Grupo Huamaní aprieta el acelerador en el recambio varietal
En estos dos últimos años, la agroexportadora ingreso a un proceso de reconversión de variedades tradicionales a patentadas en sus fundos ubicados entre Pisco y Paracas. Con aproximadamente 100 hectáreas instaladas de uva de mesa deben lidiar con diferentes condiciones climáticas, suelo y agua, para lograr una fruta de calidad.
Por Marienella Ortiz
Entre el año pasado y el actual, el Grupo Huamaní ha retirado de sus campos un gran número de hectáreas de las variedades tradicionales Superior, Flame y Red Globe como parte de un recambio varietal. A la fecha solo se han quedado con 25 hectáreas de la variedad Superior, las mismas que probablemente desaparecerán en las siguientes campañas.
“Hemos venido con un proceso de cambio fuerte que nos ha permitido migrar a las variedades patentadas”, refiere el jefe de cultivo de uva de mesa del Grupo Huamaní, Joao Rosas, quien además indica que están trabajando con las variedades de Sun World. Las 75 ha que tienen de variedades licenciadas están compuestas por 56 ha de la variedad verde Autumn Crisp y 19 ha de la negra Midnight Beauty. Joao comenta que la Autumn Crisp es interesante porque produce muchos kilos por hectárea y por eso es la mayor apuesta de la empresa.
El plan es poder cambiar en un par de campañas las hectáreas que quedan de Superior que aún rinden entre 2,000 a 2,500 cajas/ha. Previamente, explica Rosas que harán un primer balance de los resultados -todo indica que positivos- de las instalaciones nuevas de variedades licenciadas. Incluso, el siguiente paso será seguir creciendo en número de hectáreas. “Nosotros ahora tenemos entre siembras productivas y no productivas aproximadamente 100 hectáreas, pero la idea es poder crecer a 150, 200 ha, según lo que aspira el mercado. Esto también es importante”, adelanta.
Los tres fundos del Grupo Huamani están dividimos en dos zonas: un fundo en Santa Cruz en Paracas y dos más en la zona del Valle de Pisco. Debido a las diferentes características de clima y suelo, los retos productivos se centran en ir adaptando los protocolos de manejo de estas nuevas variedades.
HECTÁREAS QUE ENTRARÁN EN PRODUCCIÓN
En esta campaña, algunos lotes ya entrarían a su segundo año productivo. Sin sobreexigir a la planta, la expectativa es lograr 3,000 cajas/ha en la variedad Autumn Crisp y 2,800 cajas/ha en la Midnight Beauty. “Nuestro plan es manejar un cultivo sostenible. Si bien las plantas nos podrían dar un poco más, queremos pensar en el futuro. La planta debe lograr su máxima duración con muchos años de productividad, entonces tenemos que ser muy razonables con el número de cajas, porque podemos afectar directamente los años de vida de nuestro cultivo”, destaca Rosas.
En total, en esta campaña estarán con una producción de 66 hectáreas, ya el resto que se instaló este año entraría a cosecha en la siguiente.
TRABAJO EN LA INSTALACIÓN DE NUEVAS HECTÁREAS
A pesar de la coyuntura difícil por la pandemia, el Grupo Huamaní decidió seguir adelante con su plan de reconversión. Joao Rosas comenta que él ingreso este año a la empresa, así que pudo estar en el proceso de la instalación de una parte importante de hectáreas de las nuevas variedades.
Lo primero que propuso fue realizar una buena preparación del terreno como un paso básico para obtener los mejores resultados de las variedades licenciadas. Según refiere, esto es necesario porque se trataba de campos que han tenido otras variedades y han podido tener dificultades con hongos o nematodos. Entonces, se procedió a un subsolado para sacar raíces antiguas e incorporar materia orgánica que es producida por el propio grupo. Al tener también producción de cítricos, toda la fruta de descarte se destina a elaborar compost y humus, como parte de algunos principios de una economía circular.
El siguiente paso fue lograr una buena formación de la planta y para ellos se utilizó un sistema de conducción en forma de T en parrón español, que permite agilizar este proceso. “Hacer una formación en T es más rápido, para formar las feminelas y así tener más frutas que escoger en la siguiente campaña”, indica Rosas quien comenta que trabajo previamente en una empresa iqueña donde ya había manejado las variedades recién instaladas, aunque reconoce que hay algunas variantes porque las zonas de Pisco y Paracas tienen clima y suelo diferentes que los valles propios de Ica.
