El congelado da una segunda vida a la fresa
El de la fresa se está volviendo un negocio de congelado. La pasada campaña se exportaron 15,000 toneladas, un 68% más que en 2018. Para que siga en buen pie, y también el de la fresa en fresco, es necesario que más productores dejen la informalidad y pasen a trabajar con semillas certificadas.
Las exportaciones de fresa congelada están en alza. Por ello es que esta industria está incentivando y apoyando a muchos productores freseros, con el objetivo de caaptar esta producción para congelados, pero también para pulpas y mermeladas. Al respecto, José Cordero, asesor y especialista en berries de Agro Natural Park, señala que solo en Huaura, al norte de Lima, hay una superficie de 1,500 ha de fresas y allí están instaladas cinco de las ocho principales empresas acopiadoras y exportadoras de fresa congelada.
Actualmente en Perú se siembran entre 2,800 y 3,000 ha de fresas cada año, y un 80% de esa área se concentra en el Norte Chico, cuyas producciones se destinan en un 40% al mercado doméstico, un 50% a la exportación y un 10% a los supermercados. El 20 % del superficie restante se siembra en los diversos valles de la sierra peruana, la que se destina al mercado nacional, local y de Lima.
Se trata de un cultivo del cual se obtiene producción todo el año, ya que en zonas de la costa se cosecha de junio a diciembre, mientras que en la sierra la recogida se extiende desde noviembre a agosto. Cynthia Falcón es ingeniera agrónoma y responsable en Perú de la empresa Eurosemillas señala que, de acuerdo a un estudio, el 26 % se destinaba a la exportación de congelado y un porcentaje menor a satisfacer los requerimientos de la agroindustria para la elaboración de yogures o mermeladas, por ejemplo.
“A partir del año 2019 se ve un incremento en el destino de la fruta para congelado, lo que está marcando la pauta, tanto en Perú como en el exterior”, sostiene Falcón. Este tipo de producto creció un 50% durante la última campaña, “motivado por un incremento bastante agresivo en la comercialización”, precisa sobre un rubro que genera ventas a nivel de global por US$1,100 millones
RENDIMIENTO CON LIGERO INCREMENTO
Los buenos manejos que se han hecho en el cultivo, sumado al trabajo con variedades más productivas, ha provocado este aumento de rendimientos, cuyo promedio se sitúa hoy en 21 t/ha, cuando en 2018 estos estuvieron entre 15 y 16 t/ha, que aún es bajo si tomamos el ejemplo de México, donde los promedios son de 40 t/ha, que trabajan con semillas certificadas. Sin embargo, en la sierra aún hay rendimientos muy bajos, en torno a las 12 t/ha.
“Además, la introducción de nuevas variedades también ha ayudado a aumentar el promedio productivo”, apunta Falcón. Hasta hace un tiempo la reina era Aromas una variedad de la Universidad de California, creada hace más de dos décadas y que se ha venido sembrando en las diversas zonas. “Trabajar con nuevas variedades, además de tener un mejor rendimiento, se obtiene mejor calidad, mejor cosecha y muchas mejoras en general”, añade. Ese el caso de San Andreas, una variedad de día neutro, obtenida por genetistas de la Universidad de California, que hoy se está instalando en mucha superficie en Perú. Esta tiene mejor rendimiento y es más fácil de producir. Además, no es tan delicada como Albion y no emite tantos estolones como Monterrey.
Las variedades que predominan en el país son:
• Día neutro: Aromas, San Andreas y Monterrey.
• Día corto: Camarosa y Sabrina.
José Cordero explica que Agro Natural Park adquirió los derechos de un grupo de nuevas variedades (Primorosa, Nieva, Amiga y Marisol) con el fin de ver cuál de ella se adapta mejor a sus zonas productivas. “Marisol, Primorosa y Amiga cumplieron con el rendimiento esperado (80 t/ha). Las adquirimos en diciembre del 2017 y pasamos cuarentena ante Senasa sin problemas”. Recalca que las plantas nuevas F1 comercial llegan con una capacidad de producir 1.2 kg/planta, si es que se le da un buen manejo técnico (riego, nutrición y riego). “Una planta nueva comienza como F1 comercial, pero el agricultor común cuenta con semillas que están en categoría F20, es decir, ya degeneradas y poco productivas. Es una semilla que tiene más de veinte años y, por ende, cada vez produce menos”, explica el experto.
PRINCIPALES MERCADOS PARA LA FRESA
Según Agrodata Perú, durante la última campaña se incrementaron en un 72% las exportaciones de fresa congelada, alcanzando los US$28.8 millones, teniendo un precio promedio de US$1.84/kg. En volumen, los envíos fueron de 15,000 toneladas, es decir, un 68% más que el 2018 y más del 50% de los envíos fueron a EE UU, seguido de Canadá (24%). “Un tema interesante es que últimamente hemos visto que hay reportes de envíos a Centroamérica”, grafica Falcón y prevé que la exportación va a seguir creciendo, ya que cada vez se escucha más de empresas que están entrando a este negocio. Sin embargo, reitera que las empresas cada vez demandan esta fruta, pero no hay un crecimiento significativo en la producción.
En el podio de las exportaciones
La exportación de fresa congelada está liderada por las siguientes empresas:
• Mebol SAC
• Agropackers
• Peruvians Agro Services SAC
• Frío Center
• Del Ande Alimentos SAC
• Agrícola Coyuma
• Agrícola Chavín de Huantar
ALTERNATIVAS DE INVERSIÓN
El asesor señala que en este cultivo existen dos tipos de siembra: sistema de riego por gravedad, con un costo promedio de S/. 40,000/ha, si se tiene en cuenta que es un cultivo que produce ocho meses, con una producción promedio de 40 t/ha. Este tipo de siembra es el más extendido en los valles de la costa (85%). Mientras que el sistema de riego tecnificado requiere de una inversión de S/. 60,000/ha en ocho meses de campaña, pudiendo obtener una producción promedio de 60 t/ha. Este tipo de siembra se está usando hoy en el 15% de la superficie.
En tal sentido, Falcón recomienda que para incursionar en el negocio de la fresa lo ideal es contar con plantas certificadas, riego por goteo y mulch de plástico. “Cultivar fresa requiere de un alto costo de producción y también de saber producir”, indica y recuerda que hace unos años las grandes exportadoras intentaron entrar desde la producción, pero sin resultados óptimos. “Le atribuyo un poco al desconocimiento del manejo de las variedades. Todavía falta afinar el manejo técnico, porque generalmente no hay ingenieros agrónomos trabajando en los campos de fresas”.
Y señala que si a ello se agrega que el agricultor en los últimos años no recibe un mejor precio por la venta de fresa en chacra (entre S/. 1 y 1.50/kg), este difícilmente podrá dar el gran salto para acceder a una mejor tecnología y manejo de la planta.
En opinión de Cordero, la principal fortaleza de este cultivo es que se ha adaptado muy bien a diversos valles del Perú, produciendo fresas dentro de los parámetros permitidos. No obstante, su gran debilidad es que aún, en muchos casos, no se ha logrado una formalización de los productores a fin de llevar el negocio de forma empresarial, “Al ser en su mayoría un negocio informal genera un atraso, que nos les permite buscar financiamientos para lograr producir con nuevas variedades y mejor tecnificado”, afirma.