Producción orgánica bajo la lupa
En la actualidad, la preocupación por una buena alimentación con productos libres de químicos y que, además sean cultivados de forma amigable con el medio ambiente, han generado un mercado global de US$97,000 millones, según datos de IFOAM de este año. Perú viene destacando como país productor y exportador de productos orgánicos, con ventas al exterior que en 2018 llegaron a los US$438 millones.
Renato Manrique
La tendencia en los principales mercados de destino donde llegan los productos orgánicos peruanos (Unión Europea, EE UU, Canadá, Japón y Corea del Sur) apunta a que los consumidores cada vez más busquen alimentos que tengan atributos beneficiosos para la salud. Así es como en el último tiempo, la preocupación por la salud se ha intensificado, sobre todo, en los consumidores europeos y norteamericanos, que le ponen mayor atención al origen y a la elaboración de un producto.
De acuerdo a estadísticas del Senasa, la producción orgánica nacional durante 2018 se desarrolló en 22 departamentos con un área total de 524,931 ha, donde hay 429,674 ha certificadas y 95,257 ha en transición. La actividad en nuestro país es realizada por 892 operadores que agrupan a 103,576 productores. Cajamarca es el departamento que concentra el mayor número de productores (20,013). Los departamentos de Madre de Dios, Junín y Cajamarca representan las mayores áreas orgánicas certificadas con 213,114; 43,265 y 35,294 ha, respectivamente.
Entre los principales cultivos orgánicos que el país produce y exporta se destacan el café, cacao, quinua, banano y castaña. Asimismo, se han ido agregando a la canasta exportadora el arándano, mango, palta, jengibre, maca, sacha inchi y cúrcuma, entre otros. En 2018 los envíos al exterior llegaron a los US$438 millones, con un incremento de un 136.7% desde 2012.
MAYOR PREOCUPACIÓN POR LA CERTIFICACIÓN
El proceso de certificación y control para los productores de alimentos orgánicos permite garantizar la calidad orgánica de un producto, verificando el cumplimiento de la norma, según el mercado de destino de dicho producto. Según Mariana Gonzáles, gerente de la certificadora Ceres, la tendencia de crecimiento mundial en la certificación de productos agrícolas está alrededor del 20%. Asimismo, resalta los cultivos y las áreas de mayor producción orgánica certificada del Perú: “Con el café, por ejemplo, resaltan Cajamarca, Junín, San Martín, Cusco y Amazonas. En quinua, las zonas de Ayacucho y Puno”. También destaca el creciente cultivo de palto orgánico que crece más hacia la costa de Ancash, Lima, Ica y Ayacucho.
De igual manera, menciona que también hay cierto crecimiento en arándanos, que generalmente están certificados bajo la norma USDA-NOP de EE UU, pero que recientemente ha establecido que, para poder ser producto orgánico tienen que pasar tres años de conversión si van a utilizar un terreno que antes ha sido convencional. Antes de esta norma se estaba certificando mucho arándano en el primer año de cosecha. Puntualiza que las empresas que ya están certificadas no tendrán ese inconveniente, “el problema es para las que estaban en proceso porque ya no se van a certificar, van a pasar por los 3 años o cultivar en terrenos que estaban en descanso”, sostiene y enfatiza que eso podría limitar el crecimiento del arándano orgánico que se tenía esperado.
Agrega que en términos de cumplimiento las normas cada vez están más estrictas, sobre todo porque se hacen más análisis de residuos de pesticidas en destino para los cultivos orgánicos, incluso en la UE se exige a las certificadoras ser más exigentes. “Entonces, tenemos que realizar más análisis acá y eso también, a veces, complica un poco la certificación porque hay que monitorear a mayor profundidad”, explica sobre algo que no es visto como negativo, sino todo lo contrario, porque se ha detectado “casos de productos que contenían agroquímicos prohibidos, que no están permitidos para la producción orgánica”, añade.
Gonzáles cuenta que antes solo participaban cuatro certificadoras, pero ahora hay más de ocho, por lo que recomienda que el Senasa haga un mayor monitoreo del trabajo de las certificadoras. “Al hacer buen trabajo como organismo de certificación hacemos un buen nombre del Perú como un país que ofrece productos orgánicos de buena manera, cumpliendo con lo que la norma establece”.
