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Efecto del tamaño del fruto y la formulación del plaguicida en la estimación del período de carencia

08 de Agosto 2017 Equipo Redagrícola
Efecto del tamaño del fruto y la formulación del plaguicida en la estimación del período de carencia

Por Claudio Allister / Manuel Araya / Kevin Becerra /

Jorge Saavedra / Marcelo Kogan

 

Se ha indicado que la estimación del Período de Carencia (PC) dependería de muchos factores, tales como: especie, variedad, formulación y características físico-químicas del plaguicida, uso de adyuvante, método de aplicación, estado de desarrollo del fruto, condiciones climáticas (Cabras y Angioni, 2000; Marin et al., 2003), e incluso algunos consideran que el origen del ingrediente activo (fabricante) podría tener alguna importancia. Sin embargo, no todos estos factores tendrán un efecto significativo o de real importancia, dado que a nivel de campo una mala aplicación (dosificación, calibración, estado de boquillas, etc.), tendrá un impacto mucho mayor en el PC de un plaguicida que cualquier otro factor, dado su efecto sobre el depósito inicial y distribución del plaguicida.

Los resultados que se han obtenido en los cuatro años de ejecución del proyecto FONDECYT 1120925, realizado por el grupo de investigadores de SIDAL en conjunto con DATA Chem Agrofood Group de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, han ido mostrando que de todas las variables antes indicadas, las más significativas serían: tamaño del fruto al momento de aplicación, especie, zona agroecológica y técnica de aplicación.

En el presente artículo se entregan resultados respecto del efecto en la estimación del PC del tamaño del fruto al momento de la aplicación de tres plaguicidas, cada uno de ellos en dos formulaciones.

INCIDENCIA DEL TAMAÑO DEL FRUTO

Como se observa en la Figura 1, existe una clara relación entre el diámetro de las bayas del racimo de uva y de la manzana con el depósito inicial de los plaguicidas. Estos resultados, obtenidos para los insecticidas acetamiprid y buprofezin, y el fungicida fenhexamid, muestran que al aumentar el tamaño del fruto, medido como diámetro ecuatorial, se va reduciendo el depósito inicial, hasta llegar a un punto en el cual un aumento en el diámetro no afectará la concentración del plaguicida.


Se podría pensar que en las etapas iniciales del crecimiento del fruto, al aumentar el depósito inicial, habría un PC mayor, sin embargo, esto no es totalmente cierto, dado que al realizar una aplicación en esos estados se produce una disipación más rápida del residuo del plaguicida debido al efecto combinado de la pérdida del residuo (degradación) más la dilución por efecto del crecimiento del fruto. Así, la tasa de disipación del residuo, o la cantidad en que se va reduciendo la concentración del plaguicida día a día, correspondió a 0,033 mg/kg/día por cada milímetro de crecimiento de la baya de uva, y en el caso de la manzana fue de 0,014 mg/kg/día. Por ejemplo, al aplicar un plaguicida en una baya con un diámetro de 5 mm, diariamente se reduciría la concentración del plaguicida en 0,2 mg/kg, lo que corresponde a una tasa normal para este diámetro; pero si este mismo producto se aplica en una baya con un diámetro de 9 mm, la tasa de disipación diaria se reduciría aproximadamente a 0,1 mg/kg, lo que podría significar que el PC no varíe, dado el menor depósito inicial cuando la baya presento un diámetro de 9 mm (Figura 1 B).

EL POSIBLE EFECTO DE LA FORMULACIÓN

La formulación de un plaguicida tiene por función principal facilitar la solubilización del ingrediente activo en la solución de aplicación y mejorar su eficacia para el control de la plaga. Sin embargo, su efecto en el depósito inicial y la disipación del residuo, y por ende en el PC, no es muy claro.

Hay algunos trabajos en los que se han reportado una estrecha relación entre la formulación y el depósito inicial o la disipación de un residuo, sin embargo estos mismos muestran que al momento de la cosecha los residuos en los frutos son muy similares, independiente de la formulación aplicada, además de existir resultados muy variables dependiendo de la especie frutal (Angnioni et al., 2011; Zhou et al., 2014).

Algo similar se puede ver en el Cuadro 1, donde se presentan los depósitos iniciales de la aplicación de dos formulaciones de cada uno de los tres plaguicidas, y los residuos de ellos a los 40 días después de aplicación (DDA). En el caso de la uva se puede ver que no existió ningún efecto de la formulación en el depósito inicial o sobre los residuos finales, y sólo para el caso de fenhexamid aplicado en manzana se observó un leve cambio en el residuo final (40 DDA), pero no en el depósito inicial.

PERIODOS DE CARENCIA (PC)

En el Cuadro 2 se pueden ver los períodos de carencia (PC) estimados para cada una de las formulaciones de los tres plaguicidas, en tres estados de desarrollo de los frutos (bayas y manzanas), en base a la curva de disipación de cada uno de ellos. En el caso de la uva, los PC estimados para acetamiprid, buprofezin y fenhexamidno variaron en forma significativa al comparar los diferentes estados de desarrollo de las bayas al momento de la aplicación, aunque los depósitos iniciales fueron mayores al realizar las aplicaciones en los estados iniciales (Figura 1). Esto se explicaría, como se indicó, dado que en las primeras etapas de desarrollo del fruto la tasa de disipación de los residuos es más rápida que cuando los frutos ya han alcanzado un tamaño mayor al 60% de su tamaño final.

Donde sí existió un cambio en la estimación del PC fue en el caso de fenhexamid para manzana, ya que a medida que la aplicación de realizó en un estado de desarrollo mayor del fruto se produjo un aumento del PC. La explicación de esto es el resultado de tres factores. Primero la variación en los depósitos iniciales en manzana no serían tan dependientes de tamaño del fruto, en comparación a la uva (Figura 1); segundo, como se indicó, la tasa de disipación iría disminuyendo a medida que el fruto crece, y el tercer factor, y muy relevante para este caso, es que los LMRs en manzana, para fenhexamid, establecidos en los mercados de referencia (EUA y UE) son muy bajos respecto a las otros plaguicidas (0,01 mg/kg), y para cumplir esa tolerancia lo único que se puede hacer es aumentar el PC (Cuadro 2).

Racimo de Sauvignon Blanc.

A modo de resumen se puede indicar que el estado de desarrollo del fruto al momento de la aplicación de un plaguicida afectaría el depósito inicial y la tasa de disipación de los residuos. Sin embargo, los impactos de estos cambios en la estimación de los PC estarían muy relacionados a los LMRs a cumplir.

En el caso de plaguicidas que tengan altas tolerancias en los mercados de destino no sería tan relevante en que momento del desarrollo del fruto se realiza la aplicación del agroquímico para desarrollar su curva de disipación para así estimar su PC. Sin embargo, si se decidiera cambiar el momento de uso agronómico de un plaguicida (momento fenológico del cultivo), y se está pensando en lograr como objetivo frutos o productos con “residuos no detectables”, sería recomendable desarrollar nuevas curvas de disipación, para así disminuir la incertidumbre al estimar los nuevos PC.


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