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El plus del país en el mercado

El arándano colombiano apuesta por el sabor como sello de identidad para conquistar los mercados internacionales

Aunque el mercado doméstico es muy atractivo para los productores de arándanos en Colombia, todas las proyecciones están dadas para llevar esta fruta a aquellos mercados que estén dispuestos a pagar por un sabor diferencial. Así lo destaca el gerente general de la Asociación Colombiana de Cultivadores de Blue Berries, Asocolblue, Fredy Cortés. Hoy hay 600 hectáreas plantadas y pese a que el crecimiento ha sido paulatino, el gremio no descarta poder llegar a las 1.000 en 2025.

04 de Octubre 2024 Ximena González Vidal
El arándano colombiano apuesta por el sabor como sello de identidad para conquistar los mercados internacionales

Si bien la agroindustria del arándano en Colombia no ha crecido al ritmo que se esperaba, lo que sí es cierto es que el país tiene un gran potencial para ser un jugador de grandes ligas a nivel internacional. “No podremos competir con Perú en área plantada o grandes producciones, pero podemos competir con un sabor diferencial”, dice Fredy Cortés, gerente general de la Asociación Colombiana de Cultivadores de Blue Berries, Asocolblue.

Y es que, según el directivo, el país cuenta con climas y aguas ideales para el desarrollo del cultivo lo que permite obtener una fruta con un sabor más intenso y como el mismo lo dice, “un arándano con el balance perfecto entre acidez y dulzor”. Asimismo, Colombia cuenta con ventajas como su cercanía a uno de los mercados más importante como lo es EE UU., y también tiene la posibilidad de producir las 52 semanas del año un producto de calidad.

Aunque las proyecciones estaban dadas para que al cierre del 2023 el sector llegara a las 1.000 hectáreas, actualmente, según cifras del gremio, hay aproximadamente 600 hectáreas pertenecientes a pequeños y grandes productores, principalmente en los departamentos de Cundinamarca y Boyacá. 

De ese total, de acuerdo con Cortés, unas 250 a 300 hectáreas hacen parte de los 25 asociados con lo que cuenta a la fecha Asocolblue. “Tenemos productores con 100 hectáreas, hay otros con 20, otros tienen 40 hectáreas, pero incluso hay algunos con solo una hectárea plantada”, dice y menciona que también hay otras asociaciones que agrupan a muy pequeños productores, con menos de una hectárea, entre 2.000 y 3.000 plantas.

Por otro lado, indica que el crecimiento se viene dando de manera paulatina pero que cada vez hay más conocimiento e interés por esta industria. “Seguramente este año pueden entrar a producción unas 40 hectáreas. Además, sabemos que se va a desarrollar un proyecto en el mediano plaza de 100 hectáreas en Villapinzón, Cundinamarca”. La meta dice, continúa siendo llegar a esas 1.000 hectáreas que se tenían proyectadas en un inicio. “Esperamos tenerlas de aquí al 2025”.

Cortés comenta además que vienen adelantando un plan de trabajo para lograr que el arándano colombiano pueda ingresar directamente a EE UU, es decir, sin tratamiento en frío. “Estamos trabajando de la mano con el ICA para verificar que los predios que se encuentren entre los 2.500 y 3.000 msnm están libres de la prevalencia de la mosca de la fruta, una de las plagas cuarentenarias que EE UU tiene en constante monitoreo”. Para ello están realizando monitoreos quincenales a través de trampas autorizadas por la entidad.

INFRAESTRUCTURA, EL TALÓN DE AQUILES

Según el dirigente gremial, en su mayoría las infraestructuras que hay en el país hoy en día no responden a las necesidades del cultivo para tener un arándano de calidad.  “Nos hemos dado cuenta que si no cubrimos el cultivo, por lo menos con variedades como la Biloxi y la Emerald nunca vamos a tener la productividad, ni la calidad necesaria para poder exportar”, dice y señala que por las constantes lluvias que se presentan en el país, y si el cultivo está al aire libre se ve afectado el Bloom y por ende la calidad de la fruta.

“Además, cuando está lloviendo en teoría no se debe cosechar y hay gente que no le queda más posibilidad porque como el cultivo no está cubierto debe cosecha la fruta mojada y esta se daña con más facilidad”. Explica que también la lluvia impide que se hagan labores culturales necesarias como, por ejemplo, aplicaciones de control de plagas y enfermedades.

