El sur da más de lo que se espera
El recambio varietal de la uva de mesa es generalizado en todo el valle de Ica, pero además de este cultivo, en el último tiempo hay empresas que están apostando por otros, en algunos casos como un complemento a los que ya manejan y, en otros, para aprovechar las oportunidades que ofrecen los mercados.
Agrícola Don Ricardo: viraje hacia el ‘oro azul’
Se trata de un campo nuevo, trabajado al 100 % con agua osmotizada y plantado totalmente en bolsas contenedoras y macetas. El área es de 60 ha. Tras desarrollar una gran ‘expertise’ en la producción y comercialización de uva de mesa, Agrícola Don Ricardo decide hace cuatro años dar un viraje al cultivo del arándano. Realizaron minuciosos trabajos en un campo piloto, probando un total de doce variedades, así como diferentes manejos de suelo, sustratos, bolsas, macetas y sistemas de riego. “Nos llevó mucho tiempo entender cómo manejar este cultivo, que necesita una calidad especial de suelo y agua. Nos costó trabajo entender mucho la química de suelo y agua y, una vez que superamos esto, dimos el salto a arrancar un proyecto con algunas de las variedades testeadas y eligiendo un sistema de plantación”, explica Rafael Ibarguren, gerente general de Don Ricardo.
En la superficie más antigua (30 ha) tuvieron una primera producción de 10 t/ha, mientras que un segundo bloque (20 ha) está en proceso de crecimiento y un sector de 10 ha está en proceso de plantado. Para ello, una de las variedades escogidas ha sido Ventura. “Es la más plantada, la de mejores resultados agronómicos, de sabor y calibre; llega a destinos lejanos en buenas condiciones”, subraya Ibarguren sobre una variedad que posee buen sabor y buena vida de poscosecha. “Creemos que esas características se realzan por las características climáticas de nuestro valle”, apunta y sostiene que están realizando ensayos con otras variedades, “siempre en la búsqueda de sabor, calibre y buena poscosecha”, precisa.
En esta cosecha de las 30 ha, más del 90% de la fruta fue de un calibre de 16 mm, lo que significó un mayor tamaño, en relación a otros valles. La crocancia fue la óptima para cumplir con los requisitos que demandan los clientes de esta empresa. “Hemos tenido buenos resultados en los países donde enviamos nuestra primera producción comercial, hemos recibido muy buenos comentarios sobre la calidad”, asegura el gerente general.
INTENSA BÚSQUEDA VARIETAL
El proceso para obtener las variedades a plantar fue largo. La calidad está determinada por un manejo agronómico correcto, que implica adecuados balances nutricionales y riegos adecuados. Un clima templado durante el día es también indispensable, así como noches frías, en aras de obtener mejores grados Brix, una fruta óptimamente acabada y, en consecuencia, mejor viajera. “Luego de haber hecho muchas visitas a campos del norte del Perú, a campos de otros países productores, de comparar sabores y texturas, pensamos en Ica como un lugar adecuado para obtener fruta de alta calidad”, sostiene Ibarguren.
Hoy en día están trabajando con el concepto de ‘field packing’, en busca de fruta de excelente calidad, que esté expuesta a una mínima manipulación y proceso, para conservar el ‘bloom’, evitando así los machucones o maltratos que se generan en el proceso en línea. “El factor limitante es el costo y la disponibilidad de personal. Lo más seguro es que en un futuro cercano iremos virando al proceso en línea y, desde allí, al pre frío y a la conservación en cámara”, pronostica.
Y es que el de la mano de obra es un ‘gran tema’. Ibarguren aventura un futuro complicado debido a la coyuntura generada por el Covid-19, que implica nuevas medidas sanitarias y algunas restricciones, “necesarias para evitar el contagio y cuidar la salud de nuestros colaboradores. Pero el futuro se puso cuesta arriba; estamos en pleno proceso de modificación de protocolos”. Incluso, es probable que, ante la situación actual, hay modificaciones en los hábitos de consumo “y tengamos que repensar la estrategia que teníamos hasta antes del Covid-19”, precisa.
El proyecto de arándanos de Don Ricardo se ha diseñado para que el pico productivo sea en los meses de septiembre y octubre, escapando de los precios de finales de año, que suelen ser menores. La inversión para llevar a cabo estas 60 ha que hay plantadas ha sido alto (US$80,000/ha), que esperan recuperar en los próximos cinco años.
