Bioestimulación sin hormonas
Luis Carmelo Clemente Sala, Director of product Management, Sustainable Agro Solutions, S.A.
Hubo un tiempo para el agricultor en el que producir frutas y hortalizas no representaba ningún problema, salvo los habituales debidos principalmente a los factores típicos y normales como eran el clima, plagas comunes, etc.
En cada país, región y hemisferio se consumía lo que denominábamos frutas y hortalizas de temporada, pero el tiempo, las costumbres y los gustos empezaron a cambiar debido a otro vocablo que entró a formar parte del día a día, la globalización.
La globalización llegó también a los frutos del campo, los cuales eran apetecibles todos ellos en las distintas épocas y estaciones del año, no importando cuál era su procedencia ni su forma de cultivo, con tal de complacer a nuestro paladar y saciar a nuestro estómago.
Para poder cultivar de una forma más rápida, más lenta o en una estación del año, la cual no correspondía con sus estados fenológicos, la agricultura empezó a industrializarse como si de una fábrica de tornillos se tratara, transformando al agricultor en un comerciante que cerraba los tratos de abastecimiento antes de poseer el producto a comercializar.
Había que llegar y cumplir con los plazos de entrega y para ello había que activar las plantas sometiéndolas a un estrés que nunca era el suficiente, teniendo que recurrir a prácticas que rozaban la legalidad y realizando tratamientos agresivos que nunca cumplían lo suficiente las expectativas de tiempo, cantidad y calidad.
Fue en este momento cuando aparecieron los tratamientos hormonales, que bien por sus efectos directos como los indirectos hacían que las plantas entrasen en producción, fuera de época, más temprano, más tardías, con los tamaños y calibres deseados, con unos rendimientos superiores y con unas cualidades organolépticas más que discutibles pero aceptables.
No es cuestión de entrar ahora a discutir si el uso de hormonas es o no aconsejable para la salud, pero lo que si hay que tener muy claro es que no es natural y por lo tanto las aplicaciones indiscriminadas de estos productos que las contienen van en sentido opuesto a lo que hoy consideramos como una agricultura sostenible.
Por todo lo comentado y por todo lo que se queda en el tintero, la compañía SAS (Sustainable Agro Solutions, S.A.), adaptándose a las legislaciones vigentes internacionalmente, ha desarrollado en todas las formulaciones de sus productos marca CODA unos equilibrios, los cuales están fundamentados en la bioestimulación agrícola sin la necesidad de incluir en dichas formulaciones elementos hormonales, siguiendo así una trayectoria sin retorno que hará de nuestra agricultura un medio de subsistencia más sano, apostando al mismo tiempo por un medio ambiente longevo y saludable.