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Clúster banano de Piura

Siete iniciativas de cara al 2030

El Perú es reconocido internacionalmente como el exportador líder de banano orgánico, pero viene enfrentando desde hace unos años problemas productivos y operativos que han frenado su crecimiento. Esta es la razón por la que el recientemente conformado primer Clúster de Banano Orgánico de Piura que agrupa a gran parte de la cadena productiva, ha trazado siete iniciativas para impulsar al sector bananero. Lograr una certificación de carbono neutral y elevar la productividad de 1,500 a 2,500 cajas por hectáreas son los resultados esperados.

27 de Octubre 2021 Equipo Redagrícola
Siete iniciativas de cara al 2030

Marienella Ortiz    Fotos: Allison Malpartida/ Solidaridad

Reymundo Villarreal, presidente de la Asociación de Pequeños Productores de Banano Orgánico Samán y Anexos (Appbosa).
Diego Balarezo, gerente general del Clúster de Banano Orgánico.

El negocio del banano orgánico perdió el paso en los últimos años, según las cifras decrecientes de exportación. El principal problema que identifican los actores de la cadena es la fragmentación del sector que actualmente está en manos de pequeños productores que poseen cada uno menos de una hectárea. Esto complica cualquier operación que busque rentabilidad y ser competitiva en un mercado global. Por ende, una forma de unir las principales piezas de esta cadena productiva fue la creación del primer Clúster de Banano Orgánico que tiene una agenda intensa de siete puntos, para impulsar el sector hacia el 2030.

Hace aproximadamente un año, este clúster quedo conformado con más de 2,200 productores de la región piurana que a su vez concentran una producción de 2,556 hectáreas de banano orgánico. Además participan las más grandes empresas transnacionales que compran a los productores la fruta para su exportación, como Dole, AgroFair, Port International, Chiquita y Fyffes. Asimismo, forman parte las empresas certificadoras, entre ellas, USDA Orgánica, Fairtrade, GlobalG.A.P y Control Union. Organizaciones públicas como el Senasa, INIA, la Dirección Regional Agraria de Piura y otras también son parte de esta agrupación.

El clúster está conformado por más de 2,200 productores de la región piurana que a su vez concentran una producción de 2,556 hectáreas de banano..

El principal protagonista que impulsó la unión de las principales piezas de la cadena bananera fue la ONG internacional Solidaridad que ya venía desde inicios del 2000 promoviendo espacios de encuentro entre productores. En el 2014 fue una de las facilitadoras de la creación de la Mesa Técnica de Banano, plataforma público-privada que busca dar soluciones técnicas unificadas a los problemas de campo.

“Solidaridad  es una ONG holandesa que ha venido trabajando con el sector desde la primera exportación de comercio justo, que fue en el 2001, aproximadamente. Al principio, nos preocupábamos de las capacitaciones, entrenamientos, crear contratos nuevos, de las formalizaciones. También veíamos temas de agua y de organización. Luego de ayudar a crear la mesa técnica de banano, vimos que existían todavía problemas de competitividad generales, que no podían trabajarse individualmente, sino a través de una agrupación. A la par nació el programa Innovate del Ministerio de la Producción, que nos permite financiar gran parte de las acciones del clúster”, resalta Diego Balarezo, gerente general del Clúster de Banano Orgánico.

Además de orgánico, el banano peruano se ha posicionado en el nicho de comercio justo.

Tras la conformación del clúster se mantuvo una intensa jornada de reuniones entre productores y otros actores de la cadena (previo a la pandemia) para establecer la agenda en común en base a tres ejes de acción: diferenciación estratégica del banano orgánico, fortalecimiento de la calidad y aseguramiento de la certificación del banano orgánico y el desarrollo de las capacidades internas dentro de la cadena productiva. De un total de 30 propuestas, se quedaron con 7 iniciativas que impulsarán en el sector.

 PROBLEMAS EN EL SECTOR

Las asociaciones y cooperativas de productores muestran gran expectativa sobre los resultados que tendrán las iniciativas seleccionadas, debido a que en los últimos años sus resultados han sido irregulares. “El banano peruano cuenta con ciertas características que lo han posicionado bien en los mercados, pero el tema de los costos es una barrera. Ecuador, como país bananero desde hace 100 años, se ha especializado en su exportación, mientras que nosotros cargamos con muchos sobrecostos. Entonces, nuestros competidores como Colombia, Ecuador o República Dominicana llegan a los mercados con precios mucho más baratos. Este es un problema que siempre hemos tenido, y se nos complica ser competitivos frente a estos países que tienen más años en el negocio”, destaca Oscar Raimundo, presidente de la mesa técnica de banano y gerente de la Asociación de Pequeños Productores Orgánicos de Querecotillo (Apoq). La asociación exporta un promedio de 550 contenedores anuales.

