Manuelita evalúa su potencial productivo en mandarinas
Tras su incursión en el cultivo de mandarinas desde el 2016, la firma colombiana Manuelita tendrá su primera cosecha comercial este año y con ello espera tener claro el potencial productivo de sus campos de cara a las próximas temporadas.
Desde hace más de 10 años que la firma de origen colombiano, Manuelita, instaló con éxito su proyecto de uva de mesa en Ica y, a la fecha, una iniciativa que ya se acerca a las 300 ha cultivadas. Con el afán de generar una oferta laboral continua durante el año, alterna a las labores manuales de la uva, es que la empresa decidió emprender en el 2016 la instalación de mandarinas. Hoy en día cuentan con 40 ha y cinco variedades de mandarinas que entrarán en esta campaña a su etapa de producción comercial. De confirmarse el potencial de este negocio, decidirán si la superficie actual podría crecer, posiblemente hasta las 200 ha.
“Somos los nuevos del barrio. Comenzamos en el 2016 con 5 ha de W. Murcott y ahora son 40 ha de cítricos. Este ha sido un mundo nuevo para nosotros, porque como Manuelita casi la totalidad de nuestra área se centraba en uva de mesa”, comenta Carlos Garavito Calmet, jefe de fundo de Vid y Cítricos de la firma, tras mencionar que, en efecto, existen empresas con mucha experiencia en la zona de Ica, como Coexa; o en Chincha, con el grupo La Calera. Esa superficie la tienen distribuida en dos fundos, uno ubicado en San José de Villacurí y el otro en La Maestranza (Los Aquijes).
La operación ha apostado inicialmente por cinco variedades: una temprana que es la satsuma Okitsu; otra de mediana estación, como es Clemenules; y, en el caso de las tardías, son tres: W. Murcott, Tango y una pequeña extensión de Gold Nugget. Sin embargo, este portafolio varietal podría sufrir cambios una vez que se conozcan los resultados de la próxima campaña, aunque los responsables ya tienen claro cuáles continuarán, tras los análisis realizados con la fruta que se ha cosechado en este tiempo: W. Murcott y la Tango. En tanto, el desempeño y continuidad de Okitsu estaría en observación, pues ha demostrado un menor crecimiento vegetativo hasta el momento. En cuanto a la Gold Nugget, señala que es una fruta de sabor muy deliciosa, pero tendría una menor vida poscosecha que dificultaría su traslado a mercados distantes.
Fruta para exportación
El pedido del área comercial de Manuelita es que la fruta debe tener, como mínimo, 9º Brix y una acidez que no debe bajar de 0.7%, pero tampoco ser superior al 1.4%.
Inicialmente, la empresa pensó más en contar con las variedades tempranas que las tardías, como una estrategia de retención de personal. “El objetivo con los cítricos fue mantener a los trabajadores durante más tiempo en el año y teníamos la oferta de las satsumas que iba de febrero a marzo. De junio a agosto –que se cosechan las variedades tardías- se nos cruza con la poda de la uva de mesa y algunas labores culturales, pero igualmente nos sirve para retener esa oferta de mano de obra y contar con un grupo bien conformado. De lo contrario, se nos iría la gente, que es crítica en poda y raleo de uvas”, comenta. Sin embargo, este criterio se reformula en función a que las tardías tienen un mejor desempeño productivo.
En esta primera etapa de aprendizaje han recibido asesoría del experto español José Vicente Romeu. “Estamos aprendiendo con el asesor todo lo relacionado a la formación de los árboles, a fertilizar, a regar, a evaluar nuestro potencial productivo, así como los gastos de producción que debemos manejar. Por ejemplo, hay plantaciones en Chincha que bordean, como costo total productivo, los US$10,000 con producciones que van de 50 a 60 toneladas por hectárea. En nuestro caso, estimamos que deberíamos gastar entre US$8,000 a US$10,000 cuando lleguemos a esos mismos volúmenes”, comenta Garavito.
