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La demanda se ha disparado en tiempos del Covid-19

Elisur Organic se consolida como un gran productor de jengibre en la selva central

En medio de la dura pandemia del Covid-19, y ayudado por sus características saludables, el jengibre producido en el país es uno de los productos que ha conseguido una gran expansión en los mercados. Elisur Organic es una empresa que ha apostado por esta raíz. Con producciones en diferentes localidades de la selva central, la firma apuesta por seguir creciendo, y ya planea nuevas inversiones para colocar en los mercados no solo el producto fresco.

02 de Septiembre 2021 Equipo Redagrícola
Elisur Organic se consolida como un gran productor de jengibre en la selva central

Renato Manrique

En los últimos años el jengibre peruano ha alcanzado una gran representación en mercados internacionales, siendo el más apreciado por su estatus orgánico y buen sabor pungente, según señalan los especialistas. Una empresa que destaca en la producción, procesamiento y exportación de esta raíz es Elisur Organic, que incursionó en este negocio en 2016, con un producto que obtienen en la selva central (región Junín).

ALTA DEMANDA. El jengibre orgánico peruano es apreciado por su estatus orgánico y buen sabor pungente, pero además la demanda se ha disparado por sus beneficios para la salud.

La gerente de Elisur Organic, Kristel Camargo, recuerda que, de hecho, los inicios de la empresa en la producción y comercialización de jengibre partieron en 2015, cuando surgió la idea de realizar un estudio de mercado. Gracias a ese trabajo se logró identificar que existía una brecha grande de demanda de jengibre en el mercado internacional y pocos ofertante. Además, la selva central tenía las condiciones adecuadas para la producción orgánica del jengibre.

Ello motivó que se asociaran productores y profesionales con experiencia en comercio exterior para formar Elisur Organic en 2016. “Empezamos de a poco, primero abasteciendo a empresas exportadoras, después haciendo los primeros despachos y, hoy por hoy, ya implementando cada vez más”.

TODOS CERTIFICADOS. En Elisur Organic trabajan de manera articulada con 65 productores certificados como agricultores orgánicos en la Selva Central (Junín).

En esa línea, manifiesta que actualmente cuentan con campos propios de producción y con otros experimentales donde realizan una serie de ensayos. Destaca que trabajan además de manera articulada con 65 productores certificados orgánicamente, a quienes Elisur Organic brinda apoyo, orientándolos desde la selección de suelos para la siembra, el manejo agrícola, control de plagas y enfermedades y coordinación para las cosechas, realizando visitas personalizadas a las fincas de producción. “Para ello contamos con un equipo de campo, especializado y con experiencia”, resalta.

Proyectan 105,000 toneladas para 2021

US$106 millones en ventas fue el resultado de la campaña 2020 para el jengibre peruano, una cifra nunca antes vista, con un crecimiento del 156%. Solo la campaña pasada se enviaron 50,000 toneladas, un 115% más que en el 2019.

Del total del volumen exportado por Perú, 32,500 toneladas correspondieron a jengibre orgánico, 15,400 toneladas a jengibre convencional fresco y 2,000 toneladas a jengibre deshidratado.

Hoy en día, en la selva central se calcula que hay unas 5,200 hectáreas en producción. “Es decir, un 100% más respecto a 2020. Productivamente, esta superficie equivaldría a 105.700 toneladas de jengibre exportable para el 2021”, vislumbra la gerente de Elisur Organic, sobre una producción que se desarrolla principalmente en las provincias de Chanchamayo, Satipo y San Martín de Pangoa, aunque ya hay producciones en otras zonas como Cusco, Loreto y Huánuco.

PANORAMA DE UN NEGOCIO EN CRECIMIENTO

Acerca de la viabilidad del negocio del jengibre, la gerente puntualiza que en este caso la realidad de cada empresa es diferente y, como todo negocio, el esfuerzo es grande y los riesgos siempre están presentes. “Lo que sí podríamos decir, es que el jengibre ha traído beneficio a muchos agricultores, transportistas, operarios, empresarios, activó el comercio en la localidad de Pichanaqui (Junín), ya que antes la principal actividad económica era la producción y venta de café. Sin embargo, en 2013, tras los severos ataques de roya en ese cultivo, el negocio se fue abajo y fue el jengibre el cual reactivó la economía en la selva central”, explica.

Si bien se observa un incremento progresivo en la producción de jengibre, en la última campaña se apreció un comportamiento atípico, ya que la demanda se incrementó bruscamente, la que estaría motivada por el efecto Covid-19, lo que generó una inestabilidad en los precios, especulaciones, insatisfacción de los clientes en un momento determinado escasez de producto, aparición de competencia formal, informal y golondrinos.

En cuanto a la oferta de jengibre se vio caracterizada por un ciclo estacional marcado y con una tendencia creciente a lo largo de los años, comenta Camargo, y subraya que desde el segundo trimestre de cada año, ha habido una expansión de la producción en cuanto a las toneladas netas exportadas. El mejor año fue 2017, cuando en el tercer y cuarto trimestre se vio un pico de 9,902 toneladas exportadas. “En el último año en comparación a los anteriores se evidencia un crecimiento de la exportación”, sostiene la gerente de Elisur Organic.

GRAN DEMANDA EN EE UU Y PAÍSES BAJOS Y CONTINÚA LA EXPANSIÓN

PRÓXIMO OBJETIVO. Elisur Organic tiene el objetivo de exportar 190 contenedores en 2021.

