Pivotes y avances frontales aumentan en Chile, pero cambian su distribución
El crecimiento del número de equipos y la superficie cubierta corre a distintas velocidades en las diversas regiones del país. Si bien en promedio se incrementaron del orden de 12,5% anual en los últimos 12 años, hay zonas donde ese aumento se detuvo, mientras en otras el alza continúa. Gustavo Roa, de la CNR, actualiza el catastro para Redagrícola al tiempo que revela tendencias, curiosidades y proyecciones.
Al día de hoy se encuentran catastrados 2.030 equipos instalados: 1.564 pivotes de centro fijo, 403 móviles y 63 avances frontales, informa Gustavo Roa, ingeniero agrónomo de la División de Estudios, Desarrollo y Políticas de la Comisión Nacional de Riego, CNR.
MAULE LIDERA EN NÚMERO DE EQUIPOS, BIOBÍO EN SUPERFICIE
La región del Maule lidera a nivel nacional en términos de número de equipos, con 491 unidades, un 24,2% del total del país (figura 1a, pág. 100), la siguen la región de Ñuble, con 463 (22,8%), y la del Biobío, con 449 (22,1%). Entre las tres suman casi el 70% de los equipos instalados en Chile.
Actualmente estas máquinas se asocian a una cobertura de 96.712 hectáreas (ha). A diferencia de la distribución regional en número de equipos, es la región del Biobío la que lidera en superficie a nivel nacional, con 22.022 ha, un 22,8% del total del país (figura 1b, pág. 100). Luego se ubican Maule, con 21.238 ha (22%), y Ñuble, con 20.452 ha (21,1%); sumadas, representan casi un 66% del total en Chile.
Al comparar por comuna, Los Ángeles lidera históricamente, con 283 equipos instalados y casi 13.000 ha asociadas. Sigue Parral, con 93 unidades (190 menos que Los Ángeles) y casi 4.500 ha, y San Carlos, con 76 unidades y 3.800 ha (ver infografía).
–¿Cómo ha sido la evolución que han tenido?
–Se observa que el crecimiento anual promedio en los últimos 12 años –responde Gustavo Roa– ha sido del orden del 12,5%, tanto en cantidad como superficie; sin embargo, si se revisan solo los últimos 5 años, este valor baja a 4,5%. El aumento nacional tuvo un boom el 2009, con 214 unidades adicionales instaladas y 10.928 ha asociadas, y el año 2014, con 252 equipos y 10.747 ha. Las últimas tres temporadas la instalación anual de equipos se sitúa en poco menos de 80 unidades y aproximadamente 3.000 ha (Figura 2, pág. 101).
–¿Cuál es la tendencia en regiones?
–Maule tuvo un crecimiento explosivo a partir de 2011, llegando a liderar el número de equipos instalados desde 2015 y dejando atrás a Ñuble, que llevaba la delantera. Actualmente se ve una tendencia de crecimiento de Biobío, que seguramente en una próxima temporada superará también a Ñuble y competirá por el primer lugar con Maule. En cuanto a superficie, se aprecia una cierta estabilización en las tres regiones mencionadas de 2014 en adelante, en que el crecimiento explosivo de Maule tiende a bajar. A partir de 2017 Biobío comienza su tendencia alcista, liderando desde 2018 en superficie asociada a este tipo de riego. Hay que considerar que la comuna de Los Ángeles es la que tiene el mayor número de equipos instalados y superficie asociada, por lo tanto su tendencia en crecimiento impacta fuertemente en esa región.
LOS QUE SE MANTIENEN, LOS EMERGENTES, LOS QUE BAJAN
El especialista agrega que O’Higgins y la Araucanía tuvieron aumentos constantes e importantes hasta 2016 y 2015, respectivamente. Con posterioridad, la 6ª Región ha decrecido y la 9ª ha seguido creciendo muy lentamente.
Para el profesional de la CNR Los Ríos y Los Lagos tienen un mérito especial pues muestran un incremento sostenido desde que se tiene registro:
–En 13 años han aumentado en número de equipos instalados un 99% y 454% promedio anual, respectivamente, y en términos de superficie asociada, un 87% y 371% promedio anual. Son las regiones con mayor avance porcentual, seguidas por Maule con un aumento de 100% en equipos y 78% en superficie.
