“Hemos perdido mucho suelo y en todas partes han bajado los niveles de carbono”
Invitado por Croplife Latinoamérica, al “VIII Foro Internacional América Latina Alimentos para el Mundo” visitó Chile uno de los más destacados mejoradores de trigo del planeta, el indio Dr. Sanjaya Rajaram, Premio Mundial de la Alimentación 2014. Rajaram es señalado como el continuador del trabajo del Dr. Norman E. Borlaug, este último padre de la llamada Revolución Verde. El Dr. Rajaram ha realizado sus importantes aportes a la alimentación del mundo trabajando en el CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo) en México, donde también ha sido director.
En el CYMMIT el Dr. Rajaram ha desarrollado 480 variedades de trigo que han sido liberadas en 51 países de todo el mundo. Se calcula su aporte a la alimentación mundial en 200 millones de toneladas de trigo, en tanto que Borlaug, el padre de la Revolución Verde, se ha referido a Rajaram como “el mejor científico de trigo en la actualidad en el mundo”. En su visita a Chile, donde expuso en el “VIII Foro Internacional América Latina Alimentos para el Mundo”, el mejorador indio se refirió a los principales retos que enfrenta la agricultura mundial en relación a las necesidades futuras de alimentación de la población mundial.
LAS GRANDES CIFRAS MUNDIALES
La superficie de la Tierra, incluyendo agua, es de 315,04 millones de kilómetros cuadrados, pero de esta superficie solo 99,04 millones de kilómetros cuadrados están libres de hielo. Peor aún, un 46,5% de esta área no presenta desarrollo ya que son bosques, montañas, tundras o desiertos, lo que representa 37,44 millones de kilómetros cuadrados.
Es así que la superficie agrícola, arable o de pastizales, se reduce a 31,04 millones de kilómetros cuadrados (solo 38,6% de los 99,04 MM km2). El resto de la superficie, 14,9% (12 MM km2), corresponde a zonas rurales erosionadas, áreas urbanas, zonas reforestadas minas, caminos, vías y reservas. “Esos casi 100 millones de kilómetros cuadrados es el área con que contamos para trabajar”, señala Rajaram.
“DEBEMOS CONGELAR LA HUELLA DE CARBONO DE LA AGRICULTURA”
Pese a que muchos pueden pensar que el trigo es el alimento más importante del mundo, están equivocados, ya que es el arroz. “Solo el 55% de los cultivos a nivel global se utilizan para la alimentación humana y una cuarta parte de la humanidad debe recurrir a comer insectos regularmente para nutrirse. Uno de cada ocho humanos –850 millones de personas- se acuestan con hambre todas las noches”, advierte el científico.
La agricultura figura entre los grandes causantes del calentamiento global al emitir más gases de efecto invernadero que todos los automóviles, camiones, trenes y aviones combinados. Esto principalmente por el metano liberado por el ganado y los cultivos de arroz, el óxido nítrico de los campos fertilizados, el CO2 proveniente de la tala de bosques para dejar espacio a cultivos y ganadería, entre otros. La agricultura, según Rajaram, es así mismo “la actividad más sedienta y también contaminante del agua, debido a los escurrimientos de fertilizantes y abonos que afectan los delicados ecosistemas de lagos, ríos y costas. La agricultura también acelera la pérdida de biodiversidad” (Fuente: NGS 2014 Special Issue).
AUMENTAR RENDIMIENTOS EN LOS SUELOS MENOS PRODUCTIVOS
Sin embargo, al 2050 la población del planeta llegará o superará los 9.000 millones de habitantes. Entonces, ¿qué podemos hacer para satisfacer el crecimiento de la demanda? Pero además considerando “que no debemos utilizar más superficie para fines agrícolas si queremos proteger la biodiversidad, entre otros imperativos”, advierte Rajaram.
Considerando todo tipo de cultivos a nivel mundial hoy día utilizamos un área cercana a la superficie completa de Sudamérica para la agricultura en tanto que para ganadería el área que utilizamos es del tamaño de África. “Una prioridad fundamental es que debemos evitar la deforestación de modo de proteger el futuro de la agricultura, lo que nos obliga a producir más con la tierra que tenemos. Debemos aumentar el rendimiento de los suelos menos productivos para incrementar la producción con la tierra que ya cultivamos. Es decir, cerrar las brechas de rendimiento. Ese es mi principal mensaje y lo tenemos que aceptar”, enfatiza el mejorador.
