El control biológico de plagas: Un componente relevante en la agricultura sustentable
Renato Ripa, Pilar Larral y Paola Luppichini. Biocea Ltda.
La agricultura moderna utiliza insumos de alta energía en los sistemas productivos con el fin de modificar o potenciar las interacciones ecológicas naturales que han sido afectadas por el manejo de los monocultivos.
Es importante notar la creciente importancia que hoy constituyen los residuos de plaguicidas en los productos agropecuarios de exportación, asociados a los LMRS pre-establecidos en cada sector a la cual la industria Chilena accede. Se requiere por lo tanto diversificar las metodologías de control con el fin de disminuir la dependencia de los plaguicidas, incorporando metodologías de manejo de plagas que restrinjan la cantidad y el número de residuos de plaguicidas. Lo anterior justifica realizar esfuerzos tendientes a maximizar el rol del control biológico, lo que además mejora la imagen de nuestros productos en los mercados de destino. En este escenario es cada vez más importante la implementación del manejo integrado de plagas (MIP).
En el contexto del MIP se busca mejorar la calidad de la producción, mediante el uso racional de plaguicidas, disminuyendo el impacto negativo sobre las personas y el ambiente, contribuyendo a la sustentabilidad de la producción. Dentro de los componentes del MIP, el control biológico aporta al control de poblaciones de plagas en forma efectiva y acorde con una agricultura sustentable (Fotos 1 y 2). El control biológico es la interacción entre planta – plaga – enemigo natural (ver video www.biocea.cl), la cual es muy compleja, ya que en ella confluyen elementos como el manejo del huerto, su entorno y otros aspectos que pueden eventualmente limitar o maximizar el potencial de los enemigos naturales y por lo tanto su efecto benéfico expresado en la disminución de la abundancia de las plagas.
Factores que afectan el accionar de los enemigos naturales
Los factores más importantes que afectan los enemigos naturales (fotos 3 a la 5) son:
- las condiciones climáticas (temperatura, fotoperíodo, viento, humedad relativa, etc.),
- la selectividad de los plaguicidas,
- la disponibilidad de fuentes de alimento,
- la presencia de hospederos alternativos,
- la competencia con otros enemigos naturales liberados y/o presentes en el cultivo
- la presencia de polvo en las hojas
- la presencia de Hormiga Argentina (Linepithema humile).
Este último factor, las hormigas, es considerado limitante en la actividad de enemigos naturales debido a que establece una relación mutualista con plagas que succionan savia y excretan mielecilla (Orden Hemíptera), de las cuales obtiene su alimento y actúa repeliendo a sus bio-controladores (Fotos 6 y 7) . Se ha estimado que su efecto negativo puede llegar hasta un 50% de disminución en la efectividad del control biológico. Dentro de las plagas que establecen mutualismo con hormigas se encuentran varias de importancia primaria y cuarentenaria, como por ejemplo los chanchitos blancos, Pseudoccocidae (Foto 8), Conchuelas (Coccidae) (Foto 9) y áfidos (Aphidae) (Foto 10), entre otras.
Dado el efecto negativo de la Hormiga Argentina sobre el control biológico de las plagas, ocasionalmente son controladas en huertos mediante la aplicación directa al tronco de la planta con plaguicidas de amplio espectro, en altas concentraciones. Esta modalidad, además del costo de mano de obra e impacto ambiental, posee baja efectividad, su duración no supera los 30-45 días, ya que el control no se ejerce sobre la colonia.
Otra solución mencionada en literatura, son los cebos tóxicos, éstos no se encuentran registrados para uso agrícola en el país y corresponden a productos y/o métodos desarrollados para combatir hormigas de distintas especies en entornos urbanos, por tanto no están disponibles para la aplicación en la agricultura.
