Situación actual de la Mosca de Alas Manchadas (Drosophila suzukii Matsumura) en Chile
Giancarlo Frigerio C., Ingeniero Agrónomo, Investigador Departamento de Entomología, Centro de Evaluación Rosario (CER).
Paula Irles, Ingeniera Agrónoma, MSc y Dr., Académica Instituto de Ciencias Agronómicas y Veterinarias, Universidad de O’Higgins.
En el mes de junio de 2017, el Servicio Agrícola y Ganadero dio aviso del ingreso al país de una nueva plaga, se trata de la Mosca de Alas Manchadas (Drosophila suzukii). Estas detecciones corresponden a individuos adultos capturados en trampas en las regiones de la Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, posiblemente provenientes desde Argentina.
D. suzukii es originaria del Sudeste asiático y se ha distribuido por el mundo rápidamente en los últimos 20 años, estando presente en países como China, Japón, Corea, India, Pakistan y Tailandia. En el año 2008 fue detectada en Europa y en California. A partir de entonces se extendió rápidamente por Estados Unidos, Canadá, México, Francia, España, Italia, Portugal, Bélgica, Austria y Alemania entre otros países. En 2014 se detectó en Brasil y en 2015 en Argentina y Uruguay.
En el país, la plaga se ha desplazado hacia el norte desde el sur, registrándose capturas en las regiones del BíoBío y del Maule; y a la fecha, en tres comunas de la región de O’Higgins (Chimbarongo, Placilla y Rengo). En esta última, solo en la comuna de Chimbarongo se ha registrado más de una detección. Así, en total, la región de O´Higgins suma 8 detecciones.
Debido a que esta especie cuenta con una amplia distribución a nivel mundial, no debiera haber un riesgo cuarentenario por su presencia. Sin embargo, su peligro reside en que es una especie altamente polífaga que, a diferencia de otras moscas del vinagre, puede afectar a frutos sanos debido a su aparato ovipositor aserrado que le permite oviponer bajo la piel del fruto. Entre los frutales en los que se ha reportado daño económico en otros países se encuentran frutas de piel blanda como cerezas, arándanos, frambuesas, frutillas, moras, duraznos y ciruelas, entre otra lista mucho más larga de hospederos de interés productivo, silvestre y ornamental.
Los individuos adultos de esta especie son de color amarillento, de casi 3 milímetros de longitud, con ojos de color rojo. La hembra se reconoce por su aparato ovipositor aserrado que es característico de la especie. El macho presenta en cada ala una mancha de color negro que destaca sobre el resto del ala, además presentan dos peines de color negro en el primer par de patas. Los huevos, de color blanco quedan dispuestos bajo la piel del fruto y solo quedan expuestos dos espiráculos largos que permiten la respiración.
El ciclo biológico de esta especie es muy corto y podría llegar a producir hasta unas 12 a 13 generaciones por año. Se ha reportado que este insecto es más activo entre los 20 y 25°C y que su actividad disminuye sobre los 30°C y bajo 10°C. Sin embargo, algunas hembras son capaces de buscar refugio durante el invierno y sobrevivir temperaturas bajo los 0°C. Cada hembra puede oviponer hasta 350 huevos a lo largo de su vida, que puede durar entre 20 y 55 días. Como se indicó anteriormente, estos huevos son ovipuestos en fruta en maduración, sin importar si esta se encuentra sana o dañada y puede insertar un huevo o varios por fruto. A 25°C, el periodo entre la eclosión del huevo y la emergencia del adulto puede demorar entre 9 y 10 días.
Como medidas de manejo es importante una detección temprana a través de trampas de monitoreo, estas trampas deben ser distribuidas en el huerto de manera de cubrir la superficie total del huerto, guardando especial cuidado en las zonas de mayor susceptibilidad, tales como puntos de ingreso, carga de fruta o sectores con hospederos no cultivados, como la zarzamora, sobre todo si esta se encuentra en una orilla de canal. Existen diversos modelos de trampa en el mercado, así como también de atrayentes, incluso se puede fabricar la trampa de manera casera en base a vinagre de manzana y azúcar. También es importante establecer medidas culturales de control, tales como retirar fruta de la temporada anterior de las plantas o el suelo, manejo de la humedad al interior del huerto y eliminar de los alrededores especies de berries silvestres que puedan servir como hospedero de la plaga. Es decir, considerar todos aquellos factores intraprediales como los extraprediales que pueden tener una incidencia directa en lugares de infestación y refugio de la plaga.
El impacto económico de la plaga puede ser muy alto. Su presencia en el país, además de los daños que pueda provocar de manera directa, implica costos de un programa de manejo de la plaga con aplicaciones frecuentes debido a lo rápido de sus generaciones, esto significa que un productor que tenga presencia de D. suzukii deberá realizar un monitoreo y hacer aplicaciones de productos desde pinta hasta cosecha, considerando que esta plaga requiere un manejo integrado y no bastará su control solamente con productos químicos. Además, se debe considerar la posibilidad de riesgos cuarentenarios en aquellos mercados en donde no esté presente; y en especial rechazos en las partidas que no cuenten con la tolerancia permitida de detecciones.
Dada la relevancia de la plaga es que la Universidad de O´Higgins se adjudicó recientemente el proyecto “D. suzukii mitigación económica y social mediante una estrategia de difusión y manejo integrado” financiado por el Gobierno Regional de O´Higgins y ejecutado en conjunto con el Centro de Evaluación Rosario (CER), Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) y el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), el cual busca mitigar el impacto económico y social debido a la llegada de la plaga D. suzukii a la Región de O´Higgins mediante una estrategia de difusión y manejo integrado. A través de este proyecto se implementará un sistema autónomo de monitoreo y pre-diagnóstico en el huerto, dado que la plaga deberá ser gestionada y controlada desde el productor (no es de control obligatorio). Además, se instalarán en la región las capacidades técnicas para enfrentar la plaga con un laboratorio de diagnóstico y otro laboratorio para realizar testeo de moléculas activas en estudios de eficacia de plaguicidas contando con crianza de la misma, y así, dar base a estudios futuros de la plaga.