BlueN: la nueva agricultura ya está aquí
Se viene implementando una revolución en el manejo agrícola de los fertilizantes nitrogenados en diferentes países de América Latina y el resto del mundo. Se trata de BlueN, una solución biológica capaz de permitir la reducción de hasta un 60% de fertilizantes nitrogenados a la planta, garantizándole a los productores un sistema de fertilización sostenible que genera mayor productividad de sus cultivos, a expensas de un mayor cuidado de los suelos, el medioambiente y la economía de las empresas agrícolas.
Escuchar a los productores es el primer paso de la innovación agrícola. Es necesario entender las necesidades que aún no están cubiertas para poder darles la mejor solución; y ese ha sido el camino de Symborg, una empresa que, tras mucho escuchar a agricultores y productores reflexionar sobre sus necesidades, entendió que había una preocupación compartida en el sector: ¿cómo limitar la aplicación de productos perjudiciales para el medioambiente sin perder la rentabilidad de los cultivos? Así, esta firma española se dio cuenta de que la fertilización nitrogenada convencional es una de las mayores fuentes de contaminación en la agricultura y que era necesario encontrar una fórmula que, de manera sencilla, ayudara a la planta a obtener nitrógeno de forma natural. Así es como después de muchos años de investigación del equipo de I+D de Symborg, nació BlueN.
Esta solución biológica innovadora, que Symborg lanzó a nivel mundial a inicios de 2020, es una bacteria fotosintética, Methylobacterium symbioticum, descubierta y patentada por la compañía. Gracias a su capacidad de fijar nitrógeno proveniente de la atmósfera, dentro de la hoja en forma de amonio (NH4), el cual posteriormente es transformado en aminoácido por la propia planta, se consigue reducir hasta en un 60% las necesidades de fertilizante nitrogenado en la planta. Hoy en día se han identificado 57 cultivos donde la bacteria es capaz de desarrollarse y entregar ese aporte de nitrógeno que las plantas requieren.
Este nuevo lanzamiento viene a reforzar que la clave del éxito de la internacionalización de Symborg reside en sus productos, con patentes globales registradas, y en una buena elección de los socios de distribución. Por medio de extracciones microbianas dirigidas, en Symborg cuentan con un cepario de más de 10.000 microrganismos seleccionados de distintas zonas del planeta (bosques, desiertos, zonas heladas, fondos marinos…). Y se testean ‘sustancias candidato’ en la parcela experimental de la compañía, según las necesidades del mercado y de los agricultores. ¿El resultado? Una sustancia activa que se convertirá en una solución biotecnológica. Symborg, empresa española especializada en fabricar y comercializar bioestimulantes naturales, fundada en el 2009 por Félix Fernández y Jesús Juárez, comparte toda esta experiencia en el ámbito internacional a través de sus filiales en Brasil, Chile, China, España, Estados Unidos, Francia, México, Perú y Turquía; y sus productos se utilizan en más de 50 países.
UN AHORRO DE 200 KILOS DE UREA
“Los primeros ensayos con BlueN en Chile comenzaron a principios de octubre pasado, gracias a un acuerdo con la empresa Martínez & Valdivieso. Aunque en Europa ya teníamos tres años de trabajo en campo, aquí nos propusimos un ambicioso plan de ensayos para ser exigentes y poder obtener datos duros, de cara a evaluar un producto tan ambicioso como este, que viene a sustituir parte de la fertilización nitrogenada. Por ello, planteamos ensayos en todo Chile, de norte a sur, trabajando en cultivos intensivos y extensivos, tanto convencionales como orgánicos, y aunque de inicio no fue fácil convencer a algunos productores para probarlo, los resultados nos han dado la razón y este año, aunque seguimos aprendiendo, ya hemos comenzado con su comercialización”, explica Gala García, gerente general de Symborg LATAM.
Así, por ejemplo, en el caso del maíz, el trabajo se desarrolló para ver si las diferentes variedades, podían desarrollarse igual de bien con un menor aporte nitrogenado. “Los resultados fueron muy positivos”, afirma Gala García. “Ahorraron un 30% en nitrógeno, en promedio”, añade. Armando Flores, zonal de KWS, desde el campo Landa, de la Fundación Adolfo Matthei, en Osorno, corrobora lo dicho por la gerente, y añade que “en el sector donde se aplicó BlueN, el maíz se desarrolló de manera óptima para la elaboración de silo”.
