Tres grandes exportadoras de cerezas analizan las lecciones que dejó la última campaña
Alta variabilidad en la calidad fue uno de los factores relevantes en una nueva temporada donde factores externos como el Covid-19, la congestión naviera y el alza de costos jugaron un papel relevante.
Por Rodrigo Pizarro Yáñez
El pasado 20 de octubre un equipo de Redagrícola llegaba a Ovalle para hacer un recorrido por los campos de cerezas en la zona. Era un día especial, porque esa mañana se daba inicio a la cosecha de la cereza más temprana del país, fruta que una vez recogida tardaría menos de una semana en llegar a China, donde se esperaba con expectación (y también aglomeración) la apertura de los primeros contendores.
Así comenzaba una campaña 2021/22, que nuevamente estuvo marcada por la pandemia del Covid-19, incluidos los fantasmas que habían amenazado a la anterior, pero añadiendo dos factores nuevos: el alza de una serie de costos y el retraso de la logística y distribución, que jugaron en contra de la calidad de la fruta que iba llegando a destino.
Si se trata de calidad, esta podría dividirse en dos, pero con un común denominador: la variabilidad. “Se observaron buenos arribos al inicio, con las variedades tempranas”, sostiene Sebastián García, category manager de Copefrut, sobre una situación que se mantuvo hasta los días previos al Año Nuevo Chino (ANC), fecha donde, según cuenta, se vio fruta con problemas de condición, situación que se complicó en días posteriores a la festividad, “especialmente en la variedad Regina que presentó graves problemas”.
Para Gonzalo Matamala, gerente general de Giddings en China y Asia Pacífico, es difícil hacer un balance de la calidad de la fruta, “porque ha estado influenciada por muchos factores que no dependen necesariamente de la fruta”, dice, sobre los retrasos que hubo con las navieras, congestión en los puertos chinos, una mayor inspección por parte de las autoridades locales y problemas de logística interna que no permitieron trasladar los contendedores desde el puerto de forma más expedita. “Estos factores impactaron en la calidad de la fruta”, afirma el ejecutivo. “Aquellos contenedores que sí enfrentaron problemas, sin duda, la calidad de esa fruta se vio mermada”.
Si bien hubo diferentes factores que afectaron a la calidad del producto nacional, “al final, una de las situaciones que más afectó fue la lenta liberación de los contenedores en Shenzhen Bay”, sostiene Juan Pablo Zapico, gerente general de Safco Asia, filial de Río King en China.
La calidad de la fruta fue decisiva para el comportamiento de los precios durante la campaña, que también tuvieron dos etapas claramente marcadas. Estos partieron muy bien con los envíos aéreos, gracias a una fruta temprana de buena calidad, pero fueron cayendo a medida que avanzaba la temporada, cuando iban llegando los cargamentos marítimos. Desde ese momento hubo un vaivén de precios. “Faltaba fruta porque se retrasaban los contenedores, y luego había mucha fruta a medida que se iban liberando esos contenedores desde los puertos chinos. Eso marcó una temporada difícil antes del ANC”, explica Matamala. Eso, hasta que hubo una tendencia de altos precios en los diez días previos al ANC, “muy marcada y muy inclinada al alza, con precios que llegaron a los 600 yuanes, dependiendo de las variedades, los formatos, las calidades y las etiquetas. Sobre todo, estas últimas marcaron un diferencial importante esta temporada”, precisa.
Eso hasta el ACN, porque la historia tras la festividad fue bien diferente. La reapertura del mercado para el periodo de ventas post ANC presentó, para Sebastián García, precios bajos, empujados principalmente por un alto volumen de fruta con problemas de calidad, producto del lento movimiento de los contenedores y, por ende, con mucha fruta acumulada de aquellos contenedores que habían quedado ‘varados’ y que no habían alcanzado a venderse antes del ANC. “Pasados diez días del ANC era posible encontrar precios entre 100 y 200 yuanes”, grafica Matamala.
Al especificar los valores que alcanzaron las variedades en el mercado chino, Felipe Henríquez, gerente de la operación en Chile de GranFruit, una importadora de fruta china que trabaja con productores chilenos, explica: “Antes del ANC, Royal Down tuvo una calidad y precios estables. Santina, con un poco más de defectos (pitting y fruta sobre madura, por ejemplo) tuvo buenos precios. Aproximadamente el 20% de Lapins alcanzó el ‘hot sale’ en China, donde por su calibre y calidad alcanzó precios mucho mejores que Santina. Después de ANC, no hubo mucha diferencia entre Lapins, Sweet Heart y Regina. La diferencia solo se produjo por la condición de la fruta en el momento de venta. Se vieron problemas de pardeamiento interno de Regina que, sumado a la sobre oferta, se vieron precios bajos, pero estables”.
