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Andrés France advierte que confusión con cáncer bacterial agrava la situación

Cytospora en cerezo: un problema creciente

La excesiva aplicación de cobre en huertos de cerezo es un factor determinante en el desarrollo del hongo Cytospora, lo que ayuda a la proliferación de esta enfermedad, según el fitopatólogo e investigador del INIA Quilamapu, Andrés France. Sus síntomas se suelen confundir con los del cáncer bacterial producido por la bacteria Pseudomonas syringae pv. syringae.

16 de Junio 2020 Equipo Redagrícola

Andrés France

La Cytospora, indica el especialista, en general en el mundo ha tenido un aumento de incidencia. Se reportan aumentos de casos de Cytospora en Europa, en EE.UU., en Australia. Y no porque sea una enfermedad nueva, el patógeno ha estado siempre, “pero la mayoría de las veces se le ha dado una importancia secundaria”. Advierte que tanto el manejo como el clima de hoy en día favorecen el desarrollo de este tipo de enfermedades. Con los sistemas en alta densidad y patrones enanizantes, “tenemos arboles mucho más exigidos”.

El clima sin duda afecta, hace más calor y por un periodo más largo. Los árboles tienen a veces sistemas de conducción (UFO, KGB u otros) que son muy estresantes, donde se dobla el árbol y se aplican fuertes podas. Hay mucho amarre de alambre, se producen heridas, entonces se generan bastantes puntos de ingreso.

LOS CUERPOS FRUTALES DE CYTOSPORA CRECEN SOBRE LAS PINTURAS DE COBRE

Otro tema sobre el cual el investigador llama la atención es que se encuentra más desarrollo de Cytospora en los huertos donde aplican mucho cobre. De hecho, los cuerpos frutales crecen mejor sobre las pinturas de cobre, “pinturas que se hacen sobre la madera, tú ves que aparecen los cirros de Cytospora”. Si bien el cobre es necesario para manejar enfermedades como el cáncer bacterial –plantea–, el abuso de este producto ha facilitado la proliferación de esta patología. ¿Cuál ha sido la sugerencia a los agricultores? “Bueno, hacer aplicaciones de cobre cuando corresponda”.

Hay periodos críticos en que las aplicaciones de cobre deben estar presentes, que es cuando se producen heridas masivas en la planta, como en la brotación, caída de hojas, o cuando se hacen podas.

Las aplicaciones invernales se deben reducir al mínimo posible. Habrá que realizarlas en aquellos huertos que se han mantenido verdes, o que han tenido crecimientos muy tardíos, pero solo hasta que la planta entre en completo receso. Una planta en completo receso, subraya France, va a enfrentar mejor el intento de ingreso de patógenos.

Se suele argumentar la ocurrencia de heladas como argumento para hacer aplicaciones, razonamiento que el especialista rebate:

“La helada afecta tanto al árbol como a las bacterias. Lo que se ha hecho últimamente es monitorear las poblaciones y se observa que en un invierno normal, cuando hace frío, las poblaciones de bacterias bajan hasta valores indetectables. En consecuencia, algunas de estas aplicaciones no tienen justificación: se está aplicando porque hay una recomendación fija sin mayor criterio técnico detrás. Le indican al agricultor hacer aplicaciones cada 15 o 20 días, cada vez que hay una helada, cada vez que llueva 10 mm, o 20, o 30 mm…, como que la bacteria fuera capaz de detectar los mm de agua que están cayendo. Muchas de estas recomendaciones no tienen respaldo científico”.

“ME HA TOCADO VER HUERTOS MUERTOS, NO ES MENOR EL PROBLEMA”

Se tiende a confundir la presencia de Cytospora con Pseudomonas porque la primera también produce goma, constata el investigador de INIA. “No es nunca tan abundante como el cáncer bacterial, pero en general el agricultor ve goma y la asocia de inmediato a este problema, Sin embargo puede haber otros patógenos o razones para que el árbol produzca goma, por estrés incluso”.

¿Cómo saber cuál es la causa? France precisa que el cáncer bacterial se puede monitorear en invierno mediante análisis de yema la cual es uno de los reservorios principales de las bacterias. La yema se disecta y luego se le hace un tratamiento de sonicado (ultrasonido) con el fin de extraer las posibles bacterias que se encuentren en ella y hacer un cultivo para determinar el número de unidades formadoras de colonia. De esa forma se sabe si se alcanzó el umbral de población que justifica realizar un control. Existe la opción y con eso se logra efectuar aplicaciones que verdaderamente tengan sentido.

Estas recomendaciones no son válidas exclusivamente para la zona sur de producción. El profesional comenta que se ha detectado Cytospora más al norte también. “En la zona de Rancagua hemos visto este hongo, muchas veces como un patógeno secundario, colonizando maderas muertas. Pero está ahí”. Añade que existe variabilidad dentro de las poblaciones, existiendo cepas más agresivas. Algunas tienen un comportamiento saprofítico, mientras que otras cepas actúan como un patógeno afectando ramas desde el comienzo.

El experto remarca que ciertos manejos del huerto tienden a susceptibilizar la planta: “mucho nitrógeno, mucho estimulante de desarrollo, mucho crecimiento tardío, provocan que el árbol se vuelva más susceptible, de lo que debiera ser”.

¿Cytospora llega al nivel de gravedad que tiene el Pseudomonas? Andrés France responde que ha observado la pérdida de huertos completos debido a Cytospora. Es el caso de productores que pensaron que se trataba de cáncer bacterial y seguían aplicando cobre, incluso de manera más intensa, con lo cual solo agravaron el problema. “Me ha tocado ver huertos muertos, no es menor el problema”.

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