Hacia un uso racional y eficiente de productos para la protección de cultivos
El programa Aplique Bien diseñado por UPL, se ha convertido en una guía para ayudar a realizar un mejor trabajo dentro del plan de manejo integrado de los diferentes cultivos.
Los resultados esperados en una aplicación se relacionan con la cantidad de depósito o ingrediente aportado mediante la distribución de la solución preparada en el tanque de mezcla.
Esta cantidad se puede cuantificar por lo menos de dos formas rápidas para darnos idea de la forma cómo estamos distribuyendo dicha solución: una, usando la densidad de gotas o número de gotas puestas en un centímetro cuadrado de superficie objetivo y dos, cuantificando el porcentaje de área cubierta con la solución asperjada en el área tratada.
Independientemente de la forma de medir la distribución se debe relacionar con pruebas realizadas donde se pueda contrastar el mejor efecto biológico para diferentes distribuciones. Esto es lo que se denomina encontrar el patrón de aspersión.
Lo interesante de hacer un patrón de aspersión relacionando la eficacia del tratamiento con la distribución del producto es que nos permite “asegurar” el resultado siempre y cuando las demás condiciones de aplicación en cuanto a momento de aplicación y calidad del agua se mantengan.
Hay tres variables involucradas que combinadas afectan la forma como se distribuye la solución asperjada: presión en la boquilla, tiempo de desplazamiento para el recorrido y manejo del implemento seleccionado.
En UPL como empresa líder en el sector y comprometidos con el cuidado del medio ambiente, el uso racional y eficiente de los productos hemos diseñado mediante el programa Aplique Bien una guía que puede ayudar a esta importante labor dentro del plan de manejo integrado de los diferentes cultivos.
Vale la pena aclarar que para el correcto funcionamiento y ajuste del equipo de aplicación es necesario:
PLAN DE MANTENIMIENTO
El mantenimiento es una labor de rutina, se debe fijar un intervalo de tiempo según el uso del equipo para su revisión, no es en sí la calibración, ni es solo lavar las boquillas. Es necesario que el equipo esté funcionando adecuadamente para lograr una buena calibración.
CONOCER LA DISTRIBUCIÓN QUE SE BUSCA SEGÚN EL PRODUCTO A TRABAJAR. ELABORAR EL PATRÓN DE ASPERSIÓN
Es importante tener un patrón de referencia al menos en cuanto a cubrimiento deseado. Si no lo tiene, mientras lo elabora, siga como guía la etiqueta del producto y las recomendaciones del fabricante sobre el modo y la forma de acción del producto. Existen también guías de los fabricantes de boquillas sobre el tipo de distribución que cada familia de boquillas es capaz de dar y cuál es la más adecuada según el modo de acción del producto.
Según la etiqueta del producto, revise en el tiempo que se espera que el producto haga su efecto para determinar el control sobre el blanco o el objetivo deseado.
Lo interesante de hacer un patrón de aspersión relacionando la eficacia del tratamiento con la distribución del producto es que nos permite “asegurar” el resultado siempre y cuando las demás condiciones de aplicación en cuanto a momento de aplicación y calidad del agua se mantengan.
Una vez evaluado el efecto de control sobre cada muestra ya se tiene el patrón de distribución adecuado. Ahora falta ajustar el equipo para obtener en campo esa distribución.
ENCONTRAR LAS VARIABLES QUE DEFINEN EL PUNTO DE TRABAJO DE LA APLICACIÓN
El caso se reduce a encontrar tres variables: tiempo de recorrido, presión de trabajo de la boquilla y orientación del implemento, que combinadas deben dar la misma distribución del producto encontrada en el patrón deseado.
El proceso de ajuste normalmente se realiza con agua y arroja la respuesta a las preguntas:
¿Cuál es el volumen de agua que se requiere para un lote (invernadero) determinado?
¿Cuál es la presión de trabajo de la boquilla?
¿Cómo debo manejar (a qué distancia y con qué orientación) el implemento de aplicación?
De la prueba realizada en el numeral 2 se obtiene: el tipo de boquilla adecuada, la presión de trabajo de la boquilla, el porcentaje de área cubierta (la distribución adecuada) para la aplicación del producto y un estimado del tiempo de recorrido. El tamaño de gota no se mide, aunque está implícito en la evaluación ya que depende de la boquilla y la presión utilizada. No es necesario hacerla por producto, con dos distribuciones una para aplicaciones de productos de superficie y otra para aplicaciones de productos que ingresan tenemos para la mayoría de las aplicaciones. Si requiere alguna adicional usando la misma metodología se puede encontrar.
Ahora tenemos que definir el manejo que le vamos a dar en campo al implemento de aplicación: la orientación y la distancia para garantizar que las gotas con el ingrediente requerido puedan llegar en la medida adecuada a las diferentes partes de la planta donde se necesita el producto que se va a asperjar.
Para este paso colocamos muestras de papel hidrosensible en las plantas a tratar y definimos lo que consideremos como manejo adecuado para que las gotas puedan llegar al objetivo. Hacemos un pase con la presión y el tiempo de recorrido encontrado en el paso 2 y unido al manejo que acabamos de definir nos dará una distribución de producto. Haciendo uso de las herramientas tecnológicas descritas verificamos la distribución, cuando obtengamos valores que estén dentro del error admisible (normalmente menor o igual al 5%) a los del patrón de aspersión obtenido damos por terminado el ejercicio, en este momento tenemos lo que requerimos para nuestra aplicación. El equipo está listo para la aplicación.
Desde el programa Aplique Bien de UPL, queremos extender una invitación a los diferentes responsables involucrados en la sanidad de los cultivos para acompañarlos y apoyarlos a mejorar la eficacia de los tratamientos ya que impactan directamente sobre la calidad, la productividad y la rentabilidad de los cultivos.
Contacto:
- Jose Gabriel Ortiz Castellanos
jose.ortiz@upl-ltd.com
Gerente de Investigación y Desarrollo
UPL- Región Andina