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Proceso de declinación se ha acelerado en los últimos años

Estrategia de defensa ante nematodos en cítricos

El lento proceso que lleva a un debilitamiento productivo de los huertos, en el cual participan los nematodos, está tomando menos tiempo según constata el nematólogo Juan Carlos Magunacelaya. Para enfrentar el problema, la clave consiste en enfocarse en las raíces y generar estrategias de defensa de ellas, de modo que el control de la plaga se produzca de manera ‘secundaria’ o por defecto, respecto al objetivo principal que es fortalecer la planta a través de la mejora de los sistemas radicales. Un elemento a favor es la disponibilidad de una paleta amplia de productos eficientes para hacerlo de manera exitosa, siempre que la aplicación sea adecuada, especialmente en cuanto a la concentración y al momento de efectuarla.

22 de Febrero 2023 Equipo Redagrícola
Estrategia de defensa ante nematodos en cítricos

Por Francisco Fabres

El Dr. Juan Carlos Magunacelaya, académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), en Chile, conoce la realidad de Perú, donde regularmente efectúa consultorías.

–¿Cuál ha sido la evolución de los cítricos en los últimos años desde una perspectiva nematológica?

–La enfermedad que causan los nematodos es citada usualmente en la bibliografía como ‘declinación lenta de los cítricos’. La definición es generalista, pero representa bien lo que ocurre, porque el problema aumenta poco a poco, año tras año. Después de un tiempo largo, una década, por ejemplo, el productor se da cuenta: algo pasó. El debilitamiento se acentúa, las plantas ya no producen 80 toneladas por hectárea, se van a 65, 60, 50…, la fruta no alcanza la calidad deseada, empiezan las dificultades en postcosecha. Lo que yo observo actualmente es que ese proceso se está acortando.

Dr. Juan Carlos Magunacelaya.

Los síntomas nunca se presentan en forma pareja. Una situación recurrente es que el productor observe sectores con plantas mustias, deshidratadas a las horas de mayor calor. Les falta agua, piensa, y en efecto ni hojas ni frutas se encuentran recibiendo hidratación y nutrición suficientes desde las raíces. Entonces suele aumentarse el riego intentando compensar esta falencia, sin preguntarse por qué no está llegando esa agua. La causa puede ser distinta de lo que supone: raíces insuficientes y sin la calidad funcional necesaria.

El nematodo más importante en cítricos es Tylenchus semipenetrans, que tiene la característica de proteger sus huevos usando una matriz gelatinosa mezclada con el sílice o vidrio del suelo, una barrera o escudo infranqueable para cualquier producto. Los nematodos juveniles únicamente salen de esta protección cuando perciben condiciones favorables.

–Cuando tu enemigo es demasiado poderoso como lo son los nemátodos, es poco eficaz atacarlo, mejor defiéndete –plantea el entrevistado–. En vista de esto, mi propuesta es usar las herramientas de manera adecuada, empezando por una buena calidad de riego y un suelo sin compactación o cohesión.

ANTES DE HABLAR DE NEMATODOS, PREOCUPARSE DE LA RAÍZ

El experimentado nematólogo postula una paradójica propuesta de manejo:

–Cada vez más, creo que en el tema de los nematodos no debemos centrarnos en el problema de los nematodos. En lugar de atacar nemátodos para matarlos, defender raíces para dejarlas en equilibrio con ellos.

–¿Cómo es eso?

–Nuestra preocupación tiene que enfocarse en las raíces. Los nematodos no son el biscocho de la torta. El biscocho, lo realmente esencial en esta problemática torta, es el mix de la compactación o cohesión de los suelos, el manejo de los riegos y las dificultades de las raíces para crecer. Los nematodos inciden por añadidura, son como el merengue o adornos de la torta en la enfermedad que estamos llamando decaimiento lento de los cítricos. Antes de aplicar algo contra los nematodos, tienes que asegurar a las raíces la posibilidad de crecer.

Situación extrema: árbol muerto debido a la declinación lenta. Como se aprecia, el problema no se presenta de forma pareja en el huerto.

La gran batalla de Juan Carlos Magunacelaya apunta a que la gente haga bien las cosas sin limitarse a la parte observable de los árboles, también desde el cuello de la planta hacia abajo.