Entre los principales mercados de destino para el jengibre destacan EE UU, Países Bajos y Arabia Saudita con más de US$ 150 millones en importaciones de esta raíz de distintos destinos, seguidos de Canadá, España, Reino Unido y Alemania.

Camargo señala que la proyección de la actual campaña es que habrá un crecimiento estimado de un 10%, “que se proyecta en función de años anteriores, sin contar el 2020 donde hubo un ‘efecto de shock’ en la demanda. Por eso, se prevé que la producción crecerá en alrededor de 10% anual promedio con tendencia creciente”. Sin embargo, precisa se debe tener en cuenta que el precio FOB desde 2014 ha tenido un decrecimiento promedio de 30%. Así y todo, se prevé un mantenimiento de la demanda en tiempos de pandemia, en comparación al 2020. “En nuestro caso, tenemos una meta de exportación de 190 contenedores”, proyecta sobre un producto orgánico que destinan a EE UU, Alemania e Italia, como mercados principales.

IMPACTO Y DESAFÍOS EN ÉPOCA DE COVID

SELVA CENTRAL. La selva central es el epicentro de la producción de jengibre en Perú. Se calcula que hay unas 5,200 ha en producción.

En 2020, el jengibre peruano alcanzó niveles de exportación nunca antes registrados, impulsado por las poderosas propiedades saludables y los beneficios nutricionales de esta raíz, que fueron clave para expandir el consumo desde que se desató la pandemia, algo que, junto con la disminución de la oferta de China, el principal productor mundial, supuso una gran oportunidad para Perú, cuya campaña coincidió con la expansión de la crisis sanitaria.

Sin embargo, recuerda que ese complicado escenario que se vivió en 2020 y también este año, ha traído consigo una serie de desafíos productivos y comerciales. En primer lugar, se tuvo que paralizar la producción durante un mes debido al estado de emergencia, hasta que se aprobaran los lineamientos que permitieron dar continuidad de las exportaciones, “para ello preparamos e implementamos todo un sistema y protocolo para cuidar a nuestro equipo, que fue desde la adquisición de termómetros digitales, implementar zonas de higiene y desinfección, delimitar las zonas dentro de la empresa para evitar aglomeraciones, planificar horarios de trabajo, sacar periódicamente pruebas de descarte”, cuenta. Para ese momento señala que todo el equipo ya estaba en planilla y asegurado, “lo cual nos dio cierto grado de tranquilidad”.

De esta manera, recalca que volvieron y continuaron con la producción de jengibre para tranquilidad de todo el equipo de la empresa, agricultores y socios estratégicos; ya que el reto era seguir atendiendo a los clientes.

Nuevos proyectos de Elisur Organic

Elisur Organic viene ampliando sus instalaciones año a año por el buen posicionamiento que llegó alcanzar a nivel internacional, “siendo así nuestra demanda alta”. En ese sentido, manifiesta que el 2019 su capacidad productiva era de 3 contenedores por semana, mientras que el 2020 llegaron a 5 contenedores por semana y para este año tiene proyectado alcanzar 6-7 contenedores semanales. Asimismo, la empresa cuenta con un proyecto de expansión de procesos en Satipo, debido a que casi un 30% de sus agricultores se ubican en ese sector”. Además, revela que para aprovechar al máximo toda la cosecha, están desarrollando subproductos como el polvo de jengibre y congelados, donde ya tienen prototipos desarrollados.

FUTURO DEL JENGIBRE PERUANO

La gerente de Elisur Organic sostiene que el jengibre peruano ha llegado a alcanzar una gran representación en el exterior, siendo el más apreciado por su estatus orgánico y buen sabor pungente que le da esta variedad a través de los altos contenidos de gingeroles que contienen los rizomas.

Agrega que en diferentes localidades de la selva central están creciendo los huertos y construyendo instalaciones para este cultivo. El reto productivo es siempre el mismo cuando la superficie productiva: aumenta la presencia e incidencia de plagas y enfermedades. Por ello es que el Senasa y las empresas privadas vienen identificando estas enfermedades que hacen a los terrenos menos productivos, y se están realizando estudios y ensayos para evitar pérdidas agrícolas en los campos y asegurar una calidad óptima para los mercados internacionales. “Como selva central tenemos una ventaja comparativa frente a otros orígenes: nuestro clima y suelos, donde obtenemos altos rendimientos productivos y una raíz de calidad”, destaca.

Jengibre con valor agregado

Kristel Camargo señala que es factible darle valor agregado al jengibre. “En nuestro caso, solo vendemos jengibre fresco orgánico. Pero sí hay empresas que ofrecen jengibre deshidratado en hojuelas, jengibre en harina, zumo de jengibre; sin embargo, hoy en día el mayor volumen de exportación es en fresco”, grafica.

EL TECHO PRODUCTIVO SERÁ EN 2025

¿Y dónde está el techo de Perú como país productor de jengibre? Kristel Camargo pronostica que podría tener un techo próximo de cuatro a cinco años. Sin embargo, cree también que esto sucederá, si en términos generales, se continua con una producción no planificada, no respetando la producción orgánica, continuar con la informalidad, y al no haber apoyo y una dirección clara del estado. “Pero si enderezamos la marcha, promovemos la imagen de calidad del jengibre peruano en el mundo, nos organizamos como empresas, asociaciones e instituciones, tendremos más impacto en hacer competitivo el jengibre, prevalecer y crecer en el mercado internacional”, concluye.


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