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Principal cultivo de exportación de La Araucanía

Radiografía del cultivo de avena: cereal 2.0

17 de Marzo 2017 Equipo Redagrícola
Radiografía del cultivo de avena: cereal 2.0

Han pasado varias décadas y ya ha quedado demostrado que la Región de La Araucanía es la zona granelera por excelencia y hasta hoy esta región mantiene este liderazgo en el país. En este contexto La Araucanía posee la mayor superficie país cultivada con avena, el segundo producto de exportación de esta región después de la celulosa. En la temporada 2010-2011 se registró un total 105.643 hectáreas sembradas con avena en Chile.

Variables geográficas y agroclimáticas intervienen de manera positiva para posicionar a este territorio como uno de los mayores productores de granos cerealeros de la nación. Tanto es así que numerosas plantas procesadoras y molinos están emplazados en esta región. En el caso de la avena hay cinco plantas procesadoras en cuyas instalaciones se trabaja para elaborar: avena común (con cáscara), grano pelado estabilizado, avena arrollada gruesa, hojuelas y harina, entre otros productos.

Atrás quedó la imagen de la avena (Avena sativa) como cultivo pobre o materia prima para alimentación animal. Hoy es un cultivo con un rol importante en las rotaciones de los predios y se cultiva principalmente para obtener granos destinados a la industria de alimentación humana. El incremento de su rendimiento promedio, sus ventajas como producto alimenticio, el precio y el mercado han dado un nuevo auge a este cereal que ha aumentado significativamente su superficie sembrada no sólo en La Araucanía, si no que también en las regiones del Biobío, Los Ríos y Los Lagos.

De acuerdo a Odepa, en el período 2010-2011 se registró un total 105.643 hectáreas sembradas con avena a nivel país. Este cereal, uno de los principales productos exportables de La Araucanía, ocupa el segundo lugar ya que el primero es la celulosa. La Araucanía posee la mayor superficie país cultivada con este producto. La industria que procesa avena en la región exporta más del 90% de este producto, ya sea como groat, copos de avena u hojuelas, y/o en forma más elaborada como barras de cereal, entre otros productos. En este aspecto, el seremi de Agricultura de La Araucanía, Jorge Rathgeb, destaca que -según ProChile- durante los meses de enero a julio de 2010, las exportaciones regionales estuvieron representadas principalmente por la celulosa (55,4%), las avenas con un 10,0 %, y los berries con un 8%.

“Según los registros del SAG en 2009 este servicio inspeccionó 23.350 toneladas de avena para exportación, de las cuales 13.193 toneladas fueron de la provincia de Cautín y 10.157 toneladas de Malleco. Este cereal, que se exporta como derivados, en hojuela, harina, avena pelada, debe seguir las normas de inspección del SAG, ya que todos los productos agrícolas que salen de Chile deben garantizar que cumplen con los requisitos fitosanitarios del país de destino, de acuerdo a las obligaciones que el comercio internacional establece”, precisa la autoridad del agro.

De acuerdo a los antecedentes de intención de siembra de los cultivos anuales del país. De avena se sembró casi 43 mil hectáreas en la temporada 2009-10 y 45 mil en la temporada 2010-11, con un aumento de área sembrada de 6,2 %.  Al respecto Rathgeb detalló que para esta temporada Odepa ya realizó el segundo estudio coyuntural de siembra, el que proyecta que en la temporada 2011/2012 las intenciones de siembra de cultivos anuales en su conjunto llegarán a 715.000 ha,  subiendo 3,9%, comparado con la temporada anterior y bajando la avena en un 2,3%, debido -entre otros factores- a la obligada rotación de los cultivos.

CEREAL CON BUENA FAMA Y PERSPECTIVAS

En la industria se destaca que la avena posee propiedades nutricionales excepcionales. Dentro de estas virtudes están los betaglucanos, la avenantramida (antioxidante propio de la avena), fibras solubles, vitaminas del complejo B, hidratos de carbono y prebióticos, entre otros; atributos que contribuyen a una vida más saludable. Todas características poco conocidas en la comunidad nacional. En este aspecto los actores hacen un mea culpa por la falta de campañas que posicionen su consumo a nivel país.

