“Agregar nuevos productos al portafolio exportador de Chile es una tremenda innovación”
Desde FIA destacan que, pese a todos los efectos negativos de la pandemia, se abrieron posibilidades para que muchos innovadores y productores accedieran a capacitaciones y a ampliar sus redes, lo que mejoró las sinergias y el trabajo colaborativo no solo entre ellos sino también a acercarse a académicos y otras organizaciones.
En Chile, entre 2009 y 2017 se desarrollaron 315 proyectos de innovación agraria relacionados a temáticas de la Agricultura 4.0, que busca revolucionar la producción de alimentos, incluyendo variables como el aumento de la población, seguridad alimentaria, disminución de la superficie y el cambio climático, problemáticas que hacen al sector replantearse la forma de hacer agricultura. De ellos, 78 proyectos (25% del total) corresponden a proyectos apoyados por FIA, sobre todo de pequeños y medianos productores del país. Su director ejecutivo, Álvaro Eyzaguirre, da cuenta de aquel impulso innovador.
– ¿Se ha dejado de lado la innovación por parte de los productores en este tiempo de crisis sanitaria?
– En los últimos 3 años hicimos un análisis muy profundo de lo que estábamos haciendo, y salimos a hablar con los usuarios, y desde ahí levantamos información muy valiosa y con eso pudimos replantearnos la fundación, y por un lado tomamos conciencia de que en el mundo agrícola la innovación agrícola es muy baja, sumado a que antes pensábamos que era sólo por falta de recursos, porque los agricultores está siempre peleando con el clima, con los precios, y con todo lo que les significa, y la verdad es que no les quedan excedentes como para darse el lujo de innovar.
– ¿Cómo están resolviendo ese bajo nivel de innovación en el país?
– Con este análisis nos dimos cuenta que aparte de financiamiento, muchos innovadores no avanzaban, y por lo mismo levantamos elementos adicionales al financiamiento, que hoy son parte de nuestra oferta como ministerio. Uno de ellos es la capacitación, porque no hay instancias para enseñar innovación en Chile, y es muy importante entender el desafío de cómo enfrentar el desafío de un nuevo producto, un nuevo proceso o algo que agregue valor, a todo nivel. Por ejemplo, capacitamos profesores, para que puedan enseñar a sus alumnos a cuestionarse el entorno y a buscar soluciones innovadoras, para entender lo importante de que la innovación agregue valor y solucione una problemática (SaviaLab, programa de formación de FIA), pero también cómo plantear su proyecto a la hora de una postulación, porque hay veces que hay buen proyecto, pero si no está bien planteado el objetivo del proyecto o el piloto que se quiere probar, no llega a buenos términos. Pese a la pandemia, que ha sido dramática para todo el mundo, nos resultó muy favorable porque a través de canales digitales hemos podido capacitar gente de Arica a Punta Arenas, y ya hemos tenido un impacto importante en la calidad de los proyectos que se han presentado.
– Desde FIA han señalado la importancia de crear redes. ¿Cómo se ha potenciado esto?
– Nosotros hemos tenido la suerte históricamente de financiar pequeños innovadores, como también academia, institutos, entre otros, y muchas veces no tenían ese impulso o esa complementación entre distintos grupos, o incluso entre los mismos innovadores, y poder juntarlos genera verdaderas explosiones sinérgicas. Por esto creamos talleres de redes, que estamos ofreciendo dentro de nuestra oferta de instrumentos. Y dado que conocemos el espectro, para nosotros es muy fácil poder juntarlos, hemos tenido talleres en todo el país y ha sido muy interesante que compartan sus ideas, sus inquietudes, y eso ha sido muy poderoso, lo que ha permitido que se presenten proyectos entre pequeños productores y el INIA. Además, ha sido muy importante para nosotros la presencia regional, nivelar la cancha, para que todos tengan acceso a información y puedan capacitarse. Para eso creamos en estos últimos 3 años las macrozonas, para tener cada dos regiones un re- presentante de FIA, que es de la región y que conoce la problemática de la región, sus dolores y sus desafíos.
– Hay una serie de problemáticas en Chile que se arrastran desde antes de la pandemia, como el cambio climático y la escasez de agua, ¿cuál ha sido el trabajo o la visión de FIA en esa materia?
– Chile está dentro de los diez países que más van a ser afectados con el cambio climático, y como país vulnerable esto pasa a ser crítico, pero también hay grandes oportunidades. En nuestro país todas las regiones tienen problemas de disponibilidad de recursos hídricos y tenemos como país el gran desafío de la gestión del agua, y en ese sentido a través de la innovación nosotros vemos muchas oportunidades, que puede ser desde una mejora en el tipo de riego utilizado, o en el manejo de compuertas y canales, ventajas que nos ofrece la telemetría, así como también la integración de fotos satelitales, apoyo de drones, sensores, en fin, hoy podemos manejar la data del entorno agrícola en el cual a través de inteligencia artificial, herramientas que hoy son de fácil acceso. En ese sentido vemos la posibilidad, desde lo más macro hasta lo más sofisticado, de poder implementar tecnología que va a ayudar de forma importantísima a enfrentar el cambio climático. Hay muchas oportunidades también que no siempre significan un costo, muchos se asustan, pero si tienes un teléfono en el bolsillo, tienes acceso a Waze, que es una aplicación gratuita, y en la agricultura es lo mismo. En el sur, por ejemplo, tenemos un proyecto virtual que está revisan- do permanentemente las condiciones de temperatura, heladas y lluvias, y en base a eso tenemos modelos con inteligencia artificial que nos permiten hacer alertas tempranas a través de mensajes de texto.
– ¿Qué nuevos proyectos han impulsado para aprovechar este nuevo escenario?
– Chile exporta mucha fruta y productos de gran diversidad, sin embargo todavía podemos hacer más. Dentro de los proyectos que tenemos, trajimos 1.100 palmeras datileras que se van a plantar en Tarapacá con pequeños productores, porque vemos que es un fruta que tiene una gran demanda en el mercado, que no está satisfecha y estamos convencidos de que Chile tiene
las condiciones para ampliar su oferta. También hemos desarrollado condiciones para el azafrán, que es el condimento más caro del mundo, es muy demandante de mano de obra, y hemos visto cómo en Chile se ha adaptado muy bien en Tarapacá y en la Araucanía, con superficies pequeñas y usando poca agua, se puede obtener un producto de altísimo valor. Muchos de estos productos además pueden ser nutracéuticos y agregan valor, condiciones claves que abre posibilidades para financiar proyectos en esta temática de agricultura 4.0. FIA por ejemplo está financiando un proyecto en Cochamó para cultivo de wasabi, que no tiene nada que ver con el sucedáneo que se consume popularmente, y que es muy difícil de cultivar ya que requiere condiciones complejas, y eso nos convertiría en el primer país de América Latina capaz de producirlo y exportarlo.