Entre una de las ventajas más importantes que tiene Ceres a nivel internacional, subraya que certifican con el sello Rainforest Alliance, que es un sello social y ambientalmente sostenible. Así también destaca que es la única certificadora que puede dar este sello con otros: el sello orgánico y el sello GlobalG.A.P. Recalca que en el caso del café es necesario trabajar con más, porque los productores están obligados a certificarse con otros sellos para poder tener mayor acceso a los mercados. “Por eso, por ejemplo, solicitan el sello orgánico con el Fair Trade y el Rainforest Alliance”, precisa. Además del café, comenta que también han certificado palta, mango y arándano; trabajando para las principales agroexportadoras.
ARÁNDANO ORGÁNICO EN EL HORIZONTE
El ‘boom’ de las plantaciones de arándanos no cesa. Al respecto. Andrés Rodríguez, gerente técnico de Giddings Fruit, empresa agroexportadora que viene trabajando más de 4 años en Perú, comenta que en relación a las plantaciones de arándano orgánico existe mucho interés, tanto en plantaciones nuevas como en la reconversión de huertos convencionales, sobre todo por el sobreprecio que se paga por la fruta orgánica en el mercado de EE UU.
Se trata de un sobreprecio del 50 hasta el 100% en algunos momentos de la temporada peruana. Rodríguez remarca que este año habrá un aumento sustancial de los volúmenes exportados de Perú en todos los mercados, por lo que esperan que esta diferencia se vea reducida. Se está enviando el doble del volumen en las mismas semanas que el año anterior a EE UU y otros mercados. Esta campaña se espera que Perú supere los 100 millones de kilos.
Actualmente, las operaciones de Giddings Perú van desde Chepén (La Libertad) hasta Ica, trabajando con más de 25 productores, y cuentan con huertos propios en Trujillo (La Libertad). “También tenemos producción en la sierra, en Cajamarca y Caraz (Áncash) y manejamos alrededor de 350 ha en total”, cuenta el gerente técnico.
Si bien el negocio del arándano orgánico acota se ha realizado fundamentalmente en la costa peruana, Rodríguez precisa que no toda la zona es apta para este tipo de producción. “Factores climáticos, la presión de plagas y enfermedades y otros factores, hacen que existan zonas más favorables que otras para la agricultura orgánica”. Además, el USDA-NOP, la norma orgánica de EE UU exige trabajar con suelos que no hayan tenido un cultivo anterior por lo menos 3 años.
Para certificar la producción orgánica bajo esta normativa tampoco podrían calificar suelos contaminados, por la posibilidad de que alguna molécula contamine la planta y, por ende, la fruta. “Se tiene que resguardar el estatus orgánico de la fruta cuidando todos los factores y uno de ellos es el manejo de suelo”, enfatiza.
Aclara que con la norma los productores que han tenido cultivos anteriores, tienen que hacer 3 años de transición y recién al cuarto año podrían sacar su primera producción orgánica. Eso pensando en el volumen de producción orgánica que envía Perú y el aumento para los próximos años, hace pensar a los productores si vale le pena hacer manejo orgánico, “para recién, luego de varios años comenzar a vender producto orgánico con un precio que ya no será el de las temporadas pasadas”.
En cuanto a la certificación orgánica para Europa, manifiesta que no permite la utilización de algunos insumos y procesos. Por otra parte, el diferencial de precios es menor al de EE UU. Mientras que en el mercado asiático tampoco hay un pago diferencial por la fruta orgánica. Lo que paga ese mercado es por fruta grande, uniforme, firme, con muy buena apariencia y buen sabor.
PANORAMA COMPLEJO DEL CAFÉ ORGÁNICO
En los últimos veinte años el café orgánico peruano goza de buena reputación en los mercados internacionales. Precisamente, la Junta Nacional de Café promovió el proceso productivo del café certificado de manera intensiva y como explica su gerente, Lorenzo Castillo, se logró que Perú se convirtiera en un país referente en el mercado global y, al mismo tiempo, asociado a cafés de calidad, y el desarrollo de la asociatividad de los pequeños productores.
Hoy en día, Perú es el tercer productor de café orgánico, tras México y Etiopía, que son los principales productores mundiales. Los huertos certificados como orgánicos llegan a 121,000 ha, concentradas en Jaén (Cajamarca), Junín, San Martín y Amazonas.