–¿Hay zonas que hayan disminuido?
–Es el caso de Coquimbo, con un descenso entre 2014 y 2017 (-12% equipos, -18% superficie) y de la Región Metropolitana en el periodo 2011-2015 (-4% y -19%). Desde esas fechas las cifras se han mantenido relativamente constantes.
–¿Existen cambios en cultivos, condiciones climáticas u otras variables a las cuales se vinculan estas variaciones?
–Claramente la sequía, unida a problemas de rentabilidad de algunos cultivos, ha provocado el retiro de equipos en Coquimbo, en la RM y en O’Higgins, y que se han trasladado de Maule al sur. El catastro muestra que en los últimos 13 años un total de 161 equipos (asociados a algo más de 9.000 ha) se han retirado del territorio donde se hallaban. De estos, un porcentaje importante, casi el 70% (109 equipos, 6.584 ha) ha sido reemplazado por plantaciones frutales, siendo la región del Maule la que lidera este ranking con 43 equipos retirados por dicha razón y casi 2.000 ha asociadas. Mi impresión es que el crecimiento de pivotes hacia la zona centro sur y sur del país se ha debido a la disponibilidad de agua en primer término, al gran abanico de cultivos posible de establecer en esas zonas, y por la necesidad de la agricultura de carne y leche de contar con riego en los meses en que actualmente la probabilidad de lluvia es baja. A fines de primavera y durante el verano, 20 años atrás las precipitaciones permitían mantener la productividad de las praderas mejoradas, pero hoy no. Eso explica que el riego por aspersión en todas sus versiones esté entrando con fuerza desde hace años. El pivote central y el avance frontal compiten fuertemente con los carretes y riegos con tazas móviles, donde los factores de uso de mano de obra, costo de energía en operación y versatilidad de los equipos, a mi parecer, son los claves al momento de decidir.
UNA MIRADA A LAS MÁQUINAS: TIPOS DE EQUIPOS Y DIMENSIONES
En cuanto a tipo de equipos, se instala un pivote de centro móvil por cada cuatro de centro fijo. Los avances frontales representan una fracción pequeña del total: 1 por cada 31 pivotes. Incluso 8 equipos instalados originalmente como móviles, se han transformado a fijos, señala Roa. La región de Maule tiene la mayor cantidad de equipos fijos (421 unidades) y de avance frontal (26 unidades) en tanto Ñuble es la que tiene más pivotes móviles (125).
Equipos de características especiales, por ejemplo articulados, tipo drop-span, con brazo expandible o de arrastre, entre otros, no representan más del 3% en superficie. Se observan instalaciones con brazo de arrastre que en la actualidad operan solo con la estructura fija.
–¿Cómo han evolucionado las dimensiones de los equipos?
–El catastro muestra una disminución del tamaño promedio. Si en 2006 un equipo cubría en promedio 58 ha, el 2019 la cifra llega a 48 ha, y se ve que año a año va bajando. Las razones pueden ser varias. Los tamaños de los campos que se han ido incorporando al uso de este tipo de máquinas probablemente sean más pequeños. O puede haber razones técnicas de funcionamiento, principalmente por la alta precipitación instantánea que ocurre en los extremos de los pivotes centrales cuando superan los 400 m de largo estructural. Ello se traduce en problemas serios de escorrentía superficial, sobre todo en terrenos recién sembrados y con pendiente.
No obstante, hay ejemplos de pivotes grandes en varias zonas de Chile. Los más emblemáticos, según en entrevistado, se encuentran en el sur:
–El que riega mayor superficie en el país está en la comuna de Vilcún, región de La Araucanía. Con un radio estructural de 800 m, cubre 204 ha. Se trata de un pivote doble, pues tiene un centro común pero consta de dos alas de 800 m cada una. Es único dentro de nuestras fronteras. El otro se encuentra en la comuna de Frutillar, región de Los Lagos, y es el de mayor longitud a nivel nacional. Aunque posee un radio estructural de 890 m (16 tramos más el voladizo), solo riega medio círculo de 122 ha. Si diera la vuelta completa sería, además, el de mayor cobertura, con 244 ha contando el cañón final que agrega 30 m. Está también el caso de un avance frontal en la comuna de Perquenco, Araucanía. Dispone de un ala de 630 m con un equipo propulsor que lo alimenta desde la mitad de un canal, algo poco común de ver en nuestro territorio. Al parecer la zona sur es líder en récords.