En la IX Región, bajo el alero de la Agencia Regional de Desarrollo Productivo, se gestó hace años el cluster de los granos denominado “Nutrigranos”, donde hubo profesionales muy comprometidos que desarrollaron estudios en riego, seminarios destinados a promover las características nutraceúticas del cereal; y estudios de palatabilidad en escolares, para incluir la avena en las raciones alimenticias de los estudiantes. Sin embargo, este cluster –sin recursos–  terminó con sus proyectos y desapareció.

En la Araucanía hay varias firmas que procesan la avena debido a que este territorio concentra la mayor superficie sembrada con este cereal y además posee la ventaja de encontrarse en el centro de las regiones que también lo cultivan. Por esto entrevistamos al gerente general de la empresa Alimentos El Globo, Ricardo Swett.

Alimentos El Globo trabaja con grandes, medianos y pequeños agricultores y por medio de su departamento agrícola la empresa ha logrando un fluido feedback con estos importantes actores de la cadena de valor. Mediante instrumentos estatales como los PDP (Programa de Desarrollo de Proveedores de Corfo) y las Alianzas Productivas, se han acercado y afiatado mucho más con los agricultores medianos y pequeños. Con los grandes, en tanto, han cultivado una relación de años y con ellos han aplicado innovaciones que también llegan a los otros actores, una vez probadas. Son los únicos del país que trabajan en forma exclusiva con Quaker, división de Pepsico, con quienes llevan varias décadas de relación buscando  introducir mejoras para la toda la cadena de valor. Un ejemplo es el aporte de líneas puras al mejoramiento de nuevas variedades de avena del país, a través del Team Quaker.

Tienen dos plantas en La Araucanía, una en la frontera con la Región del Biobío. En sus plantas procesan y elaboran el groat, las hojuelas, la avena tradicional,  la instantánea, avena con sabor, barras de cereal, entre otros. Las hojuelas pueden ser de diferentes tipos, de acuerdo al requerimiento de los clientes. El groat es un producto que se elabora para el mercado externo, ya que hay clientes con capacidad de generar producto final, como son las hojuelas. Su mercado es Latinoamérica.

Ricardo Swett explica que la certificación de semillas es relevante. No sólo para que los agricultores tengan buenos rindes, si no que también es importante para la calidad del producto final que se procesa en las plantas. Supernova y Urano, este último en menor medida, son las estrellas de las variedades para la industria alimenticia humana. La avena no está de moda y no es una moda, es un producto con una demanda estable y creciente.

“Todo este trabajo en conjunto con los agricultores, que podría ser disgregado, se planifica muy bien con las Alianzas Productivas y los PDP, porque se organiza muy bien los factores a trabajar con los productores con el fin de lograr un avance y un mejor trabajo en el cultivo de la avena. De esa manera el trabajo con los agricultores es muy cercano y aquí la subgerencia agrícola es crucial en la ecuación; desde que la avena se siembra hasta que llega al consumidor final, ya sea en el extranjero o en el mercado nacional con una caja de avena”, señala Swett.

El futuro y las proyecciones son conceptos que están en la mesa de todos los actores que participan en la cadena de la avena y en relación a esto Swett afirma que todas las formas de abordar el negocio son válidas.

