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Proyecto Berries del Maule (INIA)

Alternativas varietales y estrategias de manejo para dar un nuevo aire al frambueso y arándano

Arándanos y frambuesas son berries importantes en la región del Maule. Una iniciativa del INIA, financiada por FIA, busca cuantificar la respuesta varietal a condiciones de cultivo específicas, en términos de su adaptación.

22 de Octubre 2022 Equipo Redagrícola
Alternativas varietales y estrategias de manejo para dar un nuevo aire al frambueso y arándano

Por Maricel Vera  /  Fotos Carmen Gloria Morales, INIA Raihuen

La especificidad geográfica y la variabilidad climática son dos factores determinantes en el desempeño de una variedad frutal. Y es lo que debiera primar al momento de elegirlas para que expresen todo su potencial. Más aún ante la gran diversidad en la oferta disponible. ¿Se ajustan a las horas-frío que registra la zona? ¿Es el perfil de suelo adecuado para establecerla? ¿Cuáles no responden a las condiciones del lugar en que se establecerán?

Hasta ahora, en berries esa información es escasa y el Proyecto de Berries en Maule, del INIA, avanza y lo está analizando. Desde marzo de 2019 evalúan en la región el desempeño de 6 variedades de frambueso y 11 de arándano disponibles en el país, a través de un proyecto financiado FIA.

Carmen Gloria Morales, Directora de INIA Raihuén.

El fin del estudio agronómico no es desarrollar material vegetal nuevo, sino “cuantificar la respuesta de la variedad a condiciones de cultivo específicas, en términos de su adaptación. Por ejemplo, hay variedades que tienen distinto requerimiento de horas-frío, entonces quizás no es para la zona o para nuestra condición, por lo tanto, se recomienda que se establezca más al sur. O el caso en que se busca precocidad o producir en sistemas intensivos, la elección varietal es clave”, explica Carmen Gloria Morales, directora de INIA Raihuén y coordinadora del Proyecto de Diversificación Berries Maule.

Buscando responder a los requerimientos de toda la cadena productiva de la región, los investigadores consultaron a agricultores, viveristas y el sector agroindustrial qué necesitaban. El interés está en cultivares con mejor aptitud para obtener fruta destinada a congelado (IQF) o bien para fresco, según la especie.

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA

Al cierre de esta edición, los investigadores están validando los datos recabados, los que entregarán en fichas técnicas disponibles para los productores e interesados. Serán un complemento a la descripción varietal del obtentor y permitirá elegir con mayor exactitud, lograr el mejor potencial y reducir los riesgos. En efecto, muchas veces, se escoge un cultivar sin la información suficiente y solo se ve que es incorrecta, porque la calidad de la fruta o los rendimientos no corresponden a lo descrito por el mejorador. Peor aún, podría notarse recién al segundo o tercer año, cuando no hay mucho que hacer.

En ambas especies, el estudio se hizo en tres sistemas de cultivo: suelo al aire libre, en maceta y bajo cubierta. Además, incorporaron tecnologías específicas para promover la biodiversidad del suelo.

FRAMBUESO: VARIEDADES REMONTANTES Y APTITUD PARA CONGELADO

En Chile hay 36 cultivares de frambueso que integran la Lista de Variedades de Especies Frutales y Vides

Oficialmente Descritas en el SAG. En base a la información disponible, 10 son aptos para producción en fresco, 16 para fresco/congelado; solo 2 para congelado. Hay otros 8 que no se pudo acceder a detalles. Del total, 20 variedades son protegidas (8 provisorias y 12 definitivas), de acuerdo al Registro de Variedades Protegidas del SAG (al 19 de noviembre de 2021).

La obtención de fruta para congelado adquiere relevancia, pues hay más opciones de exportar, acceder a mejores precios y permite la cosecha mecanizada. Los envíos en fresco no superan el 1% porque la fruta no resiste los tiempos de traslado y el mercado está cubierto en ese formato, por lo cual Chile no es competitivo. Entre enero y noviembre de 2021, la región exportó 5.788 toneladas frambuesa congelada (US$ 26,97 millones FOB). Esto representa un descenso de 18% en volumen pero un alza de 16% en valor respecto al mismo lapso de 2020. Pese a ello, la región es la principal proveedora de berry en este formato seguida por Ñuble y Bío Bío.