–Lo que ocurre hoy con muchos huertos de cítricos es que los sistemas radicales son pequeños, no proporcionales con la edad de la planta. No puedes tener un árbol de 10 años con las raíces de uno de 2. El desequilibrio suele estar provocado por desbalances hídricos, algunas labores que nosotros hacemos, y el efecto adicional de los nematodos que hacen funcionalmente más débiles a las raíces de manera gradual. Las plantas adultas debieran tener un mayor y mejor sistema radical, pero lo que estamos teniendo es uno cada vez más jibarizado.

“Cada vez más, creo que en el tema de los nematodos no debemos centrarnos en el problema de los nematodos. En lugar de atacar nemátodos para matarlos, defender raíces para dejarlas en equilibrio con ellos”.

CUANDO EL SUELO SE CONVIERTE EN EL ENEMIGO DE LA RAÍZ Y LE CIERRA EL PASO

–Cuando las plantas son perennes, los suelos donde se encuentran comienzan a apretarse, a sufrir de compactación –describe el académico–. Ello viene como resultado de muchas cosas, por ejemplo, el paso de maquinaria, no solo por su impacto directo del peso, sino por el efecto de la vibración sobre las partículas; el pisoteo de las personas cuando cosechan; incluso el mojamiento. La compactación cierra los caminos subterráneos para el avance de las raíces. En contraste, una raíz nueva es un tejido tierno, sin ningún grado de dureza (lignificación), no tiene paredes duras. Por lo tanto, carece de la capacidad de romper el suelo mecánicamente y, para colonizarlo, ese tejido debe encontrar grietas o espacios libres.

–Los libros dedicados al tema suelo, con justa razón –continúa–, dicen que las arenas no se compactan, las partículas solo se reordenan. Sin embargo, al reacomodarse esas partículas también cierran el paso a las raíces. Podemos hablar de que se “cohesionan”.

Aquí hay un aspecto clave a remarcar en el control de nematodos. Al aplicar un nematicida se necesita que la raíz tenga espacios para crecer, porque si está inhibida por una variable física, como un suelo cohesionado, el efecto productivo del producto será poco rentable.

–Y allí está, yo diría, el corazón del problema en los huertos que recorro –constata el profesor de la PUCV.

–¿Cómo se descohesiona o descompacta un huerto ya establecido?

–El subsolado se puede aplicar en pocos casos, porque muchas veces pierdes más de lo que ganas. Hay que cavar varias calicatas para decidir si te conviene subsolar, y entender bien por dónde es posible llevarlo a cabo. En caso de efectuarlo, conviene incorporar materia orgánica adicional para ralentizar la recohesión o recompactación. Otra alternativa empleada históricamente corresponde a la aplicación de yeso con el fin de generar espacios más grandes mediante la agregación de las partículas pequeñas. En la actualidad se dispone de formulados de yeso agrícola, en dosis de toneladas por hectárea, sin embargo no son fáciles de aplicar. Hoy se tan desarrollado nuevas opciones para construir suelos, aplicables a través del sistema de riego, basadas en microorganismos o en materiales como las leonarditas, que en el fondo son ácidos húmicos para aportar carbono y promover la vida en el suelo.

AGUA: ESENCIAL, PERO DEBE PERMITIR LA AIREACIÓN

Cuando la humedad disponible en el suelo para la planta es desuniforme, los problemas de nematodos suelen acentuarse, refiere el Dr. Magunacelaya. Subraya, entonces, la necesidad de revisar la forma en que la manejamos, con el fin de permitir un equilibrio hídrico adecuado de la planta.

Una situación recurrente corresponde al sellamiento de los poros entre las partículas del suelo, provocado en parte por exceso de agua, que actúa como tapón y reduce la cantidad de oxígeno disponible. Al igual que los seres humanos, una planta puede sobrevivir un periodo largo sin alimento y varios días sin recibir agua, pero si queda sin oxígeno va a morir pronto, y más que morir, las raíces, especialmente las finas, desaparecen. Un factor limitante en Piura, Ica, y en otras zonas de Perú, se relaciona con la falta de aireación. Se necesitan raíces finas, que son las más sensibles a la anoxia o falta de oxígeno provocada por la compactación y el exceso de agua.

–Un problema frecuente en los cítricos –grafica el nematólogo– se vincula con el uso de camellones en sitios donde no son necesarios, porque el suelo no se va a encharcar ni existe una napa freática que vaya a subir. El camellón es como una maceta, generas una lixiviación más rápida y el agua se queda en el resto del suelo en el cual se apoya el camellón. Por lo tanto, cuesta mucho que las raíces crezcan bajo o fuera del camellón.

