El Departamento de Bioingeniería del Tec de Monterrey explora el potencial del frijol (Phaseolus vulgaris), por sus propiedades alimenticias con aplicaciones en la industria alimentaria. Se trata de una fuente accesible para la elaboración de harinas ricas en proteínas y extractos fenólicos.

El frijol s un alimento tradicional ligado estrechamente a la dieta mexicana que revalorizada por investigadores debido a las propiedades nutricionales y tecnofuncionales de la leguminosa. 

De acuerdo con los investigadores, el frijol tiene un perfil bioactivo notable, útil para mejorar la salud intestinal, controlar el peso y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Además de proteínas, el frijol aporta vitaminas B6, tiamina, niacina, y minerales esenciales como hierro, calcio y zinc. Por estos compuestos se le considera un alimento funcional o nutracéutico.

Las investigaciones preclínicas encontraron en el frijol efectos anticancerígenos, antidiabéticos y de control de hipertensión. Los beneficios provienen de compuestos de la cáscara, como polifenoles y antocianinas, así como de los péptidos bioactivos en la semilla.

FRIJOL EN BOTANAS Y PRODUCTOS INNOVADORES

El frijol se emplea en la elaboración de productos como totopos y barras energéticas. Además, ya se incorpora en bebidas, tortillas y yogures. Las proteínas del frijol también son utilizadas en productos para baristas, gracias a su capacidad espumante en café.

El estudio El frijol común como fuente de ingredientes alimentarios sugiere que la harina y extractos mejoran alimentos a base de maíz o trigo, actuando incluso como conservadores naturales. 

Sin embargo, uno de los desafíos como el sabor característico del frijol que buscan enmascarar. Además, la textura dura de los productos elaborados con sus harinas frenan su adopción en la industria. Para enfrentar el desafío se proponen opciones como el empleo de técnicas como la microencapsulación y el calentamiento óhmico son posibles soluciones para mejorar su aceptación.

A pesar de estos obstáculos, el frijol es un ingrediente valioso para la industria alimentaria mexicana. Lo respaldan su identidad cultural y beneficios nutricionales que hacen del frijol un recurso prometedor en la alimentación saludable.