“El año de la verdad” de la cereza
En junio del año pasado, durante la Conferencia Redagrícola 2017, Juan Pablo Subercaseaux advirtió sobre los riesgos asociados a una gran cosecha de cereza. Casi todas sus predicciones se cumplieron. En febrero de 2018, al término de la temporada, revisamos con el experto una a una sus presunciones. El futuro de la cereza se vislumbra como un buen negocio frutícola, pero dentro de lo normal, “quien lo hace bien hace un buen negocio, y quien lo hace mal o no está en el clima adecuado, pierde plata”, señala.
En su presentación sobre “Cómo resguardarnos frente al boom del cerezo” de la 4ª Conferencia Redagrícola Chile, Juan Pablo Subercaseaux, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica, ingeniero agrónomo, MBA, productor de cerezas, planteó las posibles consecuencias si el potencial productivo de este frutal se expresaba a plena capacidad. Las condiciones climáticas del año permitieron que sucediera y el potencial productivo se expresó.
–Hace ocho meses predijiste que íbamos a llegar a 35 millones de cajas exportadas y que sería el último año del boom del cerezo. ¿Qué pasó, finalmente?
–La frase “el año de la verdad” es la más adecuada. Pronostiqué un aumento de un 70% en relación a la temporada previa, y el incremento fue mayor. De acuerdo a datos de exportadoras, se estima que la cifra resultó cercana a las 37 millones de cajas (36.942.800 cajas equivalente 5 kg). Un aumento cercano al 100% respecto de las 18.963.800 cajas equivalente 5 kg del año anterior.
–¿Los retornos a productor bajaron proporcionalmente?
–Esperaba valores en torno a los US$2,5 promedio. La buena noticia es que el promedio se situó en el orden de los 3 dólares, gracias a la buena logística de China, y el envío de fruta a otros mercados.
CHINA “HIZO LA PEGA” Y SE SUMARON MERCADOS ALTERNATIVOS
Para Subercaseaux, uno de los resultados positivos de la temporada fue precisamente el comportamiento de dichos mercados:
–Tenemos la imagen de una población china inmensa, donde si cada habitante comiera una cereza, consumirían varias veces nuestra producción. Sin embargo, hay aspectos logísticos que complican distribuir en todo el territorio. El 2007, con un tercio de la fruta que tuvimos este año, existieron graves problemas de logística. Pero este año China “hizo la pega”, fue capaz de recibir bastante bien un tremendo volumen de cerezas. Eso nos da la tranquilidad de saber que tenemos un mercado capaz de absorber nuestra producción a un buen precio. Aun así, esta temporada se segregó muchísimo; como nunca, se van a ver enormes diferencias de precio entre fruta de buena calidad y la que no llegó en las mejores condiciones, e igual con los calibres. Los buenos arribos se pagaron muy bien; los malos, extraordinariamente mal. Un punto importante es la apuesta de exportadoras por otros mercados que comenzaron a resultar interesantes ante los menores precios de China. No competían contra los US$5 a productor, pero sí pueden hacerlo en muy buenos términos a los 3 dólares de este año. Ahí se hacen más atractivos compradores históricos, como EE.UU., país que era el destino del 80% de las cerezas Chilenas hace 20 años y que hoy representa cerca del 12%. Canadá, Europa, Corea y Japón son también atractivos. Creo que van a ser premiadas aquellas exportadoras que, sobre todo en años de mucho volumen, diversifiquen mercados.
EL CALIBRE XL YA NO ES NEGOCIO
De acuerdo a la experiencia anterior de gran cuaja, ocurrida en 2007/08, los calibres pequeños sufrirían las mayores consecuencias negativas en su comercialización. La realidad de 2017/18 lo verificó.