Oscar Raimundo, presidente de la mesa técnica de banano y gerente de la Asociación de Pequeños Productores.

Por ello, comenta que el clúster puede resultar una vía para hacer economía de escala ahora que las asociaciones y el resto de la cadena trabajan juntas.  En la línea de la logística, comenta que es un costo que no pueden manejar, debido al tamaño que tiene cada asociación o cooperativa. “Una asociación que tiene solo uno o dos contenedores se le encarece el servicio y quizá se pueda llegar a consolidar la carga para tomar un solo operador y sea más barato. Lo mismo, por ejemplo, con el cartón que se compra a diferentes fábricas, empresas e intermediarios. Cada uno tiene diferentes costos. Si se tuviera un volumen consolidado se podría negociar con uno solo o importar”, menciona.

En tanto, Reymundo Villarreal, presidente de la Asociación de Pequeños Productores de Banano Orgánico Samán y Anexos (Appbosa), afirma que para competir será necesario estar más al día con las nuevas tecnologías y la renovación genética del cultivo que por su antigüedad no genera los mismos rendimientos. “Por esto, buscamos en el clúster un aliado estratégico para impulsar proyectos de innovación, que ayuden en temas de competitividad”, refiere.

Parte del financiamiento de estas iniciativas tienen el respaldo del fondo de Innovate, pero también de algunos miembros de la cadena.

Tabla 1. Productores que conforman el Clúster.

INICIATIVA 1: TRAS LA CERTIFICACIÓN DE LA HUELLA DE CARBONO

Como parte de la estrategia de brindar una oferta estratégica diferenciada del banano orgánico en el mercado mundial se viene apostando por la certificación carbono neutral entre asociaciones y cooperativas de banano en Piura. La meta es lograr la certificación de 12 mil hectáreas.

Para producir 1kg de banano se utilizan 1.27 Kg de CO2 en Ecuador, 1.35 Kg de CO2  en Costa Rica; mientras que en el Perú es solo de 0.46Kg de CO2. Por ello, lograr la certificación representará una gran oportunidad para que el banano tenga una mejor posición en el mercado  que muestra un creciente interés por  productos amigables con el medioambiente. Esta certificación se sumará a otra importante ventaja del banano peruano que es ser 100% orgánico.

“El banano peruano está posicionado en nichos bastante difíciles y pequeños, como es el orgánico y de comercio justo. Entonces, queremos mantener esa posición de nicho y dar un nuevo paso con la certificación de la huella de carbono neutral, como una estrategia para posicionar el producto en los mercados”, resalta Balarezo.

El primer paso que vienen realizando es analizar los posibles cuellos de botella y los costos en la implementación que le significarán al productor. También se está conversando con los importadores para ver qué tanto están dispuesto a pagar por un banano diferenciado, gracias a esta certificación. Balarezo señala que los supermercados en Europa y EE UU muestran interés por un producto con este tipo de certificación.

El siguiente paso será desarrollar todo un mercado de bonos de carbono. Los bananeros serán los demandantes de los bonos, es decir que ellos serán los compradores. Si bien existe una oferta internacional, también hay iniciativas en el país. “El sueño de nosotros es trabajar regionalmente. Estamos en conversaciones, por ejemplo, con los sectores de los humedales y paramos y bosques secos de Piura, para que ellos puedan ser ofertantes y la cadena de banano sea demandante y se unan. De esa manera lograríamos un carbono neutral como región”, apunta.

INICIATIVA 2: MEDIDAS PARA HACER FRENTE AL FUSARIUM RAZA 4

Este proyecto nació con el fin de sensibilizar a las empresas del clúster sobre la prevención de la plaga Fusarium Raza 4, por tratarse del mayor peligro para el negocio del banano a nivel mundial. Diego Balarezo comenta que, cuando iniciaron el clúster, esta enfermedad era aún una amenaza, pero que ahora que está confirmada su presencia, se están planteando otras medidas.

