“Al sector bananero le hacen falta nuevas variedades resistentes a las amenazas de Fusarium R4T”
El sector bananero en Colombia enfrenta una serie de desafíos. Una de las principales necesidades es apostar por el mejoramiento genético y la diversificación del cultivo, pues hoy en día, no solo en Colombia sino a nivel mundial se cultiva la variedad Cavendish, pero con la llegada del Fusarium R4T hay una gran amenaza. Por ello es que se requieren variedades resistentes a la enfermedad y que sean comercialmente aceptadas. Desde Cenibanano son conscientes de esto y, para eso, es que están próximos a abrir una nueva línea de investigación que dirigirá todos sus esfuerzos a obtener nuevos materiales. No es el único esfuerzo, ya que desde Cenibanano han puesto en marcha una Red Agroclimática y han formulado una serie de bioinsumos.
Después del café y las flores, el banano es el tercer producto de la industria agrícola colombiana que más se exporta. Además, el país se ubica en el quinto lugar entre los exportadores mundiales de la fruta tras Ecuador, Filipinas, Guatemala y Costa Rica. Es por eso que, con el fin de incrementar la productividad por hectárea para buscar en el futuro cifras cercanas a las de otros países, que alcanzan casi 3,000 cajas por hectárea, el Centro de Investigaciones del Banano-Cenibanano entidad adscrita a la Asociación de Bananeros de Colombia- Augura, viene trabajando desde diferentes frentes para que el sector bananero siga creciendo e innovando.
Según Sebastián Zapata, director de Cenibanano, actualmente ofrecen a los productores bananeros formación, capacitación permanentemente y acompañamiento técnico. Además, realizan diagnósticos fitopatológicos para hongos, bacterias y nemátodos; monitoreo de la sensibilidad de los fungicidas empleados en el control de la enfermedad Sigatoka Negra y recomendaciones sobre el manejo de la nutrición y control de plagas y enfermedades.
Aunque vienen trabajando en diferentes innovaciones tecnológicas como la Red Agroclimática y el desarrollo de bioinsumos gracias a la alianza con diferentes universidades, uno de los principales retos que tiene el sector es trabajar en el mejoramiento genético. “En cuanto a desarrollo tecnológico, generar nuevas variedades y diversificar el cultivo es una de las grandes necesidades del sector y, es por ello que, próximamente desde Cenibanano vamos a abrir una nueva línea de investigación basada en mejoramiento genético para el desarrollo de nuevas variedades de banano”.
– ¿Cuáles son los resultados más importantes que han obtenido en las diferentes líneas de investigación?
– En el caso de fitosanidad, se han sentado las bases para el control cultural de Sigatoka Negra. Adicional a eso, desde hace 20 años monitoreamos cómo los fungicidas que usamos para tratar esta enfermedad han ido perdiendo efectividad contra el hongo. Por su parte, en el tema de plagas se han logrado integrar nuevas alternativas para su control. En biotecnología se viene trabajando en el desarrollo de bioinsumos. Con la Universidad EAFIT logramos una patente de un producto a base de Bacillus tequilensis para el control de Sigatoka Negra; y un bioproducto a base de Bacillus subtilis que es un biofertilizante. Además con la Universidad de Antioquia tenemos un desarrollo y patente de un producto para el control de Sigatoka a base de Ganoderma lucidum y hoy en día estamos trabajando con bacteriófagos para el control del Moko en banano y plátano; y con la Corporación de Investigaciones Biológicas (CIB) hemos logrado un avance muy importante para entender cómo es el genoma de Sigatoka y el a de la planta de banano, y cómo hay una relación entre ambos para generar alternativas de manejo paraesta enfermedad.
– Uno de los principales proyectos de Cenibanano es la Red Agroclimática, ¿cómo funciona?
– Esta Red surgió porque cada comercializadora o productor afiliado al Gremio, tenía estaciones climáticas en puntos diferentes y se cambiaban cada dos o tres años, por lo que la información no era analizada con los mismos parámetros con una sola plataforma. Por esta razón, no se tenía un análisis del clima a nivel regional, que redundara en estudios en profundidad de productividad, plagas, enfermedades, entre otros. Teniendo en cuenta esa limitante, Cenibanano en el 2020 estructuró un proyecto para establecer la Red Agroclimática en la región de Urabá, la cual está conformada por cuatro estaciones que miden velocidad y dirección del viento, radiación solar, temperatura, humedad relativa, humedad del suelo y precipitación, las cuales están ubicadas en los municipios del Eje Bananero que comprende: Chigorodó, Carepa, Apartadó y Turbo, donde cada una de ellas está acompañada de dos pluviómetros para un total de ocho, que no solo miden precipitación, sino también humedad relativa y temperatura del aire. Toda esa información confluye en una plataforma totalmente gratuita que muestra los datos, en tiempo real, cada quince minutos.
