Claves de la relación nitrógeno-calcio para lograr aguacate de calidad
Para obtener una fruta de calidad, cada etapa desde el cuajado debe ser provista de todo lo necesario para que la construcción del fruto sea óptimo, elementos como el nitrógeno son importantes, pero el calcio en la pulpa es fundamental para lograr una fruta que viaje sin problemas hasta su destino final. Sin embargo, de acuerdo con el asesor internacional Gonzalo Allendes, no basta con darle a la planta todo lo que requiere sino se cuenta con un buen desarrollo y actividad radicular. Además, destaca que, es en la raíz donde se juega la calidad de la fruta y la posibilidad de que absorba los elementos que le otorgan dicha calidad.
Si bien son muchos los factores que inciden en la calidad de un aguacate, hay elementos que son fundamentales. El ingeniero agrónomo y asesor internacional Gonzalo Allendes, aborda en las próximas líneas una serie de recomendaciones para construir fruta de mejor calidad desde el campo.
Destaca que, entre los factores de precosecha que afectan la calidad de fruta están la nutrición interna y la susceptibilidad a ataques patógenos. Sin embargo, su enfoque en el presente artículo está dado en dos aspectos de la nutrición que afectan la calidad interna de poscosecha: el nitrógeno y el calcio en la pulpa.
“El nitrógeno es fundamental para tener calidad, pero no es lo más importante, lo más importante se llama calcio, sobre todo apuntando a la pulpa”, dice Allendes y añade que, para lograr una fruta de calidad, que viaje sin problemas a destino, hay una serie de variables a considerar para no enfrentar problemas de pardeamiento en la pulpa o pardeamiento de haces vasculares, que en general, están altamente relacionados con el calcio, y en segundo lugar con los niveles de nitrógeno que pueda tener internamente la pulpa.
De acuerdo con el asesor, para construir una fruta que tenga una buena durabilidad durante el viaje, y en base a estudios realizados por el Dr. Bruno Defilippi (especilista en poscosecha) y Raúl Ferreyra (especialista en riego y drenaje), es clave que la fruta tenga una materia seca entre 23% y 27%, con niveles de calcio en pulpa mayor a 0.06% o 600 partes por millón; que el nitrógeno en pulpa al momento de cosecha sea menor a 1.1%, u 11.000 partes por millón y una relación de ambos que sea menor a 22.
Por ello, explica que a partir de 2020 y con los datos recopilados por los expertos del INIA, lograron determinar en AGQ Labs, donde trabajaba en ese momento como director técnico, algunos parámetros mínimos y rangos de todos los elementos necesarios para una buena poscosecha en aguacate, siendo los más importantes para el asesor el calcio -en primer lugar-, y luego el nitrógeno. “Con estos rangos que logramos determinar para una fruta de calidad nutricional venimos trabajando desde hace cuatro años sin ningún problema”. (Ver cuadro).
Pero más allá de esto, Allendes destaca que, para la correcta nutrición y construcción de una fruta de calidad, no basta con darle a la planta todo lo que requiere sino se cuenta con un buen desarrollo o actividad radicular. “Si yo tengo un pobre desarrollo radicular, pobre va a ser la absorción de calcio. Por ello, el primer pilar para poder tener calcio en pulpa es tener actividad radicular, si no hay raíces, no hay absorción”, dice y resalta que, es en la raíz donde se juega la calidad de la fruta y la posibilidad de que absorba los elementos que le entreguen dicha calidad.
“Las raíces nuevas son las que absorben fósforo, clave en la formación de ATP, energía para el metabolismo. Las raíces nuevas son las que absorben el calcio, clave en la calidad poscosecha. Las raíces activas absorben potasio, clave en el calibre, en la apertura y el cierre estomático. Sin raíces no hay absorción”, destaca.
Y es que las raíces nuevas no se consiguen solo con productos enraizantes, dice el asesor, sino que es necesario controlar los demás factores que afectan su desarrollo como: tener un buen balance de agua y oxígeno en el suelo; manejar la compactación de suelo; la temperatura de suelo influye; pH muy ácido inhibe, conductividad eléctrica muy baja y muy alta también juegan un rol. “Por eso debemos pensar cómo podemos activar las raíces y cuándo tenemos que hacer estimulación de raíces”.