LA LENTITUD DE LA LOGÍSTICA FUE DETERMINANTE
En un nuevo año marcado nuevamente por la pandemia del Covid-19, la logística ha sido un tema clave, afectando directamente a los arribos de la fruta, desde la disponibilidad de barcos, el retraso de los zarpes y arribos, hasta el retraso de la entrega de los contenedores a los recibidores por parte de la aduana en destino, básicamente debido a los múltiples controles realizados por las autoridades chinas. “Todo esto nos afectó gravemente, ya que una proporción importante de los problemas de calidad observados en el mercado tienen relación con la antigüedad de la fruta. A lo anterior se suma la pérdida de días de venta previo al ANC”, explica García sobre una situación que estuvo presente en gran parte de la campaña, incluyendo las épocas ‘peak’ de los envíos.
“Incluso hubo algunos puertos que cerraron sus ‘feeder’ para mandar fruta de Hong Kong a otros puertos menores”, recuerda Matamala. Esta situación en particular no fue la única, porque cuando se descubría algún caso de Covid-19 en alguna provincia del país, se aplicaban normas específicas para el tratamiento de aquellos productos importados. “Y cuando las cerezas lograban llegar a los mercados, había ocasiones en que debía pasar un segundo nivel de desinfección y de Covid test, que retrasaba aún más el proceso de venta”, precisa el gerente de Giddings, sobre una práctica que para los chinos era necesaria, a fin de cerciorarse de que los productos no tuviesen trazas de Covid-19.
Si la lentitud de la logística marítima marcó la temporada 2021/22, la aérea tampoco salió airosa esta campaña. “Fue mucho peor que la marítima”, afirma Henríquez, refiriéndose a la escasez de espacio en las bodegas de los aviones y a las altas tarifas que trajeron consigo un menor volumen exportado por esta vía, “lo cual en la parte del mercado temprano aéreo produjo precios altos por la baja oferta”, añade. A la falta de espacio en los aviones se añadió, según el gerente de GranFruit, la detección por virosis en destino, hecho que motivó varios exportadores a no enviar a China en sus programas de vuelos. “otros, con detecciones tempranas, tuvieron que bajar sus respectivos programas”, cuenta.
En una nueva temporada ‘atípica’, los exportadores vivieron una subida en los costos de los embarques. “Fue tal la presión por cargar que no se consideró mucho esta alza”, dice Henríquez sobre una situación que, al momento de revisar las liquidaciones de los productores, se están dando cuenta que hubo aumentos en los costos de los fletes de US$2/caja. “Eso afecta directamente a los productores en US$0,35/kg menos”. En tanto, con la poca oferta de espacios aéreos y con un mercado estable, con buenos precios, la tarifa no fue un factor limitante en el momento de carga, aunque el incremento fue entre US$1,5/kg y US$1,8/kg.
Lo que ocurrió con los costos esta temporada hizo saltar las alarmas a todos los exportadores. “Es un tema que hay que seguir analizando, no solamente los aumentos de las navieras con un servicio muy pobre, sino también por el incremento de los costos en destino”. A ello se sumaba un aumento en los costos en toda la cadena, desde la cosecha de la fruta hasta el transporte de esta. “Eso afecta directamente el resultado del negocio, ya que muchos de estos incrementos llegaron de forma imprevista y en un momento muy cercano al inicio de la temporada”, analiza García, de Copefrut.
EL CIERRE DE CIERTAS CIUDADES TUVO UN IMPACTO MENOR
Por si fuera poco, en algunos momentos de la campaña llegaban informaciones desde China que ciertas ciudades del país habían sido cerradas debido a rebrotes del Covid-19. Y eso tuvo un efecto, “no solo porque se bloqueó un potencial centro de consumo, sino también porque se cortaron vías de transporte para llegar a otras ciudades que no estaban cerradas. Además, se generó una sensación colectiva de riesgo a movilizarse dentro del país que terminó afectando la disponibilidad de camiones en China”, comenta Sebastián García.
Si bien hubo un cierre temporal de algunas ciudades, este tuvo un impacto ‘menor’, según confirmaciones de otros exportadores. “En algunos momentos, sabiendo de que estaban ocurriendo este tipo de cierres, podíamos tomar la decisión de derivar la fruta a otros mercados adyacentes a estas provincias”, explica Matamala sobre un hecho que ocurrió en ciudades más pequeñas, que imponen medidas más rigurosas ante brotes de Covid-19. Pese a ello, Juan Pablo Zapico considera que “no se vio un efecto negativo significativo respecto de esta situación”.
¿CUÁNTA FRUTA PUEDE ABSORBER CHINA?
Lo cierto es que China es un mercado gigantesco, con una población de 1.411 millones de personas, según datos de 2021, donde en la temporada 2020/21 se enviaron 332.622 toneladas de cerezas. Y, si bien esta campaña hubo una redistribución de la oferta debido a los temas logísticos comentados más arriba, este país sigue siendo (y lo seguirá siendo) el principal mercado para las cerezas chilenas, aunque baje algunos puntos porcentuales su participación.