– ¿En qué les ha ayudado? ¿Qué beneficios ha traído esta Red a los productores?
– Ya llevamos cerca de nueve meses con esta Red y, gracias a ella, hemos podido entregarles a los productores información climática en tiempo real, los hemos capacitado y les estamos entregando informes diarios, semanales y mensuales. En estos, les entregamos cómo información de cómo se comportó el clima el día anterior, cómo se va a comportar en el día actual y una proyección a dos días, de igual forma en el boletín semanal y mensual. Todas estas herramientas les han permitido entender cómo es el comportamiento del clima y con ello pueden analizar qué tipo de labores pueden desarrollar, por ejemplo, que fertilizantes pueden aplicar esa semana o ese día, o si definitivamente es mejor no aplicar nada.
Cinco líneas de investigación
Fitosanidad: Se trabaja en el diagnóstico, caracterización y manejo integrado de plagas y enfermedades de interés como Fusarium Raza 4 Tropical,Sigatoka Negra, Moko, Colaspis, Cochinilla, etc.
Suelos y agricultura de precisión: Se investiga las relaciones entre las propiedades del suelo con la planta y el ambiente. Cenibanano presta servicios especializados a los productores, en suelo (PH, resistencia a la penetración, textura y descripción de perfiles edáficos) y en sanidad radicular(determinación de raíces funcionales y no funcionales, conteo de nemátodos, entre otros).
Fisiología y nutrición vegetal: Se trabaja para entender la fenología y fisiología del cultivo, que permitan establecer bases y fundamentos a aplicar en las labores enfocadas a incrementar la productividad.
Agroclimatología: Inaugurada en 2020, se busca aprender y desarrollar trabajos enfocados en climatología . Aquí se estudian las variables como: precipitacion, temperatura, radiación solar, humedad relativa y velocidad del viento; para saber cómo estos elementos pueden estar incidiendo en la presencia de plagas y enfermedades, productividad, crecimiento y desarrollo de la planta, etc.
Biotecnología: En alianza con la Universidad EAFIT, la Universidad de Antioquia, la CIB y la Universidad Nacional sede Medellín, se han desarrollado bioinsumos y técnicas de moleculares para el control integrado de enfermedades.
Además, de estas cinco líneas de investigación, Cenibanano espera abrir prontamente una nueva línea enfocada en mejoramiento genético, tendiente a desarrollar variedades resistentes a Fusarium Raza 4 Tropical, en alianza con AGROSAVIA y EMBRAPA en Brasil.
EL SECTOR BANANERO REQUIERE NUEVOS DESARROLLOS TECNOLÓGICOS Y MEJORAMIENTO GENÉTICO
– ¿Cómo ve el futuro en cuanto a nuevos desarrollos tecnológicos en el sector bananero colombiano? ¿Qué se está implementando?
– Definitivamente no solo el sector bananero, sino la industria agrícola en su conjunto, requiere de nuevos desarrollos tecnológicos e implementar herramientas en su cadena productiva, . por ejemplo, la información geográfica para que el productor entienda por qué es tan importante tener un GPS o instrumentos de geoposicionamiento en las fincas para analizar empezar a ver relaciones en cuanto a sitios e incidencias de ciertos factores
– ¿Qué cree que le falta al sector para continuar innovando y tener mayor productividad?
– Aquí es necesario hablar de tres aspectos: el primero, es que hace falta el mejoramiento genético, pero no solo en Colombia, sino que, a nivel mundial, solo se cultiva la variedad Cavendish. Más de un 90% de los bananos de exportación son de esta variedad y la llegada del Fusarium R4T es una gran amenaza para el banano y no tenemos otra variedad que sea resistente a la enfermedad y que sea comercialmente aceptada. Por eso, en cuanto a desarrollo tecnológico es una gran necesidad generar nuevas variedades y diversificar el cultivo y es por ello que próximamente desde Cenibanano vamos a abrir la nueva línea de mejoramiento genético para el desarrollo de nuevas variedades. Asimismo, es necesario trabajar en el desarrollo de bioinsumos y nuevas alternativas no químicas, ya que del 100% del banano que exportamos en Colombia, más o menos el 70% va a la Unión Europea y el 10% al Reino Unido. Con las nuevas normativas que está imponiendo este mercado que se basan principalmente en las políticas “De la Granja a la Mesa” y “De Biodiversidad”, enmarcadas en El Pacto Verde Europeo, se pretende que al año 2030 se reduzca el uso del 50% de los plaguicidas químicos. Por ello, necesitamos desarrollar bioproductos de nuevas alternativas no químicas, de métodos de control físicos para cumplir con las exigencias de estos mercados y llevar un banano más limpio, con menos trazas al mercado internacional y, de esta manera, ser competitivos frente a otros mercados. Y, por último, la agricultura de hoy debe integrar la tecnología como una base fundamental para incrementar los rendimientos del cultivo. En el caso del banano, el uso de herramientas informáticas, equipos y sensores, entre otros aspectos, deben llevar a tener una agricultura de precisión para la toma de decisiones en todas las actividades, desde la siembra, cosecha, fertilización, etc.
