Nasca el nuevo polo productivo de la palta temprana
Con el objetivo de sacar la fruta en el mes de marzo, varias empresas se lanzaron a la aventura de cultivar paltos en Nasca, comprobando de inmediato las bondades de sus valles, permitiéndoles desmarcarse del pico de sobreoferta y obtener mejores precios. Si bien hay cuestiones de manejo por solucionar, se espera que las más de 1.600 ha que existen hoy, se multipliquen en pocos años.
Por Marienella Ortiz
Relacionada al atractivo turístico de sus jeroglíficos en el desierto, a la intensa minería en Marcona y a la próspera siembra de algodón en el pasado, las tierras de Nasca no estaban en el mapa de los grandes inversores agrícolas, al menos hasta hace unos cuatro años atrás. Hoy existen más 1.600 hectáreas (ha) de paltas que crecen en sus valles a cargo de unas cinco empresas exportadoras y otras de menor tamaño que valoran salir con una fruta más temprana que el resto.
La mayoría de estas empresas (y superficie) se encuentra en proceso de expansión, y el principal atractivo que han visto en Nasca es su benigno clima, con sol todo el año, que permite al cultivo ser cosechado antes que el resto de otras zonas productivas, y llegar a los mercados de destino con precios de casi 100% por encima de lo obtenido en el resto de la temporada que empieza a fines de abril. Y es que esa bondades climáticas permiten que la palta sea cosechada en marzo.
Como en toda historia agrícola, también existen algunas complicaciones que se vienen manejando, como el aseguramiento de la provisión de agua, la disponibilidad de mano de obra y, ya a nivel agronómico, algunos problemas con el tamaño del fruto, debido justamente a las temperaturas elevadas.
EMPRESAS PIONERAS
Para muchos, la empresa pionera en la zona fue Agrolatina y su fundo más antiguo está en San Juan de Totoral. Se trata de un proyecto que hoy tiene 700 ha, pero que aspira a alcanzar las 1.200. Agrícola Ginobetto, posee 60 ha en la zona de Cahuachi, que crecerá hasta llegar a 400 ha en los próximos cinco años. En tanto, sus vecinos de Safco, también empezaban con sus primeras plantaciones, con el objetivo de consolidarse con una superficie de 600 ha en tres fundos: Marsano, Cuatro Vientos y Don Nico.
Otras empresas que están en la zona son Uvica (125 ha), en la zona de Soysongo, Athos empezó hace un par de años un proyecto que hoy ya tiene 60 ha. Vecina a esta empresa está el campo de Millagreen, de capitales chilenos, que actualmente ha desarrollado 60 ha. Y, si bien a Nasca han arribado grandes empresas productoras y exportadoras, también es un territorio en el que han fijado sus ojos medianos y pequeños productores, que están desarrollando proyectos productivos entre 5 y 10 ha. la mayoría de ellas tienen planes de expansión.
PROGRESIVO CRECIMIENTO
Uvica llegó a Nasca con un proyecto de 40 ha, que fue expandiendo hasta llegar a las 125 ha que manejan actualmente. La intensión era instalar otras 70 ha en 2021, pero la crisis política del país frenó sus planes por el momento. Su gerente general, Darío Núñez, resalta que cuentan con superficie que no ha sido sembrada, pero advierte que esperarán a ver cuáles serán las señales políticas para continuar con el proyecto de paltos.
Igualmente, Jan Marco Noriega, gerente general de Agrícola Ginobetto, comenta que cuentan con dos fundos en Nasca en los que seguirán instalando paltas. En el huerto donde iniciaron el proyecto que hoy tiene 60 ha, esperan incluir otras 50 para llegar a un total de 110 ha. No es el único, ya que en un segundo fundo de 400 ha, usarán 300 de ellas para levantar un segundo proyecto. “La capacidad de producción de la fruta en la zona es increíble. Nasca tiene un súper clima, además que garantiza menos ataques de plagas”, refiere.
VENTAJAS DE LA ZONA
“Conozco desde Tacna hasta Tumbes y estoy convencido que Nasca es inmensamente superior a casi la mayoría de valles agroindustriales del país”, comenta Darío Núñez. Justifica su opinión a que el sol está presente todo el año y desde muy temprano a diferencia de Ica que, por ejemplo, en época de invierno cuenta con brillo solar recién desde las diez u once de la mañana.
“El clima es tan bendito en Nasca que hace sol todo el año y es un sol como el de la sierra, pero sin tanto frío. Desde las seis de la mañana ya tienes sol y las noches son más frías que en Ica. Este diferencial en la temperatura favorece la floración y eso es sumamente interesante para un agricultor”, menciona.
Además, la baja humedad en la zona permite librarse de algunas enfermedades. Concretamente, Núñez precisa que en los huertos de Uvica no tienen presencia de Cladosporium ni Phytophthora, como si ocurre en Chincha por ejemplo. “Agrícolamente esto es impresionante. Muchas veces aplicamos porque el ingeniero nos hace ver que ya son tres semanas que no se aplica para arañita roja y lo hacemos ‘por si acaso’. También puede ser que estamos en una burbuja, que todavía no hay muchos cultivos, pero yo creo que el clima ayuda a que no existan tantos problemas”, expone.
