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Lionel Arce, gerente de Complejo Agroindustrial Beta

“El arándano es un producto importante de nuestra cartera. El año pasado estaba en el orden del 35% de la facturación”

A siete años de su incursión en el cultivo de arándano, Complejo Agroindustrial Beta continúa ampliando su oferta exportable y avanzando con los ensayos de diez nuevas variedades. Su primer programa de papeles comerciales nos da una pista del ambicioso plan de crecimiento que prepara la agroindustrial y que contempla seguir creciendo en arándanos y palto, reemplazar áreas de espárrago y continuar impulsando el recambio varietal de uva de mesa. A las 5,000 hectáreas (ha) que ya dispone la compañía en todo el país, se sumarán 2,000 ha sembradas.

19 de Mayo 2021 Equipo Redagrícola
“El arándano es un producto importante de nuestra cartera. El año pasado estaba en el orden del 35% de la facturación”

Miriam Romainville Izaguirre

Lionel Arce, gerente general de Complejo Agroindustrial Beta.

El año 2021 comenzó con la primera emisión de papeles comerciales en la Bolsa de Valores de Lima (BVL) por parte de Complejo Agroindustrial Beta. La operación mandó un mensaje claro al mercado: la agroindustrial líder en exportación de espárrago fresco y congelado buscaba tener bases más firmes para continuar con su proceso de diversificación que incluye cultivos claves como el arándano, la uva de mesa y el palto. “La razón de los papeles comerciales fue tener un mejor soporte y estructura en aras de seguir creciendo”, confirma Lionel Arce, gerente de Complejo Agroindustrial Beta, compañía que ya bordea los US$200 millones en facturación y que este año cumple 27 años en operación.

En siete años, el arándano se ha convertido en el principal cultivo de la agroexportadora peruana. “El arándano es un producto importante de nuestra cartera, el año pasado estaba en el orden del 35% de facturación”, destaca Arce. En segundo lugar, se posicionó la uva de mesa, que representa un 30% de la facturación de Complejo Agroindustrial Beta, seguido del espárrago con 20%. El 15% restante se distribuye entre palta, granada y algo de cítricos. “La diversificación nos ayuda a distribuir el riesgo y aminorarlo”, sostiene el especialista.

Huerto de arándanos en Olmos, Lambayeque.

El arándano es un cultivo que ha tenido un crecimiento explosivo en el Perú. Se estima que su superficie crece cada año entre 1,500 y 2,000 hectáreas (ha). En el caso de Beta, su historia se remonta al 2014, cuando siembran 50 ha de arándanos en el departamento de Lambayeque. Ese mismo año identifican que se debía apostar por una variedad alternativa a la Biloxi, ya que se proyectaba que con el tiempo se generaría una sobreoferta que presionaría los precios a la baja.

“Entendimos que la variedad Biloxi iba a tener piernas muy cortas. Cuando estás solo, siembres lo que siembres te lo van a comprar. Sin embargo, rápidamente nos dimos cuenta que con esos precios —te hablo de hace ocho años en el que se manejaban precios de US$10 a US$12 el kilo— había una gran posibilidad de que se diera una inundación de siembra. Eso en el corto plazo iba a pasar factura”, explica. Por eso, desde el inicio realizaron ensayos con otras variedades de arándanos para evaluar cuál era la más productiva y cuál se adaptaba mejor al suelo y a las condiciones climáticas. “De las ocho variedades nos quedamos con una, que es la Ventura”, indica Arce, tras señalar que bajo su mirada “Ventura es la mejor variedad que existe. No hay en el Perú una variedad que en volumen pueda decir que es mejor que la Ventura”.

La compañía tiene un campo experimental de variedades de arándanos. Cuatro de las diez variedades con las que se viene ensayando pertenecen a Fall Creek.

Actualmente, Complejo Agroindustrial Beta posee 920 ha de arándanos, 95% de la superficie son áreas sembradas con la variedad Ventura y se ubican principalmente en Lambayeque. Si bien Arce considera que no existe por el momento una variedad tan productiva como Ventura, la compañía viene probando diez variedades nuevas para “ver cuál de ellas termina comportándose mejor”. “Se trata de un prueba y error. Al momento, tenemos una cantidad de variedades de arándanos que estamos trabajando y que vienen produciendo. Para que pueda decir esta variedad es mejor que la tengo ahora como testigo, que es la Ventura, necesito tiempo. Ese proceso puede durar de dos a tres años. En el arándano es rápido, en la uva es un poco más”, agrega. Cuatro de las variedades que están en etapa de pruebas pertenecen a Fall Creek y dos a una universidad de Estados Unidos.