Como parte de ese aprendizaje, la planta fue puesta sobre diferentes patrones como Lima Rampur y Cleopatra. Asimismo, W. Murcott se puso sobre Citrumelo, pero en el fundo en Los Aquijes hubo problemas con las sales, debido a las condiciones del agua de la zona. “Para los cítricos, las condiciones muy altas de salinidad generan defoliación, falta de color y bloquea los nutrientes”, explica. A fin de dispersar la salinidad, en los camellones se han añadido unas 40 t/ha de materia orgánica.
Tango y el resto de W. Murcott ha quedado sobre Lima Rampur, que es un patrón muy productivo y cargador. Sin embargo, cuando la fruta va tomando calibre, la acidez baja de forma radical, una situación que, según Garavito, están aprendiendo a manejar. En el caso de Okitsu y Clemenules, ambas se han instalado sobre Cleopatra, comportándose bien hasta el momento.
Diferencia entre los dos fundos
Carlos Garavito explica que el fundo ubicado en Los Aquijes la humedad es relativamente un poco mayor. Para probar el desempeño en ambos lugares, han establecido las cinco variedades de cítricos por igual en ‘test block’ y, hasta el momento, han corroborado un similar potencial productivo. Sin embargo, hay algunas diferencias que han observado. En Villacurí, el color fue relativamente más alto. “Con dos o tres grados más de temperatura se marca la diferencia en el tema del color, en el metabolismo de la planta”, apunta.
FORMACIÓN DEL ÁRBOL
En el primer año se realizó el proceso de formar el árbol en forma de cruz. “Si los brotes se están direccionando hacia la parte superior, en forma recta, vamos bajando los brotes. En algunas variedades (W. Murcott y Okitsu) no es tan necesario. Okitsu es una variedad más rastrera, por lo tanto, no es necesario bajar los brazos, a diferencia de Gold Nugget, que se tiende a ir de forma recta hacia arriba. Es necesario controlar su tamaño para que sigan siendo los brotes laterales”, explica. El objetivo es que el árbol no sobrepase los 3 m de altura, a fin de no tener complicaciones en la cosecha.
Adicionalmente, estudian cuál es el mejor momento para tomar las muestras foliares para los análisis sanitarios y de fertilización. En tanto, el análisis de suelos se hará cada año, para ver cómo están en cuanto a los nutrientes y, con esa información, evaluar una reformulación de las dotaciones de riego.
EVALUANDO EL POTENCIAL PRODUCTIVO
Este es el tercer año de producción de las plantas que este 2020 entran a su fase comercial. El año pasado hicieron una primera cosecha, que les sirvió para conocer cómo venía la fruta. Así, de Okitsu y Clemenules obtuvieron un promedio de 3 t/ha, mientras que con W. Murcott y Tango las producciones llegaron a un promedio de 5 t/ha.
Planes sanitarios
En noviembre y diciembre, el mayor ataque que sufrieron fue el de arañita roja. Para ello, se están aplicando insecticidas, previo lavado de las plantas para lograr una mejor eficacia. Además, apareció mucho pulgón en los brotes nuevos de las plantas. Manuelita hoy está evaluando la producción de algunos controladores biológicos de tipo Rodolia cardinalis, para el control de queresas que es a la mandarina como el chanchito blanco en la uva.
Toda esa fruta fue exportada a través de Fruchincha. “La idea era probar las plantas para ver cuál era la respuesta al segundo año de plantación, por un tema de probar la acidez, los grados Brix, la caída fisiológica, los calibres…”, precisa.
Para esta campaña, proyectan alcanzar entre 20 a 25 t/ha como promedio, mientras que en 2021 debiera obtener producciones en torno a los 30 y 35 t/ha y en 2022 llegar entre 50 a 60 t/ha. Esa es la cifra a la que aspiran los rendimientos de los huertos de Manuelita, algo que dependerá, en buena parte, de esta temporada, como también de la selección varietal que hará la empresa.
Lo cierto que para la empresa –según expresa Carlos Garavito- 40 ha es muy poco. De esta campaña, señala que depende el futuro crecimiento en hectáreas, así como la selección de variedades de mandarinas que acompañarán este naciente negocio.