Dosificación de plaguicidas agrícolas ¿Cuál es la forma?
La dosis correcta de un plaguicida es un factor de gran importancia en vistas a la eficacia del control. La dosis correcta aparece descrita en la etiqueta del producto, sin embargo, la forma en la que se describen las dosis en nuestro país genera más errores que aciertos en el uso de estos agroquímicos, lo que conlleva en la mayoría de los casos a un uso exagerado de producto, mayor contaminación ambiental, riesgo de intoxicación, alto costo de control y, mayor probabilidad de resistencia del agente patógeno o plaga en el corto plazo.
1Ing. Agr. Mg.- INIA Rayentué 2Ing. Agr. – INIA La Cruz
La eficacia del control de plagas, enfermedades y malezas en nuestra agricultura tradicional, depende de varios factores, entre ellos: las condiciones climáticas al momento de la aplicación; la calidad del agua que se utilice para la mezcla; la regulación del equipo pulverizador; el momento idóneo del control según la fenología del cultivo y el estado de desarrollo de la plaga, enfermedad o maleza, entre otros. Cabe destacar que otro factor de gran importancia, es el plaguicida (como molécula o agente de acción) y la correcta dosis según lo descrito en la etiqueta del plaguicida. No obstante, la forma en la que se describen las dosis en nuestro país, genera más errores que aciertos en el uso de estos agroquímicos, lo que conlleva en la mayoría de los casos a un uso exagerado de producto, mayor contaminación ambiental, riesgo de intoxicación, alto costo de control y, mayor probabilidad de resistencia del agente patógeno o plaga en el corto plazo.
Las etiquetas de los plaguicidas que se comercializan en nuestro país, describen las dosis de dos formas. Para frutales, normalmente se hace por concentración (kg, g, L o ml de producto comercial, por cada 100 litros de agua) y, para hortalizas, frutales y control de malezas, habitualmente la dosis se expresa por superficie (kg, g, L o ml de producto comercial, por hectárea).
La primera forma (por concentración), es una de las dosificaciones más erróneas, si no se sabe con claridad el correcto volumen de agua con el cual se debe cubrir el cultivo. Es así, por ejemplo, algunas etiquetas recomiendan para un mismo cultivo, rangos de “mojamiento” o volumen de aplicación, demasiado amplios.
A continuación, se muestra una etiqueta de un fungicida utilizado en nuestro país para diferentes cultivos (uva, manzanos, perales, olivos y carozos), donde se recomienda una dosis por concentración y un rango de volumen de aplicación (“mojamiento”). Así, por ejemplo, para uva de mesa, en una misma hectárea de parrón se podría aplicar entre 240 g y 400 g de producto. Para Olivos, se podría utilizar entre 300 g y 500 g de producto en una hectárea de cultivo, considerando la recomendación de 20 g/100 litros de agua y, un rango de volumen de aplicación entre 1.500 a 2.500 L/ha. En palabras sencillas, se aumenta linealmente la cantidad de producto a medida que se aumenta el volumen de aplicación, la pregunta es, ¿cuál es el volumen de aplicación correcto?
Figura 1. Extracto de etiqueta de un fungicida de uso común en Chile, con dosificaciones descritas como; cantidad de producto por cada 100 litros de agua.
Para realizar una aplicación de plaguicida, la regulación de un pulverizador debe considerar la condición del cultivo y el diseño del huerto. Para obtener mayor eficiencia, se debe comenzar con la determinación del volumen de aplicación correcto, de acuerdo a las dimensiones de las plantas, densidad foliar, tipo de cultivo, tipo de pulverizador y, el tipo de tratamiento a realizar.
El conocimiento de la condición del cultivo es fundamental para estimar el volumen de aplicación, por lo que, realizar una pulverización en un huerto de cerezos, es diferente a un huerto de cítricos o nogales, o si los árboles caducifolios se encuentra sin follaje, floración, inicios de brotación o máximo desarrollo foliar.
Una de las técnicas más utilizadas y sencillas para estimar el volumen de aplicación, es el TRV (Tree Row Volume). Para ello, se debe considerar cada hilera de árboles como una caja rectangular a la que se determina su volumen, midiendo en terreno la altura de árbol (ADA), el ancho de copa (ADC) y la distancia entre las hileras (DEH), todas las dimensiones expresadas en metros.
