El ocaso de Thompson Seedless en Chile: la tradicional reina entre sus uvas desaparece de los campos del país
“Hace un tiempo le llamaban la reina de las variedades y se decía que nadie la iba a destronar, pero salieron princesas más jóvenes. La Thompson va a desaparecer del país. Ha pasado en California, en Sudáfrica, y está empezando a pasar acá en Chile”.
De representar la mitad de los cultivos de uva de mesa de hace una década, esta clásica uva blanca y sin pepa pierde participación en los campos y en las exportaciones. Expertos y productores dicen que sufre un lento pero ineludible recambio ante nuevas variedades que presentan menores costos operativos y mayores rendimientos y calibres.
Miguel Patiño, Santiago
Thompson Seedless está en jaque. Esta variedad ‘blanca’ de uva de mesa, que fuese incluso llamada “la reina de las variedades” por su posición dominante entre los productores chilenos, está tendiendo a desaparecer de los campos chilenos.
Sus altos costos de producción, debido al trabajo de “artesanía” que necesitan sus racimos en el parrón y en el empaque, abrieron un flanco de competitividad ante la irrupción de nuevas variedades. A eso se suma un menor rendimiento por hectárea y del tamaño sus bayas, ante un creciente interés del consumidor por mayores calibres.
“Hace un tiempo le llamaban la reina de las variedades y se decía que nadie la iba a destronar, pero salieron princesas más jóvenes”, dice Óscar Salgado, asesor internacional en cultivos de uva y quien recuerda que Chile llegó a ser el principal productor de esta variedad en el planeta, cuando la ausencia de su semilla o pepa la hacían una de las favoritas en los supermercados. “La Thompson va a desaparecer del país. Ha pasado en California, en Sudáfrica, y está empezando a pasar acá en Chile”.
Este ocaso ya se refleja en números. En la temporada que terminó a mediados de 2021, la exportación de uva Thompson Seedless fue de 53.088 toneladas del total de 536.248 toneladas de uvas exportadas por el país. Apenas un 9,9% del total. En la campaña anterior, se habían exportado 87.079 de la variedad, representando un 14% del total. En 2015, el 22% de toda la uva exportada era Thompson Seedless.
Óscar Salgado, asesor internacional en uvas
Una de las causas de este lento, pero constante retroceso está en la creciente preferencia de la demanda por tamaños más grandes para la uva. “Las nuevas variedades tienen casi todo lo producido sobre 22 milímetros, mientras que en Thompson Seedless cuesta mucho llegar a calibres superiores a 18 mm”, dice Rolando Donoso, director en la exportadora Acograpes. Agrega que hoy las variedades nuevas, preferentemente de programas genéticos, alcanzan mejores precios no porque sean más ricas, sino porque el mercado cambió y con ello los consumidores que “han sido bombardeados por variedades de calibres grandes”.
El experto, que trabaja con pequeños y medianos productores de San Felipe, en la Región de Valparaíso, una tradicional área para los cultivos de uva de mesa, señala que, de acuerdo a las estadísticas de su empresa, las variedades nuevas ya superaron a las tradicionales en exportación y que Thompson Seedless apenas representa un 10% de lo que envían. “Yo creo que de aquí a dos o tres años más se van a exportar solo variedades en promedio sobre 20 mm”, sentencia Donoso.
LAS VARIEDADES DE REEMPLAZO
El proceso de disminución de la Thompson se hace evidente en los campos. De acuerdo a datos de ODEPA, en 2020 se registraron en Chile 9.179 hectáreas plantadas de Thompson Seedles, un retroceso de 45% en relación a 2007. Si bien sigue siendo la variedad blanca más plantada, con el 20% del total, está muy lejos de las cifras de hace una década cuando representaba la mitad de los cultivos de uva de mesa.
“Las nuevas variedades tienen casi todo lo producido sobre 22 milímetros, mientras que en Thompson Seedless cuesta mucho llegar a calibres superiores a 18 mm”.
Rolando Donoso, director en Acograpes
Una tendencia que se ve reflejada en un importante productor de uva de mesa de la Región Metropolitana, en la comuna de Buin: la productora y exportadora Agrícola Convento Viejo. De las 300 hectáreas que maneja esta empresa, hace cinco años, la mitad eran de Thompson Seedless. Hoy mantiene 90 hectáreas de la variedad, algo que seguirá bajando según confirmó a Redgrícola el gerente general de Convento Viejo, Enrique Turri.
“Thompson está en un proceso de salida”, dice Turri. Explica que el principal problema es que es una variedad muy difícil de producir. “Desde el punto de vista del productor, es quizás la variedad más cara, lo que es una desventaja frente a la aparición de variedades nuevas, que tienen un concepto más grower friendly, son mucho más amigables para el productor”.
El también fundador de Convento Viejo destaca que gran parte de este cambio está siendo liderado por variedades como Autum Crisp y Sweet Globe, “que han tenido una gran aceptación en los mercados de afuera, son más productivas, y tienen menos requerimientos de mano de obra, además de muy buen sabor”.
Este escenario que enfrenta Thompson se complica aún más por los altos requerimientos de mano de obra “que ya no solo significa costos, sino también problemas de disponibilidad”, señala Turri, frente a la crisis de trabajadores que ha enfrentado la agricultura en este segundo año de pandemia. “Ya no planto Thompson desde hace mucho tiempo, porque creo que hoy es muy difícil competir con esta variedad dada la escasez de la mano de obra y el alto costo que tiene”, agrega.
“Thompson está en un proceso de salida; desde el punto de vista del productor, es quizás la variedad más cara, lo que es una desventaja frente a la aparición de variedades nuevas, que tienen un concepto más grower friendly”.
