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Productos apícolas:

Certificados como libres de transgénicos e inocuos

07 de Marzo 2017 Equipo Redagrícola

Mayor valor agregado en los productos obtenidos de las abejas es lo que busca un equipo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica Chile. El objetivo es exportar alimentos con propiedades medicinales y certificados como libres de transgénicos. Este sector, de gran importancia social y de servicios para la agricultura, significó más de US$25 millones en exportaciones la temporada pasada.

De acuerdo a cifras entregadas por el Servicio Nacional de Aduanas, entre enero y diciembre de 2012 las exportaciones chilenas de miel totalizaron 8.295 toneladas, equivalentes a US$25,1 millones, con Alemania como el principal destino de exportación con un 40% de participación en el total exportado, seguido por Estados Unidos con un 18%, y Luxemburgo, con un 14% de participación.

Dada la alta exigencia de calidad e inocuidad de los países interesados en la miel de Chile, los apicultores locales deben redoblar sus esfuerzos para obtener productos con valor agregado, y así competir de manera más eficiente en el mercado internacional. En este contexto la Facultad de Agronomía de la Pontificia Universidad Católica de Chile se encuentra desarrollando un proyecto cuyo objetivo principal es fortalecer la competitividad y sustentabilidad de los sistemas de producción de miel de la región de O’Higgins, mediante la valorización de los productos a través de la certificación de las propiedades y atributos de la miel, y su inocuidad.

Productos apícolas efectivos para combatir bacterias y hongos

En un plazo de tres años, este proyecto estudiará y certificará las propiedades medicinales de la miel de al menos 600 apicultores de la zona, certificado que de acuerdo a la directora del proyecto, Gloria Montenegro, tiene una comprobada validez en el extranjero. “Estamos trabajando con los apicultores y estamos certificándoles sus bondades. Hay apicultores que ya están utilizando el certificado que entregamos y ya están subiendo el valor de sus mieles en torno al 30%, y se los están pagando” explica Montenegro, especialista en bioprospección de recursos naturales vegetales endémicos de Chile de la PUC.

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Hasta la fecha ya han sido estudiadas las mieles de 100 apicultores de la zona, y las bondades saltan a la vista. Gracias a un estudio previo Montenegro logró determinar que la miel de quillay tiene propiedades antioxidantes, así como la miel de ulmo posee propiedades bactericidas y fungicidas. Dichos atributos son los que precisamente han sido identificados en las mieles de la región de O’Higgins, ya que los pequeños y medianos apicultores instalan sus colmenas en sectores silvestres rodeados de flora endémica, caracterizada por producir una cantidad considerable de  néctar.

En base a estas materias primas, las abejas elaboran además productos tales como la jalea real, el propóleo y el polen. Respecto a este último, Montenegro propuso realizar un catastro de la producción de polen apícola del país, formando la Red Nacional de Productores de Polen Apícola, encargada de certificar para cada zona geográfica del país el origen botánico del polen a través de técnicas microscópicas. La investigación cofinanciada por la Fundación para la Innovación Agraria, sigue la línea de otorgar un valor agregado a los productos obtenidos de abejas, determinando las propiedades y atributos biológicos y nutritivos, tales como contenido de proteínas, antioxidantes y pigmentos naturales, entre otros.

Determinando estas potencialidades a nivel comercial, el equipo de investigación ha dado un paso más allá. “Hemos determinado una capacidad antioxidante y antimicrobiana del polen, y hemos determinado varios métodos de rompimiento del polen microscópico para obtener mejores extractos” explica Patricia Velásquez, alumna de doctorado en Ciencias de la Ingeniería y miembro del equipo de investigación. En base a estas propiedades, Velásquez plantea utilizar el extracto de polen en la agroindustria, específicamente en la elaboración de una película comestible.

“Queremos probar esta tecnología en la industria de la carne, porque sabemos que el polen tiene actividad antioxidante y antimicrobiana. La idea es que con el tiempo estas propiedades se vayan liberando de a poco sobre la carne, controlando los microorganismos, y transmitiéndole estas capacidades a la carne, que naturalmente va perdiendo color y se van enranciando por oxidación” explica Velásquez, y agrega que “antes de poder vender algo, tú tienes que conocerlo bien, para saber las potencialidades que tiene. Vender el polen en estado puro es desperdiciarlo, entonces tenemos que buscarle otra aplicación. En ese sentido como extracto podría tener también aplicaciones médicas y cosméticas”.