EN TECNOLOGÍA SE CUENTA CON ESTÁNDARES DE PRIMER NIVEL
Los proyectos ya instalados que obtuvieron bonificación a través de la Ley 18.450 representan un 63% del total de equipos existentes en Chile según el catastro. Sin embargo, si se agregan los proyectos bonificados todavía no instalados y los que se encuentran concursando aún sin resultados, el porcentaje aumentaría a un 70% en cuanto a superficie.
–Creo importante señalar –indica el especialista de la CNR– que desde el 2006 a la fecha 80 equipos, que habrían regado un área de 3.154 ha, obtuvieron bonificación del Estado pero nunca se instalaron. En términos de superficie representan casi un 4% del total instalado hoy.
–¿Cómo se compara la situación en Chile con otras regiones del mundo?
–Creo que la agricultura chilena es líder en tecnología en el rubro del riego, tanto localizado como en aspersión en todas sus variantes. En el país se comenzaron a instalar los primeros pivotes en la década del 80, y en los últimos 30 años gracias a la Ley 18.450 más la iniciativa privada se ha creado un mercado muy maduro, con una variedad de proveedores de equipos y sus accesorios y el conocimiento de primer nivel tanto en diseño como en manejo e instalación. Esto ha permitido que se puedan desarrollar proyectos muy eficientes en términos de uso de agua, fertilizantes y, en algunos casos, pesticidas. Como el maíz es el principal cultivo regado bajo pivote en la zona centro sur del país y requiere un buen manejo tecnológico, es que se han logrado altos estándares, me atrevería a decir que competitivos con los obtenidos por los agricultores de Nebraska en Estados Unidos, en cuanto a rendimientos y uso de agua, guardando las proporciones en cantidad de equipos y superficie que nos diferencian. Aún queda mucho por hacer en fertirriego, por ejemplo, pero creo que vamos por un buen camino.
Las principales marcas de pivotes tanto norteamericanas como europeas están representadas por empresas de ingeniería de riego de prestigio, apunta Gustavo Roa, de modo que en ese aspecto no tenemos nada que envidiar a nuestros competidores agrícolas.
–Incluso –agrega– ha habido algunas iniciativas de importación directa de equipos chinos, que sería bueno estudiar con más detención.
NUEVA VERSIÓN DEL CATASTRO ESTARÁ DISPONIBLE DENTRO DE POCO
–¿Has tenido antecedentes del impacto de este registro, en el mundo privado y público?
–Ha habido interesados en el catastro, principalmente empresas relacionadas con la venta de insumos y servicios para estos sistemas de riego, y también de empresas que proveen los equipos. Asimismo llamó la atención de la revista Territorio Agrícola, de Ñuble y Biobío, con la que publicamos el año pasado un artículo. A través del artículo que publicamos en Redagrícola el 2016, una empresa argentina que desarrolla proyectos de monitoreo y programación de riego se interesó por ingresar al mercado nacional.
El catastro es manejado por la Comisión Nacional de Riego, la cual publica en su sitio web toda la información generada. La primera versión con antecedentes a nivel comunal y regional se subió en 2019. A principios de julio de 2020 se subió a la web la segunda versión que incluye, además del catastro actual de equipos y superficies asociadas por comuna y región, la evolución de estos parámetros año a año desde el 2006 al 2019. Incorpora gráficos de tendencias nacionales y regionales tanto de la cantidad de equipos como de sus superficies. El detalle en formato de planilla se puede descargar en: https://www.cnr.gob.cl/temas-transversales/
Hasta ahora no se ha logrado concretar una georreferenciación de todos los equipos en un sistema de información geográfico (SIG), lamenta Gustavo Roa. Por lo tanto no se ha podido poner a disposición de los interesados en la plataforma virtual “Sistema de Información Integral de Riego” de la CNR (eSIIR). Aspira a conseguirlo en un futuro no lejano, de modo que sea posible identificar dónde se hallan instalados.
