Vientos de cambio
Vasco Masías, gerente general de Alimenta y gerente comercial del grupo La Calera, sostiene que las microalgas pueden ser el gran nuevo producto de exportación. Por su parte, Gonzalo Begazo, CEO y co fundador de Chazki, ofrece un E-commerce que además traslada alimentos. Ambos son las cabezas de empresas que apuestan por lo diferente, dándole un rostro nuevo al mundo corporativo nacional. El tercero en cuestión es Marino Morikawa, un investigador, que a punta de nanotecnología se ha propuesto descontaminar lagos, lagunas y humedales.
Gabriel Gargurevich Pazos
GENERAR VALOR AGREGADO
Vasco Masías recuerda que en determinado momento sus hermanos y él se preguntaron de qué manera podían continuar el camino de la innovación trazado por su padre y abuelo. “En esa misma línea, tenemos que generar mayor valor para el país”, se dijo, en ese momento. Y hoy, añade: “Todos hemos escuchado en el colegio que nos decían que nuestro país está destinado a ser un país que no llega a despuntar porque exporta materias primas. Cuando era chico no podía entender eso; cuando fui creciendo me di cuenta de que había que invertir en investigación, en laboratorios de desarrollo que nos permitan vender productos de valor agregado”.
El Grupo Alimenta, donde Vasco es gerente general, ofrece lo anterior, en las empresas que lo conforman, donde están plasmadas “esas ganas de ganarle a la generación anterior, ese es el reto”. Las empresas son: Ecobaf (microorganismos benéficos), AV Fertilizantes de precisión (fertilizantes), Ovosur (derivados del huevo), Alimenta Algae (microalgas), VIA Foods (ingredientes para pastelería) y Alimenta. Vasco precisa que estas empresas no tienen como objetivo solo hacer dinero, sino también tener realmente un propósito altruista.
El objetivo principal del Grupo Alimenta es, entonces, generar valor agregado, pero empezaron a darse cuenta de que hay un montón de problemas en el mundo. Dice el gerente general del holding: “Hay situaciones que realmente te cambian la vida y una de ellas para nosotros fue el 15 de agosto del 2007, cuando sucedió el terremoto de Pisco. Se trató de nuestra gente, en Ica, Chincha… En Chincha se cayeron 600 casas de trabajadores nuestros, en una noche… Al día siguiente todo era un desastre, no se podía llegar. Me llamó mi madre desde Chincha, que estaba ayudando en los comedores; me dijo que le mande un poco del huevo en polvo que estábamos produciendo en la planta de deshidratado en Lima; efectivamente, estábamos produciendo huevo en polvo para industria que exportábamos a Corea, Tailandia… Aun no existía el Grupo Alimenta, pero existía Ovosur, empresa a partir de la cual se funda Alimenta, y que yo fundé, en 1995, a los 17 años”.
Vasco reconoce que viene de una familia en la que tenías que hacer empresa. En el 2007, Ovosur ya tenía 10 años; era una empresa que estaba en 3 países, y vendía a 5, 6 países en el mundo. Añade: “Y teníamos este huevo en polvo que servía para hacer panetones, pastas; no era rico para comer directamente. Transformarlo implicaba un proceso de 6 meses a 1 año. Pero, ante el terremoto, lo hicimos en una semana; fue impresionante cómo se puso a trabajar el equipo; inventamos, mezclamos una serie de ingredientes, lo hicimos un poco más rico, lo pusimos en unas bolsitas y lo llevamos al lugar del desastre. Y cuando vimos el efecto que podíamos generar en las vidas de la gente gracias a la innovación, nos dimos cuenta de que podíamos hacer una empresa totalmente diferente. Eso nos llevó a fundar 3 empresas más”.
Innovar para el empresario tiene que ver con introducir algo nuevo al mercado; y lo nuevo no tiene mercado. Agrega: “Pasamos a obsesionarnos un poco con la nutrición infantil y desarrollamos una serie de productos a partir del huevo. Pero nos dimos cuenta de que faltaba otra fuente de proteína; fue así como llegamos a las micro algas”. Precisa que hace tres años empezaron a investigar entorno a las micro algas y otras fuentes de proteína, en el marco de un proceso de ensayo-error. Fue un año entero el que dedicaron al desarrollo de las larvas de mosca, que luego empezaron a importar a diferentes países.