El año pasado la agroindustrial exportó 10,000 toneladas de arándano fresco y 500 toneladas de arándano congelado. La fruta fresca llegó a Europa, EEUU y al mercado asiático, mientras que el arándano congelado arribó a Japón y EEUU. “Este año debemos seguir creciendo en el volumen de exportación. Debemos crecer más o menos en 30% o 40%”, estimó el ejecutivo. Cabe recordar que, del total de las plantaciones de arándanos, el 74% están entrando a la fase de alto rendimiento, mientras que el 100% de las plantaciones de uvas y espárragos que maneja Beta, se encuentran en dicha etapa.

DIVERSIFICAR PARA AMINORAR RIESGOS

En el mediano plazo, la estrategia de crecimiento de Complejo Agroindustrial Beta pasará por reemplazar áreas de espárrago, seguir creciendo en arándanos y paltos (ya sea Hass o Fuerte) y continuar impulsando el recambio varietal de uva de mesa. “Tenemos una brecha todavía de 2,000 ha que tenemos que poner verde, aparte de las 5,000 ha que ya tenemos”, anota. Las 2,000 ha servirán no solo para aumentar los volúmenes de producción de los cultivos con los que ya trabaja la compañía, sino también para sumar nuevas especies. Una de ellas es la cereza, que aún está en etapa de prueba y cuyo primer envío piloto se realizará en octubre.

La palta es un fruto bastante atractivo para la empresa. De las casi 950 ha sembradas de palta, 400 ha están en etapa de producción.

“Tenemos un plan definido en cuanto a crecimiento de áreas y reemplazo de áreas para terminar de consolidar nuestras operaciones en el Perú en los próximos tres años. La estrategia va dirigida fundamentalmente a palto, arándano, espárrago y uva”, sostiene el experto. La palta es un cultivo que genera mucha expectativa, ya que según Apoyo & Asociados registra márgenes de contribución atractivos. Arce explica que solo en el caso del cultivo de palta, de las casi 950 ha sembradas apenas 400 ha están en etapa de producción

Agroindustrial Beta es el tercer exportador más importante de uvas frescas del país. En las plantaciones de uvas, la compañía produce Red Globe, Crimson, Thompson, entre otras variedades. Este fruto comienza a producir a partir del año y medio, presentando rendimientos ascendentes, llegando a su máxima producción entre el cuarto y quinto año (alrededor de 33 t/ha). “Estamos más que contentos con la uva. Ha sido un año de máxima producción”, destaca Arce, quien aprovecha para felicitar al equipo de profesionales que trabajan con él. La firma despidió el 2020 con exportaciones por 3.3 millones de cajas de 8.2 kilos, 8% más que la temporada previa.

La compañía cuenta con un gran volumen de Red Globe, pero además viene sumando variedades licenciadas para responder a la demanda de los mercados destino. “Tenemos casi 400 ha de Red Globe. Lo que estamos haciendo es defender nuestras áreas de Red Globe para los mercados que consumen Red Globe, pero toda nuestra siembra nueva, o aquello que por su producción no nos está acompañando, es reemplazado por variedades patentadas. Tenemos un poco más de 100 ha de variedades patentadas. Las más importantes son Sweet Globe, Sweet Celebration, Ivory y Arra. Definitivamente la que más se está posicionando es la Sweet Globe”, destaca Arce.

El especialista señala que las variedades licenciadas en general son muy fértiles y contribuyen a ser más eficientes. No obstante, Arce proyecta que las variedades más cotizadas serán aquellas que puedan manifestar la mayor cantidad de atributos. “Hay variedades patentadas que está definido que no van. Lo primero que se define es si no desgrana mucho, si le cuesta pintar, si tiene problema de pardeamiento”, manifiesta. Otro aspecto es evaluado por los productores es el costo de producción de cada variedad.

