Daños asociados a las aplicaciones de aceite y cianamida hidrogenada en nogal
Gamalier Lemus Sepúlveda. INIA – Rayentué
En los últimos años se ha observado en diferentes localidades de la zona productora de nueces, muerte de ramas a salidas del invierno: secundarias y terciarias de un árbol, en su nivel más leve, hasta la muerte de plantas (Figura 1).
La preocupación de los productores radica en que esta situación podría ser una consecuencia del uso de cianamida hidrogenada, de aceite mineral, el ataque de patógenos o los cuadros de heladas a salidas del invierno.
Entonces, este problema debe analizarse desde el punto de vista del manejo agronómico y, eventualmente, desde la perspectivas climática y fitosanitaria.
El problema, para algunos, podría estar asociado a los tipos de aceites que se ofrecen en el mercado, a los tratamientos de compensación de frío invernal y, para otros, a la reaparición en el país del hongo (Botryosphaeria dothidea), que en los años 60 y 70 se le citaba como enfermedad del nogal, el cual ha comenzado a manifestarse, con diferente grado de ataque, en nocedales nacionales.
Al analizar el daño, se puede observar muerte de tejido en ramas y tronco de las plantas, similar, por ejemplo, a un severo daño de helada (Figura 2).
El nogal, en particular la variedad ‘Chandler’, así como otras especies frutales cultivadas en la zona central de Chile, algunas temporadas y en algunos sectores, presenta requerimientos de frío mayores a los que se consiguen en el área original de cultivo.
La planta, como se sabe, posee ciertos mecanismos para “sentir” la temperatura y parece ser capaz de integrar fases de temperatura fría y fases de temperatura cálida. En otras palabras, ella puede sentir cuánto tiempo ha estado helado (frío invernal) y cuánto ha estado cálido (calor). El árbol puede satisfacer sus requerimientos de frío y calor para romper el letargo invernal. Ambos requerimientos están sintonizados a cierto régimen climático, de acuerdo a lo que señala Luedeling (Scientia Horticulturae 144, 2012). De lo contrario, en temporadas de poco frío invernal, para mantener una buena producción, desde el punto de vista del manejo, es necesario el uso de compensadores de frío.
Las aplicaciones de agroquímicos, como la cianamida hidrogenada y el aceite mineral, resultan una constante en los huertos afectados.
Cianamida hidrogenada se utiliza en Chile desde fines de los años 80, cuando INIA evaluó este regulador en nogales, sugiriendo mediados de julio como época propicia para su aplicación y 2% del ingrediente activo como una concentración adecuada, para conseguir mayor brotación y adelanto de la fenología.
Ajustes posteriores han intentado tener brotación abundante y concentrada, pero, evitando el adelanto de la fenología. Por esta razón, para los productos comerciales se recomienda aplicar entre 45 y 30 días antes de la brotación normal, con el fin de aumentar el porcentaje de yemas que brotan y concentrar los eventos fenológicos, especialmente la floración, de modo de tener mejor polinizadas las flores femeninas y así aumentar la cuaja y evitar el aborto por falta de polen. En la temporada 2016 se aplicó entre el 10 y el 25 de agosto, calculando 30 a 45 días antes del inicio de brotación. En huertos de la Región de O’Higgins, se realizaron aplicaciones después del 25 de agosto, llegándose hasta el 10 de septiembre, donde también se comprobó el mismo daño.
En el caso de un huerto en Los Andes, el inicio de elongación de amentos se registró el 28 de septiembre de 2015. Pero, en 2016, el mismo evento ocurrió el 16 de septiembre. Estas diferencias fenológicas de año en año deben considerarse en el uso de estos productos.
Cianamida hidrogenada se utiliza especialmente en ‘Chandler’, debido a su mayor requerimiento de frío invernal, respecto de ‘Serr’, por ejemplo, para tener una brotación y floración concentrada y mejor cuaja de fruta.
El aceite mineral, por su parte, se recomienda para el nogal, en período de receso, hasta, en algunos casos, inicios de elongación de amentos. El objetivo que se persigue es el control de plagas, como escamas y conchuelas, huevos de arañitas, incluso chanchitos blancos, por la vía de disminuir o detener el proceso respiratorio de los organismos, que aunque bajo, en época invernal, es imprescindible para su sobrevivencia.
El árbol, a su vez, también requiere un intercambio gaseoso a través de la epidermis y sus lenticelas, las responsables de un intercambio neto de gases entre los tejidos parenquimáticos internos y la atmósfera.
Las aplicaciones de cianamida y aceite, debido a sus características, provocan en la planta dos respuestas que se deben analizar, a la luz de lo observado.