Figura 2. Dimensiones a considerar para estimación de TRV en un huerto frutal.
Luego de estimar el volumen de vegetación en metros cúbicos por hectárea (m3/ha), se debe determinar cuánta agua utilizar, dependiendo el tipo de tratamiento (plaga, enfermedad), el tipo de pulverizador (hidroneumático, electroestático, centrífugo, etc.) y, la densidad foliar presente al momento de la aplicación.
Cuadro 1. Rangos referenciales de volumen de mezcla a utilizar para diferentes frutales
En el Cuadro 1, se mencionan rangos referenciales del volumen a utilizar con pulverizadores hidroneumáticos en diferentes frutales, considerando el valor más bajo para condiciones de poco o nada de follaje y, el más alto, para condiciones de follaje máximo y plagas de mayor complejidad de control. Así, por ejemplo, un duraznero con dimensiones de 3,2 m de altura, 2,5 m de ancho de copa y una distancia entre hileras de 5 m, tendrá un volumen de follaje de 16.000 m3/ha, pudiéndose aplicar un volumen entre 720 L/ha y 1.360 L/ha, desde invierno hasta precosecha, respectivamente.
La segunda forma de dosificación (por superficie), es una de las más adecuadas si se determina correctamente. Pero sí se calcula equivocadamente, se puede recaer en errores de sub o sobre dosificación en el cultivo, perjudicando así, el control de la plaga o enfermedad.
En la Figura 3, se observa un extracto de etiqueta de un insecticida de uso común en Chile, en ella, las dosificaciones están descritas como cantidad de producto comercial por hectárea, la pregunta es; ¿a qué hectárea se refiere?,¿Una hectárea de suelo plantada?, ¿Una hectárea de superficie tratada? Es aquí, donde se produce una serie de errores frecuentes en la determinación de la dosis correcta, cuando existe un cultivo con diferentes tamaños o alturas. ¿A qué se refiere esto?, que, si la dosis se realiza por una hectárea de suelo plantada, un cultivo de 2 m de altura recibirá una dosis mayor que un cultivo de 3 m de altura (Figura 4). Por lo tanto, la dosis debe calcularse a una hectárea tratada, en otras palabras, la dosis debe aplicarse a 10.000 m2 de superficie aplicada o pared de vegetación.
Figura 3. Extracto de etiqueta de un insecticida de uso común en Chile, con dosificaciones descritas como; cantidad de producto por hectárea.
Figura 4. Tres huertos con distinta superficie de pared de vegetación en una misma superficie de suelo.
En la Figura 4, se observan tres huertos de una misma especie con distinta superficie de pared de vegetación, por lo tanto, la dosis debe ser calculada para cada caso en forma distinta.
Para determinar la dosis correcta por hectárea en un frutal o en una hortaliza de gran porte (tomate guiado, por ejemplo), se debe considerar la altura de la pared de vegetación y la distancia entre las hileras (Figura 5).
Figura 5. Dimensiones a considerar en un huerto frutal para determinar la dosis de producto en una hectárea de pared de vegetación.
Así, por ejemplo, la etiqueta de la Figura 3, para el caso de duraznero se debe aplicar una dosis de 250 cc/ha, por lo tanto, si se considera una altura de pared de vegetación de 3,2 m y una distancia entre hileras de 5 m, en una hectárea de suelo, la superficie de follaje o pared de vegetación sería:
S (m2) = 3,2 m x 2 x 10.000 (m2/ha) / 5 m = 12.800 m2
Por lo tanto, la dosis:
Dosis (cc/ha de suelo) = 250 cc x 12.800 m2 / 10.000 m2 = 320 cc
Por lo tanto, la cantidad de producto a utilizar para el ejemplo descrito son 320 cc en una hectárea de suelo plantada. Asimismo, los 320 cc de plaguicida deben ser disueltos en la cantidad de agua determinada con la metodología TRV (Figura 2).
Cabe destacar, que el uso de TRV es una metodología sencilla, que busca ajustar los volúmenes de aplicación para disminuir las pérdidas por exceso de mezcla en el cultivo, evitando la contaminación por escurrimiento y deriva. A su vez, las dosificaciones por hectárea son más exactas, pero es necesario conocer realmente la superficie aplicada o pared de vegetación.