Seguro agrícola en uva de mesa
Las heladas polares de septiembre de 2013 o los aluviones que afectaron la Zona Norte en 2015 y 2017 y que se llevaron parronales completos, están grabados en la memoria de los productores de vides. Sin duda, los seguros juegan un rol fundamental en esas circunstancias, y son un instrumento vital en la gestión económica de catástrofes que todos entendemos que pueden suceder, pero nadie sabe cuándo.
La actividad agrícola es la más expuesta a los fenómenos naturales, por eso el seguro diseñado para ella es una herramienta moderna de administración de riesgo que posibilita la continuidad de la empresa. Al efecto directo de recibir una indemnización luego de un siniestro, que ayuda a cubrir en gran parte de los costos en que se ha incurrido, se agrega una mejora en la calidad como sujeto de crédito. Esto se debe a que su contratación otorga un respaldo a la estabilidad del negocio y además a que la póliza de seguros es un instrumento endosable.
Ya muchos empresarios dedicados a la uva de mesa han tenido la experiencia de enfrentar eventos climáticos graves y recibir la indemnización que les permitió disminuir su pérdida para seguir adelante.
EXPERIENCIA CON HELADAS EN FLORACIÓN Y LLUVIAS EN LA COSECHA
Para Juana Ibaceta, socia de Agrícola Ibaceta e Hijos Ltda, ubicada en San Esteban, V Región, los comienzos de 2017 no fueron fáciles. Según cuenta, esta temporada fue atípica ya que la fruta salió más temprano, “pensábamos empezar a cosechar el 10 de enero, sin embargo días antes, hubo un evento de mucha lluvia, que nos partió la Flame”.
Las inclemencias del tiempo impactaron asimismo sobre otras variedades, “la Thompson y la Red Globe también vieron afectada su producción por causa de las precipitaciones y de una helada que ocurrió durante la floración”, relata la agricultora.
No es la primera vez que le ocurre algo así, por lo que Juana Ibaceta ya maneja el procedimiento. Da aviso inmediato al corredor de seguros y respalda la información con una carta, dando cuenta del siniestro. Esto es muy importante, indica, porque de esa manera la compañía puede hacer el levantamiento de la situación y determinar la magnitud de los daños oportunamente.
–¿Cómo hacen la estimación de cuánto fue lo que se perdió?
–Después de un evento viene un liquidador –describe la agricultora– y revisa el campo junto al encargado. Hay un sistema de conteo donde se ve, por ejemplo, cuántas de las yemas que se dejaron resultaron quemadas por la helada. Posteriormente, uno avisa que va a cosechar y el liquidador regresa para hacer un catastro de la fruta que se encuentra en el parrón y la condición en la cual está. Finalmente, comprueban cuánto se cosechó en comparación a lo que se hubiera sacado si toda la fruta hubiese estado en condición.
La póliza se hace efectiva algún tiempo después de que termina la temporada, sobre la base de los análisis y los resultados del volumen real que se tuvo, comenta Claudio Ibaceta, socio de Agrícola Ibaceta.
Como empresa decidieron tomar el seguro pensando en los eventos catastróficos, aquellas situaciones extremas que amenazan el 100% de la producción. Eventos imponderables que podrían poner en riesgo real el negocio de la empresa.
PUNTOS BÁSICOS PARA PREVENIR “UNA PESADILLA”
Las heladas, granizos, lluvias e incluso vientos y nieve, pueden transformarse en una pesadilla en la producción de uva de mesa, llevándose no solamente las expectativas de cosecha, sino todo el capital de trabajo ya invertido en el cultivo. Una forma de integrar a la gestión anual de la empresa el manejo del riesgo del potencial daño de uno o más de los fenómenos climáticos indicados, es la contratación del seguro agrícola.
El costo va desde un 3% hasta un 12% del monto asegurado, dependiendo de la zona de plantación y la variedad de uva. En el caso de la comuna de Casablanca, el huerto tiene que contar con un sistema de control de heladas. Se debe considerar que este costo se puede reducir gracias a un subsidio estatal para el copago de las primas, el cual va desde un 40% hasta un 70% del valor neto del seguro, con un límite de 80 UF por póliza.
¿Cómo se calcula el monto asegurado?
Veámoslo a través de un ejemplo. Si la producción esperada de uva de mesa es de 28 toneladas/ha (alrededor de 3.500 cajas de 8,2 kg) y el costo de producción es de US$18.000/ha, el valor asegurado por tonelada es de US$643/tonelada. En esas condiciones, un productor con una superficie de 30 ha tendrá un monto asegurado total de US$540.000. El deducible para uva de mesa es 25-30%.
SEGURO: UNA HERRAMIENTA QUE LLEGÓ PARA QUEDARSE
En Agrícola Ibaceta comenzaron a contratar la póliza desde 2013, motivados por la constatación de que los fenómenos climáticos ocurrían en fechas donde antes no se producían. “Supimos que existía el seguro agrícola y al principio pensamos que nosotros no lo podíamos tomar, porque con 22 hectáreas de uva de mesa creíamos no ser atractivos”, señala Juana Ibaceta, “pero fuimos a una charla y cuando nos dijeron que podía ser contratado por productores de cualquier tamaño, nos decidimos a tomarlo. Todos los años lo renovamos”.
El subsidio del Estado es un apoyo en el tema, ya que aporta el 40%, con 80 UF por póliza (alrededor de $2.100.000 al momento de la entrevista) de los cuatro campos cubiertos.
“Creo que el seguro es una herramienta que llegó para quedarse”, concluye Claudio Ibaceta y agrega que, “se puede pensar: invertí una equis cantidad en asegurar, y no me pasó nada. ¿Para qué lo hice? Pero las circunstancias del tiempo son muy variables. En agricultura no manejamos el clima, y te puede afectar tanto al inicio como al término del proceso, con el producto terminado. Puede significar el éxito o el fracaso, o incluso la quiebra de una empresa. Una herramienta que baje el margen de riesgo es absolutamente viable”, explica.
CONTACTOS: Para consultas y cotizaciones escriba a seguroagricola@hdi.cl o llámenos al 600 600 6010