Una recomendación: auscultar periódicamente lo que está ocurriendo bajo la superficie del terreno.

–Me gustan las calicatas que llegan desde la línea de la planta hasta la mitad de la entrehilera, porque muestran todo el sistema radical, no solo debajo de la línea de riego. Por muchos sensores que tengas, sigue haciendo calicatas, puesto que un sensor ubicado en un lugar incorrecto puede estar dando información incompleta o engañosa. Suele ser lento calibrar algunos sistemas tecnológicos.

LA BATALLA EN DEFENSA DE LAS RAÍCES EMERGENTES

–¿Y los nematodos?

–No los estoy desmereciendo, son importantísimos, especialmente cuando los vemos en números altos como los de las muestras que llegan a laboratorio. No obstante, si hay necesidad de aplicar un producto, es mejor hacerlo cuando la raíz necesita ser defendida.

–¿A qué momento te refieres?

–Cuando la fruta está empezando a cuajar, después de flor, hay un flash, un boom de crecimiento de raíces. Un producto aplicado en esa oportunidad no va a eliminar a los nematodos cubiertos por el escudo del cual ya hablamos, pero sí va a proteger los nuevos crecimientos radiculares porque los juveniles morirán al exponerse al nematicida si abandonan su refugio. Luego de 8 a 10 días la raíz ya estará fuera de peligro, porque los parásitos solo pueden atacarla cuando está inmadura.

–Hay otro flash radicular en otoño.

–Efectivamente, sucede a fines de marzo o abril. Por la condición climática de Perú los momentos de crecimiento de las raíces son más constantes y se alargan. También es un momento para defender las raíces. A mí me gusta mucho el tratamiento de postcosecha, porque normalmente permite que la planta se fortalezca. En primavera los beneficios logrados para el sistema radical, se van más a la fruta. Muchas veces conviene que el productor bote fruta, que será débil, sin calidad, facilitando que el árbol trabaje para sí mismo, mejore su condición desde la raíz y a la temporada siguiente venga con toda su producción.

Un punto sobre el cual el entrevistado se inquieta especialmente tiene que ver con la entrega de recomendaciones expresadas como dosis, la cantidad de producto comercial que se va a utilizar por hectárea.

–Eso es lo menos relevante: si tengo una planta chiquita de un año es muy diferente a una planta de 15 años, no puedes usar la misma dosis. Cada vez destaco más el cómo se aplica, el volumen de agua de riego en que se inyectan los productos, o los minutos en que cae el producto. La etiqueta, debe decir use 2 o 5 o 10 litros/ha, la dosis que sea, pero también indicar la aplicación en partes por millón (ppm) o dilución del producto. Un ejemplo figurado: 25 litros (L) por hectárea a 5.000 ppm, significa que 1 L de producto va en 200 L de agua de riego. Así, si el sistema de riego entrega 10.000 L/hora/ha, los 25 litros deben aplicarse en media hora; si la entrega es de 2.500 L/hora/ha, los 25 litros se aplican en 2 horas. Es hacer una “aplicación foliar” pero dirigida a las raíces.

–¿Entonces lo importante es la concentración en que se aplica?

–Claro. Porque si en el primer ejemplo no consideras la concentración, lo entregas en una hora, o en el segundo en 4 horas (en 20.000 L en vez de 10.000 L, para ambos casos), el nematicida va a estar tan diluido que no va a provocar ningún efecto. En ese sentido cuestiono una cierta despreocupación de algunos fabricantes respecto de la información entregada en la etiqueta: casi siempre se refiere a la dosis. En nuestro laboratorio llevamos los productos al punto de concentración en el cual fracasan y al punto en el cual son exitosos al máximo. Con esos antecedentes le decimos al productor: úsalo de esta manera y te va a ir muy bien.

Cuando se encuentran más de 2.000 individuos de Tylenchulus semipenetrans por cuarto de litro de suelo en una muestra, se considera sobrepasado el umbral de daño. Sin embargo, plantea el nematólogo, conviene cuantificar también la presencia de nematodos benéficos.