TEMAS DE SALINIDAD, SUELOS Y AGUA
En los lotes ubicados en Paracas, explica que el suelo es más franco que arenoso, entonces el suelo no tiene tanta salinidad. Por el contrario, el agua que extraen del subsuelo tiene un elevado nivel de PH que debe ser bajado con ácido sulfúrico. A diferencia de esta zona, menciona que en la zona del valle de Pisco, donde se encuentran los fundos de San Jorge y Urrutia, el agua es de buena calidad y también hay buena disponibilidad, debido al caudal del río Pisco. En cambio, los suelos son bien retentivos y tienen salinidad y para contrarrestar esta situación utilizan el patrón Salt Creek, destaca.
En la zona de Paracas, agrega que el clima es muy parecido a los valles iqueños con condiciones no tan húmedas y con niveles similares de calor. En cambio, Pisco se asemeja más a Chincha con un alto grado de humedad que complejiza el manejo sanitario de los cultivos en la zona, debido a que el Oidium puede ser más agresivo en intervalos más cortos.
Manejo diferenciado
En el caso del manejo de la Midnight Beauty, Joao Rosas comenta que es una variedad que tiende a sobreralearse; por lo tanto, tienen que hacer un manejo diferenciado para contrarrestar la caída de bayas. Con un buen manejo, explica que se logra un número exacto de bayas en el racimo y esto trae consigo un costo menor en el trabajo manual.
En vez del raleo químico, detalla que trabajan con el estrés hídrico y labores manuales en momentos puntuales, como la floración. “Dentro de toda la actual coyuntura y lo difícil que es conseguir gente en estos momentos es beneficioso utilizar la menor cantidad de mano de obra con estas nuevas variedades”, destaca. También manifiesta que significa un ahorro en la no aplicación de productos como urea o ácido giberélico.
LUCHANDO CON LOS VIENTOS PARACAS
Otro elemento de la naturaleza con el que deben lidiar es con los vientos Paracas. Por las condiciones de suelo, estos vientos pueden ocasionar quemaduras en los brotes. “El viento viene con la tierra y estas tierras son salinas. Al tocar un brote pequeño, lo quema. Por eso, tenemos que estar prevenidos y atentos a la información de pronósticos del Senamhi. De ocurrir, entonces, tratamos de evitar el estrés en la planta, evitar el estrés con riegos y el uso de algunos productos compuestos por algas”, menciona.
Lo cierto que esto fue parte del aprendizaje de la empresa, luego de haber visto afectado la brotación del cultivo tras varios días de vientos Paracas que suelen ocurrir entre agosto y setiembre. Adicionalmente, en las señales de los caminos trazados en los lotes pueden leerse mensajes para transitar vehicularmente despacio y así no levantar la tierra de la zona.
VENTANAS COMERCIALES TARDIAS
La campaña de cosecha se maneja en un estadio más tardío que va de diciembre y culmina en marzo. En especial, la fruta que se ha exportado en marzo ha tenido un buen retorno en precios, menciona Rosas al explicar que coyunturalmente Chile tuvo problemas el año pasado con su producción, algo que también ocurriría este año.
Refiere que la variedad Autumn Crisp son las que llegan hasta marzo, porque necesitan más tiempo para llegar a la cosecha. “Este año, nuevamente, Chile también tendría alguna caída y eso nos da una ventana grande para las uvas tardías de marzo. De hecho, vamos a estar súper cuidadosos, porque a partir de febrero las lluvias pueden traer problemas sanitarios y tendremos que manejarnos con aplicaciones”, expone.
En general, destaca que cuentan con un plan de aplicaciones netamente preventivo que frene posibles problemas de pudrición. Por lo pronto, la expectativa es que las lluvias se produzcan en marzo, como es usual, y no se adelante en febrero. Rosas recuerda que el año pasaron terminaron de cosechar y luego de un par de semanas cayeron las lluvias.
De cumplirse con todos los protocolos y proyecciones, Rosas resalta que esperan una buena campaña 2021/2022.
PRODUCCIÓN DE CONTROLADORES BIOLÓGICOS
El Grupo Huamaní cuenta con un laboratorio de producción de insectos benéficos, como parte del manejo integrado de sus campos de uva de mesa y de cítricos. Para esta campaña, proyectan poder cubrir las necesidades internas con la producción de estos insectos. Entre los insectos que producen figuran el anagyrus y las crisopas, para hacerle frente al ataque del chanchito blanco.