I.- Cianamida hidrogenada: Actúa modificando procesos metabólicos, probablemente, como se postula en algunos trabajos científicos, por la generación de metabolitos, como agua oxigenada (H2O2), cuya presencia en las células acelera la salida del receso invernal, sustituyendo la acción natural de la acumulación de frío invernal. Es sabido que experiencias con altas concentraciones, o con las dosis adecuadas, pero en plantas o en ramas débiles, enfermas o mal lignificadas, el producto puede llegar a dañar los tejidos.
La debilidad de la planta puede corresponder a un estrés, dado por el estado sanitario, manejo del riego, nutrición o el conjunto de ellos. Dentro de la nutrición, plantas jóvenes con niveles altos o excesivos de nitrógeno terminan con una menor lignificación, corteza más suculenta y mayor sensibilidad a los inhibidores temporales del intercambio gaseoso.
Otro aspecto del uso de este regulador de crecimiento es que, su acción en una yema en receso resulta beneficiosa, acortando el receso. Pero, en una yema con un cierto nivel de actividad, la generación de metabolitos, como agua oxigenada, resulta dañina para los tejidos.
La cianamida hidrogenada como compensador de frío invernal, se debe aplicar antes del alza de la actividad metabólica de la planta. Pero, en Chile no existen buenos indicadores, para determinar el momento de la aplicación. En algunas especies frutales se hace referencia a la acumulación de horas de frío o unidades de frío, además de la composición de la acumulación de calor, en los meses de julio y agosto, más que para una fecha calendario, de modo de no tener accidentes como el observado esta temporada en diferentes áreas del país y particularmente en los predios de este análisis.
II.- El aceite mineral u orgánico: En los vegetales basa su acción, entre otros, por la supresión parcial o total de la respiración, de los organismos que se desea controlar. El árbol también sufre un efecto parcial de disminución del intercambio gaseoso, entre los tejidos y el medio, lo cual desaparece paulatinamente, con la degradación del aceite por los agentes atmosféricos (radiación, temperatura, humectación, etc.).
Si el aceite se aplica después de una helada, las micro-fisuras que sufre la corteza, por el daño del frío, aumenta la acción deletérea de la aplicación de aceite en la planta, debido a que el producto penetra a tejidos más sensibles y permanece actuando por más tiempo del adecuado. La Figura 3 muestra que entre el 1 y el 3 de septiembre hubo eventos de heladas, al menos en sectores de la Región de O’Higgins.
Estas fechas coincidieron, en muchos casos, con las aplicaciones de aceite lo que es señalado como una contraindicación del tratamiento.
La adecuada relación entre el momento de la aplicación, la concentración, la distribución dentro de la planta y el estado de la misma, determinan el éxito de la aplicación, tanto para el control de patógenos como para la inocuidad del árbol.
El clima, como se ha señalado, debe analizarse, para definir el momento de las aplicaciones de ambos productos, especialmente en nogal, frutal que sufre más fácilmente por daños causados por el empleo de estas herramientas, comparado con la vid, pomáceas y frutales de carozo, por ejemplo.
Cuando en los meses de julio y agosto se presentan temperaturas mayores a 18°C, en forma regular y abundante, los procesos fenológicos se modifican. Por esto es que en 2016, en general, se tuvo un adelanto en la brotación de alrededor de 10 días, respecto a 2015. Esta situación hace necesario que a nivel nacional, se estudien las indicaciones del momento de las aplicaciones y éstas deban analizarse en función de la real acumulación de frío invernal y su interacción con la acumulación de calor en el período.
Otro de los factores que actualmente se analiza, en estas situaciones es el estado sanitario de la planta, especialmente debido a que Botryosphaeria dothidea se está aislando en muestras de nogal y la sintomatología de su ataque se puede apreciar de manera similar a lo que aparece en Chile. Sin embargo, hasta hoy, es difícil relacionar la presencia del hongo con el daño descrito en este trabajo.
Recomendaciones
Se estima que la aplicación de los productos señalados, en una temporada de invierno cálido (Figura 4), con plantas jóvenes con algún eventual grado de estrés o en un momento riesgoso, puede provocar el daño particular observado en los predios en cuestión.
Para ilustrar la situación, en la Figura 4 se comparan las temperaturas diarias de agosto en los años 2015 y 2016. Se aprecia que en 2016 hubo mayor temperatura máxima diaria promedio, con un mayor número de días con temperaturas superiores a 18°C, temperatura que no sólo anula la acumulación de frío invernal, sino que también activa respuestas que los estimula a salir del receso, acelerando, entre otros, la tasa respiratoria de las células.