Sin embargo, el café orgánico ahora no se vende solo porque es orgánico, sino porque debe tener un estándar mínimo de calidad de 80 puntos para poder exportarlo. “Y este es el esfuerzo que, sobre todo, las cooperativas desde Puno hasta los límites con Ecuador, han desarrollado. Nuestros estimados es que la producción orgánica llega a 1.6 millones de quintales, pero se venden como orgánicos 1.2 millones. El excedente va como convencional”, explica.
La certificación del producto debe ir asociada a otro sello, por ejemplo, el de Comercio Justo. “Por eso es que, por ejemplo, el 80% de Comercio Justo es de café orgánico y el 20% de convencional”. La mayor demanda sigue siendo de EE UU y Europa, así como Japón y Corea del Sur, que son mercados crecientes en la demanda de cafés orgánicos certificados y con comercio justo.
“Sigue habiendo una tendencia de demanda, las referencias es que hay un mercado creciente aunque hay una sobreoferta de café orgánico que hace que tenga que competirse sobre calidad”, sostiene Castillo. En ese contexto, señala que hay un crecimiento de la producción orgánica en África, Brasil y Colombia; que tienen una cierta ventaja con Perú, ya que cuentan con una política cafetalera e instrumentos de promoción. En tal sentido, manifiesta que en perspectiva, Perú está en la ruta de ser desplazado en el mercado por la carencia de una estrategia de promoción y sobrecostos crecientes en la caficultura.
Por café orgánico -asevera- no hay un precio diferenciado, tiene que estar asociado a Comercio Justo para poder decir que pagan 50 dólares adicionales sobre los precios de referencia de la bolsa. “Si yo solo vendo café orgánico no tengo premio, pero sí lo tengo cuando va asociado al Comercio Justo”, precisa.
En perspectiva, Castillo proyecta que la caficultura orgánica va a seguir desarrollándose, pues hay mercado, pero hay una necesidad de hacer una reconversión del sector. “Entrar a un proceso de diversificación de fincas, vinculado con agroforestería para mitigar el cambio climático y seguir apostando por la calidad”. Añade que todo este proceso debe realizarse con productores organizados empresarialmente, preferentemente en cooperativas.
EL GRAN POTENCIAL DE LA FRUTA ORGÁNICA PERUANA
Pacific Organic es una firma de EE UU con sede en San Francisco, California, que abastece desde hace quince años al mercado estadounidense con fruta orgánica producida en Perú, partiendo con mango, aunque el portafolio ha crecido con otras especies. Incluso han invertido tiempo y dinero en el desarrollo, por ejemplo, de la uva de mesa orgánica en el país. José Antonio Benavente, asesor orgánico en importación y exportación de la compañía subraya que las especies frutales en Perú tienen gran potencial, pero hay que crear manejos orgánicos específicos para las diferentes especies frutales. “Lo importante es trabajar con agroecología, no es solamente cambiar insumos, más que competir con las plagas se debe convivir con ellas”. Por ello, recomienda buscar el equilibrio en la naturaleza, para llegar a un cultivo sustentable.
De acuerdo a su experiencia visitando huertos desde Piura hasta Nasca, asegura que el manejo de las diferentes especies ha sido un problema, por ejemplo, por la alta conductividad eléctrica del agua de riego. “En arándanos, está el problema de las larvas radiculares y los ciclos de las diferentes plagas, no se detienen. Por ejemplo, el oidium permanece todo el año en las uvas y las temperaturas no bajan de los 15ºC”, explica y remarca que uva de mesa, arándanos, cítricos y paltos, el control de los insectos cuarentenarios ha sido complicado. Recuerda además que, por ejemplo, ha visto en banano orgánico un trabajo muy profesional en Piura, donde utilizan enemigos naturales y buscan un equilibrio con las especies de la zona.
Consultado sobre la labor de Senasa, puntualiza que está haciendo un trabajo excelente y que en el corto plazo Perú va a ser una potencia en orgánicos. “Cada agricultor en Perú va a tener un punto de georeferencia. Y eso es muy importante, saber dónde está ubicado exactamente cada agricultor”, cuenta.