–La inmensa mayoría de especies de nematodos no son fitoparásitos, y sirven como indicadores de vida en el suelo. Cuando se hallan en números bajos, menos de 1.000 a 1.500 por cuarto de litro de suelo, seguramente nos enfrentamos a condiciones de baja aireación en que la raíz no podrá crecer. Si encuentro esas cifras, pongo una nota en el informe al productor: atento, porque tu suelo está falto de vida.

Las raíces amarillas de la imagen se encuentran afectadas por nematodos.
Desarrollo de raíces blancas, protegidas por un nematicida.

VIENE UN MUNDO GIGANTE DE PRODUCTOS BIOLÓGICOS Y EXTRACTOS

La oferta de productos químicos para el control de nematodos ha ido reduciéndose por razones ambientales, muy justificadas, constata el entrevistado, y valora que en muchos casos la decisión ha sido tomada por las propias empresas fabricantes. Si bien se han perdido herramientas poderosas, continúa, afortunadamente están apareciendo productos de nueva generación. Los hay sintéticos, por una parte, que han reducido las cantidades desde varias decenas de L/ha a unos pocos litros e incluso a mililitros. Por otra parte, viene un mundo gigante de productos biológicos y extractos, que entregan excelentes resultados, aunque bastante dependientes de un buen manejo de las aplicaciones.

Por ejemplo, menciona un extracto de quillay con un alto contenido de taninos y fenoles, así como auxinas y citoquininas. Además del control de nematodos, aporta un efecto enraizante, complementario. Menciona adicionalmente la disponibilidad de productos que favorecen a los nematodos no fitoparásitos, y potencian las raíces. En cuanto a microorganismos, le han llegado al laboratorio nematicidas basados en Basillus subtilis, Bacillus licheniforme y otros Bacillus. Más que la especie de bacteria, indica, importa la cepa. En esta clase de nematicidas están trabajando tanto empresas transnacionales como peruanas.

–¿Qué tan compatibles son estos productos con los nematicidas químicos?

–Son completamente compatibles. Se dispone de una paleta de productos cada día más rica, aunque, reitero, la clave consiste en dar las condiciones para que las raíces crezcan, aplicarlos de manera correcta, y utilizarlos no para atacar a los nematodos sino para defender a las raíces. Todos los nematicidas que están hoy en el mercado funcionan. Una vez asegurada la posibilidad de desarrollo radical, llega el momento de tomar la decisión de aplicar, considerando que ese tratamiento se pague con lo que produzcas, o sea que no sea un gasto sino una inversión.

“Un problema frecuente en los cítricos se vincula con el uso de camellones en sitios donde no son necesarios, porque el suelo no se va a encharcar ni existe una napa freática que vaya a subir”.

EL LENGUAJE DE LA RAÍZ

–La raíz te habla –dice el Dr. Magunacelaya–. En los campos me siento cada vez más un traductor del lenguaje de las raíces. Ellas te van indicando cuál es el volumen que necesitas defender, el momento de hacerlo, y la forma de efectuar el tratamiento a través del sistema de riego, entre otras cosas.

El entrevistado relata que visitó un campo iqueño hace poco donde el terreno se subsoló a 60 cm antes de la plantación, haciendo una inversión alta en manejo del suelo, a lo que se sumó una aplicación de materia orgánica.

–Ocurrió que el suelo era naturalmente estratificado, con estratas cada 5 a 10 centímetros, y la preparación disolvió las estratas. Con el manejo de riego frecuente que se dio, las raíces no crecieron. En contraste, un corte donde no se hizo esta preparación y solo se cavaron canales para establecer las plantas, y donde se mantuvo la estratificación, el huerto estaba lleno de raíces, las cuales habían aprovechado las capas que les resultaron cómodas. Arriba las plantas mostraban el buen efecto del crecimiento radical en estratas. Este ejemplo “rompe el libro” y demuestra que no podemos aceptar las generalizaciones para todos los casos. ¿Dónde me sirve mucho el subsolado? En suelos estructurados, en los cuales el quiebre se va mantener como para que la raíz crezca. Lejos de las arenas.

–¿Cuál es la moraleja para este artículo?

–Diría que, primero, antes de instalar tus plantas hagas calicatas y las estudies. Hay sitios donde hemos conversado 3 horas una calicata con los anfitriones, afinando criterios y conceptos; segundo, intenta aprender lenguaje de raíces, y aplicarlo en los huertos; tercero, esforzarnos en integrar las variables que hay desde el cuello de las plantas hacia abajo, y que solo una buena calicata despeja.

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