“Innovación y sustentabilidad son pilares claves para la industria vitivinícola”
El gerente del Consorcio I+D Vinos de Chile, Patricio Parra, analiza la actualidad de la industria vitícola, bajo el prisma del desarrollo de proyectos que busquen mejorar la sanidad de las plantas, los procesos productivos y, en definitiva, la calidad del vino chileno. Temas como el uso de plaguicidas, riego, geología, material genético y cambio climático marcan la agenda de innovación.
Programas de Investigación
Los 11 proyectos de I+D que ha venido desarrollando el Consorcio I+D Vinos de Chile se agrupan bajo los programas de Calidad del Viñedo y de Sustentabilidad. El primero de ellos tiene una duración de 10 años (diciembre de 2012 y noviembre de 2022) e incluye varias etapas: selección clonal y sanitaria del material vegetal; evaluaciones enológicas del material vegetal; micropropagación y saneamiento; virología y hongos de la madera; introducción y evaluación vitícola en diferentes condiciones agroclimáticas de Chile.
El segundo –de Sustentabilidad- incluye las siguientes iniciativas:
- Conservación de vinos (2013-2017)
Busca identificar las variables críticas involucradas en los procesos de velaboración del vino, estandarizar protocolos y desarrollar soluciones tecnológicas para mejorar su conservación y transporte para asegurar una calidad homogénea en destino.
- Geología y zonas vitícolas (2013-2017)
Apunta a identificar la influencia de las características geológicas, texturales y mineralógicas del suelo y del sustrato, así como la evolución estacionaria en la geoquímica y fisicoquímica del suelo y aguas en la química del fruto en viñas que cultivan variedades de tintos y espumantes. A partir de ello, busca caracterizar geológicamente los principales valles vitivinícolas de Chile.
- Cambio climático y zonas vitícolas (2014-2018)
Apunta a determinar y caracterizar climática y geológicamente zonas vitivinícolas nacionales actuales y potenciales, considerando la dinámica del cambio climático y el comportamiento de ciertas cepas.
- Plaguicidas (2013-2017)
Busca determinar las curvas de degradación y las tasas de transferencia de la uva al vino, así como desarrollar un Sistema de Monitoreo de Residuos de Pesticidas.
- Biodiversidad (2013-2016)
Integra acciones de conservación en áreas de desarrollo vitivinícola, con el fin de aumentar la resiliencia de los sistemas productivos y de los ecosistemas que los albergan frente a escenarios de creciente impacto humano y cambio climático.
- Gestión y manejo sustentable del agua en viñedos y bodegas (2013-2016)
Su objetivo consiste en generar información y herramientas metodológicas que permitan a la industria vitivinícola avanzar hacia un manejo eficiente y sustentable del agua en todas sus operaciones.
- Energía y Gases Efecto Invernadero (GEI) (2016-2018)
El objetivo del proyecto es investigar y desarrollar herramientas de apoyo a la toma de decisiones, para la incorporación de tecnologías de eficiencia energética, ERNC y disminución de emisión de GEI en las empresas vitivinícolas a nivel nacional.
- Responsabilidad social (2013-2015)
Busca proveer a la industria vitivinícola chilena de herramientas y competencias que les permitan fortalecer su compromiso con la sostenibilidad e integrar a su gestión estratégica la Responsabilidad Social (RS), tanto a nivel de gremio como en forma particular en las empresas que componen el sector.
- Código de Sustentabilidad 2012-2022
Actualizar y mejorar el Código Nacional de Sustentabilidad para aumentar la competitividad e imagen del vino chileno.
Innovar implica tomar riesgos y desafíos de largo plazo”, afirma Patricio Parra, gerente del Consorcio I+D Vinos de Chile. La organización está integrada por 79 viñas que, en conjunto, representan el 80% de la producción y exportación de vino embotellado del país. Fue formada en 2013 por la Asociación Gremial Vinos de Chile y Corfo, con el fin de desarrollar diversas líneas de trabajo en Investigación y Desarrollo (I+D) por un período de 10 años, para así mejorar la competitividad de la industria vitivinícola chilena.
“La innovación y la sustentabilidad son parte de los pilares que se ha definido el sector, al menos en lo que respecta a Vinos de Chile. Así mismo están aquellos relacionados con la diversidad de los vinos y de los terroirs, la calidad de los productos y la proyección de la imagen país, lo que se relaciona con el posicionamiento del vino chileno en el extranjero. Para cada uno de ellos se requieren herramientas transversales de I+D”, explica Parra.
Es por ello que el Consorcio ha impulsado la implementación de tres grandes programas que en conjunto han implicado la implementación de 11 proyectos (ver recuadro). “Hay desafíos transversales del sector vitivinícola y aquellos que tienen las viñas de manera individual, que responden a sus propias necesidades de I+D y que tienen que ver con su competitividad como empresas. Nuestro trabajo apunta principalmente a los desafíos globales”, comenta el gerente de esta organización.
El Programa de I+D de Calidad del Viñedo busca desarrollar e implementar un sistema de producción de material de Vitis spp. de alta calidad sanitaria, con identidad varietal y trazabilidad. En tanto, el Programa I+D Sustentabilidad consiste en una serie 10 iniciativas orientadas a mejorar toda la cadena de valor del vino, cubriendo aspectos como biodiversidad, transporte, cambio climático, energía, agua, plaguicidas y la elaboración de un Código de Sustentabilidad, entre otros temas. Finalmente, el Programa de Transferencia Tecnológica ayuda a facilitar la adopción de los resultados de las investigaciones realizadas, a través de un plan de trabajo que contempla actividades específicas como talleres, seminarios, cursos, días de campo y publicaciones, entre otros.