“Hay algunos que han aparecido recientemente y lo ven como una oportunidad y son actores in and out. En el caso de El Globo hay una vocación de empresa ya que estamos en la zona sur desde el año 1905. Trabajamos a largo plazo estructurando una cadena de valor, lo que representa una tarea enorme pero es una diferenciación. Esto tiene que ver además con una visualización de futuro, queremos convertirnos en una empresa fuerte y sólida para aportar trabajo a estas regiones en que los índices de pobreza son altos y en que se requiere más mano de obra calificada. Queremos demandar mano de obra calificada y además, obviamente, calificarla nosotros, y que para los agricultores sea una opción de largo plazo como cultivo rentable y sustentable. Otra diferenciación tiene que ver con el trabajo de los PDP y las Alianzas Productivas, el trabajo a nivel de exportación, el trabajo en investigación y desarrollo con nuevos productos. De esa manera lo que vamos a lograr es que esto fluya desde el productor hasta el consumidor final. Todas las implementaciones son integradoras en toda la cadena de valor para que el producto -desde que se siembra hasta que llega al consumidor final- sea cada vez sea mejor, más variado y con mayor valor agregado”, manifiesta Swett.

En relación a las perspectivas del mercado Ricardo Swett asevera que son muy favorables para la hojuela o cualquier producto en base a avena, porque es un producto que cumple las necesidades nutricionales que el consumidor está demandando. “El consumidor cada vez está más consciente de que tiene que cambiar su alimentación. Este no es un producto de moda ya que la moda es un fenómeno pasajero. De repente, por datos muy temporales, todo el mundo se pone en ese negocio y después de dos o tres años se derrumba. En la avena no tenemos cambios espectaculares pero sí es una perspectiva muy positiva y garantizada a largo plazo porque la demanda va a seguir creciendo. Primero porque el consumo es bajo, pero además porque el consumo nacional y externo, por las características de la avena, va a seguir aumentando. Es un producto nutricional diferente, alto en fibras, bajo en grasa y bajo en azúcar. La conclusión lógica es que va a seguir creciendo su consumo pero no de forma explosiva, porque todos estos cambios de hábitos son lentos. En los últimos años hemos visto un crecimiento de entre 5 y 10%”.

De 180 mil toneladas nacionales anuales, El Globo exporta 35 mil toneladas, por lo que representa el 20% de la torta. En un contexto en que sobre el 80% de la producción chilena de avena se exporta.

Sobre el mercado interno Swett afirma que, además de la lentitud en los cambios de hábitos, “hay también una responsabilidad de todos los actores de la industria. Debemos buscar formas creativas de promover las características positivas del producto. Estamos abordando ese aspecto e internamente trabajamos con Quaker buscando formas de incrementar el consumo. Esto es otra diferenciación ya que vemos todo como algo integral, no hacemos cosas spot, aisladas o sin conexión”.

NUEVAS VARIEDADES Y MATERIA PRIMA PARA LAS PLANTAS DE PROCESO

“No aceptamos variedades muy antiguas de avena, dice Swett, porque la calidad del producto final cambia. Trabajamos principalmente con Supernova y también aceptamos Urano, pero nada más. Probablemente a futuro tengamos variedades que se ajusten a zonas más acotadas. Lo que sí, la semilla óptima será siempre una semilla certificada. Actualmente los agricultores, en gran medida, han ido adquiriendo el hábito de usar semillas certificadas. Se dan cuenta de que una semilla no certificada es un ahorro inicial que tiene una incidencia muy menor, considerando todos los costos adicionales que vienen después y las posibles mermas por no haber utilizado semilla certificada”.

Hay que tener mucho cuidado con el precio advierte Swett. “Ninguna empresa puede predecir el precio o en tener alguna información especial. Estamos en un contexto súper volátil, que muchas veces corresponde a demanda y oferta, pero que también puede ser especulación. Hay productos que pueden tener un precio mayor por kilo, pero el producirlo, o el rendimiento puede variar en las distintas zonas y tener costos diferentes. Es cierto que la variable precio es sumamente relevante por lo que hoy día hay que participar y cubrirse. Para ello se están desarrollando, cada vez más, las bolsas de productos, protecciones de derivados y seguros de cambios. Son las herramientas que toda la cadena tiene que aprender a manejar mejor para defendernos de la variabilidad”.