–Tal vez en noviembre se envió algo de calibre L, de 22 a 24 mm, pero ya en diciembre no se exportó. Y además de tener que mandar esa fruta a “comercial”, para el mercado chileno, hay que pagar el proceso. En castellano, se debe poner plata encima en el minuto de meterla a la línea. Incluso el calibre XL, que antes vendía bien, ahora va a dejar muy poco retorno al productor una vez pagado el proceso. Es plata por plata. El productor que quiera tener un buen negocio con cereza es aquel que va a concentrar sus calibres en Jumbo, extra Jumbo, y de ahí hacia arriba. Ya el XL es un calibre que no renta.
Otro de los vaticinios puestos a prueba se refería a una enorme demanda de una mano de obra escasa, y por lo tanto una presión al aumento de los salarios.
–El requerimiento de mano de obra que tuvimos en diciembre –constata el entrevistado–, que es el peak, porque se junta con la cosecha de arándanos y con el arreglo de racimos en uva de mesa, fue bastante estresante. Sin embargo, esa situación crítica estuvo muy subsidiada por la inmigración que hemos visto en los últimos dos o tres años, con personas dispuestas a esforzarse para obtener recurso económico. Cuando se produce una gran demanda de mano de obra, los sueldos van al alza, pero la oferta este año fue aumentada por los inmigrantes, y eso ayudó mucho a sobrevivir a la demanda de mano de obra. Eso sí, casi todos tuvimos que sacrificar algunos sectores, los de peor condición y menores calibres, porque no teníamos la gente necesaria para cosecharlos.
ATOCHAMIENTO EN LAS LÍNEA DE PROCESO
–¿Se vio atochamiento en las líneas de packing?
–Las líneas de proceso disponibles en Chile son de alto rendimiento y muy modernas, capaces de absorber toneladas de cereza por hora. No obstante, se venían comprando en relación a los volúmenes de fruta “normales” y teníamos packing para procesar cerca de 30 millones de cajas. Ello se tradujo en un atascamiento en varias plantas de proceso, particularmente después del 15 de diciembre. Lo anterior significó varios días de atraso en el proceso de la fruta. Aunque nadie puede vanagloriarse de haber tenido una temporada relajada, mientras unas plantas, en su peor minuto, hicieron esperar tres días, otras llegaron a 14 días de atraso. Las cerezas que demoran más de 48 horas su proceso, van afectando su calidad y potencial de vida postcosecha. Hoy cada productor debe sacar sus conclusiones dependiendo del funcionamiento de sus exportadoras. Además de considerar el precio de la liquidación, habrá que sumar el factor de la capacidad de procesamiento antes de 48 horas. A nadie le interesa perder un porcentaje alto de producto exportable ni de calidad en la llegada, por quedarse atochado.
Subercaseaux se pone en el lugar de las exportadoras:
–Una buena máquina para selección de cereza cuesta cerca de 4 millones de dólares. Las empresas que compraron las máquinas este año probablemente las pagaron en la misma temporada, porque fueron capaces de procesar millones de kilos, sin embargo, estaba el riesgo de tenerlas sin fruta por 4 o 5 años: mucho tiempo para ser una inversión rentable. Hay algunos que hacen esa apuesta antes de enfrentar las sobrecuajas y los grandes volúmenes, en tanto otros esperan los colapsos para efectuar la inversión.
EL SINCERAMIENTO DEL PRECIO DE MEDIANO PLAZO
El académico y productor vuelve a poner la mirada en las similitudes con la temporada 2007/08:
–Estos ciclos de súper cuaja y aumentos hasta del 100% de la producción se vienen repitiendo cada 10 años. Y nos dejan algunas claras conclusiones.
La lección más importante del “año de la verdad”, de acuerdo a Juan Pablo Subercaseaux, es el sinceramiento del precio de mediano plazo de la cereza.