Sobre los proyectos que tienen en la importadora, indica que quieren crecer en uva de mesa, espárragos, arándanos, paltas y cítricos orgánicos. “La granada orgánica es muy interesante pero todavía no está habilitada para importarla a EE UU”. También están interesados mucho en la producción de higos, crecer en limón amarillo y toda la fruta fresca que tenga una ventana de venta para ese mercado. En cuanto a los volúmenes enviados, precisa que aún son pequeños, siendo alrededor de 10 contenedores, pero esperan incrementarlos en el corto plazo.
Como dato adicional, el experto dice que Perú ha incrementado la producción en arándano orgánico, aproximadamente en unas 350 ha certificadas (1,8 millones de cajas de 2 kg). El otro gran crecimiento ha sido en paltas. “Estimo que debe haber en producción 500 ha (450,000 cajas 11.2 kg). En uva de mesa debe haber en producción 200 ha (150,000 cajas 8.2 kg).
BANANO ORGÁNICO ‘MADE IN PIURA’
En los últimos años el banano orgánico se ha convertido en uno de los principales productos agrícolas más exportados. Se prevé que los envíos al exterior podrían incrementarse hasta en 5% este año, con respecto a 2018, por lo que ascenderían a US$ 175 millones. Los principales destinos son Europa, que concentra hasta el 70% de los envíos, Estados Unidos y Corea del Sur.
Piura agrupa 9,580 ha manejadas por 8,189 productores, del total de 8,411 que hay como país. Don Eloy es una agroexportadora que trabaja desde hace quince años en Sullana, donde producen banano orgánico, limón y mango Kent. Héctor Castillo, jefe de certificaciones de la empresa, dice que el principal producto que exportan es el banano orgánico a los mercados de EE UU y de Europa, del cual enviarán veinte contenedores esta campaña.
Respecto al precio obtenido manifiesta que tendió a bajar un poco, básicamente porque el mercado de EE UU se satura siempre de banano. Europa -expresa- es un mercado que también pide continuamente y al que contemplan incrementar más envíos.
Actualmente, manejan 50 ha y prevén incrementar la producción y contemplan también exportar mango y limón. “Estamos haciendo un proceso de conversión para hacer nuestros propios productos orgánicos porque tenemos toda la materia prima disponible en nuestra región”, cuenta y precisa que están comprometidos a entregar productos con certificaciones internacionales como GlobalG.A.P., FDA, Organic USDA-NOP, Organic EU y Organic PE. Además trabajan para obtener las certificaciones internacionales de Fair Trade y de agricultura biodinámica, que entrega la certificadora Demeter.
MANGO PIURANO DE EXPORTACIÓN
Para muchos países el mango orgánico de Perú se constituye como una alternativa interesante, debido a sus características organolépticas. A nivel nacional, las ventas de mango fresco orgánico llegaron a US$ 4.9 millones, un 23% más que el 2017. En tanto, las ventas de mango congelado orgánico el 2018 fueron de US$ 5 millones, un 67% más que el año anterior.
Quienes producen y exportan este cultivo son principalmente asociaciones de productores, como es el caso de la Cooperativa Agraria de Frutas Tropicales del Valle de San Lorenzo, ubicada en Tambogrande (Piura), formada por 120 agricultores, que manejan 500 ha de mango Kent y 200 ha de mango Edward.
El gerente de COOPAFRUT, Mariano Chávez, señala que cuentan con las certificaciones GlobalG.A.P., certificación orgánica y Fair Trade y están exportando desde el 2018 sus primeras producciones a los mercados de EE UU, Europa y Asia. “Desde el año pasado venimos exportando 20 contenedores. Este año estamos haciendo alianza con otra empresa por el tema logístico y nosotros nos enfocamos en el producto”.
Esta cooperativa participó en la última edición de Expoalimentaria con el fin de promocionar sus productos, escenario que les ha propiciado tener pedidos también de congelados, deshidratados, apuntando a darle valor agregado. Agrega que han optado por no contar con intermediarios porque ellos se llevaban casi todas las utilidades, en desmedro de los productores. “Estamos tratando de que el exportador vaya directamente al productor”. Resalta también que ha sido fundamental el financiamiento recibido a través el proyecto PNIA, para que puedan obtener las certificaciones Global GAP y Fair Trade. Asimismo, están a la espera de calificar para adquirir una planta procesadora a través del Programa Agroideas.