¿Nuevos proyectos?: En Agrícola Don Ricardo también están concentrados en continuar el recambio varietal de la uva de mesa. Al finalizar el 2020, solo el 12 % del área de uva será de variedades tradicionales. “Hemos corrido con este cambio, necesario para mantenernos vigentes en el mercado mundial de uva”, cuenta Ibarguren y adelanta que “tenemos la intención de ingresar en un proyecto de nueces y cerezas, pero por ahora solo nos queda mantener la empresa preparada para los tiempos de pandemia y seguir produciendo fruta de excelente calidad; tenemos una gran responsabilidad entre manos; miles de familias dependen de nuestra gestión”, finaliza.
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Sunfruits y el nicho de las ‘mandarinas verdes’
“Sunfruits era una planta procesadora de uva, mayormente, que atendía a sus dos socios principales, fundadores, Don Luis y Riachuelo. Pero necesitábamos cubrir la operatividad de la planta todo el año para sustentar gastos; comenzamos a trabajar con paltas; hemos trabajado con palta exitosamente en los últimos 6 años, luego de que Don Luis y Riachuelo abrieran una división de palta; Sunfuits hizo lo propio, abriendo el Departamento Agrícola”, narra Manuel Olaechea, director agrícola de Sunfruits Export.
La producción de palta en el valle creció; y la de los cítricos también; empezaron a procesar también cítricos; y abrieron una división en la planta para ese cultivo. El 2018, Sunfruits Export adquirió una calibradora de cítricos, que puede procesar 30 t/hora, y posiciona a la empresa a la vanguardia latinoamericana, en ese rubro. Significó una inversión de casi US$4 millones, incluido el proceso de instalación. “Nos pareció que el siguiente paso luego de tener esta máquina, debía ser producir cítricos, para que la planta procesadora trabaje, además, en otra época del año. Nuestra lógica es que, si empezamos a dar servicios en la planta a cultivos de otras empresas, hay que sembrar ese cultivo y producirlo también, para nunca estar en cero, para nunca depender al 100% de un tercero”, agrega Olaechea.
La primera cosecha de W. Murcott fue en 2019 y si bien el director agrícola sostiene que no debía haber producido aun, consiguieron 20 tn/ha. “Este 2020, en teoría, deberíamos sacar de 10 a 15 t/ha, pero vamos a sacar unas 40 tn/ha. W. Murcott está demostrando ser extremadamente productiva. La proyección de producción será de 80 t/ha”, precisa y sostiene que están luchando con el color de la fruta. “Las mandarinas cogen color con el frío y en Ica no hay frío y seguro lo vamos a sobrellevar adecuadamente. Además, hay un mercado de mandarina verde que viene siendo suficiente para cubrir la producción que tenemos. El año pasado exportamos un contenedor de W. Murcott, consolidado con otras empresas, a manera de prueba. Pero este año sí pretendemos sacar cítricos con marca propia”.
El proyecto de cítricos de Sunfruits Export es de 100 ha: 40 ha de Murcott; 30 de Oro grande; y 30 de Oronules. “Mandarina no va a faltar, por mucho que la pidan en otros lados. Estaríamos contentos con obtener sobre US$1.50/kg. Entre junio y julio debemos estar comenzando con los envíos. Más o menos, exportaremos unos 800,000 kilos; para el mercado interno, destinaremos unos 600,000 kilos. En total, produciremos 1.4 millones de kilos”.
Oro grande y Oronules han demostrado ser variedades mucho más lentas, según palabras de Olaechea, algo que ya sabían de antemano. Oro Grande está entrando a una primera etapa productiva, esperándose unas 5 t/ha, “y por sus mismas condiciones se convierte en una fruta que no suele ser exportable; la fruta acaba siendo muy grande, no es la que le gusta al mercado. La planta tiene mucha energía; y estamos regando para que crezca, no pensando en producir las 5 t/ha, sino continuando con los riegos, para que no se estrese a la planta. Como estamos buscando que la planta se siga desarrollando, en esta primera campaña, te olvidas de ella”.
Entre US$18,000 y US$20,0000/ha se invirtió en el proyecto de cítricos. Tras ello, anualmente se invierten entre US$8,000 y US$10,000/ha. Y cuando comienza la cosecha hay un aumento exponencial de gastos, evidentemente.
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Caqui, una nueva alternativa para la industria agrícola peruana
Santiago Fumagalli es gerente general de Vivero Perufrut. La empresa pertenece al grupo SF Almacigos, plantinera de hortalizas pionera en el país, que participó en el desarrollo del espárrago, la alcachofa y los pimientos de exportación. La innovación es la característica que, según Fumagalli, destaca en todas las empresas del grupo. “Es por ello que cuando se creó Perufrut, para trabajar con plantas frutales, nos pusimos como meta introducir y desarrollar nuevas alternativas. Es así que venimos trabajando con cerezas, caqui, macadamias y patrones clonales en palto”, refiere.
