“Nos están ahogando”: presidente de los fruteros chilenos critica duramente alza de navieras para exportar a China
Presidente del gremio de fruteros, industria que está por iniciar la temporada fuerte de cosecha y exportaciones, dice que estos costos implicarán un nuevo ajuste. Agregó que buscar la autosuficiencia alimentaria, como muchos lo proponen, es un error. “Asegurar el acceso es más sencillo y es más rápido", señaló.
“No recuerdo un año tan complejo”, señaló de entrada Jorge Valenzuela, presidente de Fedefruta, en el conversatorio de apertura de Agrotrade 2022, evento organizado por la Asociación de Viveristas en su séptima versión.
Para Valenzuela, la crisis logística pospandemia y la actual guerra en Ucrania son los principales factores de estrés para la agricultura local, sobre todo en la parte logística, que no espera que se solucione pronto, pero que augura se irá estabilizando en el tiempo para que no se repitan situaciones como viajes de 4o o 50 días de fruta que finalmente llegó malograda a destino.
El punto de quiebre que cree significará un ajuste muy fuerte para los productores nacionales serán los precios de las navieras, de acuerdo a Valenzuela.
“Las compañías navieras, que son cuatro, ya informaron que subieron un 40% los fletes a China para este año. El año pasado cobraban US$ 8.500, y hoy ese precio sería de US$12.500. Es impresentable, y lo digo como presidente de Fedefruta, y con esas tarifas nos están ahogando. Esa es la realidad, y la cadena se afecta completa. Desde los viveros a los productores que están sin liquidez”.
Para el presidente del gremio frutero, esto significará un nuevo ajuste de cinturón para el sector, que va desde evaluar los costos, trabajar con menos gente. “Estamos en un periodo de ajuste terrorífico”, finalizó.
¿SEGURIDAD O SOBERANÍA ALIMENTARIA?
Uno de los temas que se abordó en el conversatorio fue el debate sobre si lo correcto es asegurar una soberanía alimentaria, o hablar de seguridad alimentaria, debate que se instaló en la pasada Convención Constitucional.
“Lo que se nos viene ahora, en este nuevo proceso constituyente, es aclarar estos conceptos, y ahí tenemos que estar todos como agricultura súper claros de que el tema que tenemos que hablar es la seguridad alimentaria”, señaló Jorge Valenzuela.
En ese sentido, Carlos Furche, ex ministro de agricultura de la primera administración de Sebastián Piñera, señala que hay una gran confusión conceptual entre esos términos, entendiendo que la seguridad alimentaria implica garantizar la disponibilidad de alimentos para las personas asociado a sus ingresos, mientras que la soberanía se refiere a las estrategias estatales para asegurar cultivos específicos con producción local.
“En un contexto de crisis como la que vivimos, la seguridad alimentaria se puede garantizar con disponibilidad de alimentos, y eso se consigue con lo que producen los agricultores locales más lo que se importa; Chile seguirá siendo un país parcialmente dependiente para un conjunto de productos como granos, cereales y proteína animal”, señaló Furche, añadiendo que esta forma de disponibilidad “no es ni buena ni mala, sino que es nuestra realidad, y nuestra obligación es que eso funcione adecuadamente y que la disponibilidad esté garantizada, con transferencias directas inclusive cuando sea el caso”.
“La soberanía alimentaria es otro concepto que a mi no me parece que Chile lo tenga que buscar, porque muchas veces es entendida como autosuficiencia alimentaria, que conceptualmente me parece erróneo pero prácticamente me parece imposible”, aludiendo a que Chile por sus condiciones climáticas y de suelo no puede producir todo lo que necesita, desde cereales como el trigo hasta plátanos, que es la fruta más consumida en el país. “Asegurar el acceso es más sencillo y es más rápido”, concluyó.
María Emilia Undurraga, también ex ministra de Agricultura de Sebastián Piñera durante su segundo término, complementó la discusión señalando que es importante hablar de los desafíos finales de la cadena alimentaria “hablando decididamente de seguridad y no de soberanía, y poner en el centro el objetivo final, con una invitación a todos, que es dejar de hablar de producir, sino hablar de alimentar, tenemos que volver a estar orgullosos de lo que hacemos en el campo, tanto para alimentar a las familias chilenas como las del mundo. Hay mucha discusión desde la ciudad que cuestiona la exportación como si estuviésemos regalando nuestros recursos naturales, y en el campo lo que hacemos es transformar el agua en alimentos para las familias de Chile y el mundo”.