Una menor influencia costera se traduce en una baja presencia de enfermedades. Pero además del buen clima y el diferencial térmico, el asesor destaca la diversidad de suelos y la calidad del agua. Igualmente, menciona que las temperaturas pueden ser muy altas lo que permite que el metabolismo de la planta sea mayor y las cosechas puedan darse desde marzo, cuando el resto recién arranca a fines de abril.
Junto con los valles interandinos, refiere que Nasca se posiciona como una de las primeras zonas productivas en empezar la campaña. “Esta es una de las grandes ventajas. Tú puedes empezar la cosecha más o menos en la quincena de marzo, mientras que el resto lo hará terminando abril o en mayo. Entonces, escapas un poco de la sobreoferta del resto de zonas de producción, como Chavimochic o Chincha. Así, una cosecha bien manejada puede ser exportada entre quincena de marzo hasta fines de abril, que es un buen periodo”, explica.
Gracias a la ventana comercial en que se sitúa Nasca, el año pasado los productores le comentaron que si hacían un corte hacia el último día de abril, el precio que obtienen de la fruta exportada podía ser superior al resto de la temporada.
“El año pasado consiguieron por la fruta temprana más o menos US$2.20 el kilo y la fruta que se cosecha desde mayo en adelante tuvo una liquidación final de US$1.30. Esa diferencia de retornos hace que sea interesante cosechar temprano”, destaca sobre un hecho comercialmente positivo para las empresas que están asentadas en la zona. “De ahí, que haya una proyección a seguir creciendo en superficie”, apunta. La visión de Núñez es aún más positiva, ya que la fruta que se exportó a Europa en marzo consiguieron precios de US$3/kg. “Es una ventana muy buena que tiene Nasca. En general, esta ventana se encuentra entre marzo y abril. En los dos años que hemos cosechado hemos tenido buenos retornos”, explica.
ASEGURAR LA PROVISION DE AGUA
La principal limitante para crecer en Nasca es el agua que, si bien es de buena calidad, proviene de los acuíferos que están ubicados en los alrededores, lo que significa que es un recurso limitado. Sin embargo, los expertos sostienen que si un proyecto cuenta con una buena fuente de agua autorizada y está bien dimensionado, no habría problema.
Las zonas donde están los proyectos mencionados tienen agua de muy buena calidad en el subsuelo. Debido a las temperaturas altas y la baja humedad relativa, la evapotranspiración es alta en Nasca, donde bordea los 6 mm diarios, mientras en Chincha es de 3,5. Entonces, indica que la demanda hídrica por parte de la planta es elevada y hay que otorgarle las condiciones apropiadas para un riego eficiente, señala. Asimismo, la conductividad eléctrica del recurso hídrico está entre 0,4 y 0,5, sin presencia de sales nocivas para el cultivo. “Esta es un agua de muy buena calidad, que te ayuda a manejar el suelo que puede ser de mala calidad en algunos casos”, precisa.
En esta planeación del riego, también es muy importante tener en cuenta el factor suelo y sus diferentes condiciones. “En Nasca puedes tener suelos desde 100% arenosos hasta un suelo franco o franco limoso, incluso en algunos casos son muy retentivos. Es decir, puedes tener suelos libres de sales, pero también muy salinos; suelos con problemas de sodio; suelos con problemas de carbonatos; suelos endurecidos o compactados fuertemente. Creo que no me ha tocado ver tanta diversidad de suelos en otras zonas como en Nasca y eso sí es todo un reto”, explica Horacio Berrios.
Superficie de paltos en Nasca
(actual y proyección, en ha).
OTRO DESAFIO: EL TAMAÑO DE LA FRUTA
Otro desafío grande para los productores es el calibre de la fruta, que puede ser pequeño para las exigencias del mercado. Los calibres más apropiados para la palta van del 14, 16, 18 y hasta el 20. Lo ideal es que se obtenga 70% u 80% de producción con esos calibres y el diferencial con calibres más chicos. Actualmente, en Nasca la situación es completamente inversa, pues se logra 30% de calibres grandes y 70% de calibres chicos, explica el asesor y añade: “Lo que sucede es que la fruta tiene una tasa de crecimiento muy buena al inicio. Vemos una fruta que cuaja bien en agosto o en septiembre que es una cuaja temprana, tiene muy buen crecimiento hasta cierto momento en que la temperatura es tan alta que la tasa de crecimiento se reduce fuertemente. Es muy parecido a lo que se observa en los fundos de Motupe o en Olmos por un tema de temperatura”.
Las tasas de crecimiento se caen en diciembre en Olmos y en Nasca se observa esto mismo en la quincena de enero. Entonces, mucha fruta se puede quedar chica y el desarrollo de calibres es un reto importante, indica. Para evitar esto, manifiesta que es necesario un apropiado manejo del riego y de la nutrición, sobre todo a nivel de potasio. “Nos estamos apoyando de algunas formulaciones de potasio. Hay apoyo también de las citoquinas, para ayudar a que la división celular sea más activa y con ello el crecimiento; pero, finalmente, lo que te hace crecer la fruta es el agua, entonces, la estrategia de crecimiento está muy ligada a la estrategia de riego”, detalla Noriega.