Experiencias del efecto de la Hormiga Argentina sobre el control biológico
En relación al daño directo de la Hormiga Argentina (Foto 11) sobre las especies frutales, no se dispone información que indique algún efecto importante. Sin embargo, existen referencias, que evidencian la reducción de la efectividad del control biológico atribuible a presencia de hormiga argentina. La interacción hormiga – plaga (productora de mielecilla) afecta la supervivencia de la plaga, abundancia y alteración de la distribución de los enemigos naturales (parasitoides y depredadores) que actúan como controladores biológicos.
Como se ha señalado, la Hormiga Argentina se asocia a insectos plaga que se alimentan de savia, los cuales excreten mielecilla, la que es colectada, transportada y distribuida por las hormigas en la colonia. En esta interacción hormiga – plaga, las hormigas protegen esta fuente de alimento, atacando a los enemigos naturales (parasitoides y depredadores) de estas plagas (Foto 12). Producto de la eficiente acción de la hormiga, se produce una exclusión o vacío donde no pueden actuar los controladores naturales, generando un aumento en la población de la plaga a consecuencia de la ausencia o disminución de este factor de mortalidad. Por otra parte ocurre un importante crecimiento de la abundancia de la Hormiga Argentina, producto del incremento de la disponibilidad de alimento (mielecilla) generando una retroalimentación positiva (más hormigas – más plaga – más alimento). Una vez que la Hormiga Argentina alcanza una gran abundancia en los ambientes agrícolas también aumenta la dificultad de su control.
Experiencias en Chile
En Chile, experiencias desarrolladas por INIA La Cruz en huertos de naranjos y limoneros utilizando una barrera pegajosa a base de polibuteno (Foto 13) para impedir el ascenso de hormigas a plantas atacadas por Conchuela blanda, Coccus hesperidum y chanchitos blancos, Pseudocóccidos, mostraron una reducción importante de la densidad de la plaga asociada a un incremento en la actividad de los parasitoides y de la abundancia de depredadores (Figuras 1 y 2). En ambos estudios se observa que esta interrelación, hormiga – plaga, genera un aumento en el nivel de infestación con la plaga en los árboles con presencia de hormiga en comparación a aquellos donde esta se ha excluido. Además en el caso de los chanchitos blancos, es probable que el retiro meticuloso de la mielecilla que realiza la Hormiga Argentina, mejore las condiciones en que se desarrolla la plaga, contribuyendo también al incremento de la población.
El control biológico es un componente cuyo aporte debe potenciarse en la agricultura, ya que la tendencia mundial, es la producción de alimentos sanos, seguros e inocuos. Estas exigencias se materializan en normas de calidad exigentes, impuestas por los mercados de destino de la fruta chilena e impulsadas por los consumidores cada vez más informados.
En este contexto y con el fin de contribuir al desarrollo de tecnologías sustentables para la fruticultura nacional, el Centro de Entomología Aplicada, Biocea Ltda., con el apoyo financiero de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) está ejecutando el proyecto, “Desarrollo de un cebo tóxico para el control de la Hormiga Argentina Linepithema humile en huertos frutales, con el propósito de potenciar el control biológico de plagas” (Código: PYT-2013-0043), 2013 – 2016. Esta iniciativa además está apoyada por las empresas Martínez y Valdivieso S.A. y DROPCO S.A., en calidad de asociados y cuenta con el patrocinio del Comité de Cítricos de Chile (mayor información: www.biocea.cl).
El desafío de este proyecto es generar un nuevo producto costo-eficiente, de fácil aplicación, y de un perfil toxicológico adecuado a las nuevas exigencias mundiales, que reduzca significativamente la presencia de la Hormiga Argentina en los huertos. Como consecuencia, se espera un incremento de la actividad de los enemigos naturales en los ambientes agrícolas, ya sea de aquellos que en forma natural se encuentran presentes en el campo, como de aquellos adquiridos y liberados desde insectarios comerciales, contribuyendo a la optimización del uso de plaguicidas en la agricultura.