En relación a las larvas de mosca, Vasco precisa que les tomó un año darse cuenta de que es un gran negocio, “pero no para la escala que estábamos buscando, una escala de cientos de miles de toneladas…”. ¿Larvas de mosca como alimento? Explica: “Es sencillo. Las larvas de mosca consumen alimentos en descomposición, como vegetales, basura orgánica, residuos orgánicos, humanos, guano de gallinas, lo que sea. Y tienen un tracto intestinal que tiene PH1, que limpia casi cualquier cosa. Y la larva crece, y se convierte en una fuente de proteína; luego la deshidratas… Nosotros las desarrollamos para alimentar gallinas, para hacer economía circular; a nosotros nos mueve muchísimo el desarrollo sostenible”.
Hasta el año 2010, su negocio eran los huevos, los ovo productos; huevo líquido, huevo en polvo, exportándolos a varios países, para industrias. Luego comenzaron con huevos para nutrición humana. Eso los llevó a investigar las micro algas para nutrición humana, según las palabras del gerente general, “una proteína fantástica”. Dice: “Hoy, las podemos considerar un cultivo agrícola; tal vez sea el siguiente gran cultivo agrícola del Perú. Hay 3 alimentos que se consideran el alimento del futuro además de la proteína de carne: la carne cultivada –genéticamente cultivada en laboratorio, hay una inversión muy fuerte en EEUU al respecto, yo literalmente no creo en este producto–, los insectos y las micro algas. Son las 3 fuentes de alimentación en las que más se está invirtiendo e investigando, en Estados Unidos, en China y Europa. Nosotros probamos con los insectos y los descartamos por escala. Y así fue como terminamos en las microalgas. En realidad, transforma una planta; una planta usa fertilizantes para producir un carbohidrato en unas lagunas pequeñitas. Tenemos lagunas de varias hectáreas con una tecnología muy particular; nos hemos tardado más de 5 años en desarrollar la tecnología, y hoy podemos producir aproximadamente 40 toneladas por hectárea, por año. ¿De qué, exactamente? De Spirulina, uno de los muchísimos tipos de micro algas, particularmente atractivo por el nivel de proteína que tiene. La gente la conoce, se vende en tiendas naturistas, pero a un precio altísimo”.
ALIMENTOS EN MOVIMIENTO
Todo empezó en el comedor de la casa de su socio, Luis Miguel Frisancho, hace cuatro años. En Silicon Valley, las compañías abocadas al desarrollo de las tecnologías empiezan en un garaje. Pero en Lima, actualmente, muchos viven en un departamento, como Frisancho. Así que, cuenta, sonriendo, Gonzalo Begazo, trabajaron en un comedor durante seis meses, bajo el lema “innova o morirás”; había trabajado en IBM y Microsoft, luego en Google, en Silicon Valley, como Director de Finanzas Corporativas, y después en el Grupo Aje, como Vicepresidente Ejecutivo. Así fueron los inicios de Chazki, empresa donde Begazo es el CEO. Ahora la compañía ocupa un edificio en Surquillo. En el 2015 se funda oficialmente la ‘startup’ Chazki, hoy reconocida como el ‘market place’ de logística urbana en el Perú. Se trata de un emprendimiento que utiliza la tecnología para simplificar el envío de paquetes en beneficio de todos los usuarios.
Desde el inicio, previeron el crecimiento de la empresa; confiaban en el modelo de negocio, basado en una compañía de tecnología. Begazo precisa: “Chazki es una compañía de tecnología que trabaja temas de logística; no es necesariamente una compañía de logística que cuenta con tecnología. Siempre creímos en un crecimiento exponencial, porque la ‘startup’que empezamos rompe con los esquemas tradicionales que se tenía de la logística rápida. Una de las cosas que se me grabaron luego de trabajar por seis años en Google, en California, tiene que ver con preguntarse cómo mejorar un proceso no al diez por ciento, como tradicionalmente piensa un gerente, sino cómo mejorar el proceso diez veces más. Particularmente, lo que identificamos hace cuatro años, en el mundo de las entregas, fue que cuando alguien compraba algo ‘on line’, debía esperar de cinco a seis días por el bien comprado. Entonces nos preguntamos, ¿cómo hacemos para que ese mismo bien se entregue en una hora? Hoy, en Chazki, tenemos clientes que en una hora están entregando compras online”.