Si lo que se busca es mayor producción y desconcentrar la cosecha, los cultivares remontantes son lo indicado pues permiten obtener dos cosechas en la temporada. De las 13 variedades plantadas en la región, las de mayor extensión son: Heritage, Regina, Dolomia Plus, Chilliwack (ver cuadro 1). Según la información que se pudo recabar, de las variedades oficialmente descritas en el SAG, otras remontantes para fresco/congelado son: BP1, Billiance; Lagorai Plus, Polka, Santa Clara, Vajolet. Se suma Wakefield únicamente para congelado.

Cuadro 1. Variedades de Frambueso cultivadas en la región del Maule. Fuente: Elaborado por Redagrícola en base a Catastro Frutícola Ciren 2019. (*) Variedades en producción creciente.

BUEN CALIBRE, ALTA COHESIÓN DE DRUPEOLOS Y FIRMEZA

Para frambueso, la evaluación se centra en variedades que entreguen fruta de buen calibre y peso comercial; que no se desgrane con facilidad (alta cohesión de drupeolos). Alta firmeza, buen color, sabor, uniformidad y que sea altamente productiva (mayor a 18 t/ha).

Un elemento que llamó la atención de los investigadores fue el alto nivel de infestación de patógenos en el suelo. En particular agalla de la corona. “Eso hace que los suelos queden inutilizados porque no hay producto de control para eliminarla”, advierte Morales. Así, para no afectar la calidad de la fruta y la producción, hay dos opciones: convivir con la enfermedad y aportar más vigor a la planta. Lo otro es cultivar en maceta que, además, permite controlar factores externos a la producción. Esto requiere usar el sustrato y suministro de agua apropiado, así como el aporte de nutrientes específico. Pese a que tiene mayores costos, la investigadora indica que ello se compensa evitando los efectos de la enfermedad en el cultivo, la precocidad de la producción y calidad de la fruta.

De igual modo, en las variedades nuevas de frambueso, detectaron mayor susceptibilidad a enfermedades fungosas, específicamente a Roya (Pucciniastrum americanum), Botrytis cinerea y Phytophthora sp. La investigadora indica que es posible reducir sus efectos de tres maneras: mayor distancia de plantación, poda correcta y control de la densidad del seto.

ARÁNDANOS: AMPLIO ABANICO DE OPORTUNIDADES

La diversidad de cultivares nuevos de arándano es amplísima y el interés de los productores por adquirirlas es alto, buscando mejores opciones en producción y calidad. Sin embargo, “el aumento explosivo de ingreso de nuevo material vegetal, sin validación local, dificulta la elección de cuál es la que va acorde a su realidad productiva y edafoclimática”, indica Carmen Gloria Morales.

En esta especie se estudian las características vegetativas, así como la respuesta fisiológica, fenológica, productiva, calidad y de compuestos bioactivos. Para congelado, la atención se centra en fruta de alto calibre, firmeza al descongelar; sabor y homogeneidad. Las variedades apropiadas para la región vienen de dos grupos (ver cuadro 2). Uno es Ojo de Conejo (Vaccinium ashei R.), de bajo requerimiento de horas-frío (400- 800 HF) y tienen mayor resistencia a sequía. Solo Tifblue tiene aptitud para congelado.

Cuadro 2. ‘Top ten’ de las principales variedades de arándano cultivadas en la Región del Maule. Fuente: Elaborado por Redagrícola en base a Catastro Frutícola Ciren 2019. SH: Southern Highbush – OC: Ojo de Conejo – NH: Northern Highbush.

El otro grupo es el Southern Highbush (Vaccinium corymbosum L.), de bajo requerimiento de frío (200 – 600 HF), calibre grande; resisten bajas temperaturas, pero no heladas de primavera ni eventos inferiores a -15ºC. En Maule, solo Bluecrop tiene aptitud para congelado/procesado.

Adicionalmente, en la región sobresalen cultivares Northern Highbush (Vaccinium corymbosum L.), pero no son recomendables por su alto requerimiento de frío. La mayor extensión la tienen Duke, Brigitta, Blue Ribbon y Topshelf, Bluecrop y Cargo. Otras apropiadas para congelado son Cargo, Clockwork, Liberty, Arabella Blue, DrisBluesixDixie y Northland.