Se debe indicar que la aplicación de uno de estos productos, en la gran mayoría de los casos, no provoca los daños observados, después de décadas de uso en el país. También que el mismo programa, con ambos productos, realizado en fechas anteriores a las indicadas en el caso que se analiza, tampoco presentan efectos tóxicos para la planta. Por otra parte, para nogal está contraindicado mezclar ambos compuestos, ya que la mezcla resulta altamente tóxica para la planta, muy frecuentemente.
Entonces, sin tener otros elementos de juicio que la observación empírica, se debe recomendar no aplicar cianamida hidrogenada, en ‘Chandler’ después del 15 de agosto, para evitar los riesgos de daño a las plantas. También separar las aplicaciones de aceite y cianamida hidrogenada por, al menos, 25 días, para evitar el daño por la interacción de ambos productos en la planta.
El grado de daño, en general, por lo visto esta temporada, no se correlaciona con síntomas de ataque de Botryosphaeria dothidea, en los árboles de los predios observados.
Se presume que el factor de adelanto fenológico pudo ser uno de los más importantes, en la predisposición a que la planta sufriera el daño observado. También el daño de heladas a principios de septiembre se estima una razón de concomitancia para este daño.
Para continuar en la línea del estrés, se recomienda analizar los programas de riego de los predios, por una parte y especialmente la frecuencia de riego, durante la temporada.
Además, el control nutricional de la planta debe considerarse como un método para evitar susceptibilidades a agentes que pueden ser perjudiciales como enfermedades y acción de agentes químicos. Tanto los altos niveles como las deficiencias de alguno de los elementos esenciales se consideran factores de estrés, en los casos que se analizan en este documento.
También se debe analizar el mojamiento y la distribución de los productos en la planta. Algunos de los accidentes analizados responden a la irregular distribución del producto en el árbol, lo que determina daños en las ramas bajas que reciben una mayor concentración del químico.
Para enfrentar y subsanar el problema, que generalmente es reversible, salvo en las plantas muertas, obviamente; aunque el árbol cuente sólo con escasos brotes desde el portainjerto, o desde el injerto, se sugiere a los productores afectados lo siguiente:
a) Hacer un mapa de distribución del daño, por planta individual: 1: Muerta (Figura 5); 2: Con brotación sólo desde el tronco (Figura 5); 3: Con brotación irregular en la copa (Figura 5); 4: Con escaso daño de la copa y 5: Sin síntomas de daño.
b) Reemplazar las plantas tipo 1, utilizando dos árboles de vivero, de primera calidad y sin rebaje en el campo, sobre portainjerto ‘Paradox’, ‘Vlach’, ‘VX 211’ u otro disponible en el mercado.
Se sugiere plantar separando 1,5 a 2,5 metros entre cada una de las plantas nuevas (quedando el hoyo de la planta original en el centro de esa distancia) y dejarlas permanentemente en el huerto. La distancia entre las nuevas plantas depende de la densidad original del huerto.
Considerar tratamientos nutricionales y de nematicidas en el hoyo de plantación, dada la sensibilidad de los nuevos portainjertos a los nematodos nacionales.
c) En las plantas tipo 2 ver si se conduce un brote que nació en el injerto o si se debe marcar un brote que nace del portainjerto, para injertar de astilla en octubre 2017. En ambos casos el tutorado es indispensable. La idea es que el tronco mantenga estrictamente la verticalidad.
d) En plantas a las que se eliminó parte de las ramas de la copa (tipo 3), se debe rehacer la estructura, utilizando también tutores. Se sugiere utilizar tronco y ramas de la planta como apoyo al tutorado. Para esto se recomienda cubrir este tejido inerte con caldo bordelés 200 g/10 litros de agua+ 150 cc de cola fría. Se puede agregar un fungicida de amplio espectro a la mezcla.
e) El riego a las plantas que se están reestructurando y a las de la plantación 2017, debe estar acorde a las necesidades particulares de cada una de ellas y no a lo que se hace en los sectores de la hilera de plantas sin daño. El programa de prevención de Phytophthora debe implementarse desde esta temporada, en las plantas afectadas, dado las dificultades con el programa de riego y la mayor sensibilidad de las plantas en desarrollo.
f) Se debe reducir proporcionalmente la nutrición a través del fertirriego, a las plantas nuevas, para evitar intoxicaciones y nuevas condiciones de estrés.
g) La regulación de la nebulizadora y evitar aplicaciones con pitón deben sumarse a la lista de sugerencias que eviten estos problemas.