“Dependerá de cuál sea la cantidad de semillas nuevas para que el espárrago vuelva a crecer”
Conoce el cultivo porque lo produjo y exportó durante casi veinte años. Sabe cuáles son sus puntos fuertes y también los débiles. Observa que la demanda no decae y que la oferta peruana en los próximos cinco años se mantendrá a los niveles actuales. Se percata de que el futuro dependerá, en gran medida, de la disponibilidad de nuevas semillas. Incluso recomienda que antes que el espárrago hay otras alternativas dónde invertir. Javier Sánchez Vigo analiza el pasado, presente y futuro de la principal hortaliza peruana.
Javier Sánchez Vigo conoce de primera mano el cultivo del espárrago en Perú, sabe cuáles son sus fortalezas y debilidades. También cuáles son las amenazas y oportunidades que enfrenta un cultivo del cual fue productor y exportador durante casi dos décadas, desde 1989 hasta 2007, tiempo en el que manejó cerca de 650 ha en Cañete, Chincha, Pisco e Ica, que se fueron reemplazando paulatinamente a medida que los campos llegaban al tope de su vida útil que, en promedio, en el Perú suele ser de catorce años, porque en Ica suele ser un poco más, pero en Trujillo suelen durar menos. Tras siete años alejado de la actividad productiva y exportadora, Sánchez Vigo sigue manteniendo algunas asesorías y es requerido constantemente desde Chile, donde estuvo el pasado mes de septiembre, como invitado principal, participando de un seminario dedicado a esta hortaliza.
– ¿Cuánto ha cambiado la producción de espárrago en Perú?
– Ha cambiado, sobre todo porque ha habido un recambio de esas hectáreas, que por edad, eran poco productivas. Las áreas cultivadas eran maduras y no había producción de semillas para ir replantando. Eso ha hecho que agricultores y empresas que antes se dedicaban un 100% al cultivo del espárrago, hoy siguen teniendo espárragos, en una superficie más reducida, y en esas áreas que antes habían sembrado espárragos, hoy tienen uva de mesa, palta, mandarinas, granadas e incluso arándanos. Eso es lo que ha ocasionado una reducción de la superficie sembrada. Además, la cosecha también ha cambiado porque antes se programaban con dos a tres brotes y hoy se programa mayormente solo uno, en gran parte debido a la presión de los mercados y también por la presión de plagas.
– ¿Cómo crees que está actualmente la producción de espárragos?
– Ahorita hay un pequeño respiro en cuanto a las nuevas plantaciones, sobre todo en la región en Lambayeque (en Olmos), donde hoy debe haber unas 1,000 ha. También hay cierta producción de semillas que están llegando al Perú y que, rápidamente se están replantando. Pero también existen zonas productoras donde hay escasez de agua y donde el espárrago definitivamente no es una alternativa productiva.
– ¿Dónde podría tener mejor presente y futuro?
– Ica es la zona esparraguera por excelencia. Es una zona donde históricamente se han obtenido buenas productividades por hectárea, donde se obtiene un producto de buena calidad y se puede producir todo el año. Sin embargo, hay muchas plantaciones que son viejas y los productores están buscando alternativas, por eso es que muchos se han movido hacia otras zonas del norte. Bajo mi experiencia son zonas que tienen potencial, pero con el inconveniente de que allí no se da el espárrago todo el año como actualmente ocurre en Trujillo e Ica. Lo nuevo, repito, se está dando en la región Lambayeque (Olmos y Jayanca), pero muy poco aún.
Un análisis FODA al espárrago peruano
Fortalezas: “Gran parte de la fortaleza del Perú, y que no solo se da en el cultivo del espárrago, es que se puede producir todo el año. Además somos capaces de venderlos frescos, congelados o en conservas. Eso, cuando salimos al mercado, es una ventaja competitiva tremenda, porque tenemos una oferta exportable que puede cubrir distintos tipos de mercados. Es algo que se da tanto en blanco como el verde. Es más, hay productores que trabajan el espárrago blanco y que hacen el proceso de transición para destinar esa superficie al espárrago verde”.