Vivero Perufrut nació cuando la uva, e incluso el arándano, ya estaban en auge. “Es por ello que nos apartamos de esos cultivos. El palto era también un cultivo importante, pero nosotros, en relación a ese cultivo, apuntamos a la segunda etapa de renovaciones, donde, como ya se está viendo, se requiere de mayor competitividad y técnica que al inicio, para mantener los márgenes, en un mercado cada vez menos estacional o de ventana”, acota Fumagalli. Con el caqui están trabajando desde 2013, a raíz del interés de empresas nacionales y compradores internacionales, interesados en obtener esta fruta en contraestación. En Ica, solo Valle y Pampa está ensayando con caqui, cultivo que está siendo testeado en Olmos, Arequipa, Trujillo y Lima.
“Por ahora los volúmenes no son muchos ya que la mayoría de empresas exportadoras con las que estamos trabajando están actualmente en fase de ensayo. Por cultivo y material”, dice Santiago Fumagalli. Actualmente hay campos de diferentes tamaños (5, 30 y 60 hectáreas) y recién el próximo año se esperan las primeras cosechas y envíos comerciales de la fruta. “Esta es la última fase de validación que se requiere para la propuesta del caqui como alternativa para el agro. Esto debido a que no hay actualmente lugar en el mundo donde se produzca en contra estación, para el caso de la variedad Rojo Brillante. A diferencia de la uva, paltos y arándanos, en el caso de caqui no tenemos a Chile como referencia”.
Rojo Brillante es la variedad escogida. Se trata de fruta sin semillas, de un tamaño un poco mayor al de una manzana y que tiene una buena pocosecha, lo que permite su comercialización a largas distancias por mar. También la textura es mejor que la de otras variedades de caquis, “y es más amigable para los niños, ya que se puede comer como manzana, y de otras maneras. El Rojo Brillante es para el desarrollo del mercado de caqui, como lo fue la variedad Hass para la globalización de la palta”.
Fumagalli sostiene que el caqui se denvuelve muy bien en Pisco. Los ensayos en el campo de la empresa Valle y Pampa han ido mejor cada año. Su ciclo y adaptación en la zona es más natural, aunque suele cultivarse en zonas más frías, en España. En general, la planta ha demostrado una buena adaptación en toda la costa. Las fechas de inicio de cosecha en cada departamento se corren por pocas semanas.
La temporada de esta fruta es entre marzo y mayo, pero en Vivero Perufrut están ensayando para ampliarla, empezando un mes antes “para mantener abastecido el mercado europeo una vez que España culmine su temporada”. Hay empresas comercializadoras y supermercados europeos interesados en buscar esta fruta para suplir su demanda todo el año, en países como Sudáfrica, Perú y Uruguay.
Lo más complicado de trabajar con caqui en Ica, es la insolación y el viento, según Fumagalli, pero ambos temas tienen soluciones técnicas de manejo en campo, como son las podas de formación, entre otras opciones. “Se estima que el flujo de inversión en caqui es muy parecido al del palto, asumiendo 30t/ por hectárea. ¿Cuáles son los resultados que las empresas pueden esperar? Aun esta por esclarecerse, pero pueden ser ingresos brutos de unos US$50,000/ha en plantaciones en edad ya comercial”, remarca.
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El futuro estaría en Nasca
Hay quienes han definido a Nasca como el próximo ‘boom agrícola’ del Perú. A esta zona, más caracterizada por el turismo ya han empezado a llegar agroexportadoras, seducidas por el valor de la tierra, menor que en Ica, por ejemplo. Así es como empresas como Uvica, Agrolatina o Safco han desembarcado en Nasca. Y, si bien en Ica se han especializado en el cultivo de la uva de mesa, ese no sería el cultivo más idóneo para Nasca. Allí, lo que están haciendo es trabajar con granados y paltos. Y hay quienes piensan en pecanos (hay algunos cultivos en la zona) e incluso cerezos.
La uva es posible realizarla, pero en superficies más pequeñas y, por ello es que se ha concentrado en la uva pisquera. Sin embargo, hay proyectos en uva de mesa. Ese es el caso de la empresa Vitícola, cuyo gerente general y co propietario es Juan Carlos Brignardello. Actualmente, trabajan con 36 ha. El campo estaba dedicado a la producción de Thompson, pero vienen llevando a cabo un recambio varietal que ha incluido variedades licenciadas del programa de mejoramiento genético de IFG. Logrando un buen manejo del cultivo, sobre todo a través de las podas, han logrado sacar fruta en la ventana de abril y mayo, época donde no hay fruta en los mercados internacionales.