Proyecto pionero produce pimiento morrón en zona precordillerana
Objetivo es producir en invierno para competir con las producciones del norte del país.
Equipo Redagrícola
Ha pasado algunas veces, pero no es algo común que una conversación entre amigos derive en un emprendimiento único. Eso le ocurrió al ingeniero agrónomo, Ismael Fernández quien, tras una charla con un buen amigo, se puso manos a la obra para armar de cero un proyecto pionero (otro más de su autoría) en plena precordillera de la Región del Maule.
Esta vez el cultivo elegido fue el pimiento morrón, y el objetivo es producir en invierno para competir de igual a igual con las producciones ariqueñas. Pero, ¿cómo hacerlo para ser competitivo? “Investigué y leí mucho del tema. La única forma de producirlos en nuestras condiciones agroclimáticas, era haciéndolo igual que en Países Bajos y Alemania, bajo invernadero y con calefacción, es decir, usando toda la tecnología: sistema automatizado de fertirrigación, sistema de apertura de techos, sistema de calefacción, sustrato de fibra de coco…”, explica el productor.
Tras una primera campaña de ‘aprendizaje’, en este 2022 el objetivo es corregir aquello que no resultó en 2021. “Partimos por plantar más temprano, a fines de febrero, para cosechar entre junio y septiembre. El año pasado lo habíamos hecho en mayo y cosechamos entre octubre y noviembre”, cuenta, sobre un proyecto de poco más de3.000 m2, en el que hay más de 6.100 plantas de pimiento morrón de la variedad Chango. “Tenemos claro cuál es la mejor fecha de plantación, cuáles son los riesgos de plagas y cómo hay que hacer el raleo”, añade.
Bajo invernadero, todo está automatizado, aunque debe haber un personal atento a que sucedan esos procesos automáticos. “Si no suceden, pueden provocar grandes perjuicios económicos. Por ejemplo, no podemos elevar ni bajar las temperaturas fuera de un rango. Así, por ejemplo, si se suben más de lo recomendado, es probable que se cierren los estomas de las plantas, bajen las tasas de respiración y empiezan a morir las plantas por un exceso de calor”.
La tecnología implementada incluye un sistema de calefacción por losa radiante, que se enciende a partir del mes de mayo, cuando las temperaturas son más bajas. “Gracias a esto podemos sacar pimientos en invierno”, precisa Fernández. Así, a inicios de abril, con plantas de 5 semanas, ya había floración e incluso frutos cuajados. Y los encargados del invernadero estaban en plena labor de raleo. Al tratarse de un proyecto orgánico, “hemos buscado alternativas para el control de plagas y enfermedades”, para lo cual han empleado jabones potásicos en base a ajos, repelentes y trichoderma. El proyecto incluye además una manta para evitar la aparición de malezas y la proliferación de hongos.