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Lamentablemente el estudio del polen apícola en Chile todavía no avanza a la velocidad que el mercado lo requiere, es más “ni siquiera se ha hecho un levantamiento de quiénes son los apicultores que en Chile se dedican a la producción de polen, y si son continuos en el tiempo o no, porque de repente se cambian a producir miel, ya que dependerá de las necesidades del apicultor.  Entonces no hay una exportación de polen apícola como debiera haberla, es algo muy incipiente” sostiene Montenegro.

Desestiman presencia de polen transgénico en mieles

La determinación de propiedades medicinales no es el único valor agregado que otorga el estudio encabezado por Montenegro. De acuerdo al informe “Dinámica productiva y comercial, enero de 2013” elaborado por Odepa, la caída en los precios de la miel para exportación de US$3,75 el kilo en 2011, a los US$3,03 registrados en 2012, fue causa de una inestabilidad observada en el mercado internacional, debido a la presencia de polen transgénico en la miel importada por la Unión Europea. En este contexto, el equipo de investigación encabezado por Montenegro está certificando igualmente la presencia o ausencia de residuos provenientes de organismos genéticamente modificados (OGM).

“Que una miel esté libre de transgénicos, no necesariamente significa que tiene 0% de transgénicos” explica Velásquez. De acuerdo a Estados Unidos y la Unión Europea, un producto será catalogado como libre de transgénicos siempre cuando menos del 1% de su peso total provenga de OGM, “eso significa que se aceptará un kilo de miel con menos de un
A través de las pesquisas realizadas hasta la fecha, el equipo de investigación ha logrado determinar que la miel de la región de O’Higgins se halla libre de transgénicos. “Hemos encontrado que todas las muestras tienen mucho menos del 1%, siendo la más cercana una que registró un 0,09%, pero es un caso muy especial de solamente una persona de las 100 que tenemos estudiadas hasta la fecha, quien estaba rodeada por cultivo de maíz”, detalla Velásquez.gramo de material genético que provenga de transgénicos” explica Velásquez.

Para evitar esta situación el SAG creó el Sistema Geográfico de Consulta Apícola Nacional, que en base a coordenadas georeferenciadas permite a los apicultores inscritos en el Registro de Apicultores de Miel de Exportación, RAMEX, ubicar sus colmenas en lugares donde no existen cultivos OGM. Al ingresar las coordenadas o marcar el punto en el mapa en que se ubica el apiario, el sistema arroja tanto la distancia al área de influencia donde se encuentran los semilleros GM, como las especies y superficies que están más cerca del punto seleccionado.

El problema es que el apicultor debe indicar el punto exacto de su apiario, situación que de acuerdo a Velásquez es compleja, porque “estás hablando con personas que son pequeños agricultores, que no saben cómo encontrar sus coordenadas, ni a quién pedírselas, y menos enviarlas por correo electrónico, porque hay mucha gente que no tiene, entonces ahí hay otro aspecto que de pronto debería tratarse y cuidarse”. No obstante, para tranquilidad de los apicultores, Montenegro asegura que “nosotros no hemos encontrado ninguna miel que no se pueda exportar. En la VI región no ha habido problemas aún”.

No obstante ¿existe algún riesgo para los apicultores prestar sus servicios de polinización al sector agrícola, por la posible contaminación con transgénicos? “Si, el riesgo es ir a las zonas cultivadas, porque ahí están los transgénicos” sostiene Montenegro, ya que si bien en Chile no está permitida la producción de alimentos transgénicos, si está permitido producir semillas transgénicas para exportación, y son precisamente estos focos los que tienen que ser evadidos por los apicultores. En este sentido Velásquez asegura que este proyecto no sólo consiste en certificar mieles, “sino ayudar a los apicultores a mejorar, cómo obtener productos más libres de transgénicos, es decir que tiene un impacto social bien grande, ya que algunos de estos pequeños agricultores se dedican solamente a la obtención de miel”.