¿Cómo lo consiguieron? Tuvieron que implementar una serie de tecnologías que les permitiesen encontrar rutas eficientes en la ciudad, así como administrar una flota de choferes para poder hacer las entregas lo más rápido posible, encontrando fácilmente las direcciones. Dice: “Lima es una ciudad complicada porque no tiene casilla postal, no tiene el famoso ZIP Code; tienes el distrito y punto; eso lo hace complicado; en San Juan de Lurigancho hay casi 4 millones de habitantes, ¡es otra ciudad en sí misma! Entonces encuentras el famoso “Manzana H, Lote 21”, ¡ni con Google Maps llegas! Vimos que había una posibilidad de utilizar inteligencia artificial para poder encontrar esas direcciones adecuadamente”.
La inteligencia artificial a la que hace referencia Gonzalo es similar a la que utilizan empresas como Uber o Taxi Beat. Tecnológicamente, Chazki se integra a los inventarios, a los sistemas de administración de sus clientes, quienes les comunican las ventas en tiempo real. Acota: “Y nosotros, en tiempo real, salimos a repartir. Se trata de sistemas informáticos, no de una central; el sistema de, por ejemplo, Platanitos, conversa con nuestro sistema, y nosotros generamos el servicio de entrega. Nosotros les hemos implementado este sistema a nuestros clientes. Un ejemplo de lo más interesante que estamos haciendo ahorita: entregar el producto en una hora, desde el momento de la compra”. Por lo general, son bienes de mediano tamaño; lo más grande que llevan es un televisor de cuarenta pulgadas.
Gonzalo Begazo mencionó la distribución de alimentos, como un servicio que recientemente brinda Chazki. ¿Cómo es que empiezan a trabajar con alimentos? Lo explica a continuación: “El Servicio Express, donde tu pedido llega en una hora, cuesta un poco más. Pero también ofrecemos un servicio que llamamos Punche; lo desarrollamos para pymes, junto a los ‘gamarreros’; ellos decían: ‘Me encanta Chazki porque puedo ver en la página web, desde mi celular, cómo se mueve mi mercadería.. Pero yo no necesito que llegue en una hora; no tengo tanta caja como para pagarte un poco más’. Entonces, nos preguntamos qué pasaría si brindamos la misma experiencia pero en lugar de una hora entregamos la mercadería al día siguiente. A los comerciantes de Gamarra les gustó la idea, y empezamos a trabajar con ellos de esa manera, llevando prendas confeccionadas, pantalones camisas… Empezamos a mover el servicio Punche por las redes sociales… De repente, empiezan a entrar a través de nuestra web gente de la zona de Lurín, pequeños productores que debían mandar sus productos a algún restaurante de Lima”.
Estos pequeños productores, normalmente, utilizaban una pequeña camioneta con la que distribuían sus productos a los diferentes restaurantes. Pero ante los imprevistos y emergencias, ese vehículo en ocasiones ya no podía regresar a Lurín, por una java de cebollas, por ejemplo. Entonces, se empezaron a preguntar si Chazki llegaba a Lurín; y sí llegaban. ¿Y a Pachacamac? También. ¿Y a los restaurantes? Afirmativo. Así, el servicio empieza a ser requerido tanto por los productores como por los dueños de los restaurantes en Lima.
NUEVAS AGUAS PARA LA AGRICULTURA
Marino Murokawa era profesor e investigador de una prestigiosa universidad en Japón y trabajaba en proyectos importantes en el mundo. Sin embargo, decidió volver a al Perú para salvar una laguna, sin apoyo alguno. Los viajes que de niño realizó con su padre lo marcaron para siempre. Antes de los doce años, aprendió a chacchar coca en la sierra peruana, en los Andes, y al llegar a la cima de los cerros que escalaban, padre e hijo agradecían a los ‘apus’. Quizá por esta conexión con la naturaleza, en el 2010, cuando recibió la llamada de su padre donde la advertía que el humedal El Cascajo, en Chancay, estaba a punto de desaparecer, pidió permiso en la Universidad de Tsukuba, en Japón, donde lideraba un equipo de investigación en temas medioambientales y era profesor de posgrado, y a los pocos días aterrizó en Perú. Marino Morikawa nació en Huaral, en el seno de una familia peruano-japonesa, y había pasado parte de su infancia en este humedal de 100 hectáreas, pescando con su padre, nadando y haciendo picnics con sus amigos. “Cuando por fin llegué a El Cascajo, le pedí perdón por dejar que ocurriera todo eso”, recuerda Marino. Por teléfono, su padre le había advertido que el humedal iba a ser cubierto para convertirse en un campo de cultivo por estar totalmente contaminado.