Enrique Turri, general de Convento Viejo
En una posición similar está Rafael Jordán, gerente técnico de Chacabuco Quality Grapes. El experto, que ha destacado por producir Thompson Seedless de alta calidad para guarda, señaló a Redagrícola que “Thompson hoy día para ser competitiva necesita muy buena calidad, es la única posibilidad”, dice. “Frente a las nuevas variedades va a dejar de ser competitiva en el corto plazo por calidad y por la disponibilidad de mano de obra. La Thompson es una variedad que necesita mucha mano de obra”.
El experto, cuyo huerto se ubica en Colina, en la zona norte de Santiago, detalla que una variedad nueva por caja puede costar 50% menos que una Thompson, y la diferencia es solo por mano de obra, debido a su mayor necesidad de arreglo de racimo. “No hay otro motivo”, comenta.
Para Jordán, una variedad como Sweet Globe de buena calidad puede perfectamente reemplazar a Thompson Seedless, con la diferencia que la nueva variedad vale 20% más y puede producir hasta 30% más por hectárea. A eso se suma la crisis que provocó la lluvia de enero pasado, que generó muchas pérdidas para los productores de vid de mesa en la zona central. En ese mismo sentido, el gerente de Chacabuco señala que Thompson es una variedad muy sensible a la lluvia, lo que les significó reducir su cosecha desde unas 3 mil cajas por hectárea a 1,450 cajas/ha. “Y con 1,450 cajas por hectárea no hay ninguna posibilidad de ganar plata”, sentencia Jordán.
COMPLICACIONES PRODUCTIVAS
El asesor internacional en uva de mesa Óscar Salgado llama a olvidar la nostalgia que podría provocar que Chile fuera en un momento el principal productor de Thompson Seedless del mundo. Para el experto, que ha trabajado en nuestro país como en África y Europa, algunas variedades de la firma californiana IFG, como SNFL, Itum, Sun World, entre otras, están empezando de a poco a cubrir los espacios que está dejando Thompson Seedless a medida que los productores comienzan a hacer el recambio varietal.
“Hay varios programas disponibles, unos más exitosos que otros, otros más flexibles que otros porque tienen modelos de negocios distintos, pero hoy más bien nos enfrentamos a que el productor ha plantado variedades a lo que ha tenido acceso. Hoy con todas las incertidumbres que tenemos en Chile, de agua, de clima y política, yo creo que los programas de hibridación van a empezar a hacer filas en las puertas de los campos que quieran plantar, cuando antes era al revés”, señala Salgado sobre este escenario al que tanto de productores como de los programas genéticos han tenido que adaptarse.
“Frente a las nuevas variedades va a dejar de ser competitiva en el corto plazo por calidad y por la disponibilidad de mano de obra. La Thompson es una variedad que necesita mucha mano de obra”.
Rafael Jordán, gerente técnico de Chacabuco Quality Grapes
De acuerdo al asesor, los huertos chilenos hace 10 años construyeron una oferta que se basaba en un 90% en cuatro variedades: Red Globe, Thompson, Sucra y Flame, “y en eso nos dábamos vuelta. Hoy son pocos los países que están plantando a la velocidad que deberían ir para la cantidad de variedades que hoy tenemos comercialmente”, recalca.
De hecho, destaca que en otras fuerzas productivas como Sudáfrica, pasaron rápido del cariño al olvido con Thompson Seedles. Señala que en general se arrancó. Y si no se hizo, se usa para hacer pasas. “Incluso ahí ha cambiado el mercado: antiguamente la pasa tenía que ser pequeña para los niños, pero hoy ya están pidiendo calibres mayores hasta en la pasa”, DICE.
Salgado señala que el ritmo más lento con el que se ha producido este recambio varietal en Chile, principalmente para ir reemplazando a Thompson Seedless, ha tenido que ver también con un historial de variedades que han tenido malos resultados, por lo que muchos productores han sido más reticentes al recambio varietal, a diferencia de Perú, donde el cultivo comenzó con fuerza hace poco más de una década, y con espalda para ser más agresivos para en la experimentación con variedades y manejos.
Pero todas estas variables siempre se reducen a un tema: el calibre. Según óscar Salgado, es difícil que Thompson pueda competir con los tamaños que ofrecen las variedades de programas genéticos. “Es posible tener una Thompson Seedless de 22mm, pero tal vez llegue a ser solo el 10% de tu producción. Hoy está Autumn Crisp, Sugar Crisp, Timpson, donde ese es el ‘desde’: van de 22mm hacia arriba, con lo que los retornos promedio son mucho mejores”, describe.
Eso se traduce, por ejemplo, a que Thompson pueda producir 3 mil cajas por hectárea de exportación con unas 25 a 26 toneladas por hectárea, mientras que en variedades de genética más avanzada, podrías llegar a 30 a 35 ton/ha, con una uniformidad mucho mayor lo que ayuda al proceso productivo. “En la Thompson a veces tienes ocho o nueve cajas distintas para que trabajadores seleccionen, y eso eleva los costos. Además hay que meter mucha tijera, y pasa además que si tienes a 20 personas eligiendo un mismo criterio, es demasiado difícil que sea uniforme”, dice el asesor. “Hoy, una Sweet Globe o en una Autum Crisp puede tener dos o tres calidades como mucho, con lo que la selección es más rápida y el embalaje va a salir más barato”.
De acuerdo a esa experiencia, Salgado señala que si uno mira las estadísticas de California, prácticamente no queda Thompson Seedless, netamente porque para llegar a 3 mil cajas por ha hay que arreglar entre 55 mil a 65 mil racimos por ha con tijeras, mientras en otras variedades ese mismo arreglo es bastante más simple.