CENIBANANO CUENTA CON UN BANCO DE MÁS DE 2,000 BACTERIAS PARA EL DESARROLLO DE BIOINSUMOS
– Frente a eso, Cenibanano viene trabajando en el desarrollo de bioinsumos, ¿qué desarrollos han adelantado en este tema?
– En el 2007 se hizo una alianza con la Universidad EAFIT para desarrollar nuevos productos para el control de Sigatoka Negra, a partir de ahí se recolectaron microorganismos provenientes del cultivo de banano, cumpliendo con toda la normativa que tenía el Ministerio de Ambiente y gracias a ello, hoy en día tenemos un banco de más de 2,000 bacterias. A partir de estos microorganismos tenemos dos desarrollos: Un bioproducto para el control de Sigatoka Negra a partir de la bacteria Bacillus tequilensis, el cual ya se encuentra patentado y estamos en proceso de escalamiento para poder ponerlo al servicio de los productores bananeros; el otro es un bioproducto a base de Bacillus subtilis, el cual se formuló y se estructuró para la biofertilización de las plantas de banano, utilizado para hacer la fertilización de las plantas antes de llevarlas a campo. Por otro lado, con la Universidad de Antioquia tenemos otros dos bioproductos, uno patentado que son unas proteínas provenientes de Ganoderma lucidum para el control de Sigatoka Negra, donde en este momento estamos en la fase de formulación del producto y estamos haciendo ensayos de campo. En la otra línea tenemos los bacteriófagos, que son virus que pueden atacar bacterias, los cuales están siendo probados para el control del Moko en banano, que es causado por Ralstonia solanacearum.
– ¿Los tres productos con patente ya se están siendo usados por parte de los productores?
– Estamos en la fase de escalado, pero ni las universidades ni nosotros como centro de investigación tenemos la infraestructura y los equipos para producir a gran escala estos bioinsumos. Actualmente, estamos analizando diferentes alternativas, ya que podríamos entregarle esa patente a cierta empresa o casa comercial.
– ¿Quiénes hacen las formulaciones?
– Trabajamos de manera articulada con las universidades. Desde Cenibanano explicamos cómo son los procesos, necesidades, mezclas y ellos, desde la ciencia, aportan su desarrollo.
– ¿Habrá nuevos desarrollos de bioinsumos?
– Esa es la tendencia. Estamos iniciando trabajos para que con esa cantidad de bacterias que tenemos, podamos desarrollar bioinsumos para el control de Moko y el control de Fusarium R4T, pero también estamos proyectando trabajar en la línea de poscosecha para ver cómo generar recubrimientos con este tipo de microorganismosque sean capaces de bloquear la incidencia de enfermedades como la pudrición de corona.
– ¿Qué tipo de bacterias son y dónde las tienen almacenadas?
– Las bacterias están en la Universidad EAFIT y tenemos una copia en Cenibanano y otras en el Instituto Humboldt. La primera colección, que son más o menos 1,500 bacterias, son del grupo aerobias formadoras de endosporas, que fueron aisladas de las hojas y la rizosfera del banano. Además, tenemos un grupo de más o menos 500 bacterias que son endófitas donde hay una amplia diversidad, estas fueron aisladas de diferentes tejidos internos del banano y otras fueron aisladas de tejidos ‘in vitro’.
– Otro de los grandes proyectos del Centro de Investigación es el laboratorio de diagnóstico de Fusarium R4T, ¿cómo este les ha permitido reducir la amenaza de la enfermedad en las plantaciones de banano?
– Con la introducción del Fusarium R4T a Colombia en el 2019, específicamente en la región de La Guajira, nosotros como gremio y con el ICA como ente fitosanitario, a la fecha hemos desarrollado tres convenios de cooperación para prevenir la diseminación de la enfermedad a otras regiones. Entre 2019 y 2020 generamos toda la infraestructura para el laboratorio, compramos los equipos y en el 2021 nos hemos enfocado en que nuestro personal se capacite y paso seguido, debemos registrar el laboratorio ante el ICA. Pero a futuro esto va a traer muchos beneficios para el productor bananero, ya no se van a tener que enviar las muestras a Medellín o a Bogotá, sino que en la región vamos a tener la capacidad de hacer el diagnóstico de Fusarium y tener unos tiempos más cortos de respuesta. En el laboratorio, analizamos muestras por métodos moleculares, por PCR convencional.