¿Cómo fertilizar leguminosas de manera natural a través del uso de rizobios?
De acuerdo con un artículo publicado por el portal Contexto Ganadero, la inoculación de leguminosas es un procedimiento que consiste en incorporar bacterias a la semilla para un mejor desarrollo de estas plantas, rizobios eficientes que ayudan en la fijación del nitrógeno atmosférico en las raíces.
Según el artículo, hay tres maneras prácticas de incorporar los rizobios a las leguminosas. La primera de ellas es la inoculación convencional. Aquí, el inoculante se impregna sobre la semilla a tratar según lo indicado por el fabricante.
Tal como se especifica en un documento del INIA en Uruguay, en la inoculación convencional, el método húmedo o en pasta es el más recomendable. Para ello previamente se prepara una pasta mezclando el inoculante con agua azucarada al 10% o con el agregado de adhesivo provisto.
Además, indican que si se va a implementar este método, debe realizarse a la sombra, evitando la exposición a la luz, el contacto con fertilizantes ácidos como superfosfato triple y aplicando productos curasemillas compatibles con los rizobios.
Otra de las alternativas planteadas para fertilizar leguminosas de manera natural a través del uso de rizobios es la peletización, una tecnología que permite extender el período de supervivencia de los rizobios (bacterias del suelo que fijan nitrógeno) sobre la semilla y, de otro lado, adecúa al medio ambiente que rodea la semilla logrando una mejor implantación de la pradera.
“Estas operaciones pueden hacerse en mezcladoras de cemento sin paletas o con peletizadoras. Para obtener el mejor provecho, se usan materiales de alta calidad y rigurosidad en el protocolo, que asimismo evitan las combinaciones indeseables que provocan una falla parcial o total”, destaca el artículo del portal Contexto Ganadero.
La tercera alternativa planteada es la preinoculación y peletización. Son semillas inoculadas y peletizadas previamente por procesos industriales. El informe destaca que, por ejemplo, las semillas de alfalfa tratadas por este método tienen una sobrevida de los rizobios prolongada que supera largamente los 6 meses.