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Uso de plaguicidas tóxicos para las abejas, otro obstáculo en el camino

El 24 de mayo del presente año la Comisión Europea aprobó la restricción del uso de tres plaguicidas pertenecientes a la familia de los neonicotinoides, ya que se logró demostrar que dichos plaguicidas, específicamente clotianidina, imidacloprid y tiametoxam, son perjudiciales para la población europea de abejas melíferas. En este sentido se prohibió usar estos productos para el tratamiento de semillas, para aplicarlos al suelo y para el tratamiento foliar de plantas y cereales, a excepción de los cereales de invierno, de cultivos bajo invernadero, o en campo abierto siempre después de floración.

Frente a esta alerta internacional, ¿Qué está pasando en Chile? – “En Chile no se hace nada todavía para regularlos, es todo contemplativo. Hasta donde yo sé no está pasando nada, no hay ninguna regulación que diga que paremos el uso de neonicotinoides, que sí están parando afuera” sostiene tajante Montenegro.

-¿Y los apicultores tienen inquietudes respecto a este tema?– “Si tú pones a los apicultores contra los agricultores, están en una desventaja enorme en fuerza y en poder. Los apicultores en general son de medianos a chicos, y los grandes son muy pocos, entonces pelear contra los grandes productores agrícolas que tienen que controlar las plagas y pestes de sus predios, va a ser muy difícil” explica Montenegro, y agrega que “van a tener que llegar a conversaciones entre el apicultor y el agricultor más cercano, porque tampoco le conviene al agricultor que se pierdan las abejas, porque sino ¿qué va a pasar con la polinización?, se acaba el alimento en el mundo, y eso lo están diciendo en todas partes”. Y en efecto, porque alrededor del 80% de toda la polinización mundial se debe a la actividad de las abejas, servicio natural y libre de costos.

Bajo esta nueva normativa, desde el 24 de mayo la Comisión Europea le solicitó a los Estados miembros retirar los productos o modificar las autorizaciones vigentes para cumplir con las restricciones de la Unión Europea, cuyo plazo tope es el 30 de septiembre del presente año.

¿CÓMO SE IDENTIFICAN LAS PROPIEDADES DE A MIEL?

-Para determinar las propiedades de este producto natural el primer paso es obtener un extracto de la miel, es decir, separar con alcohol etílico o metílico los componentes activos como fenoles y flavonoides del azúcar. Luego el extracto es analizado en un equipo denominado High Performance Liquid Chromatography, HPLC, que permite obtener un cromatograma de los diferentes compuestos químicos del extracto, indicados mediante peaks.

Una vez identificado químicamente, el extracto es probado en un laboratorio de microbiología. Allí se dispone sobre cultivos de hongos y cultivos de bacterias, para estudiar si existe algún efecto bacteriostático que controle el crecimiento de las bacterias, o bactericida, que las mate. “Lo interesante es saber a qué concentración el extracto actúa, porque yo puedo tener un milígramo de extracto disuelto en 5 litros de agua, o puedo tener un milígramo de agua en 100 milígramos que no es lo mismo, porque entonces saldría muy caro preparar un extracto de esta naturaleza” explica Montenegro. Buscar la mínima concentración en la cual actúe el extracto es uno de los objetivos que persigue Montenegro, cuyos resultados son muy esperados por las compañías farmacéuticas y sanitizantes.

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Siguiendo esta metodología, la especialista ha logrado generar a la fecha 7 patentes validadas en Estados Unidos, Europa, y en algunos países latinoamericanos, entre las que destacan las propiedades bactericidas de la miel de ulmo, y la utilización de este extracto para la elaboración de aerosol para desinfección de superficies. Además de estas patentes ya obtenidas, Montenegro está a la espera de los resultados de otras patentes ya presentadas, “sobre una planta nativa endémica que no puedo anticipar, pero que tiene propiedades antioxidantes muy buenas. Además tengo otra patente que está en curso, con un colega de la Facultad de Ciencias Biológicas, para controlar células cancerígenas de la próstata” explica Montenegro, a lo cual Velásquez agrega que “próximamente vamos a evaluar también el color de la miel, y todo esto en función de promover estas zonas bioapícolas. Es un trabajo serio y obtenemos buenos resultados”.

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