DESAFÍOS EN SISTEMAS HIDROPÓNICOS

Los investigadores están validando los datos obtenidos en esta especie. Así, por ejemplo, en la eficiencia del uso de agua, “en los sistemas hidropónicos tenemos información de las tasas de reposición en relación a sustratos fácilmente asequible. Lo más complejo es el control de pH, la conductividad eléctrica y los volúmenes de reposición según variedad”, señala Carmen Gloria Morales.

De igual modo, lo que más llamó la atención fue la carga de patógenos y su efecto en plantas sobre suelo de replante. “Está ocurriendo con más frecuencia que cuando colocas arándano sobre arándano se está evidenciando mayor muerte de plantas. Es muy probable que la causa sea la incidencia de microorganismos del cultivo anterior”, advierte la investigadora. Descarta que se trate de una respuesta alelopática (compuestos bioquímicos liberados por las plantas). “No es que la planta genere exudados para poder defenderse. Es la carga de patógenos que está quedando en el suelo”.

Frente a este escenario hay dos caminos: aplicar un plan de manejo de suelo que incluye rotación, de al menos una temporada, antes de volver a establecer arándano en el mismo lugar, y promover el uso de agentes patógenos antagonistas de las enfermedades, entre otros. De lo contrario, establecer el cultivo en maceta, considerando la elección de la variedad, el sustrato, la frecuencia de riego y la aplicación de nutrientes.

Esta temporada, se analizaron los niveles de compuestos bioactivos presentes en los cultivares (antocianinas, polifenoles, la capacidad antioxidante). No consideran estudiar manejos específicos, como reducir la tasa de reposición de riego, para elevar la concentración de antocianinas, por ejemplo; datos muy interesantes para la industria de alimentos funcionales.

Un total de 350 plantas de frambueso fueron establecidas en maceta bajo cubierta. Incluye sistema de riego tecnificado.

INTEGRANDO NUEVAS TECNOLOGÍAS A LA PRODUCCIÓN

Para ambas especies, en los tres sistemas usados, incluyeron nuevas tecnologías productivas para favorecer la salud del suelo. En particular, utilizaron compuestos a base a ácidos húmicos y fúlvicos, para promover un buen establecimiento del cultivo, mejorado el desarrollo de la masa de raíces y reduciendo la aplicación de fertilizantes. “Más que aumentar la producción, lo que ha generado es una mejor zona de absorción; más raicillas y pelillos que van a favorecer la eficiencia de absorción de los nutrientes que puedas ir aportando”, precisa la investigadora.

En los cultivos sin suelo, para compensar la ausencia de nutrientes o microorganismos presentes en el suelo, han usado mayor porcentaje de sustrato orgánico. Principalmente en base a biopreparados elaborados ‘in situ’ combinado con sustrato inorgánico de tipo volcánico o arena de río, en cantidades no mayores al 10% máximo, y una disminución de la frecuencia de riego. Lo contrario, lavará el sustrato dejándolo inerte, perjudicando el aporte para la planta. Además, regularon el pH y la conductividad eléctrica.

Plantas de frambueso en suelo al aire libre, en la zona de Villa Alegre, región del Maule.

MATERIA ORGÁNICA LÍQUIDA E INMERSIÓN DE PLANTAS EN SOLUCIÓN A BASE DE MICROORGANISMOS

Pese a que lo anterior es controlable, la investigadora advierte que el sustrato orgánico no reemplazará al suelo. Por eso, de manera complementaria, aplicaron materia orgánica líquida y, en la medida que lo tenían, incorporaron té de compost como enmienda. “Apostamos a mejorar la biomasa del suelo, permitiendo este equilibrio y eficiencia a nivel de la planta”, indica.

Buscando conferir una protección inicial a las plantas, previo a su establecimiento, las sumergieron en una solución con Trichoderma y otro producto a base a Beauveria generado por el INIA. Tras ello, no hicieron aplicaciones adicionales o por separado de estos u otros microorganismos. También están cuantificando la información para determinar la contribución de estas prácticas en el suelo y la planta.