“Hace 3 o 4 meses, nuestro proyecto estaba enfocado en la socialización, capacitación y prevención, pero ahora que se confirmó la presencia del hongo, esta iniciativa migrará hacia la contención y erradicación. La plaga está presente en casi cinco  focos diferentes a lo largo del Valle del Chira y ahora estamos con Senasa trabajando muy de la mano en la erradicación de las zonas, pequeñas por ahora. En el momento de la formulación del proyecto no era un tema importantísimo, pero ahora se ha vuelto probablemente el top número uno, porque es una amenaza muy fuerte. Tiene la capacidad de destruir la cadena si es que no tomamos las medidas del caso”, destaca.

Una de estas medidas que se está desarrollado es la creación de cordones de  seguridad biológica. Para esto, se organizó con Senasa una serie de vuelos con avionetas para tener fotografías de alta resolución de la zona bananera y poder comenzar a hacer los cordones de seguridad biológica. “Esto es necesario porque el tejido de trabajo de los pequeños productores no es uniforme. No es que una asociación con 500 productores estén todos juntos en un terreno. Están dispersos. Entonces, es necesario todo un trabajo geográfico”, apunta.

Luego de ello, crearán una “estrategia completamente cerrada” para hacer frente a la plaga, tomando como referencia otros países donde ya esté presente el problema. Lo cierto es que una vez que se organice todo por sectores geográficos, cada sector tendrá que identificar una entrada y una salida, donde se tendrán medidas de bioseguridad, como la limpieza de botas y de uniformes. En esa línea, se desarrollará un plan de capacitación a pequeños productores para que sigan un protocolo y conozcan cómo hacer la detección rápida del patógeno. Todos estos protocolos están en revisión junto con el Senasa.

Adicionalmente, el objetivo es identificar líneas de investigación a ser financiadas a futuro, que estén relacionadas a la prevención y control de plagas, diseñadas por las asociaciones e instituciones del clúster junto con instituciones de investigación.

INICIATIVA 3: INCORPORACIÓN DE LA ECONOMÍA CIRCULAR

Un racimo de banano debe cubrirse por casi 12 semanas con una funda de plástico. Por ende, un contenedor exportado de banano orgánico genera alrededor de 35 kg de desechos plásticos.

Actualmente, un contenedor exportado de banano orgánico genera alrededor de 35 kg de desechos plásticos (fundas de banano). Este plástico que ofrece cierta protección a la fruta frente al clima y plagas y enfermedades cubre el racimo por casi 12 semanas. En la actualidad, no existe un adecuado manejo final de este residuo.

“Uno se va a Sullana y ve por todos lados estos desechos. Son alrededor de 400 toneladas de este material al año que se utilizan en la cadena. Entonces, nuestro interés es recoger lo máximo posible, recuperar este plástico y volverlo en algún insumo de exportación”, explica Balarezo.

Luego de algunas investigaciones por parte del clúster descubrieron que había una maquinaria que puede transformar y reciclar ese material. Entonces, la idea es recoger ese plástico para transformarlo en esquineros de los pallets, para el empaque del banano orgánico. Solo con los 35 kg de desechos se podrán generar 70 esquineros que se utilizarán en los pallets. Actualmente, la industria usa 80 esquineros por cada contenedor exportado. Estos esquineros que son de plástico con componentes vírgenes proceden de Lima, lo cual ya supone todo un trayecto y costo en logística.

Al cierre de esta edición, Balarezo comentaba que ya tenían la planta a un 95% y estaban esperando la llegada de la maquinaria desde China. “De todas las iniciativas que tenemos, esta es la más tangible y visual; incluso, la más ambiental”, apunta.

Destaca que este es un proceso de economía circular en un circuito cerrado, porque este material, cuando llega a Europa, también tiene un destino de reciclaje, porque se tritura y se vuelve a usar en otros temas.

INICIATIVA 4: RENOVACIÓN DE SEMILLAS DEL CLÚSTER BANANO (MERISTEMOS)

Una de las metas del clúster es mejorar la productividad por parcela de sus miembros, a través de la renovación de la plantación.

La renovación de plantas y material genético en Piura es un tema pendiente, debido a la antigüedad de las plantaciones y desgaste natural. Por esta razón, una de las metas del clúster es mejorar la productividad por parcela de sus miembros, mediante un sistema sostenible de mejora paulatina de la calidad de banano a través de la renovación de la plantación, la cual se podrá realizar con cebollines, meristemos, semillas mejoradas en laboratorio, etc. La meta será mejorar la productividad de 1,500 a 2,500 cajas de banano orgánico por hectárea al año y, por ende, aumentar los ingresos de los pequeños productores.

