Miriam Romainville Izaguirre, Lima

Desde fines del año pasado, se empezó a gatillar una serie de anuncios de reducción de pedidos, de parte de multinacionales como la estadounidense Dole y Chiquita Brands International. El mensaje era claro: los bananeros peruanos estaban en una carrera contra el reloj para encontrar dónde colocar la fruta. “A último momento les han comenzado a decir, en menos de un mes. Los han dejado en el aire. Ahora están pidiendo que se respete el contrato, que indica que se debe avisar, como mínimo, con tres meses de anticipación”, advierte Carlos Ruiz Silva, presidente de la Junta Nacional del Banano (Junaba). La organización estima que, al menos, 16 cooperativas tienen volumen disponible para ofertar en el mercado internacional. Las cooperativas más golpeadas han sido las que tenían entre uno o dos clientes. Junaba estima que se están quedando, semanalmente, alrededor de 49 contenedores.

Cuadro 1

Volumen disponible para ofertar en el mercado internacional

Fuente: Junaba

Si en los últimos tres años el sector ha apuntado principalmente a Países Bajos y Estados Unidos —que el año pasado concentraron el 30% y 23% de los envíos, respectivamente, de acuerdo con Fresh Fruit Perú—, hoy existe la necesidad de llegar a nuevos mercados o consolidarse en aquellos que tienen mayor potencial de crecimiento y que brinden mejores retornos por la fruta orgánica. Es importante resaltar que el banano es uno de los pocos productos que se exportan en su totalidad en presentación fresca. Asimismo, solo es enviado si es cultivado bajo la certificación orgánica, pues brinda mayor garantía en los mercados.

Son cuatro los factores principales que han empujado que clientes de larga trayectoria opten por comprar banano en otros países: la crisis de contenedores ha elevado el costo de fletes; se ha incrementado el costo de los materiales de empaque; México y Ecuador han entrado con fuerza en la producción de banano orgánico; y el consumidor estaría prefiriendo consumir banano convencional debido a que le resulta más económico. “El tema logístico influye bastante en el tema comercial”, dice Alexander Palacios Carreño, encargado de certificación y de sistema de calidad de la Cooperativa Agraria de Productores Orgánicos Ampbao, conformado por 184 productores y con una superficie de 120 hectáreas (ha). Por ejemplo, Ruiz relata que hay clientes que prefieren pedir a Ecuador porque la “logística es más barata”, en relación a los costos del cartón y otros materiales, además ofrecen ventajas arancelarias. En el caso de México, tiene la ventaja de la cercanía con EE.UU. y de que se ha incrementado las áreas sembradas.

Cuadro 2

Principales destinos de las exportaciones de banano peruano

Fuente: Fresh Fruit Perú

La reducción de pedidos no es lo único que preocupa a las cooperativas de banano. El máximo representante del Junaba refiere que hay organizaciones que hoy perciben menos ingresos por la fruta, ya que hay clientes que están priorizando la compra de banano que no tiene la certificación de comercio justo. “Los que tenemos certificación de comercio justo estamos protegidos, ya que los clientes están obligados a pagar un precio mínimo por caja. Además, se tiene un premio de US$1/caja. El problema viene en el tema orgánico, ahí los clientes pagan por debajo de los costos”, explica Ruiz. Pone como ejemplo el precio de la caja de banano orgánico con destino a EEUU, que se ha reducido aproximadamente en US$0,30. “Están pagando entre US$10.80, US$11, US$11.50 el orgánico, en cambio el banano Fairtrade está en US$12.85. Los que tenemos Fairtrade nos han bajado los volúmenes”, recalca.

EN RONDA DE NEGOCIOS

El Junaba viene encabezando una serie de reuniones orientadas a encontrar nuevos mercados a donde dirigir la fruta, o en su defecto dónde reorientar los volúmenes. “Estamos trabajando con PromPerú y los representantes de las embajadas. Ya llevamos 15 días de negociaciones”, anota su presidente, Carlos Ruiz, quien junto a otros representantes del sector se ha reunido con empresarios de Suiza, Países Aribes, Canadá y Alemania. “Hay algunos clientes que piden empezar con pallets, otros quieren muestras. Lo que quieren tomar más en cuenta es el tema logístico, naviero. Cuando hay campaña de mango, uva, palta, el transporte se dirige hacia estos productos porque pagan mejor flete. Eso es lo que están cuidando los clientes”, complementa.

Diversas cooperativas están mirando con interés mercados como Italia, Japón, Corea y China. Ese es el caso de la Asociación de Agricultores Orgánicos el Tallan (Agrotallan), que alberga a 370 productores y administra una superficie productiva de 240 ha. Su responsable de producción y certificaciones, José de la Luz García Carreño, indica que han estado en conversaciones preliminares con empresarios chinos, quienes les han manifestado el interés de importar 100 contenedores de fruta a la semana. La fortaleza de estos potenciales clientes es que dispondrían de su propia nave, para realizar el transporte de la fruta.

En el caso de AMPBAO, están priorizando el mercado europeo y buscan llegar al mercado italiano.  “No es fácil al inicio posicionarse en un mercado. Hay que ver todo el marketing que requiere”, afirma Palacios. A corto plazo, Europa es uno de los más atractivos para el valle. El experto anota que, mientras en Norteamérica se paga US$11,80/caja, en el mercado europeo se paga US$12,50/caja. “Hoy se tiene que apuntar al mercado europeo porque es un poco más rentable y también en el tema de calidad es más exigente”, remarca.

Por su parte Kelvin Atoche, gerente de APPBOSA, sostiene que la estrategia es fortalecer las alianzas con sus clientes actuales.  “Hay posibilidad de trabajar con Canadá, Suecia un mayor volumen. Es algo que ya hemos hecho antes. Estos mercados son nicho no explorados. Conocemos el mercado de Italia, Alemania, Bélgica, Holanda, donde entra también fruta de Ecuador, Colombia y República Dominicana. Pero aún hay espacio para explorar en los países nórdicos”, adelanta, tras sostener que en la cooperativa trabajan con cinco clientes. En esa línea, considera importante el apoyo del Estado para promocionar el banano peruano en dichos nichos y continuar afinando el manejo para elevar los estándares de calidad.

Mercados como Corea son exigentes respecto a la presencia de plagas. “En Corea si te encuentran un insecto te fumigan todo el contenedor y es una penalidad de US$3.000”, refiere el gerente de APPBOSA, que ya ha realizado envío de dos contenedores semanales a este destino, por lo cual han tenido que invertir en una certificación especial. En respuesta, sugiere que se revisen los procesos y haya más personas revisando los clústeres, con pinceles que sirvan para sacar insectos como la cochinilla.

Hoy la competitividad del sector está en juego, mientras que otros países productores tienen ventajas logísticas e incluso arancelarias. “En Perú el flete marítimo por contenedor está rondando los US$5.000 y en Ecuador, los US$4.000 a US$4.500. A eso hay que sumarle que tenemos costos adicionales en el Puerto de Paita, algo que no se cobra en otros puertos”, refiere Atoche. El sello Fairtrade no es suficiente para mantenerse en el negocio, más aún con mayores certificaciones de países como México. Frente a presiones de diversos frentes, la diversificación de mercados se vuelve más necesaria que nunca.