EL ROL PROTAGÓNICO DE LA AVENA EN LAS ROTACIONES

El cambio climático es un aspecto importante en la agricultura contemporánea y un fenómeno que ha marcado un antes y un después en el sector agrícola. La escasez de agua, las altas temperaturas y la presencia de fenómenos climáticos como La Niña y El Niño, son elementos tomados en cuenta a la hora de planificar en el campo. Pese a estos factores, la zona sur sigue siendo el territorio más adecuado para cultivar granos. La avena se adapta muy bien a climas templados y fríos, como los del sur del Chile.

Cuáles son los manejos y aspectos técnicos a considerar a la hora de planificar una siembra y buena cosecha de avena. Conocer un poco de la historia de la avena en los potreros nacionales y su posicionamiento en las rotaciones de cultivos. Sobre esto conversamos con Julio Oberg, ingeniero agrónomo de vasta experiencia. Trabajó en varias empresas del área hasta que decidió gestar su propia empresa en asesorías técnicas integradas en cultivos tradicionales, papas y praderas. Hoy bajo el alero de AgroGestión Oberg maneja alrededor de 18.000 ha de cultivos.

Oberg aclara que el cultivo ha cambiado bastante con el correr de los años gracias al desarrollo de nuevas variedades e investigación para potenciar el cereal. “La variedad Nehuén tenía un mal peso específico ya que tenía doble propósito para forraje e industria. La Llaofén tenía un uso más industrial pero no era de fácil pelado para las plantas de proceso y tenía un peso específico muy malo. Luego vino un gran salto con las variedades del INIA, a cargo del investigador Edmundo Beratto, quien fue el precursor de los estudios de la avena en el sur del Chile. En paralelo al mejoramiento genético de la avena de calidad industrial se fueron haciendo estudios  en distintas instituciones (INIA, la Universidad de la Frontera). Se estudió la fecha de siembra y dosis de semillas para obtener buenos rendimientos. Luego, vino Urano-INIA y el cambio fue rotundo en rendimiento. Entremedio aparecieron otras variedades y hoy tenemos Supernova, también una variedad de INIA”.

LAS SEMILLAS DE HOY SON SUPERNOVA Y URANO

Si bien pasó el período de popularidad de Urano, aún se cultiva y se compra en las plantas. Supernova tiene ventajas sobre la primera en relación a las tendeduras y su uso industrial. Pero Urano crece mejor en zonas de secano interior afirma Julio Oberg. “Junto al mejoramiento genético de las variedades quizás la fecha de siembra es lo más importantes en este cultivo, así mismo el uso de reguladores de crecimiento –acortadores de caña– y dosis de semillas. Urano, a pesar de que se le coloca acortador de caña, en zonas de precordillera con primaveras lluviosas se cae igual. Supernova tiene la gracia de que es una variedad que no se cae con acortador de caña y tiene mucho rinde”.

“La mayor parte de la avena cultivada hoy día es Supernova, cerca del 80%, pero aún se sigue usando Urano porque tiene ventajas en el valle central y en el secano interior de la IX Región, ya que es una variedad que aguanta más la sequía y que tolera condiciones de suelo más malos en términos de fertilidad. Siempre realizamos análisis de suelo antes de asesorar”, explica Oberg.

“Ha ocurrido algo especial en la avena. Los suelos de las zonas hacia la costa de Galvarino, Imperial, Carahue, Traiguén, Collipulli, Victoria y parte de Perquenco; valle central y secano interior, las avenas en general, a pesar que se siembra muy temprano, por ejemplo en mayo en el secano interior, cuando vienen primaveras muy marcadas los rindes bajan. Es diferente en zonas de precordillera, de Collipulli hacia el sur. En rendimientos lo mejor es de Temuco al sur porque no les falla el agua en primavera y hemos tenidos buenos rindes con Supernova. En precordillera se recomienda sembrar en junio, con lo que hemos visto rendimientos sobre 70 quintales la hectárea. Pero hemos observado rendimientos, en años de primavera húmeda, sobre 80 quintales promedio en paños más o menos importantes”, acota Oberg.