NUTRIENTES A MEDIDA

El estudio ha evaluado además el aporte de nutrientes y minerales, la dosis, frecuencia y el momento de aplicación. Ha sido un desafío comenta la investigadora, porque “la respuesta a la tasa de fertirriego es distinta entre las variedades”. Por eso establecieron un plan base que ajustan según cada cultivar. Lo mismo ocurre con la aplicación de nitrógeno, por sus aportes al desarrollo vegetativo y reducir la susceptibilidad a plagas o enfermedades en sistema bajo cubierta o túnel”.

Así, para establecer cultivos de arándanos y frambuesa se deben considerar los siguientes elementos:

La descripción de cada variedad y su aptitud productiva.

Tolerancia a altas temperaturas y sequía.

Vida útil de la plata. En frambueso, según el plan de manejo, no supera los 6 a 8 años, aunque es posible encontrar huertos mayores a 12 años aún en plena producción.

Riego tecnificado por goteo y de bajo caudal, o por exudación, dependiendo si está en suelo o en maceta.

En cultivos sobre suelo, prevenir la presencia de larvas de suelo antes de establecer el cultivo.

Monitorear la carga de patógenos y controlar su presencia para reducir la presión.

En cultivos sin suelo, usar una mayor proporción de sustrato orgánico y reducir la frecuencia de riego.

Control del pH y la conductividad eléctrica.

MONITOREO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES

Respecto de las plagas y enfermedades, en general en berries, la atención debe estar en los problemas relacionados a larvas de suelo. En arándanos, otros patógenos de relevancia son las enfermedades de la madera: Verticilosis (Verticillium dahliae), cancrosis de cuello (Fusicoccum parvum) y muerte regresiva (Phomopsis vaccinii). También el Atizonamiento de la madera (Botryotinia fuckeliana), Tizón bacteriano (Pseudomonas syringae), Tizón de los tallos (Pestalotia vaccinii) y Plateado (Chondrostereum purpureum).

Lo fundamental es la prevención, enfatiza la investigadora, porque una vez presentes, solo queda convivir con ellas y evitar su propagación. Así, lo primero es conocer muy bien las características, síntomas; el comportamiento de cada enfermedad y cómo se propaga. Después vigilar las condiciones sanitarias del predio. A la vez, tener un buen manejo del follaje con una poda adecuada y desinfectar las herramientas e implementos de poda antes y después de usarlos. “Podemos tener una muy buena variedad, con muy buen calibre y producción. Ser muy eficiente en el manejo del agua. Pero si el productor no monitorea acorde a los problemas potenciales que pueda tener, lo que va a generar es una pérdida en la producción. Hay que ser preventivo más que reactivo”, dice.

Frutos de arándanos en plantas en maceta bajo cubierta, de calibre grande, buen nivel de firmeza y alto porcentaje de calidad para exportación.

MINIMIZAR OTROS FACTORES DE RIESGO

Esa previsión abarca otras variables que impliquen un riesgo. Por ejemplo, la disponibilidad de mano de obra. No tenerla significará que habrá labores que no se realizarán como la poda o la cosecha. Dejar fruta en el predio afecta la sanidad del huerto, exponiéndolo a hongos y plagas como Drosophila suzukii. En ese escenario, la investigadora sugiere analizar con tiempo cuál será la situación, reorganizar las labores y hacerlas de la mejor manera posible.

Frente a esa posibilidad, la opción es reducir la superficie y se logra con cultivos en maceta, permitiendo que “la planta exprese mejor su potencial productivo y sea más eficiente. En menos plantas, puedes sacar los mismos kilos que puedas obtener en el doble de lotes”, explica.

Los desafíos son innumerables. Y más que dejarse llevar por una nueva variedad altamente productiva, elegir la correcta, implica analizar considerando la mayor cantidad de información posible, dice la experta. A lo dicho anteriormente, suma conocer el perfil de suelo y las condiciones climáticas de la zona; revisar el registro histórico de heladas, disponibilidad de horas-frío y grados-días de la zona, entre otros. Además, incorporar tecnología sencilla, como riego tecnificado; sensores de temperatura y humedad (ambiental y de suelo), entre otros. Acceder a ello, insiste, no es complejo ni requiere equipos sofisticados permitiendo elegir con mayor precisión y certeza.

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