Niklas Wiberg R.

Las alteraciones en el clima continúan afectando al mercado global de producción alimentaria: Así lo refleja una reciente investigación realizada por la Universidad Estatal de Michigan (MSU). El documento advirtió sobre el aumento que tendrán los niveles de aflatoxinas presentes en el maíz norteamericano debido al cambio climático. Esto se explica principalmente por las alteraciones que pueden sufrir los alimentos a partir de las variaciones en el clima, que según el documento, incrementarán la proliferación de hongos productores de este tipo de toxinas en el maíz.

El estudio modeló el impacto que tendrá el aumento en las temperaturas y el avance de las condiciones ambientales secas que han sido proyectadas en ciertas regiones de Estados Unidos para las próximas décadas. Y es que las características de ese tipo fomentan que la espora de hongos productores de aflatoxinas se transporten por el aire, lo que aumenta sus posibilidades de contaminar los cultivos. 

Los hongos Aspergillus flavus y Aspergillus parasiticus son productores de aflatoxina, una microtoxina que puede infectar maní, nueces y maíz, no solo degradando la calidad de los cultivos, sino que provocando problemas de salud para humanos y animales. 

El estudio proyectó un aumento en el riesgo de la presencia de aflatoxinas entre los años 2031-2040 debido al aumento de temperatura que puedan sufrir las regiones productoras de maíz norteamericano durante esos años. Así, la investigación indicó que para ese período de tiempo, un 89,5% de los condados pertenecientes a estados productores de maíz estarán expuestos a una mayor cantidad de aflatoxinas. Específicamente, se espera que un 5,3% de dichos condados experimenten un aumento del 1% en el riesgo de propensión al aumento de este tipo de toxinas.

Si bien actualmente los casos asociados a la presencia de aflatoxinas en los campos de maíz se limitan a los estados del sur de Norteamérica, los cambios en el clima de ese país podrían llevar el problema hasta el Cinturón de Maíz. Lo que según el estudio podría provocar “alteraciones en los mercados nacionales y mundiales de maíz, aumentando el impacto económico previsto”.

Así, se espera que en el futuro la producción de cultivos de maíz pueda ser desplazada a regiones más extremas del norte o sur del país, donde el clima es más fresco y húmedo, lo que podría reducir los riesgos de aflatoxinas en los cultivos. Sin embargo, esto podría afectar a las cultura de explotación que ha sido desarrollada durante generaciones en los estados de tradición productora de maíz.

Por último, en el documento se destaca la necesidad de planificar la mitigación del riesgo que puede traer el aumento de aflatoxinas en el maíz norteamericano. Además, se enfatiza en el uso del riego como estrategia para reducir el riesgo de aflatoxinas, ya que esa técnica reduce el estrés relacionado a los efectos producidos por escasez hídrica en el maíz, como las infecciones fúngicas. Además, investigadores ya están utilizando técnicas de cultivo convencionales y que incorporan la biotecnología para desarrollar cultivos que sean más resistentes a la sequía, a los daños provocados por insectos y a las ya mencionadas infecciones fúngicas.