EL NITRÓGENO NO ES EL ENEMIGO
De acuerdo con el asesor, el nitrógeno no es el enemigo, de hecho, es el macro elemento mineral que más necesita la planta, la clave está en saber usarlo. “La cantidad de nitrógeno a aportar dependerá del vigor presente o el vigor deseado y se disminuirá o aumentará el aporte dependiendo del objetivo logrado. No es lo mismo tener un árbol con fruta y darle nitrógeno que tener un árbol sin fruta y darle nitrógeno”.
El experto recuerda que uno de los teóricos de este cultivo, Whiley, menciona que: “el nitrógeno es el nutriente mineral más importante que determina la producción en el aguacate; los desajustes en el manejo de éste pueden generar grandes crecimientos vegetativos en desmedro de la producción”. Whiley señalaba que el nitrógeno no es malo, sino que más bien se refiere a los desajustes.
En línea con esto, Allendes desmiente otro de los mitos en torno al nitrógeno. “El nitrógeno no aborta fruta. Lo que sí he visto es que, si en el inicio de floración sale un brote vigoroso aborta las flores. Pero si tengo flores y no hay brotes es absolutamente necesario aportar nitrógeno”, dice.
¿En qué momento aplicarlo? El asesor manifiesta que, hay tres momentos claves en el desarrollo de la planta en que el nitrógeno no puede faltar, sin embargo, señala, que el aplicar o no definitivamente va a depender de los análisis que se realicen. El primer momento de aplicación es en plena flor y cuaja de frutos. El segundo es en el rápido desarrollo de los frutos y el tercer momento es en la inducción y diferenciación floral.
“El nitrógeno es absolutamente necesario, ayuda en la división celular y en el rápido desarrollo de los frutos. El nitrógeno es calibre, es producción, pero hay que saber manejarlo”.
CALCIO EN PULPA, FACTOR CLAVE EN LA CALIDAD Y VIDA POSCOSECHA
Si bien el nitrógeno es el nutriente mineral más importante que determina la producción, porque buenos niveles de nitrógeno permiten producir buenos brotes y con ello fruta de calidad, de acuerdo con Allendes, para pensar en una buena vida de poscosecha, lo más importante es el calcio.
Como primer punto, dice que, la mayor absorción de calcio se produce en los primeros milímetros de las raíces nuevas. De hecho, está descrito que en los primeros 100 días o las primeras ocho semanas es cuando más se acumula el calcio. En ese sentido, Allendes recomienda hacer un análisis de fruta a la séptima u octava semana: si el registro de calcio está sobre 3.000 ppm, hay que “estar tranquilo”, pero si está en 1.800 ppm, hay que “aplicar más calcio” o estimular raíces.
“La estructura, la dureza de la fruta y los pardeamientos se deben al contenido de calcio que tiene, por lo tanto, ese es el desafío, poner calcio en la fruta. Además, hay que tener presente que, los niveles de coloración difusa, pardeamiento y la incidencia de antracnosis disminuyen ostensiblemente dependiendo del valor de calcio que tenga la pulpa”, dice Allendes, pero destaca que, fertilizar con calcio no es sinónimo de calidad, porque no es fertilizar por fertilizar.
“El fertilizar con calcio no es sinónimo de calidad de postcosecha de la fruta, dado que si no se mantiene una relación Ca/Mg favorable durante las primeras 8 a 10 semanas la formación de paredes celulares será deficitaria”, explica el asesor.
En línea con esto destaca que, hay que jugar con las relaciones en solución de suelo o pasta saturada, que son cruciales para poder forzar el ingreso de elementos. Allendes explica que, está descrito que las relaciones calcio-magnesio mayores a cuatro sinergizan la entrada de calcio, pero no solamente por el calcio que se está aportando, sino también por el calcio que está en el suelo.
Además, existe la necesidad de cuidar la conductividad eléctrica: si aumenta en la zona de raíces, la planta toma menos agua, y si toma menos agua, entra menos calcio. “Es fundamental preocuparse de regar bien y medir la conductividad en ese periodo de las primeras ocho semanas, para la vida de las raíces y para la absorción de agua”, puntualiza el asesor.