UNA ESTRATEGIA CONTRACORRIENTE

Desde hace unos años la caída de precios internacionales ha llevado a los productores de espárrago a buscar una fórmula para reducir sus costos y ser más eficientes. Sin embargo, lo que nadie advertiría es cómo impactaría en el sector la pandemia y la nueva ley de promoción agraria. El espárrago fue el primer producto de agroexportación que enfrentó el impacto negativo de la pandemia en el Perú, ya que a mediados de marzo del 2020 era el único producto que estaba prácticamente en cosecha, es decir en plena producción. “Nos enfrentamos a una realidad que no sabíamos cómo manejarla. Tuvimos altos sobrecostos, tuvimos muy pocas eficiencias, además de problemas para conseguir gente para las cosechas”, recuerda Arce.

Anualmente facturan alrededor de US$50 millones entre espárrago fresco y congelado, de los cuales US$33 millones corresponden a fresco.

Uno de los principales retos que enfrenta el sector esparraguero está vinculado al incremento del flete aéreo. Precisamente casi un 60% del total de espárragos son enviados por vía área. Esto terminó impactando en las exportaciones de espárragos de la compañía en el 2020, Arce señala que sus envíos cayeron 10% interanual en términos de volumen, al ubicarse en torno a los 22 millones de cajas. “Creo que este año va a caer un poco más”, anticipa.

Por su parte, la nueva ley de promoción agraria terminó por generar más preocupaciones en el sector. El dispositivo contempla que la remuneración básica no puede ser menor al sueldo mínimo; también que el trabajador percibirá una Bonificación Especial por Trabajo Agrario (BETA) y que tendrá que estar asegurado en EsSalud. “El tema de la ley agraria termina complicando más la situación”, advierte Arce, quien continúa y señala, “La pregunta que fue hecha en su momento en Beta fue ¿o nos quedamos o nos vamos? Ha habido varias empresas que también se hicieron esa pregunta y que optaron por irse. Nosotros en contracorriente hemos decidido quedarnos”.

La segunda exportadora de espárragos frescos y la principal en espárragos congelados a nivel nacional decidió que quedarse en el negocio implicaría reformular su estrategia. Así, el enfoque de la compañía pasa por ser aún más eficiente y aprovechar todo el ‘know how’ ganado en los 25 años que vienen trabajando con el cultivo. “El conocimiento, el manejo, la cartera de clientes, las barreras de entradas las tenemos claras. La problemática del sector la entendemos y creemos que podemos enfrentarnos a ella de una manera inteligente y que nos permita poder ser rentables”, sostiene, tras señalar que anualmente facturan alrededor de US$50 millones entre fresco y congelado, de los cuales US$33 millones corresponden a fresco.

Presencia directa en España

Adicionalmente, la empresa cuenta con una oficina comercial en España, en sociedad con la firma Hermanos Jiménez. “El mercado español es un mercado que tiene una característica distinta al resto de mercados europeos, llámese Inglaterra y Holanda. Modelos como el español están más dirigidos a los mercados mayoristas, que te dan una buena conexión, trazabilidad. Sin embargo, poco a poco van pasando a los supermercados. Tanto para nosotros como para Jiménez era importante tener una presencia en los supermercados”, dice. El objetivo de la firma es acercarse un poco más al cliente final y comercializar en la zona sur de Europa, Italia, España y Francia.

El dominio del negocio de espárrago que posee Complejo Agroindustrial Beta los ha llevado a entender en qué momentos del año es más conveniente exportar espárrago fresco y en cuáles conviene apostar por el espárrago congelado. “Tenemos momentos del año donde dedicamos gran parte del volumen al fresco, en otros momentos nos dedicamos al congelado. Lo que buscamos es ser altamente productivos en campo”, dice. También entendieron hace unos años que el congelado no debería ser visto como un subproducto del fresco, sino como un producto que tiene su propia cadena de distribución y comercialización. “Es un negocio más pequeño, sin embargo, es un negocio que es igualmente rentable y serio. Muchas veces se piensa que el procesado es un valor agregado, el procesado lo que hace es volver un producto perecible en no perecible”, dice.

El futuro de la compañía es prometedor. Su estrategia de crecimiento se apoyará en su política de diversificación geográfica y de cultivos, con el objetivo de disminuir el impacto de ciertos riesgos externos. Su mix de ventas continuará cambiando y priorizando cultivos alternativos al espárrago —que hasta el 2016 concentraba el 70% de las ventas totales—, tales como el arándano, la uva de mesa y la palta.

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