Nueva normativa sobre plantas de vid entra en vigencia esta temporada
La medida busca controlar los virus Grapevine fanleaf y el Grapevine leafroll de las plantas de vides que se comercializan en el país. No obstante, expertos, dicen que esta reglamentación puede ser la puerta para liberar a las plantas de otros virus.
Son la base de la cadena productiva para la fruticultura, aunque en los últimos años las plantas entregadas por viveros han estado en entredicho por algunos productores, debido a la aparición y propagación de virus. Es por esto que a fines del año pasado, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) estableció una nueva normativa dirigida a los viveros de plantas de vid del país. Con el objetivo de mejorar la calidad sanitaria, comenzará a entrar en vigencia a partir de septiembre de este 2022, cuando comience la temporada de uvas.
En el documento se establece una lista de dos Plagas No Cuarentenarias Reglamentadas (PNCR) para material de propagación de vid: Grapevine fanleaf virus (GFLV) y el Grapevine leafroll – associated virus 3 (GLRaV-3). En esta reglamentación, se detallan cada una de las medidas fitosanitarias obligatorias que se implementarán para su supresión en las diferentes etapas de la cadena productiva de plantas.
“La nueva normativa es fruto del trabajo colaborativo entre el SAG y las entidades que han formado parte de los grupos técnicos, constituidos por gremios relacionados al rubro de la vid, así como por académicos e investigadores. Hago un reconocimiento especial a la Asociación Gremial de Viveros de Chile y a los viveros de vid asociados que han sido importantes partícipes de esta iniciativa, ya que han mostrado una disponibilidad y colaboración permanentes para apoyarnos en el mejoramiento de la gestión fitosanitaria de los viveros del país”, detalló tras la publicación de la normativa el director nacional del SAG, Horacio Bórquez.
La reglamentación por el momento tendrá una marcha blanca previo a la entrada en vigencia, donde el SAG estará enfocado en la difusión entre quienes son parte de la cadena de comercialización de plantas de vid, así como de generar capacidades en los viveristas y en los laboratorios, que jugarán un rol que será clave en los muestreos de las plantas madres, para así ir avanzando en forma gradual para llegar a una implementación completa de la norma.
MEJORAR LA PRODUCCIÓN DE MANERA ALINEADA
Mónica Madariaga, coordinadora de la unidad de virología del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), que participó en esta instancia y en el diseño de la normativa, señaló a Redagrícola que la formulación de esta nueva normativa pretende “mejorar la producción de plantas en cuanto a su calidad sanitaria”, y que hacia 2024 los viveros ya debieran estar demostrando -de acuerdo a las exigencias de la normativa- que están mejorando su producción de forma alineada.
“Aquí hay una oportunidad para los viveros de establecer nuevamente sus plantas madres, que es de donde sacan material para propagar, pero plantas madre que estén libres de virus y no solamente de los dos virus que se está exigiendo, porque este mismo trabajo de liberar de estos dos virus prácticamente permitiría liberar de todos los virus que están presente en Chile”, señala la experta en virología.
SANIDAD EN LOS VIVEROS
Liberar a las plantas de patógenos, que ha sido una constante inquietud de los productores, toma cada vez más relevancia debido a los rechazos por virus que se han generado en algunos destinos como China, aunque no ha sido precisamente en vides, sino más bien en carozos, pero de acuerdo a la experta, esta normativa abre la puerta para que se pueda avanzar hacia la sanidad de las demás plantas que se generan en los viveros.
Cabe destacar además que esto tendría un impacto en la productividad o rendimiento que tienen los productores de uva, de acuerdo a Madariaga, ya que si bien es cierto, los virus no matan las plantas, sí mellan la calidad de la fruta. “Con virus vas a tener problemas de rendimiento, diferencias en la maduración de la fruta, entre otros, entonces son distintas presiones que hay en el ambiente que significaron una necesidad por mejorar la producción de plantas, porque son la base cadena productiva. Una planta de una calidad sanitaria permite que esta exprese todo su potencial productivo”, concluye la experta.