Marcelo Rodríguez, de Agrícola Luanco, en Los Ángeles, también destaca las bondades de este nuevo producto. “Aplicamos BlueN en 6 ha de nuestra finca, mientras que en las 18 ha restantes se realizó la fertilización nitrogenada de manera usual. Normalmente, aplicamos 500 kg y 230 unidades de nitrógeno, pero donde aplicamos BlueN solo usamos 300 kg de urea y 138 unidades de nitrógeno, es decir, bajamos un 40% la fertilización nitrogenada. El resto de nitrógeno lo suplimos con BlueN”. Además, gracias a BlueN, la mazorca tuvo un buen grosor de tallo y el llenado fue de un 100%.
LA COLONIZACIÓN PRIORIZA LAS HOJAS
“Lo bonito de trabajar con los microorganismos de Symborg es que son cepas seleccionadas por su tolerancia, resistencia y adaptabilidad a los programas de fertilización y fitosanitarios de nuestros clientes. Entonces es muy fácil implementarlas sin tener que pedirles a los productores que cambien sus manejos, somos nosotros los que nos adaptamos a ellos y no al revés.” explica Mike Aguilar, gerente técnico para Sudamérica de Symborg.
Profundizando sobre BlueN, Mike habla, por ejemplo, de un programa de trabajo para uva de mesa en Ica, al sur de Lima, Perú, y menciona aplicaciones de 333 g/ha de producto. “Con eso aseguras una concentración suficiente en las hojas de Methylobacterium symbioticum, la bacteria que está dentro de BlueN, la cual tiene la capacidad de reproducirse y movilizarse en la planta. Aplicas en un brote de 25 cm, pero ese brote va creciendo, desarrollando nuevos órganos, y esta bacteria los va colonizando”, precisa. Se trata de una bacteria que trabaja foliar, penetra por los estomas de las hojas y se establece en ellas, colonizando las células fotosintéticas. “Vive en ellas, porque ahí están las mayores cantidades de hierro y molibdeno, lo que necesita para metabolizar el amonio o el nitrógeno atmosférico”.
Aguilar añade que también están trabajando con el arándano, sobre todo en plantaciones orgánicas o cultivos con escaso desarrollo radicular donde la toma del nitrógeno rizosférico se les complica. “Si bien es cierto que estamos ante un producto nuevo, llevamos cinco años con el desarrollo de BlueN en cereales, y eso es mucho trabajo. En frutales, como la uva, el arándano, la cereza o el palto venimos trabajándolo desde hace más de un año”, precisa Aguilar.
Lo resaltante de BlueN es que debe aplicarse en etapas tempranas, aprovechando la permeabilidad de las hojas para que pueda entrar de forma correcta el producto. “Lo ideal es aplicarlo en los primeros estadios del cultivo, cuando este tiene suficiente masa foliar activa, para tener la bacteria trabajando durante todo el ciclo del cultivo. Además, la amplia tabla de compatibilidades con la que trabajamos, donde figuran herbicidas, fungicidas e insecticidas, hace muy práctica su aplicación en combinación con otros productos, no incrementando los gastos en logística de nuestros clientes”, explica el ejecutivo de Symborg.
ARROZ: CALIDAD Y RENDIMIENTO
Symborg LATAM posee abundante información del desempeño de BlueN en cereales, recabada en cada uno de los ensayos que han hecho en diferentes zonas productivas de América Latina. Geyner Paisig, agricultor arrocero de Pítipo, Lambayeque, en Perú, trabaja con la variedad IR 43 (NIR), y menciona una mejora sustancial en los cultivos donde BlueN desplegó su accionar. “Lo hemos aplicado de manera foliar, ahorrando así en logística y mano de obra. También hemos ahorrado siete bolsas de sulfato de amonio (95,5 UFN) y los suelos se han visto mejorados, pues no se aplica tanto nitrógeno, no se saliniza el terreno. ¿Vimos un mejor rendimiento en la producción? Sin duda”, asegura Paisig.
Armando Vílchez, agricultor arrocero de Ferreñafe, Lambayeque, señala incluso que BlueN los ha librado de muchas enfermedades que se producen por exceso de nitrógeno químico. Ahorró cinco bolsas de sulfato y dos de potasio (95,5 UFN), “ya no era necesario aplicarlos”, afirma. En el campo donde se aplicó BlueN, obtuvo 13,020 kg/ha, mientras que en el campo testigo solo 8,500 kg/ha. Otro productor de arroz de la misma zona, Francisco Delgado, también vio cómo aumentaron sus rendimientos productivos. “Y ahorramos siete bolsas de fertilizantes (95,5 UFN)”, precisa. “BlueN viene revolucionando el manejo de muchos cultivos en el Perú, pero especialmente en el arroz. Es mejor aplicarlo en la mañana, para aprovechar la turgencia de la planta. No solo hemos reducido el porcentaje de nitrógeno por hectárea en esta última campaña, sino que ahora las hojas son más verdes y los granos están bien formados, con bastante peso y sanos”, explica Carlos Guevara, agricultor de la Comisión de Usuarios del Subsector Hidráulico de Lambayeque.