Según Rajaram, esto se puede conseguir de varias formas e integrando diversas tecnologías, “usando mezclas adaptadas de fertilizantes ajustadas a las condiciones precisas del suelo; avanzando en la agricultura de conservación -incluyendo agricultura orgánica- para reducir el uso de agua y químicos; remplazando los sistemas de riego ineficientes por métodos más precisos, tales como el riego por goteo subterráneo; recolectando agua de lluvia a nivel de campo para hacer más eficiente el cultivo de hortalizas y frutas, ya que a veces llueve mucho pero ya no tenemos agua después de algunos meses; entre otros aspectos. Creo que podemos producir mucho más en invernaderos, huertos frutales y hortalizas, sin tener mucha más agua, también a nivel familiar”. El científico propone la intensificación sustentable de las pequeñas granjas en base a agricultura de conservación.
“HEMOS PERDIDO MUCHO SUELO Y EN TODAS PARTES HAN BAJADO LOS NIVELES DE CARBONO”
Necesitamos suelos sanos. “Hemos perdido muchos suelos. En realidad la materia orgánica de todos los suelos está muy mal y en todas partes han bajado los niveles de carbono. No podemos modernizar e implementar todo lo que necesitamos hacer si nuestros suelos no están sanos”.
Debemos avanzar en el mejoramiento genético de todos los cultivos. Granos básicos pero también frutales y hortalizas, incluyendo a los cultivos genéticamente modificados. Debemos administrar eficientemente el agua y recolectar el agua de lluvia. Avanzar en el manejo integrado de plagas ya que estas últimas son un gran problema a nivel mundial.
SITUACIÓN MUNDIAL DE LOS CULTIVOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS (GM)
“En esto de los GM el mundo está radicalmente dividido y una parte los quiere y otra parte no los quiere”, dice Rajaram, y entrega las cifras: Los cultivos GM ocupan un área de más de 160 millones de hectáreas de cultivadas por millones de productores de 29 países del mundo. Los cultivos biotecnológicos producen beneficios ambientales y socio económicos sostenibles y de importancia. De los 29 países en 2011, 19 eran países en desarrollo y 10 eran países industrializados. Los GM son utilizados por 7 millones de productores en China y otros 7 millones en India. EEUU continúa siendo el principal productor de cultivos GM (Fuente: Clive James).
El Dr. Sanjaya Rajaram también destaca los cultivos Harvest Plus (biofortificados), los que ayudan a mitigar la desnutrición de microelementos: yuca con vitamina A, frijol con hierro, maíz con vitamina A, mijo perla con hierro, arroz con zinc, trigo con zinc, etc. (http://www.harvestplus.org/). “Si no se reducen los rendimientos los cultivos Harvest Plus pueden ser muy útiles”, señala.
“DEBEMOS LOGRAR LA PRÓXIMA REVOLUCIÓN VERDE”
“Existe muchos más factores importantes pero voy a destacar algunos que inciden especialmente en las especies cultivadas más importantes”, dice Rajaram. “Necesitamos continuar desarrollando, prosigue, los cultivos genéticamente modificados, pero no solamente especies tales como algodón, soja y un par de maíces; necesitamos considerar otros cultivos grandes como, arroz, trigo, frijoles (porotos), casaba (yuca), etc., etc. Así mismo debemos desarrollar las tecnologías ‘hybrid vigor’, heterosis o de vigor híbrido ya que todavía no hemos explorado lo suficiente en los cultivos agrícolas; quizás algo en maíz, pero no en trigo o en arroz, los dos cultivos más grandes en el planeta, así como también otros”.
El principal mejorador mundial de trigo así mismo apunta a la importancia de la mecanización, de las grandes superficies pero también de las pequeñas granjas, “ya que los pequeños no están mecanizados”. El Dr. Sanjaya Rajaram enfatiza la necesidad de considerar a la pequeña agricultura o agricultura familiar en los desarrollos tecnológicos. “No podremos resolver el problema de la alimentación mundial si dejamos fuera a este segmento por lo que hay que llevar la tecnología a los pequeños agricultores y considerar sus problemas”.
Finalmente, un aspecto en el que Rajaram insiste y que considera clave, es la importancia de restaurar la “salud de los suelos”, especialmente en lo que respecta a mejorar los contenidos de materia orgánica, o más precisamente, restaurar los niveles de carbono de los suelos.