“Estamos tratando de acceder a alguna bibliografía y también poder traer junto con Senasa nuevo material o descubrir nuevo material ya adaptado al clima piurano, que sea resistente a enfermedades”, adelanta Balarezo.

INICIATIVA 5: APLICACIÓN DE BIOFERMENTOS EN BANANO ORGÁNICO

La producción del cultivo de banano se ve afectada en su rendimiento por la reducción de raíces, las mismas que se ven afectadas por una serie de insumos que pueden generar acidez en el suelo. Todo esto le genera desbalances físicos y químicos. Para ello, se promoverá los biofermentos a ser instalados en cada asociación, con el fin de aumentar el rendimiento y la productividad de los cultivos con el uso de productos orgánicos, creando así una tecnología ambiental sostenible, según refiere el clúster. “Este un trabajo de contar básicamente con abonos orgánicos, de manera que ahorres en costos y mantengas un campo sano y con mayor productividad”, refiere Balarezo.

Al respecto, Reymundo Villarreal, presidente de Appbosa, comenta que por un tema de costos los pequeños productores no han podido acceder a este abono foliar y orgánico que ayuda a producir una fruta de mejores condiciones y en menor tiempo de cosecha. En el caso de su asociación, solo el 10% de su área reciben el biofermento y esperan que con la iniciativa del clúster lleguen a 20 o 30% de los campos.

INICIATIVA 6: DESARROLLO DE COMPETENCIAS TÉCNICAS

Se desarrollará un programa de formación de competencias técnicas para productores, inspectores y técnicos especializados en banano.

El principal objetivo es diseñar y desarrollar un programa de formación de competencias técnicas para productores, inspectores y técnicos especializados en banano para las instituciones del clúster.

En la actualidad, cuentan con un acceso a asistencia técnica e inspectores internos deficiente, ya que es reducido el número de asesores con relación al elevado número de productores asociados. Por lo general, un solo responsable atiende alrededor de 100 productores socios, resultando en una ineficiente asistencia técnica y de supervisión, según indica el clúster.

La meta es formar a personal especializados en temas orgánicos, a través de un levantamiento inicial de necesidades prioritarias y actualizadas de los productores y equipos técnicos.

“En la actualidad, llegar con asistencia técnica a los productores es lento y muy caro. En respuesta a ello, lo que estamos haciendo es especializar a técnicos y productores en temas de calidad e integridad orgánica de banano, para que conozcan su importancia, sus implicancias a nivel de certificaciones y sus repercusiones económicas, sociales y comerciales dentro de la organización, así como su impacto a nivel internacional”, dice Balarezo.

Uno de los objetivos es además que exista un intercambio de conocimiento entre las asociaciones. “Hay mucho conocimiento que se pierde por no existir un espacio donde conversar o compartirlo. La idea es crear un espacio de capacitación continua,  y de alguna manera crear esta dinámica entre técnicos y que puedan buscar soluciones entre ellos”, comenta.

INICIATIVA 7: ASOCIATIVIDAD Y DESARROLLO DE LIDERAZGO

Una manera de resolver la alta fragmentación de las asociaciones será la asociatividad y el desarrollo del liderazgo de sus dirigentes, según lo propone el clúster. Para ello, se establecerá un Programa de fomento de asociatividad y desarrollo de liderazgo para gerentes y dirigentes de banano orgánico.

“En la cadena, por cada asociación o cooperativa existen por lo menos seis dirigentes, incluyendo al presidente, que a su vez son productores de campo y llegan a ese puesto por un tema de confianza o conocimiento. La idea es reforzar todo el conocimiento que tienen al nivel de finanzas, búsqueda del mercado y otros temas, para que mejoren su labor. Muchos de ellos ni se conocen y la idea es abrir un espacio de intercambio”, explica Balarezo.

A más de un año de constituido este clúster, Diego Balarezo comenta que vienen trabajando de manera dinámica y bastante colaborativa entre los miembros de la cadena, para implementar todas las medidas lo más pronto posible.  “Ahora tenemos formalmente 7 socios pero a la hora del trabajo tenemos influencia en más de 15 actores directos que son en su mayoría productores, asociaciones y empresas privadas. Trabajamos con todos los importadores no hay discriminación en este caso. Confiamos en que los resultados los veremos pronto en el sector”, destaca.

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