Protector solar para cerezas busca hacer frente a los efectos del cambio climático
El producto ha demostrado tener efectos sobre la reducción de la temperatura de los árboles en 2 o 3°C, además de mejorar el estatus hídrico de las plantas y su comportamiento fisiológico.
El exceso de sol es uno de los grandes riesgos que amenazan el boom cerecero que ha tenido Chile en los últimos años. El país se ha convertido en el principal exportador de cerezas a nivel mundial, con una producción y exportación que alcanzó las 357.000 toneladas en la temporada 2021-2022. No obstante, el estrés generado por el alza de temperaturas puede reducir la calidad de la fruta y la productividad de los árboles en escenarios de altas temperaturas.
En esta línea, el Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura (CEAF) está desarrollando un protector solar que surge como una alternativa para mantener el liderazgo en el sector cerecero. Esta iniciativa es apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), mediante el financiamiento del gobierno regional de O’Higgins y se enmarca en el desarrollo de nuevas tecnologías basadas en I+D+i para hacer frente a los efectos del cambio climático en cerezos.
EQUILIBRIO ECOLÓGICO PARA UNA AGRICULTURA RESILIENTE
En octubre de 2021 comenzaron a desarrollar el protector solar y durante el verano de 2022 aplicaron diferentes formulaciones en huertos de cerezos de las variedades Lapins y Santina en la región de O’Higgins, para conocer el impacto sobre la fisiología vegetativa y reproductiva de las plantas. Además, aplicaron un símil comercial y mantuvieron huertos controles, sin protector solar.
“La aplicación del bloqueador CEAF reduce la temperatura del dosel de los árboles en 2 o 3°C, mejora el estatus hídrico de las plantas y su comportamiento fisiológico al ser comparadas con las plantas tratadas con el protector solar comercial y controles”, señaló Rubén Almada, encargado del proyecto.
Por su parte, la directora ejecutiva de FIA, Francine Brossard, indicó que la innovación en el rubro es fundamental para mantener el protagonismo en el sector y dar tranquilidad a los agricultores. “Este producto juega un papel importante en el equilibrio ecológico ya que nos encontramos en un escenario complejo, en el cual es vital cuidar el recurso hídrico, por lo que el progreso de este proyecto es un paso en el camino para lograr una agricultura moderna, resiliente y preparada para las exigencias que enfrenta la industria frutícola.”
¡Agro sustentable por #FIA!
Innovadores desarrollan nuevo protector solar para cerezos que aumenta su tolerancia a estrés hídrico y alzas de temperaturas.
Además, disminuye las malformaciones en los frutos.
+ info: https://t.co/Jll3ZqjElL pic.twitter.com/roO1EMt0th— FIA (@FIA_Chile) August 1, 2022
El estrés térmico ocurre casi un año previo a la cosecha de cerezas y tiene efectos sobre las flores y sus frutos, por lo que genera una menor productividad de los huertos, una disminución del precio en el mercado y en la vida postcosecha de las cerezas. Sumado a esto, las simulaciones del Modelo de Cambio Climático Global (GCM) pronostican que las temperaturas del país seguirán una tendencia de aumento de casi 4°C para el año 2100.
Lo anterior hace indispensable utilizar variedades, tecnologías, información climatológica y manejos agronómicos que hagan que los huertos de cerezo resistan de la mejor manera los impactos del cambio climático.
BENEFICIOS ADICIONALES
El protector solar CEAF presenta además una solución a la expresión de anomalías en el desarrollo de las cerezas como son los frutos dobles o con sutura profunda, que se generan tras la exposición a temperaturas superiores a 30°C.
“La incidencia de frutos dobles y con sutura profunda es variable entre los años y es dependiente de la variedad. En huertos de las variedades emblemáticas como Lapins y Santina hemos cuantificado un 30% y 15% de frutos malformados, respectivamente, por lo que al aplicar CEAF se reducirá este número y mejorará exponencialmente la producción.” explicó Almada.
Desde el CEAF mantienen investigaciones en curso que incluyen estudios para determinar los efectos del producto en la fertilidad de las yemas florales y la acumulación de reservas y durante el periodo de floración y la cosecha de este año, analizarán cómo se afecta la calidad de las flores, polen y frutos.