“Son muchos factores los que nos indican que tenemos que cubrir el cultivo para hacer un buen manejo cultural y que la fruta tenga la calidad y la cantidad necesaria”, resalta Cortés.

ALGUNAS DE LAS CAUSAS DE LA DESACELERACIÓN EN EL ÁREA PLANTADA

El sector en Colombia ha debido enfrentar diversos retos para su crecimiento. Según cuenta Fredy Cortés, la coyuntura financiera del país y las altas tasas de interés han llevado a que en el mediano plazo muchos proyectos no sean viables ni rentables y esto se traduce en una desaceleración en el crecimiento del área plantada.

Por otro lado, Cortés manifiesta que la falta de conocimiento total sobre el cultivo también ha sido un freno para la industria en el país. “No tenemos aún el conocimiento completo sobre esta industria, yo creo que ningún cultivador hoy puede decir que sabe 100% cómo cultivar arándanos en Colombia”. Y más aún, si se tiene en cuenta que el país tiene ciertas particularidades climatológicas y geográficas que varían de una zona a otra.

“Aun cuando tengamos producción las 52 semanas del año, hay diferencias en cada piso térmico. Puede haber un cultivo a 2.900 msnm y otro a 2.600 y hay mucha diferencia en cómo se deben manejar y qué variedades se deben sembrar en esas alturas”, resalta el directivo sobre un proceso sobre el cual siguen en constante aprendizaje.

“Otro aspecto por el cual creo que no hemos crecido como estaba proyectado es porque muchos productores que comenzaron hace unos cinco o seis años, lo hicieron quizá bajo un modelo de negocio que no estaba tan ajustado a la realidad y eso al final los llevó a no tener los rendimientos que estaban proyectados”.

Dice que, en teoría, sabían que una planta después de ser sembrada entraba en producción a los 12 meses, pero en el ejercicio se dieron cuenta que hay áreas donde empezaban a producir a los 16 meses. “Entonces muchos desistieron pues no estaban teniendo el retorno de su inversión como lo habían pensado”.

Vale destacar que, los costos de iniciar un proyecto de arándanos varían de acuerdo al paquete tecnológico implementado por el cultivador y puede llegar incluyendo el uso de invernaderos y agricultura de presión a los $500 millones por hectárea.

ASOCOLBLUE APUESTA POR LA EXPORTACIÓN

De los 25 productores asociados, hoy en día tres están haciendo ejercicios de exportación, el restante distribuye su fruta a nivel local en los diferentes supermercados. “Tanto la asociación como cada productor tiene su propia operación comercial, pero algunos, los más pequeños que no tienen la cantidad de fruta suficiente, entregan la fruta a la asociación y de esta manera la comercializamos”. Cortés destaca que esta ha sido un buena alternativa para llegar a las grandes superficies y consolidar volúmenes a nivel local.

Por otro lado, Asocolblue espera a partir del mes de febrero tener las primeras experiencias de exportación a nivel de asociación con los productores que ya están certificados para hacerlo. “Desde el 2022 comenzamos de la mano del ICA y de Asohofrucol a capacitar y certificar predios con buenas prácticas agrícolas y predios exportadores y el año pasado, en el 2023 se hizo el trabajo de certificar esos mismos predios con Global GAB”. Resalta que, en ese sentido, ya tienen una parte del camino recorrido y ya es un hecho que este año Asocolblue exportará arándanos, obviamente, resalta Cortés, serán volúmenes pequeños, la cifra aún no la tienen proyectada.

Si bien el directivo resalta que, de la producción actual, cerca de un 90% se queda en el mercado nacional, exportar es algo que sí o sí debe hacer el país. “Es algo que debemos hacer porque el mercado comienza a presentar saturación a medida que vaya entrando más fruta y va a llegar el momento en donde todos estos proyectos que están iniciando entrarán en producción y el mercado se va a saturar, lo que implica que el precio va a bajar”, dice y agrega que, hay que pensar en la exportación, pero pensando en un mercado diferencial. “En Colombia tenemos que concentrarnos en un nicho de mercado que pague ese sabor intenso de nuestra fruta”, puntualiza.

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