–Yo no puedo decirle a nadie cuánto va a ganar, porque eso depende de la zona, de la variedad y de muchos otros factores. A los productores simplemente les planteo: en la zona donde estén, tomen el retorno a productor de este año de las variedades que tienen o van a plantar, y usen esos retornos en la evaluación de su proyecto. Si sacó US$3, calcúlelo con ese número; o si tenía una variedad temprana y le dieron US$4, perfecto. El valor de este año es lo más cercano a lo que ocurrirá en el futuro, porque es lo que pasa cuando hay 40 millones de cajas inundando el mercado chino. No haga tal de decir, “no, este año lo voy a promediar con el año pasado”. Eso es un absurdo. ¡En el futuro va a haber mucha fruta! Debemos acordarnos de que Chile crece a una tasa rápida en la plantación de cerezos. El precio se va a ir ajustando a volúmenes de oferta en aumento. Y el año de excesiva cuaja, que si se repite cada 10 años, lo tendremos el 2027, podemos duplicar volumen, llegando a 80 millones de cajas.
TRATAR DE ALEJARSE DE LAS SEMANAS DE MAYOR CONCENTRACIÓN DE EMBARQUES
Un “detalle” que se hizo muy visible: no es lo mismo entregar fruta a fines de noviembre que hacerlo entre el 15 y el 25 de diciembre. De acuerdo a las cifras manejadas por Subercaseaux, los embarques superaron los 6 millones de cajas durante 2 semanas, pasaron de 5 millones en 1 semana y lo mismo para los 4 millones de cajas, mientras los 3 millones se alcanzaron en 2 semanas de la temporada.
–En noviembre los packing están bastante desocupados. Los productores tempranos y tardíos no tienen problemas. Entonces, hay que también tomar en cuenta eso al momento de elegir la variedad para no concentrar toda mi producción en los momentos más críticos de capacidad de proceso. Y si soy temprano, tratar de irme hacia noviembre; si soy más bien tardío tratar de pasar a enero.
Luego, tomar en cuenta la capacidad de packing de la exportadora, conocer su equipamiento. “Tal vez no estar jugado 100% en una, sino en dos o tres. Lo que pasó no se debe olvidar, tenemos que tomar nota”, indica.
NO HAY UN PLAN B PARA LAS CEREZAS CHICAS Y DE MALA CALIDAD
Por otra parte, el experto enfatiza que la cereza es un negocio “de calibre y condición”. Se hace imprescindible que los productores empiecen a concentrarse en Jumbo, extra Jumbo y de ahí hacia arriba.
–Necesito una cereza que tenga piernas y que sea grande. La cereza que no viaje o de calibre L o XL, no sirve. Tendremos que ver cómo hacemos las podas y un raleo muy temprano, porque ya el raleo de fruta no tiene efecto y la suerte está echada. Si, por sobreproducción, por mala calidad de las plantas, porque la variedad no da buen calibre, obtuve más del 50% entre L y XL, el negocio va a ser pésimo. Si logro buenos calibres y calidad de fruta con volúmenes sobre 10 toneladas por hectárea, a 3 dólares hago un excelente negocio. En cambio con muchas toneladas pero sin los calibres que realmente tienen precio, aunque sea muy eficiente en un montón de cosas, me voy a la quiebra. No hay otra alternativa, no hay un plan B para las cerezas de calibre pequeño o de mala calidad.
–¿Cómo seguirá la tendencia de las plantaciones?
–Las cifras de los viveros hablan de algo más de 11 millones de plantas actualmente. Para simplificar el cálculo, si dividimos por 1.000 plantas por hectárea, equivalen a 11.000 ha. Y hay una cantidad importante de multiplicación informal. No creo que se vaya a plantar ese volumen de plantas este año. Pienso que se va a seguir plantando a una tasa menor, tal vez una parte de las plantas a ojo dormido se guarden para comercializarlas el próximo año como plantas terminadas.
–¿Es tiempo todavía para seguir invirtiendo en cerezo y aumentar la superficie?
–No hay una norma general. Si alguien conoce el negocio, lo está haciendo estupendamente bien en 100 ha y quiere agregar 50 ha más en una zona agroclimáticamente favorable al cerezo… le va a ir bien. Pero hay muchos proyectos con costos de inversión de 80 mil dólares/ha. Yo afirmo que es muy difícil recuperar esa inversión, porque nunca volveremos a los retornos de años atrás. El mayor error que se puede cometer hoy es utilizar precios del pasado para proyectar un negocio del futuro.