INIA trabajará con hongos para controlar plaga de emergencia agrícola
Desde INIA apoyarán el trabajo de monitoreo del SAG y estudiarán los efectos de productos certificados y disponibles en el mercado para que los agricultores puedan aplicarlos con seguridad en los predios afectados.
Debido a la reciente detección del nematodo de la frutilla, Aphelenchoides fragariae, confirmada por los laboratorios del SAG y tras la cual el Ministerio de Agricultura declaró emergencia agrícola, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) comenzó un trabajo de monitoreo y diagnóstico de la plaga.
Si bien el nematodo no daña la salud de las personas que consumen fruta contaminada, sí produce daños sobre el rendimiento de las plantas, disminuyendo las cosechas y afectando el producto estéticamente. La plaga cuarentenaria, que no estaba en Chile hasta ahora, afecta a la pequeña agricultura de la zona central y centro-sur.
Daños producidos por el nematodo de la frutilla, Aphelenchoides fragariae.
El trabajo de INIA será de apoyo al SAG a través de sus laboratorios en los centros regionales Quilamapu y La Platina, en las regiones de Ñuble y Metropolitana respectivamente, donde ya comenzaron las conversaciones técnicas al respecto.
La directora nacional de INIA, Iris Lobos, destacó el trabajo conjunto y coordinado de las instituciones responsables. “Indap está haciendo un levantamiento de información de los afectados, el SAG está monitoreando y fiscalizando todos los huertos con posibles contagios y nosotros, desde los centros regionales, aportaremos con el conocimiento que tenemos en manejo de plagas y la extensión y transferencia en el territorio”.
Además, en el centro INIA La Platina, se iniciará en las próximas semanas la investigación “Estudio de la eficacia de nematicidas en el control de nemátodo foliar”, financiada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA). Este trabajo estará a cargo del nematólogo Pablo Meza y evaluará, bajo condiciones de invernadero, moléculas o productos químicos certificados y disponibles en el mercado para ser aplicados con seguridad en los predios afectados.
Los primeros resultados e información relevante levantada del estudio, deberán entregarse en un plazo de diez meses. En caso de obtener resultados positivos, los agricultores partirán con una herramienta inicial para la próxima temporada. Así, desde el SAG podrán emitir una resolución exenta que autorice el uso de emergencia de los primeros productos para el control en campo.
HONGOS PARA EL CONTROL BIOLÓGICO
Gracias a los más de 50 años en que INIA ha estado trabajando en el desarrollo del control biológico de plagas y enfermedades agrícolas, hoy en día cuenta con un grupo de más de 20 profesionales de diferentes especialidades, principalmente en las regiones de Valparaíso, Metropolitana y Ñuble.
En 2014 INIA inició una nueva línea de investigación basada en el uso de hongos nematófagos en el Centro Tecnológico de Control Biológico de Chillán. “La ventaja de estos hongos es que actúan desde el interior de la planta, lo que no pueden hacer los productos químicos”, sostiene la investigadora Lorena Barra, quien lidera los estudios de estos hongos endófitos.
La experta explicó que una de sus líneas de investigación se orienta al control biológico de nemátodos fitoparásitos y “fácilmente se puede orientar a trabajar con el nemátodo de la frutilla”. Por el momento, ha presentado un proyecto de investigación a fondos FIC de la Región del Maule, que busca controlar nematodos en vides y en plantas de tomate. “En el caso de que el Gobierno Regional del Maule lo requiriera, podríamos reorientar el proyecto sin problema, porque en el fondo lo que queremos es estudiar un hongo que controle nemátodos”.
La investigadora destacó que cuenta con la ventaja de tener identificadas en la Colección Chilena de Recursos Genéticos Microbianos en INIA Quilamapu, 34 cepas de hongos con acción nematófaga, y, por lo tanto, potenciales controladores del nemátodo de la frutilla. “Estamos estudiando cómo actúan directamente, cómo podrían actuar como endófitos, y cómo podemos complementarlos con alguna especie de elicitor (moléculas) que permitan, entre ambos, aumentar el potencial de control”, concluyó Barra.