Pero, ¿el mercado chino ya tocó su techo? ¿Cuántas toneladas es lo máximo que puede absorber el mercado? Es un tema que deben analizar quienes envían fruta a ese país, porque si bien los envíos siguen creciendo, lo hacen fundamentalmente a fines de año. “Llevamos muchos años creciendo con fruta en China, pero lo hacemos fuertemente en las semanas 50, 51, 52 y 1, envíos que están pensados en el ANC. Creo que debemos aplanar un poco la curva, concepto muy de moda en los últimos años, porque el objetivo es tratar de no solo enfocarse en festividades como el ANC”, sostiene Matamala.
Y es que esa concentración de fruta en esas semanas hace que las operaciones en los packings estén al límite y lo mismo ocurre con la mano de obra para la cosecha. “Debemos pensar más allá del ANC”, sugiere el gerente de Giddings en Asia Pacífico & China y lo grafica con el ‘Single Day’ o Navidad. “Es importante saber en qué momento de la temporada se puede adicionar más oferta”, sostiene Zapico. Para lograrlo, se debe trabajar con variedades que tengan una mejor vida de postcosecha y es que es muy complicado manejar los niveles de crecimiento que ha experimentado la industria nacional, cuando este se concentra en unas pocas semanas. “Es importante pensar en aplanar la curva y generar espacios de venta antes y después del ANC. Es muy importante de cara al futuro, de manera de que cada semana tengamos un volumen más limitado y los precios puedan estabilizarse de mejor manera”, analiza el directivo de Giddings.
Si bien esta campaña, estadísticamente y mirando todos los números, será muy parecida a la anterior en términos de fruta enviada al mercado chino, ¿qué se viene a futuro? “China podría fácilmente consumir 100 millones de cajas, pero de buena calidad y condición”, pronostica Henríquez, haciendo hincapié en los temas logísticos y descarga antes, durante y después de ANC, “lo que produce un estancamiento y pérdida de condición de fruta. Esa es la gran desventaja de la parte tardía”, analiza. Justamente, los temas logísticos que se han vivido en las últimas campañas, sumado a ello las implicancias de la pandemia del Covid-19, “distorsionan la capacidad de consumo real del mercado chino”, sostiene García, de Copefrut.
MIRANDO YA AL 2023…. ‘AÑO DEL CONEJO’
El reto para los productores y exportadores chilenos de cerezas para 2023 ya tiene fecha: el 22 de enero, día del próximo ANC. Y es que el ‘año del conejo’ será aún más temprano que el ‘año del tigre’ (1 de febrero de 2022) y el ‘año del buey’ (12 de febrero de 2021). “Si bien podemos realizar ciertos manejos agronómicos en los campos para tratar de adelantar la fruta, hay ciertos riesgos climatológicos”, advierte Matamala sobre posibles episodios de lluvias o granizos. “Es un riego y nos concentra aún más”, dice.
¿Esa ventana más corta para llegar al ANC hay que verla como una oportunidad o una amenaza? Todo indicaría que es una oportunidad, en el sentido de que los productores debieran concentrarse en cosechar fruta de la mejor calidad posible, “para cumplir con las exigencias de sabor del consumidor, independiente si es de China u otro destino. Es clave seguir invirtiendo en mercados alternativos”, sostiene Sebastián García.
Independiente del mercado al cual se desea enviar la fruta, mejorar los temas logísticos serán un reto importante para la industria. “Espero tengamos tiempo para mejorar la logística aérea y marítima para poder llegar con la mayor cantidad de fruta posible en la época antes del ANC”, analiza Henríquez, sobre un desafío que implica encontrar ‘charters’ directos, marítimos y aéreos, hacia China. “Es algo que tenemos que trabajar con muchísimo tiempo”, finaliza Gonzalo Matamala.
CRONOLOGÍA DE LA CAMPAÑA
NOVIEMBRE-FINES DE DECIEMBRE. Poco volumen aéreo lo cual mantuvo precios muy sólidos. Atraso de barcos, mantuvo una oferta limitada con tendencia alcista durante este periodo de las cerezas marítimas.
INICIO ENERO-13 ENERO. Tendencia a la baja de los precios debido que varios barcos llegaron juntos, aumentando rápidamente la oferta.
14 ENERO-25 ENERO. Tendencia alcista de los precios. El atraso de barcos, por ejemplo, Cautín y Brightness, sumado a la lenta liberación de contenedores en Shenzhen Bay. Además, hubo atochamientos en Shekou y Yantian
26 ENERO-PREVIO AL ANC. Tendencia a la baja de los precios. La oferta se incrementó y las compras en el mercado mayorista se comenzaron a reducir.
POST ANC. Caída estrepitosa de los precios.
* Información proporcionada por Juan Pablo Zapico, gerente general de Safco Asia.