Un aspecto importante de tener en cuenta, añade el especialista (sobre todo si se va a comparar con los resultados del próximo censo agropecuario que muy probablemente se haga a fines de 2020 o en 2021), tiene relación con la superficie asociada a cada equipo. El catastro parte de la siguiente premisa: si hay una estructura en el campo, ese solo hecho basta para asociarle una superficie “regada”. Las comillas son importantes pues se verifican casos en que el equipo no se aprecia regando en algunos años pero en otros sí. O puede regar solo una parte de la superficie, no completa; o regar una postura de dos o más e ir rotando entre posturas de año en año.
–Esto último, en teoría –explica Roa–, no debiera ser correcto si se dispone del agua en cantidad suficiente, ya que los equipos móviles permiten regar todas las posturas en una misma temporada, el no hacerlo provoca una subutilización de la inversión. Pero sucede. Por otra parte, dado que Google Earth actualiza las imágenes de manera totalmente aleatoria, los totales comunales y regionales de los últimos 3 a 4 años no son definitivos, podrían variar para arriba o para abajo. Puede no ser una diferencia significativa, pero el lector debe ponderarla al usar los datos. Si la estadística se usa para ver tendencias, no hay problema, los cambios no influirán; si se usan los datos duros, hay que considerarlo.
–Pienso que el paso siguiente de este catastro –finaliza el entrevistado– es poder mejorarlo con el apoyo de las empresas representantes de los equipos en el país, las empresas consultoras y profesionales que postulan proyectos a la Ley 18.450. Un vínculo público-privado con la CNR permitiría poner a disposición de quienes toman decisiones a todo nivel, información útil, oportuna y de calidad, que hoy es una de las principales falencias del sector riego.
EVOLUCIÓN DE LA METODOLOGÍA DEL CATASTRO
La metodología usada toma la información histórica y pública de los proyectos postulados a la Ley 18.450 asociados a pivotes centrales y avances frontales. Gustavo Roa los ubica geográficamente, utilizando el software gratuito Google Earth, y añade aquellos que se detectan mediante un barrido geográfico visual de las imágenes satelitales disponibles del país.
El principal cambio en la forma de obtener la información, respecto del artículo original sobre el tema publicado por Redagrícola en 2016, es la data de las imágenes de Google Earth. En esa época podían tener hasta 6 años de atraso, en cambio hoy el máximo son 3, lo cual mejora mucho la actualidad de los antecedentes. Otro aspecto importante corresponde a una mejora en la resolución, lo que también facilita la identificación de las máquinas y sus características.
ALGUNOS CASOS FUERA DE LO COMÚN
En el catastro se encuentran varias situaciones que escapan de lo corriente. Además del gran pivote doble de Vilcún mencionado en el cuerpo del artículo, existen, por ejemplo, equipos que pasan sobre casas o tranques en su recorrido de riego.
En las comunas de Marchihue y San Pedro se aprecian plantaciones que en alguna oportunidad fueron regadas por pivotes, pues las hileras de plantación se dispusieron en círculos concéntricos.
Entre las particularidades estadísticas está el caso del pivote bonificado por el Estado instalado por más tiempo. Data de 1991 y las imágenes comprueban su permanencia hasta 2018. Se trata de un equipo móvil de 2 posturas, ubicado en Marchihue.
El pivote más septentrional del país se ubica en el valle de Camarones, región de Arica y Parinacota. Los más australes están en la comuna de Primavera, Tierra del Fuego, región de Magallanes: tres pivotes fijos que riegan 100 ha en total. Serían los más australes del mundo.
La comuna con más equipos retirados de terreno es San Pedro, región Metropolitana: 20 unidades (1.418 ha) fueron reemplazadas por frutales y viñas en el sector de Longovilo.