“El sur del país es una zona privilegiada en la producción de avena, dice Oberg, porque tenemos condiciones agroclimáticas especiales y aún tenemos pocas enfermedades. Todavía la avena sigue funcionando en Chile contra el mal del pie (Gaeumannomyces graminis) antes de sembrar trigo. También hay mucha gente que ha abusado de la rotación avena–trigo y nos encontramos con el problema de ballicas resistentes a herbicidas”.

La avena funciona muy bien en cero labranza. “En la incorporación de rastrojos la ecuación perfecta es avena / raps / trigo. En este sistema la avena tiene que ir antes del raps. No hay otra forma. La cero labranza es una alternativa amigable con el medioambiente y en muchos países ya no se quema porque cuando se usa fuego se queman nutrientes. Por costos en Chile sigue siendo más fácil quemar y sembrar, debido a que la maquinaria para la incorporación de rastrojos es una inversión muy grande. En otros países una parte de la inversión la subsidia el Estado, por ser nuevas tecnologías”. Según Julio Oberg, la incorporación de rastrojos es una práctica absolutamente positiva en el tema de la microbiología de suelo y en la fertilización ya que, por ejemplo, se incrementan muchos nutrientes clave como el potasio.

CONTROL DE MALEZAS EN LA ROTACIÓN AVENA/TRIGO

Julio Oberg: “La avenilla es pariente de la avena y produce merma del producto. Es una gramínea muy complicada pero si se maneja bien el trigo con post emergentes y herbicidas contra gramíneas no tienes avenilla en la avena. Por ello usamos graminicidas en trigo. Hoy la ballica es más problemática en la avena porque produce merma en los rendimientos. Para eso usamos pre emergentes en avena. La ballica es un problema importante en la precordillera ya que representa una competencia muy fuerte para la avena al consumir el nitrógeno y provocar que la avena no macolle. En el secano interior tenemos como problema la “cola de zorro” (gramínea pequeña), lo que también se soluciona con el uso de los pre emergentes en avena. Para el control de malezas de hoja ancha existe una amplia gama de productos en el mercado. Cuando la avena está con cuatro a cinco hojas, o a mediados de macolla, se usan herbicidas para controlar el rábano o yuyo. Hay dos malezas de hoja ancha bien complicadas, el crepis (flor amarilla) y el manzanillón, las que controlamos con un producto antiguo. En conclusión, contra hoja ancha la avena no tiene problemas”.

USO DE REGULADORES DE CRECIMIENTO Y FITOSANITARIOS

Julio Oberg indica que siempre es necesario aplicar reguladores de crecimiento. “Son productos químicos que actúan a nivel hormonal dentro de la planta y para cada zona hay productos específicos. Esto desde que apareció Urano y se descubrió, a través de ensayos, que los reguladores de crecimiento aportan rendimientos de entre 6 a 10 quintales más. En  potreros con y  sin  aplicaciones la diferencia es enorme. Ahora, la gracia de Supernova es que es más firme de caña, por tanto se usan mucho menos dosis de regulador”.

Junto con los reguladores de crecimiento, se usan  fungicidas e insecticidas, en el control de Roya y Oidio. “En fertilización no hay recetas pero el cultivo de la avena requiere menos fertilizantes que el trigo. En La Araucanía no tenemos una receta fija para el cultivo porque hay una diversidad de suelos pero la avena necesita potasio porque le da firmeza a la caña y mejor rinde. Mediante análisis de suelo se ve cuáles son las necesidades de potasio, fósforo, magnesio, calcio, entre otros. Sobre nitrógeno lo que hemos comprobado es que se comporta mejor Supernova con determinadas unidades de nitrógeno en una temporada, y eso es ley, porque se produce un buen rendimiento con su adecuada aplicación”.

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