El objetivo debe ser mantener un estatus hídrico en el suelo que sea lo óptimo durante todo el desarrollo de la fruta, sin limitaciones, explica.
ERRORES EN EL MANEJO
Otro tema importante según el asesor es que, al estar buscando tener fruta temprana, algunos productores empiezan a restringir el agua, provocando un estrés hídrico en la plantación, previo a la cosecha, en la última etapa de crecimiento del fruto, para subir el indicador de la materia seca. Sin embargo, enfatiza que esto es una ‘trampa’, porque lo que acumula en realidad el fruto es aceite.
Entonces, lo que se obtiene es un fruto deshidratado que alcanza, en efecto, los niveles de materia seca aprobados por Senasa, de 21,5, pero esa fruta exportada no tendrá la mejor maduración, indica el asesor. “Esta fruta no madura bien y es una pena, porque es la primera fruta que exporta Perú, es la cara de la oferta peruana. Lo primero que reciben los mercados es la fruta de los valles interandinos, de Nasca y algo de Olmos. Entonces, lo primero que muestras al mercado es una fruta de mala calidad y ese es un mal nombre que se arrastra toda la temporada”, detalla.
Esta fruta tiene una maduración irregular con presencia de algunas fisiopatías en la pulpa, con fibras o líneas negras que son necrosis vasculares, con manchas en la piel, con zonas de la fruta que le faltan madurar (una parte dura y otra parte blanda)”, expone. Lamentablemente, señala que es muy fuerte el impacto de unos pocos kilos de mala calidad en la industria e imagen del país como exportador de palta.
PROBLEMAS CON LA MANO DE OBRA
Un problema que afecta a quienes se han instalado en la zona es la falta de mano de obra, aunque este no es un cultivo tan demandante, si es que se lo compara con los arándanos, por ejemplo. Sin embargo, la mano de obra agrícola compite con la minería ilegal, que puede pagar mucho más al trabajador. “Al estar en un sitio minero, el precio del cobre sube un poquito y la gente se va a trabajar a la minería ilegal. Nos ha pasado que hasta nuestros guardianes se fueron”, recuerda como una anécdota el gerente general de Uvica, tras referir que en parte eso ya está cambiando en la medida que la gente entiende los beneficios de un trabajo formal.
“La agroindustria recién ha apuesto su bandera en Nasca, pero la gente ya está entendido lo que es la formalidad, el estar en un planilla, el acceso a la salud o el tener una tarjeta de crédito en el banco para construir sus viviendas. Si vez ahora la balanza, antes el 95% quería ir a trabajar a la minería ilegal, ahora yo creo que es un cincuenta y cincuenta por ciento”, destaca. Asimismo, esta es una principal limitante, explica Núñez, para no sembrar uva de mesa en la zona. “Yo trabajo con 130 personas por hectárea al año para palta, básicamente en la cosecha, pero en uva de mesa necesito 400 personas”, destaca.
PRODUCTIVIDAD EN NASCA
De acuerdo a la experiencia en Uvica, el primer año de producción lograron 8 t/ha; en el segundo año, obtuvieron casi 13 t/ha y este año, proyectan que serán 18 t/ha. Para 2023, el objetivo es obtener 22 t/ha, que es cuando la planta llegue a su madurez.
“Hemos escuchado que en Ica y en el norte del país pueden alcanzarse 30 t/ha, pero también puede ocurrir que al sobrecargar las plantas me salga de la ventana de marzo a abril que me da los mejores retornos. Entonces, mi objetivo es llegar a tener 22 t/ha toneladas de cosecha y salir en la ventana de buenos precios”, indica.
Por su parte, Jan Marco Noriega comenta que está convencido que los rendimientos productivos en Nasca pueden ser superiores y que podrían llegar sin mayores problemas hasta las 35 t/ha. “La luminosidad ayuda a tener un buen brotamiento y a producir más”, subraya.
LA CAMPAÑA 2022 CAMINA BIEN
Sobre cómo camina la actual campaña, Darío Núñez comenta que han tenido el frío un poco más tardío y eventualmente tuvieron una primera flor que no cuajó tan bien. Sin embargo, indica que la segunda flor viene bien y ya están estimando que tendrán unos días de retraso en la cosecha si se compara con la campaña anterior. El año pasado, cosecharon el 28 de febrero, pero este año se prevé que será el 7 de marzo. Sin embargo, aún no es una decisión cerrada, porque tendrán que esperar cómo se da el verano, que suele ser muy caluroso, inclusive llega a 40°C.
Entre la primera y la segunda floración, comenta que han tenido el 95% de la cantidad de frutos deseados. La tercera flor casi no les interesa. Este año mantendrán en promedio 110 frutos por árbol, para llegar a las 18 t/ha. “Soy arequipeño, amo a mi tierra, pero agrícolamente hablando Nasca e Ica son increíbles”, finaliza el empresario agrícola.