Se trata de una labor que el Consorcio realiza en convenio con distintos centros, universidades e institutos privados, que ejecutan los proyectos de investigación aplicada. Si bien por un lado estas iniciativas recogen las tendencias en I+D en la industria del vino, para Parra es necesario estar atentos a las nuevas demandas del mercado, de tal forma de abrir –si es necesario- nuevas líneas de investigación.
CALIDAD Y SUSTENTABILIDAD DE VIÑEDOS
A raíz de la experiencia acumulada en este trabajo realizado durante los últimos cinco años, Patricio Parra explica las principales áreas de trabajo de las que está preocupada la industria vitivinícola.
“Un aspecto importante es cómo mejorar la calidad de las plantas disponibles para que las viñas replanten o realicen nuevas plantaciones, en función del cual generamos un Programa de Mejoramiento del Viñedo. Ahí existe un claro desafío tecnológico y de innovación. Hoy día hay problemas de trazabilidad, virus, enfermedades de la madera, de calidad sanitaria y estructural de las plantas”, explica.
-¿En qué tipo de proyectos están trabajando para mejorar la calidad de los vinos?
PP-Estamos trabajando en una serie de proyectos para mejorar las condiciones que hoy día tenemos: evaluación de virus y enfermedades; limpieza de material; establecimiento de un banco de germoplasma propio; contar con material de mejor calidad sanitaria; la búsqueda, en conjunto con el SAG, de acuerdos de reconocimiento con centros internacionales de producción de plantas, como el Foundation Plant Services de Estados Unidos, para importar material directamente, con menos trabas administrativas; y el desarrollo de un protocolo que permita implementar una serie de prácticas en los viveros para contar con material de mejor calidad.
–¿Qué iniciativas están impulsando en sustentabilidad?
-Tenemos proyectos que tienen que ver con las condiciones del transporte del vino por vía terrestre y marítima. Además, estamos trabajando en analizar la relación entre la geología de las zonas vitícolas y la composición del vino, junto con las condiciones que podrían cambiar y darse producto del cambio climático. Estamos estudiando lo referente a biodiversidad, a gestión sustentable de la energía y del agua, así como de responsabilidad social.
Desarrollamos un Código de Sustentabilidad de la Industria Vitivinícola, que es el proyecto que ha tenido más visibilidad. Hoy tenemos más de 75 viñas certificadas que implementan una serie de prácticas sustentables. Esta iniciativa se conecta con todas las otras.
-¿Qué importancia tiene para la industria trabajar en lo referente a residuos químicos?
-Se viene una serie de cambios regulatorios a nivel internacional en los límites máximos de residuos, los que restringirán las condiciones de comercialización, para los cuales debemos estar preparados. Por eso desarrollamos un proyecto específico sobre curvas de disipación y períodos de resguardo para 20 plaguicidas, y una app para celulares (ReplaVinos) para que así los productores cuenten con herramientas que les permitan implementar programas fitosanitarios que aseguren la inocuidad en lo referente a -al menos- esos 20 ingredientes activos. En este ámbito es importante monitorear permanentemente a nivel normativo lo que está sucediendo fuera de Chile y, además, desarrollar nuestros propios ensayos para tener certeza de que los vinos que se van a elaborar no tengan problemas con los residuos de plaguicidas.
TENDENCIAS Y NUEVAS ÁREAS DE TRABAJO
-¿Cuáles son las áreas de I+D específicas en las que están trabajado como empresas individuales, las viñas?
-El uso sustentable del agua. Hay viñas que realizan mediciones específicas, con ensayos directos de adaptación de variedades, sistemas de riego, agricultura de precisión y utilización de imágenes hiperespectrales. Hay otras que han innovado en temas de energía, como la implementación de minicentrales de paso en canales de riego, plantas de biogás y paneles solares. También están trabajando en asuntos sanitarios, probando la adaptación y limpieza de material. A nivel enológico, algunas están realizando ensayos de microbiología y sistemas de vinificación.
-¿Hay áreas de I+D en las que habría que trabajar más?
-Hay aspectos de mecanización que habría que analizar para plantación, sistemas de riego, laboreo y cosecha. También existen otras líneas de trabajo, como el seguimiento de los estados fenológicos, estimaciones de cosecha y autenticidad de los vinos en relación a las denominaciones de origen. De todas formas como industria estamos bastante expuestos a que cualquier cambio regulatorio internacional genere un nuevo desafío tecnológico o un problema comercial.
-¿Cómo evaluaría el estado del I+D en Chile?
-Yo creo que esta es una industria bastante innovadora. Hay una cultura de innovación que se ha dado de manera natural y que se plasma en el hecho de que, por ejemplo, tengamos cerca de 80 viñas que hayan apostado por invertir en un proyecto colectivo como el que tenemos nosotros. El I+D es parte de la productividad y competitividad que debe tener un sector como el vitivinícola. Este y los otros sectores agrícolas no pueden seguir produciendo como lo han hecho siempre, sino que van a tener que ser más eficientes. La cadena de producción tiene varias etapas y en cada una las viñas tienen que estar al menos monitoreando y viendo cuáles son las necesidades en innovación.