En Chile, la Dra. Karla Cordero, encargada del programa de mejoramiento genético de arroz del INIA, testeó la efectividad de BlueN en la reducción de la fertilización nitrogenada en las principales variedades de arroz de este instituto de investigación. “De 8,5 toneladas, pasamos a 9,1 toneladas. Esa es una buena señal. Hubo variedades donde la respuesta fue mucho más elevada que en otras, y ya nos satisface el hecho de que pueda igualar los rendimientos; y si los puede incrementar, mucho mejor”, explica.
EFICAZ EN AGRICULTURA ORGÁNICA
BlueN ha demostrado ser una eficaz herramienta para la cada vez más creciente agricultura orgánica. Un ejemplo de ello está en el cultivo del avellano en el sur de Chile, “al que le cuesta tomar nitrógeno en primavera, porque no hay temperatura en el suelo. En esas condiciones, este producto podría ser un aporte”, sostiene Nicolás Valenzuela, presidente de la Asociación de Productores Orgánicos de Ñuble. Añade que una de las grandes problemáticas en la producción orgánica es la disponibilidad de fuentes de nitrógeno, “las pocas que hay en el mercado tienen un alto costo”, dice y subraya que gracias a BlueN les ha permitido disminuir los costos por unidades de nitrógeno y obtener buenos resultados en cuanto a calibre, área foliar y costos de aplicación.
En Perú también hay experiencias en cítricos. Diego Reinoso, superintendente de campo en Cultivares Trapani cuenta que: “BlueN se aplicó de forma foliar para disminuir la aplicación de nitrógeno químico y el resultado, con una reducción del 40% de nitrógeno, ha sido muy bueno, aplicado en un estado fenológico de brotación. Vimos efectos excelentes en la maduración temprana de los brotes, en el fortalecimiento y en la longitud que alcanzaron para la producción, lo que nos mejoró la condición de la planta e incluso nos permitió escapar de las afecciones que nos produce el minador de los cítricos”.
Para Gala García, BlueN es una herramienta muy importante para la agricultura orgánica, pues aporta nitrógeno de forma continua y eficiente, a un menor costo, sin perjudicar la salinidad de los suelos, e incluso evitando la llegada de enfermedades como Phytophtora por el exceso de fertilización nitrogenada, como se ha podido comprobar en testimonios de productores. “Siempre digo que otra agricultura es posible. Gracias a productos como BlueN, vamos a reducir los problemas de sobrefertilización”, afirma.
UN RETO INNOVADOR QUE SIGUE CONQUISTANDO PAÍSES
Son cientos los ensayos, diversos los cultivos y países, que han ratificado el exitoso desempeño de BlueN y de la empresa española Symborg, cuyos especialistas no han descansado en la labor de acompañar a los productores en este reto innovador. Ejemplos de ello se pueden encontrar no solo en Perú y Chile, sino también en España, Francia, México y todo el ‘Medio Oeste’ de EE UU. “También estamos trabajando en soja y eso se va a potenciar con la entrada en el mercado de Brasil”, agrega Félix Fernández, uno de los fundadores de la compañía. En Perú, además, están realizando ensayos en arándanos y ya se han trazado el objetivo de arribar a Colombia para atender las necesidades de los productores palteros, con los cuales ya han mantenido reuniones. “En Ecuador trabajamos bastante con rosas y los resultados son evidentes: las flores presentan un buen tamaño y un crecimiento mucho más rápido. También estamos entrando con fuerza en banano y cacao”, explica Aguilar.
La fruta de exportación no escapa a este análisis y Symborg está realizando un estudio a largo plazo. “Para los productores de fruta, reducir nitrógeno, económicamente hablando, no es rentable. Sin embargo, si les mostramos que la aportación de nitrógeno biológica y controlada, con BlueN, tiene un efecto directo en la calidad y en la firmeza de la fruta, y con eso vamos a darle más “piernas” para nuestras exportaciones, no habrá quien se resista a su uso”, explica Gala García. BlueN resulta así una herramienta excelente para países tan dedicados a la agroexportación como lo son Perú y Chile, o para los que trabajan con mucha carga orgánica, como es el caso de Ecuador.
Symborg opera en Chile desde el 2014 y es distribuido por M&V.
La gerencia para Symborg Latinoamérca está ubicada en Santiago y la lidera Gala García Imbernón.
Contacto: www.symborg.cl