de goteros, que entrega el 98% del agua y se adapta a la mayoría de los suelos.

Otro aspecto importante son las evaluaciones nutricionales. “En Agroreyes solicitamos diversos análisis, uno de suelo durante la temporada y foliares en diciembre para ver cómo está la planta y otro en marzo para diseñar el programa de fertilización durante la temporada que viene”, sostiene. Incluso, hay campos en los cuales están realizando un seguimiento cada quince días, con el objetivo de levantar la información de la forma más rápida.

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