Oportunidades: “El espárrago es una hortaliza que se consume en buena parte del mundo. Perú está exportando a más de 70 países y esa oferta se está complementando con otros productos porque quien vende uva también produce espárrago, quien produce palta también produce espárragos y quien produce cítricos también produce espárragos, por ejemplo. Muchas grandes empresas tienen una amplia canasta de productos, lo que hace que seamos vistos como proveedores estratégicos”.
Debilidades: “Desde hace mucho tiempo que no hay una real preocupación por la investigación y generación de nuevas variedades. La genética que usamos está basada en EE UU, Europa y, más recientemente, en Chile. La oferta es muy baja para la demanda que hay, aun cuando se está disminuyendo el área sembrada. En un ambiente de cultivo casi intensivo la incidencia de plagas y enfermedades es alta y, por lo tanto, muy riesgosa y eso requiere de mucho control, sobre todo por las exigencias de nuestros compradores, a los que debemos asegurar que el espárrago que están comprando es un alimento seguro”.
Amenazas: “EE UU ha dictado una directiva que ya no fumigará el espárrago en destino y nos está obligando a desarrollar protocolos para fumigar aquí en Perú. Eso se convierte en una barrera y amenaza porque quienes no puedan hacer fumigación, deberán destinar su producción a otros mercados. Sin embargo, esos mercados también se están volviendo exigentes como son Europa y últimamente China. Japón es otro caso de un mercado que es altamente exigente con los productos que entrar al país. En definitiva, las normativas, directrices y requerimientos de calidad alimentaria están globalizadas y, si queremos ingresar a un mercado, debemos cumplirlas. En caso contrario, se nos cerrarán las puertas”.
– La productividad por hectárea es un problema latente.
– La productividad, sin duda, ha disminuido. Y eso se debe en gran medida a la presión que hay de plagas y enfermedades, que es uno de los factores por los cuales también se han incrementado los costos productivos. En la zona norte, creo que las plantaciones nuevas también tendrán todos esos problemas desde un comienzo. El manejo agronómico no ha cambiado mucho. La preparación de la tierra, incorporación de materia orgánica y enmiendas químicas son los mismos que se hacían hace diez o más años. En cuanto a los planes de fertilización hay muchos estudios, literatura y experiencia peruana muy buena de dónde apoyarse. Otro tema relevante es el costo de la mano de obra, que está siendo cada vez mayor. Y esa mano de obra además cada vez es más escasa, en la medida en que se han añadido nuevos productos a la canasta exportadora de las empresas, hay un problema de escasez, sobre todo porque en determinados momentos se juntan las cosechas de espárrago con la de uva de mesa en algunos casos, pero también con la de paltos, mandarinas y hortalizas menores en otros. Generalmente la mano de obra se va a aquellos sectores donde se les paga más como es la uva de mesa o el palto, por ejemplo, dejando desabastecida de mano de obra la cosecha del espárrago. Y esa mano de obra es la que hay que ‘reconquistar’.
– ¿Cómo ves el futuro de la producción?
– Vamos a estar unos cinco años más con estos ritmos de producción garantizados. Dependerá de cuál sea la cantidad de semillas nuevas para que el espárrago peruano vuelva a crecer. Yo veo que hay muchas empresas que desean mantener el área productiva que tienen hoy en día y están en la búsqueda de áreas libres en otras regiones.
– ¿Es el espárrago una alternativa para alguien que desea invertir en este cultivo?
– No, creo que no. No es el rubro adecuado para un empresario nuevo que desee invertir. No es un rubro atractivo porque hay que crearse un ‘know how’ tremendo en torno a este cultivo. Quizás podría serlo si se asocia con una empresa del sector, pero creo que para un nuevo inversionista es mucho más atractivo y ‘facil’ invertir en uva de mesa, palta o incluso el arándanos (de éstos además hay “semillas” disponibles).