“Chino, estás loco”, le decía la gente, al leer sus ‘posts’ en las redes sociales pidiendo ayuda para embarcarse en la descontaminación de aquel humedal. Marino no estaba loco; junto a su grupo de investigación en Japón, había recuperado más de 30 hábitats naturales en Asia y África, entre humedales, desiertos y bosques. “Yo correría con todos los gastos; eso se lo hice saber al alcalde de Huaral, para que me diera permiso; le dije que si en un año no había resultados, me regresaría a Japón. Al final me dio permiso”, recuerda Marino. Para el 2013, consiguió recuperar el 98% del humedal El Cascajo. Pero, ¿qué es lo que hizo Marino exactamente en aquel humedal?
Se internó en el mismo paraje natural para hacer un trabajo de detective: durante tres días y tres noches tomó nota de cuánta gente pasaba, de los puntos más contaminados, de qué animales había en la zona. Después, vistiendo su traje especial, se dispuso a retirar la suciedad y las plantas verdes, agentes contaminantes.
El científico, a pesar del arduo trabajo en Chancay, hacía constantes viajes a Japón, y entre el 2011 y el 2012, halló la mejor solución para la descontaminación en El Cascajo: las nano burbujas. Cualquier río, lago, pantano, laguna o albúfera, según la denominación técnica, es un humedal. Eso amplía las posibilidades de utilización de este modelo.
Desarrollado por él en el Japón, Morikawa replicó artesanalmente este sistema nanotecnologico (Micro-Nano Burbujeo o MNB y Biofiltros). Las nano partículas son bombeadas por un dispositivo y en el camino a la superficie (que puede tardar hasta 8 horas) atrapan bacterias, metales y otros contaminantes hasta evaporarlos. La carga contaminante se reduce por los biofiltros, gracias a su propiedad de absorción, formando biopelículas en el humedal. La experiencia puede replicarse con materiales que pueden conseguirse en cualquier ferretería, advierte el científico. Así, en dos semanas, se consiguió mermar significativamente la contaminación de la laguna y con ello el regreso de más de 70 especies nativas del lugar.
“El humedal El Cascajo, en Chancay, empezó como un proyecto personal, y mi objetivo principal fue demostrar que todo hábitat se puede recuperar. El amor que le tengo a mi patria fue gracias a la crianza y educación brindada por mis padres; retornar y poder aportar con un pequeño grano de arena, empezando por mi terruño, por mi Perú lo sentí y siento como un deber”. El trabajo se realizó entre 2010 y 2013. Empezamos por el monitoreo de la zona, detectando los causales contaminantes que ocasionaron la eutrofización del humedal y la invasión de especies invasoras, como por ejemplo la Pistiastratiotes, o lechuga de agua, que llegó a cubrir al 100% el espejo de agua. El primer trabajo tuvo que ver con recuperar el espejo de agua, con extraer la Pistiastratiotes; “diseñé el sistema de sectorización, dividiendo el humedal en ocho sectores (A1, A2, B1…hasta la D2), utilizando la caña guayaquil. Al tener los primeros sectores limpios, procedí a instalar dos sistemas de tratamientos: el micronanoburbujeo (MNB) y los biofiltros. Ambos sistemas los diseñé yo mismo, y los experimenté en los laboratorios de la Universidad de Tsukuba, mientras hacía mi postgrado; fueron años de investigaciones hasta lograr el porcentaje óptimo para cada trabajo a realizar. Regresando a la historia del humedal El Cascajo, los resultados comenzaron a manifestarse desde el tercer día; en el día quince la calidad del agua del humedal cambió sorprendentemente. Poco a poco, las bondades que nos brinda la naturaleza se vieron reflejadas con la llegada de diferentes especies de aves, entre residentes y migratorias, logrando registrar hasta el 2014, 95 especies”, explica. Tras estre trabajo decide fundar Morikawa Group, un equipo multidisciplinario que se dedica a brindar soluciones ambientales desde el suelo, aire, agua y la sociedad.
Tras ello, nació ‘Reto 15 Titicaca’, que consistió en demostrar al mundo que en 15 días se puede reducir la carga contaminante del cuerpo de agua en una determinada zona de la Bahía Interior de Puno, llamada Espinar, logrando tratar hasta un 80% de la misma, sin la utilización de ninguna sustancia química, gracias a el sistema llamado NANanorganic. Hoy, Morikawa Group cuenta con diversos proyectos en Perú, México, Bolivia, Ecuador, Colombia y Guatemala, entre otros países, relacionados a la recuperación ambiental, al diseño y ejecución de plantas de tratamiento de aguas residuales para el mejoramiento de la industria acuícola y agrícola.